[Pasado|De compras y algo más]

Dom Jul 24, 2011 10:49 am

Hasta bien entrada la tarde no se decidió a dar una vuelta. Por la mañana había estado tanteando por el Cuartel, paseando, hablando escuetamente con los demás reclutas y dando una ayudita al que lo necesitara, aunque eso de que cobrara 2000 berries por un masaje no había gustado entre los suyos, pero oye, una cosa es dar un masaje de vez en cuando a un agotado chaval y la otra que lo hubieran cogido como costumbre y cada semana se le presentaran cuatro o cinco en el cuarto, llamando a su puerta con las palabras “Perdona Delorean, es que me duele la espalda/piernas/hombros” asomando los labios y no le dieran ni las gracias.
Necesitaba algo, ya tenía un poco de pasta ahorrada y era hora de actualizar el armario. Quizás una sombrilla nueva le iría bien; tenía varias pero otra en color azul no estaría nada mal para poder conjuntarla con las medias que guardaba mimosamente en un cajón del armario. O un liguero nuevo, o más zapatos, u otro sombrero, o una diadema o un poco de tela de encaje para coserlo en algún sujetador o bajo del vestido negro ése que tenía sobre la mesa de la habitación y que solo se había puesto una vez. Las calles, tan aburridas como siempre, ahora le parecían un poco más amenas, fijándose sin mucha atención en la gente que se cruzaba con ella, parando de vez en cuando para mirar con más atención alguna cosa que le hubiera llamado la atención durante el paseo, aunque de pronto dejó de andar, mirando embobada un enorme cartel tallado en madera y que, colgando de un hierro que chirriaba, tenía en él grabada la palabra “Armería”.

Hum...Torció los morros ante la idea de, por una vez, variar sus compras. Un arma. Ladeando la cabeza y mirando a través del cristal casi pegando la nariz en él, pestañeando lentamente y aguantando las ganas de tocarlo con las manos como si fuera una niña pequeña, tanteó las opciones. Un cuchillo no estaría mal, tenía experiencia con las armas de filo gracias a los bisturíes y el tamaño era el adecuado para sus manos y poder llevarlo oculto bajo las ropas, pudiendo así ir un poco más tranquila por las calles. Desechó las armas a distancia como arcos y ballestas porque eran muy complicadas de utilizar, su puntería con los proyectiles era un desastre absoluto y no tenía fuerza para lanzar una flecha, así que para evitar acabar golpeándose ella sola con la cuerda del arco o abrirse la cabeza con la ballesta, mejor dejarlas tranquilitas en las estanterías, que se veían a rebosar de armas a pesar del enorme brillo cegador del sol en el cristal. Tan encantada estaba pensando en sus cosas que cuando se dio cuenta de que una viejecita estaba varada bajo el grueso marco de madera de la puerta, con las manos tras la espalda y mirándola con una afable sorpresa, se asustó. Pero la amable sonrisa de la mujer, que entró en la tienda a paso tranquilo incitó a la joven a entrar.

Y allí parecía haberse parado el tiempo hacía siglos.

Su ojos rojos miraban sin parar el material expuesto en altas estanterías de madera oscura; armas blancas, explosivos, armas de largo y corto alcance, material nuevo y menos nuevo cubierto por una pátina de polvo que picaba en la nariz como cuando entras en una Biblioteca, armas defensivas como escudos y armas puramente ofensivas como una extraña espada de rara forma que parecía muy complicada de empuñar y manejar. Quizás solo apta para los espadachines más osados y fortachones, la espada parecía pesar lo suyo. El suelo se quejaba bajo sus pies y la penumbra reinante solo aumentaba la sensación de tienda de las maravillas, con la luz de las velas tiñendo de naranja las cuchillas.

Bienvenida a la tienda, pequeña. Pareces un poco perdida...Pero aquí me tienes para ayudarte a encontrar el arma perfecta para tí.-Roncas palabras de la anciana al llegar la peliblanca al mostrador, donde apoyó las manos y éstas se vieron reconfortadas con el tacto de una de las pequeñas manos de la anciana, que inmediatamente le transmitió una extraña sensación de calma. Francamente, Debris no tenía ni idea de qué arma escoger, así que se dejaría aconsejar por ella, ya que además de vieja seguramente tendría experiencia en calar a la gente con una simple mirada y escoger la mejor arma para cada uno de sus clientes-Si pequeña, te daré la mejor arma que tengo para ti. Eres pequeña en estatura pero grande en carácter, los cuchillos no son más que meras distracciones en tus manos, necesitas algo más grande, algo mas fuerte, algo más contundente.

