Misión: Entrada dinámica (?)

Tras salir de la villa en que se habían conocido, Jared y Sieghart ya se encontraban en el camino principal hacia la ciudad. Sin haberlo notado se habían unido a una gran caravana de viajeros que buscaban poder vender sus servicios de protectores a los nobles de la isla, y que se podía esperar de uno de los lugares más famososo por el dinero agrupado en este. Cualquiera que lograra cumplir las expectativas de los adinerados ciudadanos tenía su vida hecha completamente.

Jared abrió por primera vez sus ojos desde que habían logrado convencer a un sujeto que les diera un aventon en su carreta. A su lado derecho estaba Sieghart, a su izquierda la barda de madera que le dejaba ver la gran cantidad de guerreros armados que seguian a paso lento en la fila. Bostezó una vez sin intentar ocultar su pereza y enseguida se fijó que frente a él estaba un sujeto con una increible musculatura, este le veía con pesima cara y parecía estar listo para escupir algun insulto. No le dió gran importancia y con un solo movimiento de su ceja lo hizo de menos antes de volver a retomar una cómoda posición ccubriendo sus orbes con la ligera capa cutanea que eran sus párpados para evitar ver el gesto de respuesta de su nuevo "amiguito".

"Con tantos sujetos compitiendo por un puesto... seguro que nos pondrán a prueba" Mentó mientras hacia su intento por relajarse acomodando su cabeza hacia atrás en la dura madera mientras que evitaba que sus manos estuvieran columpiandose por ahi al cruzarlos. Sin embargo tan pronto sintió que ya podía dejarse llevar por el sueño una voz llamó su atención. Un sujeto que preguntaba sobre los motivos de "Tanto inmundo extranjero".

- Maldita sea... que escandalosos - Volteó molesto para fijarse que ya estaban en las puertas de la resguardada ciudad y que frente a ellos había un grupo de guardias mientras que en la cima del muro un grupo de nobles parecían verlos con claro desdén. - Tsk... aquí es donde empieza todo. Atento capita - Musitó con seriedad mientras le daba un ligero codazo a su colega para llamar su atención.

Uno de los nobles de mayor riqueza y alcurnia descendió a la zona donde se encontraba toda aquella gran cantidad de hombres, todos y cada uno dispuestos a ser elegidos los guardias personales de aquel distinguido señor. No, en realidad era mas el capricho de un niño mimado que era terriblemente miedoso por lo que costear un par de guardaespaldas no era problema alguno para él con el dinero de papá. Los caprichos de aquel hombre eran grandes y estúpidos, al caminar iba eliminando a algunos y a otros ni siquiera les daba algo de atención sino que de plano los ignoraba. Mas al ir avanzando el hombre, acompañado por guardias de su padre mientras el buscaba los suyos personales.

Caminó hasta la zona donde encontró a varios prospectos que le llamaron la atención. Lo raro es que los iba agrupando…que tenía pensado hacer aquel caprichoso noble?. Por fin después de algunos minutos llegó hasta la zona donde encontraría a dos individuos que prometían, según la opinión de aquel hombre. Un hombre de cabellos oscuros y un peliazul. Los separó de la fila haciendo apenas un gesto desganados y tuvieron que esperar por unos minutos hasta que el tipo regreso con otros dos hombres que postulaban por el mismo puesto. Que se proponía?

-Pues a ver, van a pelear ustedes dos que parecen amigos contra estos dos, pero de esta manera: tu largirucho con el de pelo azul (Sieg) y tu rosadito con el otro (Jared)… ya luego veo que pasa, pero el equipo que gana pasará a la siguiente ronda… aceptan?-

Dijo casi sin ganas mientras se adelantaba para formar otro grupo de cuatro personas. Y aquellos piratas ocultos no la tendrían muy fácil ya que el equipo contrario parecía muy fuerte además de raro. Sería una batalla entretenida, de aceptar los piratas tendrían que seguirlo hasta el improvisado campo de batalla y aprestarse a combatir, debían elegir solamente un arma de todo su repertorio y las reglas eran que la pelea acabaría hasta que alguno quedara inconsciente.

