¿Destino? Tequila Wolf

Lun Ago 08, 2011 5:39 pm

Con seis cañones por banda y cuatro más al frente, el majestuoso Duende del Mar surcaba las olas a toda la velocidad a la que el navío alcanzaba. Las velas silbaban, henchidas de viento que soplaba a favor. En aquel momento, gozaban de un agradecido impulso, tras un buen rato de remontar una zona de vientos contrarios, zigzageando por el mar para evitar encontrarse de frente con el viento en contra. Por suerte, y de momento, avanzaban rápidos. Si todo seguía así, alcanzarían Tequila Wolf antes de todo pronóstico. Eso, alegraba a Brelaina, que apoyando su pierna izquierda en la balustrada, dejaba que el aire golpease de frente en su cara y agitase su rojiza melena. Pero no estaría mucho tiempo allí, ya que había trabajo por hacer y ella no era de las de quedarse quieta dejando que los demás hiciesen todo el trabajo. Así que, sin más, se giró y buscó con la mirada a cierto miembro de su tripulación.

-¡Mikhail! -gritó, para hacerse oir sobre el ruido que provocaban las velas al sacudirse por el viento. Sus ojos miraron por toda la cubierta hasta que localizaron al chico requerido. Entonces, prosiguió.- ¿Cómo van esos cañones? No me gustaría que nos sorprendiesen en pleno mar ahora que llevamos velocidad.- dijo la capitana. Realmente era una de las cosas que más le preocupaban. Ella, como espadachina, no tenía ni idea de cómo estaban las cosas con los cañones. Por ello, necesitaba preguntar a alguien que realmente entendiese del asunto para estar segura. Mikhail era el más indicado.

Luego, más tarde, preguntaría sobre cómo iban las cosas a Lagi y a Karsten, que eran los que más cerca estaban de los encargados de la navegación. Estaría también atenta por si Wendy o Debris requerían su presencia. También estaba algo preocupada por Balmung, pero conociendo al otro capitán, no tenía duda de que llegaría a Tequila Wolf por sus propios medios sin problemas. Ellos se encargarían de conducir hasta allí el Duende del Mar.

Lun Ago 08, 2011 6:53 pm

No había abandonado la sala de cañones desde que había abordado el Duende del Mar, el barco que utilizaría como miembro de las Velas Argénteas, ya que deseaba acostumbrarse a la ubicación de cada cañón. La cantidad de estos era perfecta para su gusto, y contaba además con cañones frontales, una gran ventaja en un combate naval, ya que su radio de acción se ampliaba a unos 180° completos. Ya relativamente habiendo memorizado cuantos pasos había de un cañón a otro y de la altitud-latitud que le permitía cada uno, decidió salir a la cubierta, a tomar algo de aire luego de estar varias horas debajo en relativa oscuridad. Una vez arriba, escuchó el llamado de su capitana, preguntando sobre el estado de los cañones, lo cual no tenía ningún problema en responder luego de su examinación.

-Sin ningún problema, así como estamos calculo que podríamos combatir hasta a 3 embarcaciones enemigas semejantes a nosotros simultáneamente, con oportunidades incluso de ganar - Explicó a la capitana Alagondar. Sus cálculos se basaban en la experiencia y mucho en la lógica, le gustaba tener en mente posibles resultados y situaciones de múltiples hechos.- Aunque tengo entendido que en Tequila Wolf probablemente la lucha se desarrollaría en tierra...¿Nuestras ordenes serán de desembarco o de patrullaje marítimo? - Inquirió a Brelaina, necesitaba estar informado para preparar cualquier instrumento que necesitara para esos dos tipos de combate. Se mantuvo a la espera mientras se quitaba su particular traje negro, colgandoselo en la cintura, el calor le estaba agobiando y aún más en pleno mar, con el sol reflejándose en el agua. No se preocupó en revisar las acciones de sus compañeros, tenía confianza de que si se encontraban en la misma tripulación, cada uno si tenía una tarea, la estaría realizando.

Lun Ago 08, 2011 8:55 pm

Ante la suave brisa del mar navegaba el Duende del Mar, que al menos fue así como lo llamo la capitana al presentar el navío de la tripulación. Era el típico de la marina de un tamaño promedio, no es que resaltara por nada particular, sin embargo ese barco era especial, pues era el barco de su tripulación y, ahora, su barco también. Un joven pelirrojo con ganas de comprender aún más a cada miembro de aquella tripulación, se encontraba actualmente recostado en una pared mientras que su pequeña mascota se paseaba por la zona. No es que la vigilara, pues ahora dicho animal tenía, al menos desde su punto de vista, libre albedrío para ir por donde le apeteciera. Su cometido: ayudar a los timoneles en cuanto les fuese posible, pues ése era el objetivo que tenían asignados Karsten y Lagi. La misión era una tanto sencilla, debían ir colocando las velas tal y como les ordenara alguno de los timoneles, sobre los cuales pesaba la ardua tarea de conducirlos hacia su destino, pero hasta el momento no se había dado alguna para ambos marines.