Sí, la mujer era especial. Pero especial, especial eh...La marine cogió aire, expectante por lo que fuera a darle de un momento a otro, pero sin poder apartar la mirada del enjuto cuerpo que tenía enfrente, que le recordaba a una muñequita de trapo que a duras penas podía andar sobre sus piececitos. Pero la maldita vieja era rápida, leches. Con solo un pestañeo ya se había esfumado de allí, así que la sorpresa de la marine solo se incrementó cuando, tras girarse un momento para controlar que en la calle fuera de día o de noche, al volver la vista al frente, la señora estaba ahí con una enorme caja entre las manos, tres veces más alta que ella.

Dos hojas, largo mango, arma ágil que puede llegar a ser frustrante en su aprendizaje pero que grandes alegrías te dará después. Se acomodará a tí como una extensión de tus manos y brazos, seréis una a la hora de pelear y tu compañera más fiel hasta que el óxido termine con su vida, dentro de muchos siglos. Úsala con cabeza y respétala. Son 3500 Berries, te he puesto dentro de la caja unas cuantas cosas que te pueden ir bien. Gracias.

La albina pestañeó y se quedó callada ante la insolencia de la vieja, ella sola se había buscado la vida e incluso le metía cosas que no quería en la caja, pero no tenía ganas de bronca y 3500 Berries parecía un buen precio para una caja tan grande y pesada. Aunque también podía estar llena de piedras, pero bueno, se fiaba de la anciana. Tras sacar el dinero de la bolsita, contarlo un par de veces -la maldita penumbra, que hacía que se confundiera con el valor de las monedas- y dárselo a la anciana, la cargó a su espalda como una mochila y salió a la calle segundos antes de que la puerta se cerrara tras de sí sin miramientos.

La tentación quiso que mirara la caja, pero estaba en medio de la calle al anochecer, el sol empezaba a ocultarse en el horizonte tras el mar y el cielo del atardecer le instaba a pasear un rato más, así que ya miraría luego en su habitación lo que había comprado y, si era una mierda, mañana volvería para matar a la vieja.

Dom Jul 24, 2011 12:48 pm

off: aviso que tildes no puedo poner y ya lo postie en la zona de bienvenida, es para que no digas que soy un mal posteador xD

on:

Los pasos de Genei eran cada vez mas lentos y torpes, al parecer el viaje que tuvo que hacer desde Shimotsuki hasta loguetown fue una pesadilla pura y dura. El joven espadachin vivio una buena experiencia en aquella isla, donde conocio al amo de una tienda que quizas mas adelante le servivira de algo bueno al joven Genei. El viento del mar en las horas del atardecer chichirraba y removia todo lo que se encontraba en aquel lugar, el sonido de los saltamontes resplandecia en los oidos de todo habitante de aquel siniestro sitio.

Poco a poco se podia empezar a divisar la silueta de un joven subiendo por una dura y larga costera que venia desde el puerto, el joven venia vestido totalmente de negro y no mostraba ni un pelo de amistad. Sus pasos no parecian ser de una persona bien guiada ya que cada 2 por 3 vigilaba las zonas que habia en los alrededores con sus frias miradas.

Al cabo de unos minutos, consiguio subir la costera donde sin querer se topo cara a cara con una mujer que parecia andar bien cargada.

Genei alzo la mirada y se fijo en ella de arriba a abajo y vice-versa...

Bueno bueno bueno... que tenemos aqui, que haces a estas horas en la calle

Dijo mientras se desplazaba unos cuantos metros hacia delante donde quedo parado a unos 5 metros de aquella joven para fijarse mejor en lo que llevaba.

Parece ser muy pesado eso que llevas encima... te puedo ayudar a llevarlo si quieres.

Dijo mientras echaba sus brazos de la manga de la capa que llevaba puesta, en un abrir y cerrar de ojos desenvaino una de las katanas que llevaba con el y se coloco en posicion de combate.

No es lo que busco... pero en una zona nocturna y solitaria no me fio de nadie.

