El castillo de Salamander.

Al final del día nos dirigimos pausadamente a las habitaciones, había sido un día bien ajetreado, desde la taberna hasta a la cena en el castillo, pero a la vez me alegro de haber tenido un día como ese ya que conocí a dos buenas personas y estaba en medio de descubrir quién era el mejor espadachín de este mar. Además por fin después de tres largos años había vuelto a ir armado, la sangre pirata viajaba por todo mi cuerpo y el sueño de conseguir todo el oro del mundo se formaba en mis sueños.

Después de la cena volvimos a andar hacia el pasillo que nos conduciría a nuestras habitaciones, que estaban parcialmente conjuntas, mañana sería el gran día para Shirona y supongo que ese fue el motivo por el cual se fue tan rápidamente a dormir, yo en verdad tenía que hacer lo mismo así que con un bostezo en la boca me despedí también de los presente y entre a una de esas dos habitaciones que nos habían facilitado.

¡La habitación era impresionante! Casi tan grande como mi casa en Shimotsuki, además gozaba todo de muebles de calidad y objetos que parecían de gran valor monetario, la habitación tenía varias partes pero solo me fije en la cama grande y esponjosa que estaba en el medio de la habitación. Mientras me acercaba a esta me quite las claymores de la espalda y me quitaba la camiseta. Ese día había sido agotador… Y en ese momento lo único que pensé fue en quitarme la foto de mi hija en el bolsillo y mientras cerraba los ojos decir.

-Buenas noches~

La joven Shirona se durmió, como si nada hubiese ocurrido solo se escucha el silencio de la noche, mientras la sirvienta que ha terminado de recoger los platos y lavarlos se sube al segundo piso que se encuentra entre el comedor y la sala de estar, mas especificamente la puerta que se encontraron al pasillo, al abrir la puerta, la sirvienta se dirigió a la sala de seguridad del castillo, al abril otra puerta, se ven los monitores que vigilan cada rincón del castillo y una gran silla enfrente de estas, en pocas palabras hay den den mushi en las esquinas de cada habitación del castillo, de un tamaño pequeño y donde nadie los puede ver en absoluto, después de eso, la sirvienta con gestos de buena fe, asienta la cabeza para decir unas palabras – He terminado con los preparativos, están confiados y creo que la ama Salamander se va divertir con ellos, son 3 y ustedes 3 son contarme a mi, maestro Fukuro - Dijo mientras alza la cabeza para mirar la silla que tiene delante de ella.

Después de que la silla gire poco a poco solo se ve a un hombre de 2 metros de altura, con una musculatura algo exagerada pero bien formada, aunque su cabeza es la de un búho esto lo ase un usuario de una akuma no mi del tipo zoan, su principal trabajo es ser guardia de seguridad y vigilar cada rincón del castillo par a ver lo que hacen los invitados de Salamander.

- Hooo Hooo Hoo, bien, joven Midna te mereces un descanso, dejaremos que ellos descansen bien, mañana vamos a jugar un divertido juego, solo que si aquella peliazul quiere enfrentarse a nuestra jefa solo tiene que pasar por mi y por Vildadus - Dijo felizmente mientras voltea la silla y empieza vigilar, cumpliendo su trabajo, mientras la sirvienta pasa de nuevo por la puerta a retirarse del lugar para descansar

Mientras en la habitación de la peliazul, ella duerme tranquilamente, mientras no sabe nada absolutamente de los eventos ocurridos del castillo, lo poco que sabe es que solo hay 2 habitantes activos en este castillo, la joven Midna y Salamander, la noche pasa poco a poco sin saber que es lo que va ocurrir mañana.

Aún recuerdo esta noche por la pesadilla que tuve en ese momento, aunque al ser un sueño no recuerde todos los detalles si memoricé lo principal que sucedió, todo empezó cuando abrí los ojos y un cielo infinito estaba encima de mí, no sabía cómo había llegado allí pero en ese momento me dolía la cabeza, estaba como aturdido. Intente levantarme un suelo arenoso para terminar viendo que estaba en una especie de playa onírica, esta playa llegaba hasta el fin de mi vista y estaba llena de grotescos tótems semi enterrados en esta lo único que podía ver a parte de la arena fue el mar que salpicaba con ella.