- Hey, Karsten. - Trató de advertir a su compañero de color, pues en ése preciso instante se aburría bastante y aun tenía curiosidad por aquella persona, sin olvidar el hecho de que la última vez que se relacionó con él parecía muy asustado. - ¿Dónde creciste? - El joven pelirrojo tan solo intentaba incitar a la comunicación, pues sabía que actualmente su carácter era extremadamente serio y eso como agente del gobierno no importaba, sin embargo ahora se debía a la labor de una tripulación y por ello debería comenzar a cambiar un poco su carácter y al menos entablar relación con los miembros, sin embargo era algo que aún le costaba bastante. Por el contrario, su compañero Mikhail se adaptó bien a la situación, pues su carácter era serio. Sin embargo podía camuflarlo aportando otro para ciertas situaciones. Siempre se le dio mejor adaptar perfiles, por lo que debía ser aquello lo que le facilitaba el cambio. Respecto a las palabras utilizadas para intentar entablar conversación, procuró medirlas y utilizar las correctas, así como tratar de no poner un semblante serio. Esperaba que con aquella actuación no volviese a asustar a su compañero, el cual tuvo tiempo suficiente para responder a Lagi.

- ¡Eh, vosotros dos! - Exclamó uno de los timoneles del barco dirigiéndose a los que emprendían la conversación. - Dejaos de cháchara y tensad esas velas, aprovecharemos la corriente de aire. - El timonel tenía claras las órdenes y lo que hacía, por lo que tal como ordeno Lagi se dirigió a una de las velas para responder a la situación. No podía permitirse el empezar con fallos, pues de hecho, pocos o ninguno eran los que este había cometido como miembro del Cipher Pol y ahora su imagen era la que debía quedar bien ante lo que su capitana le había pedido, defender y ayudar a los timoneles del navío que los portaba a Tequila.

Lun Ago 08, 2011 9:30 pm

Una vez llegados al barco, Mecarooster-X001 había salido disparo como si hubiese visto a una gallina hacía la cocina a recargar sus pilas. Los cocineros le proporcionaron batería hasta para una semana si todo iba bien, y luego el gallo se fue a reposar a dios sabe donde y dios sabe por que. Mientras, Kars estaba escuchando las palabras de Mik, un tío un tanto serio y callado pero que hablaba como si de un secretario de Tenryuubito se tratase. Sin embargo Karsten pensó que si inteligencia no era igual a su educación, pues el joven ingenuo preguntó si la lucha era marítima o terrestre - ¿¡Pero como va a ser marítima?! ¡¡Es terrestre cien por cien, que yo hasta que no hay abordaje no entro en juego, y eso es muy aburrido!! - Exigió el negro al menos dando unas razones que el creyó suficientes como para convencer a los demás. Justo después de esas palabras escuchó la voz del pelirrojo, su asesino, saludándolo.

Al girarse y devolverle el gesto enseñándole los dientes para simular una sonrisa y mostrándole la palma de su mano para fingir un saludo amistoso. Entonces soltó la pregunta, como un ataque relámpago, como la caída de una bomba, cómo lanzar un puñal desde dos kilómetros y acertar en el corazón de la víctima. Alcander se puso nervioso, y lo que intentó fue ejecutar una rápida respuesta y zanjar el tema - Y-yo en Oh... - Pero en ese justo instante, al calvito le dio por utilizar su cabecita y pensar sobre el asunto. ¿Para que quería saber el que había crecido en Ohara? La respuesta era muy clara. Muchos pensarían que tiene graves problemas de relación social y busca adaptación a cualquier precio, nada más lejos de la realidad, pues lo cierto era que en cuanto acabara con la vida de Karsten, iría a buscar a su familia. Seguro que quería exterminar hasta sus raíces, y nada podría detenerle ya que cortarle las piernas era ilegal - Yo... pues anda que no he crecido yo... je... jeeee... - Soltó, como podía, como si escupiera trozos de caca con lentitud - Y-Yo soy natural de Oh... ¡Oh oh oh! ¡Oh que buena pregunta por dios! Soy de Grand Line, pero de Grand Line lo más Grand Line que hay, una islita poco conocida... aunque mi familia vive más lejos ¿Conoces Ohara? Pues esta justamente justamente, al otro extremo del mundo, que cosas... jajaj... - Entonces se produció un silencio incómodo que hizo temblar el cuerpo del nigga - ¿Quieres que haga diez flexiones? Esta tirado, mira como hago flexiones - Dijo, sin saber a cuento de que.