Susurro mientras con la mano izquierda se quitaba la capucha que llevaba puesta y daba a conocer su rostro, despues de eso volvio a colocar su mano en la katana preparado para cualquier accion que podria aparecer por sorpresa por parte de aquella marine.

off: puedes empezar el combate ahora o despues, yo lo hago por precaucion solo... es algo normal supongo xD. Por cierto, eres nivel 8 en presente, recuerda haber que nivel eras cuando realizaste la compra en la tienda. Me refiero a la compra que hiciste en off rol. Creo que es lo mas logico.

Dom Jul 24, 2011 2:33 pm

Solo había dos palabras más aburridas que las rondas de diurnas, Rondas Nocturnas. Desde luego el Teniente había tenido muy mala suerte aquel día. Ante el escaso número de Reclutas en activo, la mayoría andaban en otros asuntos más divertidos, los Oficiales y Oficiales Superiores habían sido designados para las tareas más simples. Era un asco. Mientras el Capitán al cargo del dichoso Cuartel disfrutaba de una apacible velada con la simple compañía de papeleo, o de alguna bella fémina de compañía, él tenía que dar quince vueltas por toda la maldita ciudad buscando algún problema en el que meterse de lleno para ponerle fin. Pero claro, tras el aumento de Marines en el Cuartel General los problemas que se sucedían por la zona eran escasos, por no decir nulos. Había más peleas internas en el Cuartel de la Marina que en una tasca plagada de ebrios bucaneros. Era algo deprimente. Pero daba igual…ser Marine no era fácil, tampoco divertido…aunque una vez se llegaba a Vicelmirante o Almirante se supone que las cosas mejoraban…despacho propio, Cuartel propio, División propia, sueldo, mueres, bebida, mujeres, más mujeres y alguna que otra mujer ya. Pero no, él era un simple Teniente que, aunque con recomendaciones, no lograría ascender hasta que pasaran unos meses…o más. Y viendo la actividad de la ciudad los ascensos tardarían lo suyo.

Una tras otra las calles iban siendo recorridas paso a paso por el joven Teniente. Su fija mirada atisbó a varios individuos por las callejuelas y aunque se les podía escuchar discutir el asunto no pasaba a mayores. Era mejor para la Justicia, pero peor para el pelirrojo, ¿qué había hecho para ser condenado a tan aburrido entretenimiento? ¿Por qué no aparecía otro calvo musculoso dispuesto a destruir la ciudad? Pues no, la emoción había acabado nada más empezar y él se la había perdido por completo. Estaba vivo, estaba entero, pero estaba aburrido. Eso no compensaba en absoluto. Podrían haberle arrancado un brazo, una pierna, una oreja, algo que fuera digno de mencionar a sus hijos, nietos o compañeros de tragos. Pero no, papeleo y más papeleo y a falta de papeleo rondas nocturnas. A las malas podía deshacerse de la larga chaqueta que lo identificaba como un alto mando de la Marine, mantener su look militar y su cigarrillo e ir a un cabaret, eso sería divertido. Los cabarets eran divertidos, muy divertidos. Las mujeres eran aún mejores…mujeres, muchas mujeres…con pechos, los pechos eran importantes, si, muchos pechos, dos por mujer, otro más sería raro. Muy raro. Aunque podría ser divertido…¿por qué demonios estaba pensando en tetas en plena ronda? Podía dar un poco de ejemplo…o tomarse aquellas perversiones como una señal para irse de fiesta. Por un momento optó por lo segundo y, cuando fue a girar por una de tantas calles en dirección a su local favorito, tuvo la “buena” suerte de ver que las rondas nocturnas servían de algo. Maldijo para sí al observar como una joven se encontraba frente a un chaval armado…era tan irónico que le repateaba la moral. Suspiró pesadamente, se peinó, se encendió uno de sus cigarrillos exhalando algo de humo y, tras ajustarse los guantes que ocultaban sus manos salió a escena. La chaqueta hondeó ligeramente con el movimiento del Marine y se detuvo a la misma vez que él, justo en frente del joven armado. Las entradas molonas ganaban puntos con las mujeres.