Spoiler:

El carmesí mirar se postró fijamente en los nobles que tan altivos miraban al gran grupo de aspirantes, como si se tratasen de dioses viendo a los simples mortales. Ya desde esa clase de arrogancia era imposible creer que tendrían un trato humano para quien no equiparara su estatus económico. De entre ellos uno resaltaba, no solo porque era el único bien resguardado por un grupo.... estrecho por así decirlo, sino que además poseía una diferencia en la actitud, irradiaba un sadismo único pero que además apestaba a miedo. Su caminar entre la multitud, y después entre los aspirantes a fuerzas de seguridad, parecía la pasarela de una princesa en un mal barrio, el asco se combinaba con el temor de que alguna "rata" le mordiera. Solo pensar en que le recordaban a su hermano en juventud hizo que sintiera un fuerte mareo seguido de un adictivo impulso de salir y atacarlo. A sus ojos la imagen del noble pasaba a volverse la de su perdido hermano y con eso le era ya demasiado trabajo el evitar saltarle encima para molerlo a golpe.

"Tsk... este tipo, querrá divertirse con nosotros... Necesito llamar su atención" Mentó intentando disipar la ilusión de su hermano, recobrando su impecable concentración para poder llevar a cabo el papel que interpretaban. Para su fortuna, o infortunio dependiendo como se viera, el petulante muchacho se aceró hacia él y Sieghart, mirándolos con cierta curiosidad. Al sentir los enfermizos ojos de aquel insecto sobre su persona, como hiena antes de morder, no pudo evitar el dirigirle una fiera mirada, aunque limitada para no ser amenazado o atacado... era agresivo pero no estúpido, de hecho si por su persona hubiese sido solo hubiera estirado su mano para tomar la cabeza del noble y como un tomate aplastarlo. Pero obviamente eso dañaría su plan.

Sin embargo su agresión tuvo un resultado favorable puesto que tanto él como su colega de gafas brillantes fueron separados del grupo, junto con los demás elegidos, para iniciar una especie de prueba. Esperaba alguna locura, pero lo que les fue ordenado simplemente superaba sus expectativas, habían sido convertidos en gladiadores solo para el espectáculo de un enclenque con suficientes monedas, vaya si su orgullo estaba sufriendo sus buenos golpes. Más el destino tenía un ataque final en contra de su integridad... su rival, un sujeto sumamente musculoso, de cabellera rizada y larga, labios como de pescado y una vestimenta que parecía sacada de la peor pesadilla de una bailarina de ballet. Estaba empezando a pensar que matarlos a todo sería una manera más fácil de lograr el robo.

Finalmente llegaron al campo de batalla, lo único que le diferenciaba de una pradera normal era que a su alrededor había una barda circular de madera... gran cosa. Miró con seriedad hacia sus enemigos, tras ello cerró sus ojos y tranquilamente se cruzo de brazos - Basuras... - Susurró claramente cabreado pero guardándose su enojo solo para el, haciendo caso omiso de su nuevo oponente. Tal postura incluso haría creer a la gente que no pelearía, aunque la verdad era que solo esperaba poder desquitar todo su coraje.

La espera parecía hacerse eterna para aquel par de piratas encubiertos, haciendo que el peli-azulado pensase en las posibilidades que habría para colarse en la ciudad sin ser vistos, o causando el menor daño posible a la guardia de la misma, más sin embargo, se dió cuenta de que sería imposible, ya que su mirada se poso fugazmente sobre los altos muros, donde había varias personas también vigilando desde las alturas, de seguro francotiradores que les atravesarían el cerebro limpiamente con tan solo accionar un gatillo. En esos momentos, comenzó a despreciar las armas de fuego, pensando en que no había honra en luchar a distancia con ese tipo de instrumentos, teniendo en cuenta que lo suyo era el cuerpo a cuerpo con armas punzo cortantes.

Pero la suerte sonrió al par de piratas, siendo nuevamente los hilos movidos por un ente misterioso y etéreo, el destino, el cual guió a los muchachos un noble, con cara de despreció a lo que lo rodeaba, pero temor palpable en el ambiente que le acompañaba, aunque eso no le importaba para nada al espadachín, el cual se levanto de su asiento y siguió a su acompañante, detrás del acaudalado sujeto, el cual les había seleccionado, sin revelar aún sus intenciones.