Me quedé mirando al mar y como si de un hechizo se tratara me quede hipnotizado en él y mi mirada me llevó por el mar, como si viajara por las mareas y las olas para terminar hundiéndome en lo más profundo de este mar, mientras me ahogaba escuchaba una música infernal en mis oídos y de cada burbuja de oxigeno que sacaba se observaba un recuerdo importante para mí. Intente cogerme a alguna parte y por suerte había una gran roca a mi lado, me cogí de ella para no continuar bajando.

Todo parecía haber terminado, pero no, una gran sombra me rodeo y al poderla ver de mas de cerca, vi que era una gran morena, esta me atrapo con su cuerpo y empezó a estrangularme todo el cuerpo, intente liberarme pero su presión era demasiada fuerte, ya no podía hacer nada asi que cerré los ojos.

Al volverlos a abrir me situé en mi casa de Shimotsuki todo parecía haber sido un sueño y mi mujer y mi hija estaban jugando en la sala de estar, respire tranquilo, aún me dolía la cabeza asi que subí por las escaleras hacia mi habitación. Sonaba la puerta, no hice caso, de pronto se escucharon disparos de fusiles, bajé corriendo. Mi mujer y mi hija estaba en el suelo, no pude pensar mucho más… Un hombre gordinflón con una gran cicatriz en la cara me apuntó en la cabeza y dijo: ¡BANG!

Me desperté del horrible sueño sudando, como había llegado a ese sueño, ¿era el pasado que me intentaba consumir? Aún me dolía la cabeza pero por suerte parecía que ya habíamos llegado a la mañana asi que un poco nervioso por lo del sueño salí de la habitación para ver si me esperaba afuera.

El mundo de los sueños de Shirona solo esta mirando el castillo desde lo lejos, solo mira como el esta abandonado, como si nadie vive en un ambiente tan desierto, solo tiene sus espadas cargando en ambas manos, como si fuera una especie de heroína legendaria, solo mira el castillo fijamente como si tuviera que contar una historia, pero nada solo mira aquel castillo.

Spoiler:

Solo recuerda los días en la academia cuando era una niña, una niña solitaria que era ignorada por el resto de sus compañeros de clase, como era considerada una persona que atrae a la lluvia era bastante molesta así que poco a poco era distancia de los demás, como si fuera una especie de fantasma, así que ella por el resto de la academia fue considerada la niña fantasma pero mas que eso le pusieron un apodo, Shiro de la lluvia, debido al muñeco fantasma que ella hacia del diaro, este muñeco era blanco como si fuera un fantasma y la niña le gustaba vestir de blanco pero no hacia juego con el cabello azulado que portaba, valla coincidencia, el color azul de su cabello representa la lluvia, y su nombre tanto como su ropa representa el blanco, por eso Ame no Shiro, o llamada simplemente Shiro para recortar todo su nombre, fue odiada por sus compañeros por sus ligeras diferencias además de que ella es muy buena en una espada y sus compañeros mas los chicos sentían envidia de ser derrotadas por una mujer.



Triste recuerdo y sueño para una mujer que fue odiada, además del odio y miedo en su corazón quedaron tan heridos que mejor por decisión propia dejaría que las personas que quieran ser sus amigos le hablen a ella. Tras despertarse ya es de mañana solo se queda mirando el techo mientras medita un poco la situación, pero sin importarle mas solo se para y se arregla, no se viste y se va con la pijama que carga al baño antes mencionado por la sirvienta, después de eso, recorre directamente el pasillo, donde esta el baño, al llegar solo va directo al lavado sin importarle los detalles de como es el propio baño, a lavarse la cara para quitarse la mugre y todo lo demás, después de hacer sus necesidades cotidianas y de hacer la rutina que siempre hace ella, regresa a su habitación a ponerse la ropa, después de cambiarse, solo da una ligera sonrisa, con la sombrilla en su cintura a lado derecho y su katana al lado izquierdo, sale de la habitación para esperar a los demás.

Con pelos despeinados salí de mi habitación, eso demostraba la higiene que había hecho por la mañana, lo único que había hecho después de despertarme fue una llameante ducha rápida para quitarme de encima los malos recuerdos y el sudor. Además tuve que volverme a poner la ropa del anterior día, ¿Qué remedio? Era la única ropa que tenía a mano, cual cosa me izo plantearme en ir algún día de compras, aunque el problema sería donde llevar toda esa ropa.

Ya despejado fue cuando abrí la puerta, hoy estaba más tranquilo, no demostraba ese nerviosismo con el que había actuado el anterior día, ya sabía lo que ocurriría hoy, no tenía nada malo que pensar, aunque en mi mano estaba siempre una pregunta. ¿Cómo es que Salamander aceptaba a cualquier espadachín como rival? Siendo del nivel que parecía ser tendría que escoger entre los que parecieran más fuertes, ¿O eso ya lo había hecho?