- Hey guapa…¿interrumpo algo?- Preguntó con forma insinuante el pelirrojo a la par que echaba una atrevida mirada a la bella mujer. Se quedó un par de segundos siguiendo con la mirada la cenicienta melena de la joven que lo llevó a unos voluptuosos y bellos senos en los que se detuvo otro momento más…recorrió el sensual traje de sirvienta y dio otra vuelta más. La mano se cerró sobre una posible hemorragia nasal.- Joder que tet…digo…ehm…¡Soy el Teniente Oneiros F. Balmung, de la Marina, yo la auxiliaré bella dama y usted podrá recompensármelo con una prenda!- La palabra bragas resonó quince veces en menos de un segundo en la cabeza del Marine quien, comprobando que no iba a sangrar, dirigió su atención al armado joven.- Y tú, niño, ¿sabe tu madre lo que estás haciendo?- Preguntó de forma serie, no burlona, el Marine. Con suerte hoy partiría una boca y se comería otra. La noche prometía.

Dom Jul 24, 2011 4:01 pm

¿Ver o no ver? El contenido de la caja le llamaba la curiosidad, pero el permanecer en las calles de Logue a esas horas no tanto, no tenía ganas de meterse en berenjenales que no le incumbían, aunque bueno, por ser Marine sí le incumbían. Por suerte era recluta y de eso solían ocuparse los Tenientes y algunos Capitanes; eso cuando no estaban de copas por ahí o en los puticlucs, liándose con lumis a costa de gastarse el sueldo de cada mes en vez de llevarlo a casa son sus mujercitas. Dejando de lado todas estas tonterías, la joven solo atendió a su entorno cuando oyó pisadas, mas no había nadie cerca, así que despertó su instinto de alerta y permaneció a la espera, mirando hacia el lugar del cual provenía el sonido de pasos.

Y al final lo vio.

Por la estatura y forma de moverse parecía ser un chico, pero la figura solo veía aumentado su tamaño y envergadura al vestir una larga capa negra que, hasta que no levantó el rostro para verla, no logró constatar que tenía razón, era un chico. Era un poco bastante raro, pero más raras eran aún sus palabras. La albina suspiró alzando la ceja derecha, ése chico debía estar borracho o drogado. Y tras decirle que si quería le ayudaba con la caja, se despelotó y la amenazó con una katana.

A ver chaval...-Gruñó la albina mirando al chico, llevando las manos a las caderas y frunciendo el ceño; era de noche y quería irse al Cuartel, así que no estaba para muchas hostias y mira por dónde, las ganas de bronca del chaval habían alimentado su mal humor y ganas de violencia gratuita. Y de paso, tras apalizarle, se lo llevaría con ella, para que pasara la noche en el cuartelillo y durmiera en un calabozo por amenazar a un Marine, ea. Pero cuando iba a alzar una mano para señalarle con un índice y soltarle una reprimenda sobre su comportamiento, apareció alguien más que se puso en medio; en este caso un pelirrojo muy alto, y sí, Marine también porque llevaba tantos emblemas en la capa y la ropa que parecía un anuncio andante.

Si algo repateaba a la albina, eran los tíos que miraban a las chicas de forma marrana, como si las desnudaran con los ojos y poco les faltaba para babear como un perro ante un hueso. Y eso era lo que hacía el pelirrojo que, además, no se cortó a la hora de alabar sus pechos. La albina bajó la mirada hacia el escote. Vale, tenía una 110 E y el vestido negro que llevaba tenía un escote que los mostraba generosamente, pero joder, ¿una chica no podía ponerse la ropa que le daba la gana sin que la tildaran de guapa, guarrilla o pilingui? Dejó de mirarse las tetas, que las tenia muy vistas, para encararse con los dos chicos, así que dejó de sopetón la caja en el suelo, se puso en cuclillas mientras el pelirrojo marine parloteaba con el de la katana y al abrirla, sus ojos se iluminaron como dos luciérnagas. Metió las manos en ella y se levantó admirando el arma que en ella había. Una preciosa guadaña de dos hojas, toda negra a excepción del filo, de un color oro viejo sublime. El brillo parecía hablarle como en un suspiro a medida que la luz de la luna dibujaba su silueta en las hojas, y una enorme sonrisa apareció en el pálido rostro de la joven. El mango de la guadaña era largo y enorme, el arma, apoyada en el suelo, era más alta que ella, así que sería curioso de ver cómo iba a manejarse con ella.

A ver zanahorio, nadie te ha pedido ayuda, así que ya te estás largando por donde has venido.-Bonitas palabras dirigidas hacia el Teniente, eso podría costarle pasar también, al igual que al chico de la katana, la noche en el calabozo, pero le daba igual. El moreno la había amenazado y tenía que devolverle el gesto. Y la guadaña iba a ser per-fec-ta. Cerró la caja con un pie y recortó la distancia que le separaba de Balmung hasta ponerse a su lado, mostrando la diferencia de estatura y dejándola como un tapón.