Entonces se detuvieron, viendo que el sujeto les había guiado hacía donde otros dos mercenarios, un sujeto con apariencia algo... Femenina, y un esbelto y alto muchacho, el cual fue marcado como su oponente por el noble, algo que hizo sonreír al peli-azulado con bastante intensidad y energía, llevando su diestra hacía el largo mango de su guadaña, retirándola así de su espalda y sujetándola también con su siniestra, un poco más abajo, para luego hacerla girar un par de veces hacía ese lado, sujetándola nuevamente con su mano derecha pero con aún más firmeza, dejando la hoja casi pegada al suelo y en dirección a su rival, al tiempo que decía. - ¡Esto será interesante! - Exclamó con efusividad y emoción, al tiempo que liberaba la cadena de su pecho y dejaba caer su enorme espadón al suelo, clavándose en el mismo hasta pasado la mitad de este, lo cual haría imposible de retirar a no ser que se hiciese un esfuerzo continuó, lo cual daría tiempo de volver si alguien deseaba, o más bien se atrevía, a llevársela.

Con menos peso sobre si mismo, acomodo con su siniestra las dos katanas que portaba en su cintura, del lado izquierdo, para luego flexionar levemente sus piernas y lanzarse rápidamente en dirección al sujeto, el larguirucho, corriendo a gran velocidad, y para cuando hubo llegado a su rival, se paro en seco y distribuyo todo el peso de su cuerpo en su pie derecho, realizando así un giro sobre su eje de derecha a izquierda, siendo el pie el centro de la rotación, llevando su guadaña desde abajo hacía arriba en un poderoso corte diagonal ascendente y hacía la izquierda, potenciado por la inercia del giro y la velocidad de su avanzada, la cual fue "absorbida" por su rotación, lo cual haría que el golpe fuese devastador.

Los piratas habían actuado de maneras diferentes. Jared el pelinegro no había actuado de manera mas ofensiva sino que seguramente había preferido ser primero observador de lo que haría su extraño contendiente. Este tipo musculoso pero evidentemente afeminado podría ser peligroso si es que no se le tomaba en serio. Primero dio unos saltitos como si fuera una niña alegre de haber sido seleccionado pero su postura cambio al llegar al campo de batalla, se puso instantáneamente mas serio.

-Ay cariñito, ya se que te encanta este fabuloso cuerpo pero no tendré piedad por ello, ya verássss-

Le dijo aquel extraño sujeto mientras se abalanzaba en un furibundo ataque hacia el pelinegro… su arma? Un nodachi bastante largo y muy afilado era el que empuñaba en aquel momento con intenciones claras de hacerles daño. El movimiento de aquel enorme sujeto era bastante veloz y parecía flotar por sobre el piso como si de una balerina de ballet se tratase. El corte estaba entendido que sucediese de izquierda a derecha e inmediatamente uno en el sentido contrario después de aquel en combinación, acercándose lo suficiente a Jared a una velocidad envidiable y usando todo el rango que el nodachi le proporcionaba para acertar los cortes, que de ser concretados como el rosado balerista pensaba, causaría grandes daños. El pelioscuro pirata tendría muchos problemas si es que no hacía algo para esquivar aquel golpe y si es que lo lograba idear un contraataque.

La situación con Sieg el peliazul había ido por otro lado… el se había mostrado mas decidido a atacar. El larguirucho contrincante del pirata sonrió al ver que la única arma que usaría en el combate sería aquella guadaña ya que esa era una de las reglas de aquel combate. Aquel hombre era un sádico amante de infringir dolor a los demás, especialista en torturas y el arma de su elección había sido una alabarda muy larga. Sintió el acercamiento del pirata con aquella imponente guadaña mas para la sorpresa del pirata aquel ataque solo llegaría a rasgarle aquella larga túnica que usaba que lo cubría hasta la boca solo dejando ver unos ojos dispuestos a todo con tal de obtener la victoria. Como había evitado el corte?. Un salto de proporciones sobrehumanas y de raro desplazamiento… algo que el peliazul debía tener en cuenta para posteriores ataques, ese hombre no se movía de una forma común… cual sería su habilidad?

Su contragolpe fue simple pero desenfrenado, aprovechando toda la longitud de su arma lanzando varias estocadas (7) hacia delante mientras el avanzaba con furia y rapidez tratando de hacer del cuerpo de Sieg una verdadera coladera. Apuntó en diferentes partes de su cuerpo para hacer mas complicada la defensa… hacia el estómago, las piernas, el pecho, el cuello… parecía que sus movidas fueran al azar cegadas por la locura de la pelea, pero quizás no era tanto así… aquellos contrincantes habían resultado ser complicados… que harían los piratas para salir victoriosos?.