Empezó a hacer flexiones con gran soltura, pues ya tenía práctica, pero esta vez estaba sudando bastante. Cansancio, creerían algunos, y esos estarían equivocados. Era miedo, miedo del que te cierra todos tus agujeros y te prohibe dormir por las noches a causa de tal pavor. Cuando llevaba ocho paro y se levantó - Bueno, solo 8 que hay que ir descansado a Tequila Wolf - Y fue justo en ese mismo instante en el que los llamaron para que fuesen a ayudar. Justo, justo cuando termino de decir su última frase el timonel, Karsten no pudo evitar exclamar - ¡¡Siiiiii!! - Y luego se dio cuenta de que había quedado muy sospechosa esa actitud, así que disimulaba - ¡¡Si, si, si, si que ganas tenía de hacer este trabajo, por el amor de Garrosh ancestro de la insolencia y la soberbia!! - Decía, mientras iba a paso rápido a cumplir con las labores que se le habían encargado

Mar Ago 09, 2011 7:36 am

Con sus ojos marrones fijos en el joven artillero, Brelaina escuchaba todo lo que le decía y trataba de asimilar la información que estaba recibiendo de Mikhail. Le pareció alentador el dato de que podrían incluso derrotar a tres barcos similares al suyo, ya que ofrecía posibilidades bastante interesantes. No obstante, no era estúpida, y sabía que Mikhail había hablado de posibilidades, y no de certezas. Aun así, saber que estaban en buenas condiciones le hizo respirar tranquila. Por su mente pasó una idea curiosa, que le decía que al final, en un rato acabaría preguntando lo mismo. Era desconfiada ante las cosas que no controlaba, y ella lo sabía perfectamente. Era por ello por lo que no puedo evitar una risita sobre sí misma. El humor era sano, la verdad.

-Me alegra oir eso. -dijo, en referencia a los buenos datos sobre el estado de los cañones del Duende del Mar. acto seguido, procedió a responder a su pregunta, llevándose la mano al mentón mientras reflexionaba.- En teoría debería tratarse de una batalla en tierra. Pero podría darse el caso de que el lugar se encontrase bajo un bloqueo, y fuese necesario romper el cerco para reestablecer las vías de comunicación exteriores; o incluso que mientras nos aproximamos a la isla nos atacase un barco enemigo. Por si acaso, prefiero que todo esté preparado ante cualquier posibilidad.- Explicó la pelirroja a Mikhail, hablando un poco más alto para que Karsten, que también había mostrado preocupación por el asunto de la clase de batalla, pudiese oirlo.

La voz intensa de uno de los timoneles le hizo girar la cabeza para observar. El viento se había reducido un poco, y ahora podían desplegar la totalidad de la lona sin miedo a roturas por un hinchamiento excesivo. Pese a que hubiesen adquirido más velocidad de haberlas llevado siempre completamente izadas, los carpinteros habína mostrado su disconformidad con la idea, ya que ponía en peligro, decían, incluso la integridad del mástil de mesana, el más cercano a la popa y que por ende recibía el viento de manera más directa. Con el fin de lograr un viaje estable y rápido, que no fugaz, Brelaina ordenó que se mantuviese en perfecto estado el barco en la medida de lo posible. Al fin y al cabo, y retomando al tema de la batalla, maniobrar un barco en un bombardeo era infinitamente más difícil sin mesana.

-En el caso, Mikhail, de tener que enfrentarnos a uno de los supuestos que te he dicho... ¿Qué sería lo que deberíamos hacer? ¿Abordar? ¿Refugiarnos tras nuestro fuego? ¿Podrías explicármelo, por favor? -preguntó esta vez. Sus preguntas, nuevamente, nacían de la ignorancia al adentrarse en un terreno en el que no pisaba con firmeza. Del mismo modo que si se trataba de combate con espadas, podía aportar una inmensa cantidad de información; cuando se trataba de artillería no tenía absolutamente ni idea. Aprovecharía ese viaje para hablar con Mikhail y aprender, al menos, la parte estratégica de una batalla naval.