Pero un tapón de mala leche.

Y tú, encapuchado...-Dijo mirando seriamente al de la katana, frunciendo el ceño aún más y entrecerrando los ojos para endurecer su gesto-Yo tampoco quiero pelear, pero si me amenazas con una katana, no esperes que me quede quieta.

Ahora solo quedaba que uno de los dos diera el primer paso, y ella no sería.

Dom Jul 24, 2011 4:30 pm

Aquella noche se hacia mas pesada y pesada para el joven espadachin, primero el maldito viaje, despues la jodida costera, y ahora en un lio que no queria, una chica con una arma que era de mas altura que ella, despues un maldito marine que le brillaba la cabeza de un color raro en plena noche.

Madre mia...

Pronuncio en voz baja para el mismo mientras colocaba una de sus manos en su nuca, volvio a introducir su mano dentro de la larga tunica sacando otra katana del mismo tipo que aquella que llevaba en la mano.

Oye, hace falta pelear de verdad...

Pronuncio mientras se colocaba de pie en posicion normal, aquellas palabras parecian de una persona cobarde, pero en esos momentos la condicion fisica del joven encapuchado no lo permitia.

Y por cierto pelirrojo, deja a mi madre de lado.

Susurro despues de volver a colocarse en su posicion inicial, pie izquierdo delante y algo flexionado y el derecho detras e igualmente la katana que estaba en la mano izquierda delante y a la altura de su rostro permitiendole ver a sus oponentes y el brazo derecho a la altura de la cintura y pecho para defenderse.

Por cierto pelirrojo mantente fuera del tema, no quiero problemas con marines, tampoco provocare muchas perdidas.

Lun Jul 25, 2011 6:30 am

Aún se estaba regodeando animado por la espectacular entrada que había realizado. Muda había dejado a la pareja; la mujer tras él no emitía palabra alguna, seguramente rendida ya a los pies del Teniente y el proyecto de bandido se había mostrado sorprendido y, seguramente, asustado por la magnífica imagen que ofrecía el Luchador de flamígeros cabellos. Pues no, no iba a ser el día del Teniente, la ronda había empezado mal, había ido bien y prometía acabar peor aún. La “indefensa” mujer mostró una lengua más afilada que la mejor de las katanas…y un arma aún más afilada; una guadaña de dos hojas de esas que gusta ver pero no sentir cerca. Como no se callara seguramente sentiría muy de cerca aquella arma. El ser llamado zanahorio fue un duro golpe contra el orgullo del Marine…suficiente era con saber que los pelirrojos no tenían alma, pero tenían sentimientos. Y no solo eso, también lo obligaba a marcharse del lugar…casi logró hacerlo llorar. La imagen de sus pechos rebotando de un lado para otro del callejón ante la inminente batalla alegró bastante al Marine. Por si fuera poco el chaval le decía que ignorara la pelea ya que no deseaba problemas con la Marina, ¿es que tenía cara de corrupto o algo así? Desde luego tenía claro que la mujer no necesitaba ayuda…quizá terminaría ayudando al pobre proyecto de rufián…sería gracioso, todo había que decirlo. Superando la depresión, la indignación y evitando una futura erección por tanto pensar en pechos, habló.

- Bien, por partes…no tengo alma pero sí sentimientos y orgullo…¿no podrías llamarme pelo fresa o algo así?- Comentó el Marine ligeramente indignado.- Además estoy haciendo mi trabajo, ¿qué entrego luego en el informe? Disculpe Capitán pero una bella mujer en peligro destrozó a un pobre bandido en potencia arrasando parte del Puerto mientras yo bebía y fumaba como un vagabundo en un Cabaret. Suena genial…- La verdad es que sonaba genial, pero pasó del asunto.- Y tú, más de lo mismo, amenazas a una mujer estando armado…y ella también y pretendes que lo pase por alto, ¿no quieres problemas con la Marina? Pues no asaltes a la gente por la calle. Es lógica.- Suspiró pesadamente mientras le daba otra calada al cigarrillo y ajustaba sus guantes.- Mira chaval, para no darte la paliza de tu vida usaré únicamente las piernas para combatir…y ya se sabe. Las damas primero.- No pensaba participar de forma muy activa en el combate. Un par de golpes, alguna que otra defensa y adiós al chaval. Lo dejaría en una cuneta para que aprendiera la lección. Daba igual, el primer movimiento correspondía a la mujer.