Aun con sus ojos cerrados se mantuvo expectante a los sucesos. Pudo sentir que su camarada se lanzaba al ataque de manera contraria a él que había preferido esperar. Por el otro lado, su contrincante, aquel sujeto de tremenda fisionomía pero horripilante estilo hacía una réplica hacia la actitud tomada por Jared. Normalmente hubiera hecho caso omiso de las palabras dirigidas por su antagonista más esta vez, la peculiaridad de los comentarios hicieron que incluso el siempre concentrado pelinegro tuviese un pequeño tic en el parpado.

- Cállate... - Expresó algo molesto mientras sus ojos finalmente eran mostrados nuevamente, solo para poder fijarse en que aquel corpulento sujeto se acababa de lanzar en su contra desenfundando una larga espada de tipo oriental. Su ceja se frunció mientras rápidamente su mente hizo el análisis pertinente. Con un arma de filo de tal tamaño sería un problema mantenerse a media distancia puesto que el no tenía objeto alguno con el cual defenderse, una obvia desventaja que se apreciaba solo con la mirada... pero ¿enserio era una desventaja?.

Dio un impulso hacia la retaguardia con su pie débil, el izquierdo, dando un paso largo con el derecho mientras que acomodaba el equilibrio de su cuerpo hacia atrás por unos instantes. Así, en un preciso y no muy trabajado movimiento alcanzo a salir del rango de ataque de la nodachi aunque fuese por escasos centímetros puesto que el filo de esta de cerca había rozado la chaqueta que siempre cargaba cual capa. En aquel momento lejos de un gesto de preocupación, su rostro forjó una confiada sonrisa a la par que su altivo mirar veía con tremenda superioridad al musculoso que preparaba el segundo paso de su ataque... segundo paso que llevaba a una perfecta oportunidad de contraataque.

- ... Ahora estas en mi mundo - Susurró mientras que en un movimiento de vaivén columpiaba su tronco superior hacia el frente ahora impulsando su cuerpo con su pie fuerte, logrando no solo un impulso mucho más largo sino que más fuerte y rápido también que le sirvió para cerrar el pequeño espacio que existía entre combatientes, sin embargo ese no era el fin puesto que en un continuo danzar de su cuerpo sus músculos se tensaron al máximo mientras que su brazo derecho alcanzaba con la palma de la mano a empujar el brazo izquierdo de su adversario aprisionándolo contra su propio pecho. Así gracias a la fuerza que su brazo extendido le daba había logrado evitar que el gigantón pudiera realizar su segundo ataque, pero mucho más que eso... había dejado todo el costado de su adversario descubierto para lo siguiente, un tremendo impacto de su puño izquierdo que llevaba el impulso entero de un giro y del cuerpo de Jared. Tal golpe al hígado iba con la clara intención de despedazar las costillas de aquel giganton.

La ofensiva por parte del peli-azulado había sido esquivada por el larguirucho, el cual efectuó un salto hacía arriba y de manera sumamente extraña, eludiendo así los tres filos de la guadaña que de seguro le hubiesen partido a la mitad si le golpeaban directo, aunque claro, sabía que no todo iba a ser tan fácil. Entonces, el sujeto realizo una serie de estocadas dirigidas hacía el cuerpo del espadachín, el cual interpuso su guadaña en medio de la lluvia de ataques, intentando así enganchar la alabarda entre los filos de su guadaña, para así aprovechar que su pie diestro aún era su punto de apoyo, donde todo su peso estaba distribuido, lo cual uso para impulsarse con el mismo hacía su lateral derecho, intentando llevarse consigo la alabarda, si es que la enganchaba, y además evitar las estocadas que le lloverían si no atrapaba el arma de su rival.