Mar Ago 09, 2011 12:27 pm

Atando cabos y tensando las velas tal y como se le había ordenado, era lo que se encontraba haciendo en aquel instante el pelirrojo, el cual no veía tiempo de parar, pues el hecho de modificar tan solo una vela acarreaba gran movimiento. Por suerte para este, contaba con la ayuda de Karsten, el cual parecía haber vuelto a su pavor hacia Lagi, pues sus movimientos eran de nuevo indecisos y nerviosos, llegando al punto de no tener coherencia en sus palabras y haciendo flexiones que no venían a cuento para la situación actual. El caso de aquel compañero se le comenzaba a ir de las manos al rojizo que ya no sabía como entablar conversación con él o que palabras utilizar. Ahora se centraba en las ordenes que le habían encomendado, pues la situación se había vuelto incomoda con su compañero y, además, tampoco podía volver a centrarse en él, pues la conversación que estaban llevando el artillero y su capitana parecía más interesante que la que pudiera tener con cualquiera en ése preciso instante. El tema que trataban era de interés para todos los miembros de la tripulación, pues hablaban de donde se efectuaría la batalla, contando que eran simples suposiciones.

- Si la cuestión es también dar opinión, es preferible que el combate sea llevado en tierra o con cierta proximidad de cara al enemigo, puesto que la mayoria de los que estamos a bordo hacemos frentes a nuestros enemigos en el cuerpo a cuerpo, sin embargo, siempre habrá que adaptarse a la circunstancias… - El joven no alzó demasiado la voz, pues lo que dijo tan solo era una vana opinión que tenía pensada dejar al viento, en el caso de que fuese escuchada mejor, sin embargo no era prescindible, pues el tenía su tarea adjudicada como el que mas y de ello se ocupaba. Las dudas de la capitana iban en todo momento dirigidas a Mikhail, por lo que era notorio que, la pelirroja, buscaba el indagar en un terreno que parecía serle completamente desconocido, al menos eso aparentaba por la cantidad de dudas que le surgieron al momento para una posible situación.

Mar Ago 09, 2011 1:57 pm

Escuchó atentamente las palabras de Brelaina indicando que, como suponía, sería probablemente una batalla terrestre, pero que podían estar sujetos a cambios de acuerdo a la situación. Le hubiera gustado tener más posibilidades de disparar los cañones del Duende de Mar, que aunque no había descartado el hacerlo, era relativamente probable que no lo pudiera realizar. De fondo, escuchó levemente la "conversación" que mantenía Lagi con Karsten, que no parecía estar particularmente sujeto a las leyes de conversación habitual que mantenían comúnmente los humanos regulares. Luego, fueron ordenados a trabajar junto a los navegantes, que era la labor que les había sido encomendada en el barco de momento.

- Pues diría que las fuerzas de combate principales avanzaran al combate cuerpo a cuerpo, pero que no se dejaran de aprovechar los recursos del Duende de Mar, usar ambos tipos de fuerza...obviamente, sin descartar que nos aborden, habría que dejar cierto tipo de defensa en ese caso - Dijo respondiendo a la nueva pregunta de la pelirroja capitana, era otra de las cosas que ya tenía pensadas y que había de alguna manera calculado. Además, su reciente experiencia defendiendo Shellstown de un ataque naval le había instruido aún mejor sobre batallas marítimas, de las cuales tenía más conocimiento teórico que práctico, sin ser este último poco. No debían tardar demasiado en llegar a Tequila Wolf, por lo que el pelinegro se dirigió momentáneamente a sus aposentos, que aún se mantenían sin arreglar, tan solo había depositado ahí sus pertenencias. Retiró sus dos armas de fuego, y las guardó en el cinto que portaba, junto con la munición. Estaba claro que tendría que utilizarlas, aunque, si podía, no dudaría en agarrar algún mosquete de serie de alguno de los marines que se encontraría en el lugar, si podía gastar la munición de otro sin mayores repercusiones, mucho mejor.

Una vez terminado, regresó a la borda, al mismo lugar donde se encontraba antes de irse. Tuvo que abrir un poco más su camisa blanca, completamente reluciente y que con el Sol reflejaba bastante la luz, ya que el calor se le hacía poco soportable, estaba acostumbrado a climas fríos. Mientras tanto, no dejaba de pensar en Tequila Wolf, le mantenía de cierta forma en expectativa con lo que se encontraría, su primer acontecimiento de importancia siendo marine, otra vez.