Lun Jul 25, 2011 7:17 am

Zanahoria-kun pareció molesto por el mote, pero es que a ver, tenía una razón de llamarle así, y mientras seguía con la guadaña apoyada en el suelo, y rodaba un poco el mango en la mano derecha, con la zurda en la cadera, suspiró frunciendo los morritos, mirando al alto Teniente-Tienes el pelo naranja, las zanahorias son naranjas, por eso Zanahoria-kun te va mejor que Fresita-kun, porque las fresas son rojas y tu pelo no.-Explicación digna de un niño de parvulario pero que no por eso estaba exenta de razón, al contrario.

Meditó sobre la explicación del joven; que si no le prestaba ayuda entonces no tenía nada que poner en el informe, pero eso tampoco era su culpa. Podía ser mujer y ser rellenita, podía ser bajita y tener alas de Ángel -porque lo era- pero no por eso iba a ser una pánfila que se iba a dejar pegar por el primer ente que pasara por delante-Pues en el informe pones lo que ha pasado de verdad, que una joven salía de comprar y un vándalo la ha amenazado con una katana, pero tu trabajo ha sido innecesario ya que la muchacha se ha defendido sola. Oye, que yo te lo agradezco, pero que no hace falta, si quieres te esperas ahí en la esquina y cuando le haya dado dos buenas hostias te lo llevas al Cuartel y te quedas el mérito, que no me importa.

Parecía que la discusión entre los dos Marines seguía, y más que dos compañeros de facción, eran una pareja mal avenida. Él, Teniente con complejo de superhéroe que debe socorrer a todas las damas del mundo para luego trincárselas, ella, una Ángel que tenía más mala leche de la que se suponía normal en el género femenino y con la boca tan sucia como un descampado lleno gitanos. Y se acordó del moreno, que, tras hablar escuetamente, se puso en posición de espera, exigiendo a Balmung que se mantuviera al margen; iba claramente a por ella y ella iba a darle juerga.

Por favor Zanahoria-kun, él ha venido a por mi, déjamelo un rato y si me hace pupita te metes.-Habló cogiendo la guadaña con las dos manos para, sin nada más que decir, aferrando los dedos en el mango, alzarla hasta la cintura pero en diagonal [la mano derecha más cerca de la hoja, mientras con la izquierda mantiene el equilibrio], se puso delante de Balmung e instó al muchacho a que la atacara-Ya que has venido con ganas de amenazar, demuestra lo que sabes hacer. Venga.

[Off: Genei, tú primero, que mis pj no suelen dar el primer paso xDD]

Lun Jul 25, 2011 10:25 am

El pobre espadachin que ya mas o menos conocia cual era su destino en aquel combate alzo la mirada al cielo mientras inclinaba su cabeza hacia la derecha y lanzando un suspiro de la boca...

.....

Genei miraba atentamente el discurso que sucedia entre aquellos 2 individuos, por una parte el joven pelirrojo el llamado zanahoria por la joven chica queria hacerse el poderoso y el heroe de una chica que ni siquiera conocia, y por otro lado una mujer con caracter que andaba de mala leche en esos momentos por culpa de una pequena amenaza con una simple katana.

Si alguien me hubiera dicho que era una chica.... no levantaria ninguna katana, menudo destino...

En ese momento se escucharon unas palabras de desafio, palabras de desafio que ni mas ni menos salian de la boca de aquella chica...

Bien, si hace falta luchar, lucho. Y si pierdo bien por mi por lo menos tendre donde dormir esta noche... en un calabozo, en vez de dormir en la calle donde el frio de la noche no me dejaria en paz...

Despues de decir todo eso, Genei envaino una de sus katanas dentro de la capa, claramente donde correspondia. Echo a correr hacia su contrincante, cuando ya estaba a un metro de la joven chica flexiono su rodilla derecha que llevaba detras y se inclino un poco hacia la derecha justo despues de inclinarse lanzo una fuerte estocada con su mano derecha con la katana en el muslo izquierdo de la joven y en ese mismo momento un kunai bajo de la manga izquierda de la capa, que el joven espadachin aprovecho para lanzarlo a la zona pectoral de la chica...