Entonces, apenas hubo tocado el suelo, tomo con ambas manos la guadaña y roto sobre si mismo nuevamente y hacía la misma dirección, de derecha a izquierda, está vez alzando su guadaña para así al girar realizar un corte diagonal descendente que acompañaba la rotación, esperando que su rival ahora en medio del frenesí de ataques no pudiese evitar la ofensiva, más sin embargo, si lograba quitarle la alabarda con su anterior movimiento, la arrojaría al suelo antes de realizar su ataque, si no le entorpecería bastante. Lo más sorprendente del hecho fue que, en medio de su ataque, el peli-azul exclamó. - No tengo tiempo para esto, ¡Aún hay alguien que aguarda mi retorno! - Sentenció con total seriedad, haciendo alusión a la muchacha de rosada cabellera que le esperaba en Logue Town, si es que aún estaba allí, pero de todas formas la buscaría, ya que no había podido sacársela de la cabeza, ni tampoco había querido hacerlo, por lo que necesitaba pasar la prueba para así hacerse a la mar nuevamente y dirigirse hacía Logue Town, esperando que Aredhel aún le estuviese esperando.

Y así el improvisado torneo daba inicio, la movidas iniciales ya habían sido dadas y ahora se verían los contraataques y demás acción. El gigante que vestía de rosa parecía confiado de sus armas mas su rival no mostraba preocupación, sería una batalla interesante. El primer corte apenas pudo ser esquivado por Jared que buscaría el momento oportuno para poder luchar de igual a igual acortando las distancias. Usó la velocidad para interrumpir su segundo corte tratando de inutilizar su mano, la que usaba para manejar aquella arma y de paso concretar el golpe que fue dado con gran fortaleza… solamente había un problema… aquel gran hombre apenas se quejó del dolor y es mas, la mano izquierda de Jared se vería seriamente dañada, a lo mejor rota, que tenía ese tipo en su cuerpo?

-Te dije que mi cuerpo era fabuloso lindura… ya ves, pero igual te quiero, muak!-

Lanzó un besito al aire mientras que Jared aún confundido y con la mano dañada recibiría de improvisto una combinación de un puño con su mano libre dirigido directamente al rostro el cual sería muy difícil de esquivar, era un impacto seguro. Seguidamente lanzó un estoque ofensivo que pretendía atravesarle el estómago al pirata, ese ataque si debía ser esquivado si no quería perder prematuramente.

Por otro lado la lucha de guadaña y alabarda proseguía por buenas combinaciones de parte de ambos. El peliazul dio un gran contragolpe ofensivo. Entorpecería el ataque del rival utilizando el arma que tenía, sumamente versátil. Nuevamente un bizarro movimiento de su rival evitaría el corte de manera directa, tan solo una amplia rasgadura de sus ropas, parecía que el tipo pudiera doblarse como si fuese una hoja de papel o una tela extraña además de realizar todos aquellos movimientos a una velocidad terrible.

-Pues parece que vas a tardar un poco mas… quizás ese alguien que te espera te verá en tu funeral-

Le dijo con total malicia nuevamente con su alabarda en mano pero ahora la alabarda se estiraba de una manera extraña y tomaba ángulos que no eran naturales para la rectitud normal, a veces parecía que se movía como una serpiente. Quizás una habilidad o un atributo especial?. Pero algo extraño pasó… el tipo no parecía atacar, si no mas bien parecía disfrutar esa posición defensiva que tenía. Una sonrisa enfermiza se dibujo en el rostro de aquel sujeto.

-Aunque, sabes que? He decidido tomarme mi tiempo… si estas apurado mejor ver que haces para acelerar la situación no?-

Le dijo en un tono burlón mientras lo llamaba con la mano a hacer lo que viera por conveniente en una actitud de lo mas altiva y vanidosa, quería desesperarlo. Y la batalla proseguiría según las decisiones de sus participantes, como reaccionarían ante los ataques y la provocación directa?.

La batalla debía haber terminado, los pasos, el movimiento, el tiempo, la fuerza todo había sido preciso todo había sido perfecto y aun así... - Tsk!! - Fue el único sonido de dolor que se escucho tras el tremendo impacto, sin embargo no era el gigantón quien había vociferado en respuesta al daño sino que Jared quien instantáneamente había retirado su mano solo para sostenerla con la derecha. Podía sentir un fuerte dolor, más aun podía mover un poco sus dedos, no estaba totalmente rota pero sin duda no se había alejado mucho de estarlo. ¿qué demonios era esa piel? su dureza era mucho más haya de simples músculos... era como si tuviera una capa extra y blindada.