- ¡Buenooos días!

Dije con un bostezo en la boca a la vez que una cara sonriente, hoy iba a ser el gran día de Shirona y esperaba a que le fuera bien asi que sin mucho que decir le rasqué la cabeza con felicidad.

-¿Estas preparada?

Después de un rato de espera la joven Shirona sigue sonriendo demostrando confianza de si misma porque ahora va enfrentar a la mejor espadachina del North Blue, aunque parece confiada por dentro tiene algo de miedo por la emoción de que este es el día desde que se graduó en enfrentarse a un espadachín de alto calibre, al seguir esperando un poco mas, el músico Claude sale primero de su habitación saludando a le peliazul, ella da una reverencia al músico ya que esto suele hacerlo muy seguido – Buenos días Claude, si algo impaciente ya quiero ver a Salamander – Dijo en tono suave mientras parpadea un poco y pone la atención a Mitsuke que ya salio de la habitación un poco después de Claude – Buenos días Mitsuke, si estoy preparada ahora solo queda esperar a Midna – Dijo mientras cruza sus brazos y revela una linda sonrisa de confianza a sus amigos.

Momentos después la joven sirvienta aparece al final del recorrido por donde entraron el grupo, después de acercarse un poco mas esta saluda con una reverencia a los presentes – Buenos días, invitados de Salamander por favor siganme es hora - Dijo mientras se da una vuelta en espera a que el grupo se mueva, eso hizo que con determinación Shirona se adelantara un poco para seguir a la joven Midna, después de recorrer el mismo recorrido anterior, ahora se encuentra enfrente la gran la puerta roja que conduce al segundo piso del castillo, aunque solo tiene una especie de apertura como su fuera un anillo para jalar o empujar la puerta, Midna se adelante para abrila pero cuando toca el anillo esta dice una palabras muy serias – Bienvenidos al segundo piso del castillo, aquí es donde esta Salamander – Dijo mientras abre la puerta que genera un ruido rechinoso, esto hizo que la joven peliazul sintiera unos latidos en su corazón ya que detrás de la puerta esta Salamander.

Lo primero que ve es una especie de Dojo, como si fuera un gran puente y tiene un jardín pero con arboles de color rosa que parece que las hojas se mueve como una corriente invisible pero es solo pura decoración, al lado izquierdo de la entrada de este cuarto hay unas escaleras que conducen a otro cuarto, mientras que la izquierda solo hay otra puerta pero sin escaleras - … - Sin decir nada solo se adentra al pasillo confiada de las palabras de Midna – Ama Salamander aquí viene su retadora - Dijo la sirvienta mientras al final del cuarto se escucha unas pisadas que viene lentamente, el sonido que generan es lo suficiente para atemorizar a quien sea, esto causo que los latidos del corazón de Shirona se intensifican.

- Salamander … - Musitó la peliazul mientras le sale una gota en la cien que recorre hasta su barbilla rodeando completamente su ojo izquierdo como si evitara caer en linea recta.

Me alegro la confianza que demostró tener la joven Shirona, a pesar de su joven edad era muy valiente y ahora mismo era capaz de enfrentarse a la mejor espadachina del mar, era muy prometedora, solo por el hecho del reto, y yo estaba confiado en su victoria. No tardo mucho en llegar la sirvienta Midna, esta mediante una reverencia nos saludo y nos dijo que el combate empezaría ahora.

La seguí junto a Shirona y Claude, tuvimos que hacer el mismo recorrido que la anterior vez, no obstante ahora nos íbamos hacia el segundo piso. Me quedé sorprendido por cómo se abría la puerta hacia allí arriba, como si fuera una zona secreta, solo para aquellos que aceptan el desafío. Subí las escaleras mientras curioso escuchaba como hasta la puerta nos saludaba algo que me pareció flipante en ese momento.

Por fin llegamos a la zona donde Shirona se lanzaría a combatir, esa sala en la que estábamos era bastante amplia y las paredes estaban decoradas de tal forma que pareciese que estábamos en el aire libre. Unas pisadas hicieron muestro de que algo se acercaba, seguramente Salamander, me aparté hacia un lado de Shirona y crucé de brazos. Seguramente sería una batalla muy dura pero confiaba plenamente en ella.

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