Despues de lanzar aquel kunai, otro kunai volvio a bajar de la manga izquierda pero este lo mantenia sostenido en la mano para defenderse de cualquier ataque sorpresa.

Lun Jul 25, 2011 11:04 am

"Si alguien me hubiera dicho que era una chica.... no levantaria ninguna katana, menudo destino...". Vale, solo le faltó eso a la albina para acabar de encender la mecha de su poca paciencia. ¿Acaso no se veía claramente que era una chica? Llevaba corsé, falda, tacones y un escote que casi le llegaba al ombligo y dos tetas como dos tartas de nata, blanquitas y blanditas asomando por el encaje negro del corsé. Pero bueno, si eso no bastaba para ser clasificada como mujer, adelante...La próxima vez tendría que ir con los pechos al aire o sin falda, mostrando la ropa interior para sacar de dudas a la gente o algo parecido.

Pero tras hablar, al fin el muchacho se movió. Y de forma bastante predecible, o sencilla, mejor dicho. O básica. Una corta carrera que la albina se limitó a responder torciendo ligeramente el cuerpo, echando el pie derecho hacia atrás un paso y anclando en él la mayor parte del peso, frenando en seco el katanazo gracias al mango de la guadaña. En ése momento agradeció mentalmente la ayuda de la anciana al darle ése arma, la verdad es que la maldita cuchilla iba fenomenal. Afianzó con más seguridad el pie en el suelo, mas algo asomó por las ropas del moreno, y es que un puntito brillante salió disparado hacia ella, pero no le hizo gran daño; a pesar de que iba dirigido al pecho, solo notó un pinchazo en éste. Bajó sus ojos rojos hacia dicha zona y se arrancó el kunai de cuajo, mirándolo con atención antes de metérselo dentro del corsé, no fuera que si lo tiraba al suelo, al chico le diera por recogerlo para reutilizarlo luego.

Mira, lo único que me jode del kunai es que me has hecho sangre y es algo que cuesta mucho de sacar de la ropa, ahora tendré que lavar el corsé varias veces.-Dijo suspirando antes de flexionar los brazos y empujar al joven hacia atrás para apartarlo de ella, intentando así alejar la hoja de la katana del mango de su guadaña. Como la muchacha había echado el pie derecho hacia atrás segundos antes, aprovechó para impulsarse hacia delante, girando la guadaña en el sentido de las agujas del reloj para, tras dar un enorme paso hacia el moreno, soltarla en picado para atravesarle de arriba a abajo o, en su defecto, rasgarle la ropa y pegarle un buen tajo que le fuera desde el pecho hasta el vientre. La guadaña no era un arma que permitiera saltar haciendo cabriolas como si fuera una artista de Circo, pero su peso potenciaba la fuerza de sus cortes y por poco que rozara la piel, ésta se abriría y empezaría a sangrar.

Ojo por ojo, kunai por hoja de guadaña, si ella se llevaba un pinchacito en el pecho, él se llevaría un tajo que le sacaría las tripas. O almenos, hasta que la Marine no viera los intestinos del muchacho en el suelo, no pararía de acosarle a guadañazos.

Lun Jul 25, 2011 11:26 am

Cojones!!, la chica habia bloqueado la katana y recibio un corte con el kunai en sus enormes pechos, mejor dicho lo que parecia verse es que aquellos grandes pechos habian absorbido la energia con la que iba cargado aquel kunai...

Despues de ese interesante panorama el joven Genei sintio como la chica lo empujaba hacia detras y justo despues de eso el sonido que echaba cualquier objeto cuando sufria friccion con el aire resono en los oidos de Genei, y se dio cuenta de que se trataba de un arma con filo gracias a su perfecta experiencia en ese area, alzo la mirada hacia arriba y vio como la guadana de la joven chica venia desde arriba de una manera tan brutal que si llegara a tocarlo lo aplastaria y lo transformaria en carne picada. Pero para esquivar eso, ni mas ni menos lo unico que hizo Genei fue aprovechar el empujon que le habia echo la chica que lo habia dejado medio desequilibrado para tirarse hacia detras y caer de espaldas en el suelo.

Uff...

Despues de ese suspiro el suelo de aquella calle retumbo debido a la fuerte estocada de la jovencita.

Creeme no te hace falta ayuda de parte de nadie...