- Maldito... - Susurró iracundo mientras veía con incredulidad y claros gestos de dolor su puño que ahora simplemente temblaba. Sin embargo su instinto de combate le obligó a mirar a su oponente solo para alcanzar a notar un puño que invadía su rango de visión. Por pura reacción no puedo más que saltar hacia atrás, sin suficiente tiempo como para evitar el golpe que había sido lanzado pero más para evitar lo que vendría. Así mientras el puño de aquel extraño enemigo impactaba de lleno contra su cara, Jared aprovechaba la fuerza de este para impulsarse hacia atrás, fuera del rango del segundo ataque, una mortal estocada.

Así había logrado evitar el ataque más peligroso pero no limpiamente pues al reganar su postura defensiva se pudo apreciar como su rostro mostraba la marca del puñetazo además de un hilo de sangre que caía desde su boca - Nada de golpes al cuerpo... esto no es bueno... - Susurró para si mismo en un intento de idear una estretegia, ahora estaba seguro de que no podría dañarlo con ataques normales, ni pensar en embestir su abdomen o dañar sus extremidades... su cuello y rostro podían ser sus únicos puntos débiles. Aunque lo cierto era que... si lograba desarmarlo tendría una ventaja más.

Sin opciones decidió mantenerse a la defensiva quedando expectante de un nuevo ataque por parte de su contrario mientras que por otro lado intentaba mantener un gesto de superioridad, ocultando el dolor en su totalidad y recobrando aquella actitud altiva que tuvo al inicio del combate - Muy bien, entonces quedamos sin jugueteo... no es como que quiera seguir tocando una basura como tu - Agregó arrogante sabiendo que sus palabras afectarían a tan molesto enemigo, al fin y al cabo todos tenían su propio nivel de ego.

Su ofensiva había sido esquivada nuevamente a base de extraños saltos que aún no se explicaba como eran realizados, aunque de seguro tenía alguna clase de truco como para esquivar de esa manera cada golpe que era lanzado por el peli-azulado, sin importar que estos viniesen de improvisto, pero bueno, ya encontraría la manera de vencerle. Pero sus divagaciones no pudieron concretarse del todo, ya que su rival exclamó unas pocas palabras que hicieron salir de sus cabales al espadachín, teniendo en cuenta la promesa que este había realizado a la muchacha, pero pronto su semblante volvió a tornarse enérgico y sonriente, al tiempo que le decía al larguirucho. - Lamento desilusionarte pero… Prometí proteger a alguien hasta la muerte, y no puedo bajar mis brazos aún, ya que no pienso romper mi promesa… Prepárate, gigantón. – Expresó con algo más de seriedad en sus palabras, denotando que ahora se pondría más serio que antes, y aunque la alabarda de su rival estuviese tomando formas extrañas, algo que no pudo explicarse, el iba a lanzarse hacía este sin pensárselo dos veces.

Entonces, tomo la guadaña con su diestra, sujetando el mango con fuerza, para luego flexionar sus piernas levemente y comenzar a correr hacía el larguirucho, acortando la distancia entre estos en un par de segundos, para así impulsarse con fuerza haciendo uso de ambas piernas, elevando su guadaña para luego dejarla caer en un poderoso corte diagonal descendente, de izquierda a derecha, el cual sería devastador teniendo en cuenta la inercia del salto y de la caída. Pero eso no era todo, ya que en medio del camino, su siniestra se situó en la tsuka de una de sus dos katanas, para luego desenfundarla y realizar un corte diagonal ascendente y de izquierda a derecha al tiempo que se elevaba, sin interponerse en la trayectoria de la guadaña, y abarcando más que nada su lateral izquierdo, para intentar así cortarle la ruta de escape al sujeto, aunque de seguro volvería a esquivarle con sus extraños e intrincados saltos, lo cual aprovecharía para lanzar su espada cual proyectil hacía este, ya que en el aire le resultaría sumamente difícil el esquivar, o al menos eso pensaba.

El pirata que había estado combatiendo con el tipo balerista había sido testigo privilegiado de esa peculiar característica de la dureza que podía tener su piel... o lo que sea que estuviera debajo de ella. La provocación fue el siguiente movimiento elegido por Jared que viendose en incapacidad de atacar por obvias razones quizás había pensado que el desconcentrarlo podía hacerlo cometer algún error... quizás tendría exito.