Mar Ago 09, 2011 2:39 pm

La gallina regresó de la nada espacial y temporal para volverse a poner en la cabeza del calvo, que tras el trabajo se puso a unos pocos metros de donde estaban los demás, pudiendo escuchar la conversación perfectamente mientras limpiaba su guadaña y la afilaba. Mientras iba pensando en la pelea que se iba a desencadenar, si era lo suficientemente fuerte, si saldría con el cuerpo entero o a trozos... Tragó saliva, crujió los huesos de su cuello y empezó a darle brillo a su arma punzante. Si quería convertirse en un buen espadachín tenía que tener el arma lista. Iba tatareando una canción con la boca, en voz baja, casi como un susurro, para no molestar a los demás.

Mar Ago 09, 2011 3:59 pm

Un asentimiento de cabeza fue la primera respuesta que Mikhail obtuvo de la capitana. Un simple gesto que daba a entender que comprendía lo que decía. Al fin y al cabo, más razón no podían llevar aquellas palabras. Salvando a Wendy y al propio Mikhail, todos los de allí luchaban cuerpo a cuerpo o con armas de corta distancia. Así que, una opción claramente beneficiosa era la de buscar llevar ese combate al punto fuerte de la división. La clave iba a estar en administrar bien los recursos y dividirlos estratégicamente entre el asedio de naves enemigas y la defensa de la propia. Ese sería el pensamiento que estaría rondando por su cabecita en el tiempo siguiente. Sonrió, escuchando la opinión de Lagi también. Tras ello, alzó un poquito la voz para hacerse notar y miró al grupo, en general.

-Estamos cerca de Tequila Wolf, lo idóneo sería prepararnos adecuadamente. En cuanto lleguemos, cabe la posibilidad de que no contemos con esa posibilidad. Así que, retiraos a los camarotes y poned vuestras cosas a punto. Yo haré lo mismo. Nos vemos luego, chicos.- comentó la capitana, sujetándose en ese momento la melena que se agitó violentamente ante una ráfaga más fuerte de viento, y se encaminó hacia su dormitorio. Un dormitorio individual, todo sea dicho, como los de todos los miembros destacados de las Velas Argénteas. Comería algo, se lavaría un poco y después prepararía su equipo. No había mucho que preparar, pero aún así, lo pondría a punto.

Al llegar a su dormitorio, cerró la puerta tras de sí. Echó el pequeño pestillito más que nada por intimidad y echó mano a la comida que habían preparado los cocineros de abordo en medio de la travesía. Una especie de huevos triturados y un poco de carne asada. No era una delicatessen, la verdad, pero alimentaba. Hubiese preferido algo de verdura, pero las proteínas y los hidratos no iban tampoco mal con una batalla a la vuelta de la esquina. Comió bastante deprisa, pues no quería perder tiempo. Entonces, se levantó, y se acercó al pie de su cama. Ordenadamente, fue quitándose las ropas y las colocó sobre el camastro. Caminó tras ello hacia una pequeña bañerita de madera previamente llenada por agua dulce, cargada en Logue Town. Se enjabonó cuidadosamente y se aclaró bien, quedando bien limpia. Los nervios agradecían un buen baño, le había dicho Debris, y ella hacía caso a su médico.

Tras salir de la bañera, se peinó y se volvió a colocar su ropa, sin prisa pero sin pausa. Entonces, suspiró. Sólo le quedaba preparar sus cosas para el combate. Lo primero, fue darle un afilado a conciencia a su espada, para hacerla más eficaz y mortífera si cabe. Con su arma a punto, quedaba su armadura. Engrasó todas y cada una de sus juntas, para que sus movimientos se viesen limitados en la menor medida posible. Al cabo de unos minutos. Se encontraba en perfectas condiciones para afrontar lo que tuviera que afrontar. Se colocó su coraza y se puso sobre los hombros su chaqueta que la identificaba como Capitana de la Marina. Inmediatamente después, salió de su camarote, justo a tiempo de escuchar la voz aguda del vigía, alertando a toda tripulación.

-¡¡Tequila Wolf!! -gritó, señalando al frente, donde ya se divisaba a lo lejos el lugar que anunciaba.- Estaremos llegando en unos minutos, no hay nada que destacar. -añadió, acomodándose en su puesto y buscando barcos alrededor que pudiesen estar esperándolos para emboscarlos. Si veía alguno, lo anunciaría para que todos se movilizasen.

Afortunadamente, no lo hizo, y el Duende del Mar atracó en el puerto sin el menor contratiempo.

TEMA FINALIZADO

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