Dijo mientras se levantaba del suelo realizando una maniobra de artes marciales. [off: supongo que ya sebeis cual es, no quiero explicarla sino me tiro toda la tarde. ON:] Despues de levantarse, Genei se quedo parado en su sitio en su posicion de combate con una mano en el mango de la katana a la altura de su rostro y la otra mano con un kunai inclinado hacia abajo.

Lun Jul 25, 2011 11:54 am

Off: Podéis dejar de saltarme? ._.

Lun Jul 25, 2011 2:31 pm

off: no te estamos saltando, pero si el combate es entre debris y yo, lo terminamos y ya y si quieres puedes postear debes encuando como si estuvieras viendo lo que pasa en el combate, o no crees?. Bueno la idea de seguir el combate debris y yo fue mia Razz

debris estaba tamb de acuerdo.

Lun Jul 25, 2011 3:03 pm

Off: Para saltar a una persona hay que pedirle permiso al user en cuestión, no es algo que se habla con otra persona y se hace como si nada. Pero ya me salgo y tenéis el combate para vosotros solos. Será cutre, no estoy de humor.

Tras unos segundos de mera observación el Teniente había sacado dos cosas en claro; la primera es que la mujer era una curtida y resistente combatiente en el manejo de armas pesadas, pues se había deshecho de su veloz enemigo recibiendo una única herida por la que no se había ni inmutado. Lo segundo que había podido apreciar es que el combate estaba sentenciado desde el primer momento a favor de la mujer. El chaval, por muy diestro o rápido que fuera con sus letales armas, había dejado claro que su nivel no se acercaba ni un poco al de la luchadora, mucho menos al suyo propio. Entrar en el combate supondría una sentencia para el Espadachín…no le gustaban los enemigos débiles, eran aburridos y sencillos. Perdido todo el interés en el combate y en sus integrantes, la mujer no sería cosa fácil así que sería una pérdida de tiempo el intentar sorprenderla dando patadas a un simple bandido, y al chaval le faltaban unos años para pulir sus habilidades. El Marine no era conocido por su paciencia y claro lo dejó cuando, tras tirar su cigarrillo consumido al suelo, abandonó la escena en silencio siguiendo con su ronda…y haciendo una posible parada por algún cabaret. A saber.

Lun Jul 25, 2011 3:17 pm

off: como quieras, yo tambien me salgo.

on:

Genei vio como aquel teniente se retiraba ni mas ni menos, era algo raro que sucediera una cosa como esas, solo podria pasar en un caso, sabiendo que la chica es lo suficiente para terminar aquel combate. Esa era la unica razon que en esos momentos caia en la cabeza de Genei, ya que era algo imposible que un marine dejara a un combate como ese seguir asi sin mas.

Oye chica, este combate esta siguiendo asi por asi, yo no queria mantener un combate asi. Ademas no tenia intencion de provocar a nadie, losiento si te he provocado alguna perdida de tiempo o si te he molestado con alguna groseria o si te he causado algun problema.

Dijo esas palabras mientras bajaba su cabeza con senal respetuosa. Despues de eso volvio a colocar el kunai que tenia en su mano en su sitio y envaino la katana que llevaba en su otra mano.

Genei siguio su camino sin mas.

Lun Jul 25, 2011 3:28 pm

Y para variar, así como se metió en un embolao con el moreno y el pelirrojo al cabo de pocos minutos dejó de estar rodeada por dos hombres para verse sola, con los brazos estirados sujetando la guadaña contra la pomposa falda, las cejas alzadas y los ojos bien abiertos, pestañeando mientras miraba a un lado y al otro.

Nada. La tienda había cerrado, las casas estaban igual y la calle se presentaba tan solitaria como antes de iniciar la pelea pero con la única diferencia de que ahora el cielo no estaba anaranjado por el atardecer, estaba negro como un peguero y la luna redondita colgaba en él, rodeada de cientos de miles de millones de estrellitas de diferentes tamaños. La joven se encogió de hombros, lo mejor sería pasar de los dos y hacer como si ese encuentro no hubiera tenido lugar, solo había logrado distraerse de lo que quería hacer. Andando despacito abrió la caja para dejar en ella la guadaña de nuevo, cerrándola y colgándosela de un hombro gracias a la cinta que tenía justo para ese propósito y echó a andar calle abajo, por otro lado diferente al que habían tomado el marine pelirrojo y el ninja moreno.

¿Dónde iba a ir ahora? Quizás cenar era buena idea...

[Pasado|De compras y algo más]

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