Por otro lado el peliazul parecía ya estar entendiendo como era la mecánica usada por el alto y extraño rival que le había tocado... su ofensiva había sido clara y a pesar de los erráticos e inesperados movimientos de su rival había atacado de manera precisa no había forma de huir para aquel tipo. Muchos de los otros contendientes de las peleas anteriores ahora hacían de espectadores de la que protagonizaban Jared y Sieg en aquellos momentos, era la última que todavía continuaba de aquella primera ronda... el noble observaba con su catalejo algo mas lejos de todos con gran interés. Sieghart declaraba que estaba completamente decidido a vencer y aquel movimiento lo había demostrado... solo había un problema. Todos notaron que había usado otra arma, su katana. Había olvidado que las reglas del noble decían que solo se podía usar una sola arma por la que todo el público y el rosado compañero del afectado reclamaron de inmediato.

-Hey!!! Hey!!! Eso es trampa...muchachos, acabemos con estos feos tramposos!!-

Grito el musculoso tipo completamente indignado. La masa humana estaba enardecida ya que ellos si habían cumplido tal regla... serian dos contra por lo menos quince tipos que aprovecharían la situación para eliminar a la competencia. Estaban a punto de acorrarlos cuando la delgada finura de la silueta del noble se hizo presente y presto a hablar.

-Cállense! Ustedes quieren ser mis esclavos... y si fueran inteligentes se darían cuenta que esto no era un torneo, era simplemente una prueba para ver quien haría lo que sea para ganar... y en este caso para protegerme... asi que lárguense que ellos dos ya han ganado-

Dijo ante la incrédula mirada de todo el resto de tipos que insultaban en murmullos a los piratas y al noble. Este sin embargo los llamó sonriente y alegre de haber conseguido a dos buenos guardaespaldas.

-Miren, el trabajo no es tan sencillo. Me acompañarán en el viaje que daré y zarpamos esta misma tarde, vengan conmigo, les enseñaré el barco para que sepan ubicarse y seguro les pediré que den una mano con otros quehaceres dentro del barco-

Les dijo y sin esperar respuesta inició el trayecto caminando por delante de los dos piratas hacia el barco, trayecto que no tardó demasiado. El barco era grande y cómodo, apenas alguna seguriad se encargaba que solo los autorizados ingresasen en el y otra mas abordo y los piratas estaban ya a bordo acompañados del noble que les enseñaba altivamente su navío. Ahora quedaba ver que harían aquellos piratas... seguirían el ofrecimiento del noble o fingirían para luego ser dominados por su avaricia?

Su enemigo simplemente parecía de mente controlable pues claramente estaba empezando a molestarse de esperar lo cual era una pequeña ayuda para el pelinegro debido a su desventaja ofensiva, al menos si se acercaba y empezaba a atacar le daba suficientes oportunidades para buscar un punto débil y realizar otro contraataque más efectivo. Sin embargo la atención fue llamada por el otro combate, el de su compañero peliazulado, que aparentemente había ascendido a tal punto que sin darse cuenta había infringido las leyes al sacar otra de sus armas.

- Demonios... Sieghart - Susurró algo molesto al ver que su colega podría encontrarse en un predicamento, más aun cuando la afeminada montaña de músculos llamó a las armas a la turba enfurecida. Todo parecía estar en contra de los dos piratas, pero Jared jamás se dejaría vencer pos la situación por lo que tranquilamente tomo una posición defensiva que le facilitara cubrir cada lado de su cuerpo. Su mano dañada alcanzó a formar un puño gracias al asombroso poder de concentración que éste poseía dejando solo un entrecerrar de ojos en su rostro como gesto de dificultad - Aquí vamos... - Expresó listo para el combate aunque de la nada toda intromisión a su combate fue detenida por la chirriante voz del contratista quien dictaminó con sentencia fija y confiada que los dos triunfadores habían sido tanto Jared como Sieghart y todo por un acto que seguramente el último había realizado sin pensar. Vaya que la suerte les había dado buena cara esta vez.

- Escuchaste ya hipopótamo... pierdete - Vociferó con sublime arrogancia mientras dirigía una despectiva mirada hacia su enemigo, sin duda este podría haber sentido como si hubiera sido pisado y pateado.... humillado en totalidad por el gran ego del pelinegro. Así, tras demostrar por instantes su semblante digno de la nobleza regresó su atención hacia su nuevo "jefe" solo para seguirlo sin musitar palabra alguna, desviando la concentración hacia su mano para suprimir el dolor. Finalmente regresando a un lado de su camarada de gafas brillantes para dirigirle una confiada sonrisa mientras ambos seguían al noble hacia su destino y último objetivo... su navío.