Un día como cualquier otro

Con la mirada en el techo, sin nada interesante que ver, su mente comenzaba a divagar, formando extrañas figuras, parpadeando y entre abriéndolos para distinguir que es lo que su loca mente formaba en una superficie que no tenía nada entretenido. Su trasero aun dolía, y sentía algo bajo su cabeza molestándole. Movió su mano libre y aparto lo que le lastimaba, y era un pedazo de algún objeto que al mirarlo con detenimiento había sido cortado. –Rarito… Tú cuarto, es un asco…- Tomo aquel objeto y lo aventó contra pared rompiéndolo.

Comenzó a tararear una estúpida melodía que siempre se podía escuchar entre los piratas que se hacían a la mar. Al son de un par de manos que se movían sobre ella, de una manera extraña y sin ningún ritmo, simplemente siguiendo aquel vaivén con su cabeza. Hasta que las manos se convirtieron en un par de manchas graciosas que de momentos le decían que se acercara.

Escuchando las palabras del chico como un murmullo, sin comprender, aunque la palabra sake, fue lo que la hizo reaccionar e intentar tomar una de las manchas que bailaban sobre ella. –Tks… No te muevas… Teeee voy a atrapar…- Dijo cerrando el puño en el aire. –Teeee voy a atrapar…- Murmuro de nueva cuenta intentando de nuevo sujetar la mano sin éxito. –Te atrape…- Por fin sujeto la mano sobre de ella, y comenzó a incorporarse, pegando la botella a su cuerpo, mejor dicho a su pecho para no tirarla.

-Yo no me acuesto con extraños y menos con raritos…- Dio un sorbo, al menos así lo entendió al escuchar que le pedía que se acostara en la cama. –Pero como tu eres un puritano, me acostare contigo…- Dijo dejándose caer sobre el chico, quedando esta vez ella sobre él. –Salud, porque… Oye rarito porque estábamos brindando…- Le dio un pequeño golpe en la cabeza, para que le respondiera el porque brindaban.

Si bien ya estaba cómoda en la cama improvisada, sobre aquella cama, se sentía extraña por momentos, quizá eran los huesos del chico los que comenzaban a lastimarle. Pensando lo incomoda que era su cama. Miro al chico y se empezó a reír, esa no era su cama, levanto la vista intentando observar detenidamente donde estaba, pues solo veía imágenes que bailaban.

-Oye, ¿Y los cigarros…?- Pregunto extrañada al ver que no era su habitación y que su cama era aquel extraño sujeto, lo cual le dio un ataque de risa, preguntándose que hacia sobre él. Esperaba que no fuera porque lo intentaba violar. Su risa, la cual se extinguió, al escuchar un fuerte grito cerca de ella, haciendo que se sentara de golpe sobre el chico, llevando sus manos a su cabeza, sobre sus oídos, pues aquella propuesta de brindis, casi le rompe la cabeza. La mescla de alcoholes ya había hecho de las suyas.

Apenas si lograba escuchar lo que le decía, frunció el seño y se acerco de nuevo a él. –Si, a por él sake…- Dijo en voz moderada, intentando no producirse a si misma la sensación anterior. Se puso alerta y levanto la mano. –¡Yo quiero mas sake y cigarros!…- Dijo como si fuese una niña pequeña que le pide a su padre que le traiga un regalo. Aquella jaqueca regresaba al hablar con un tono elevado en la voz y se dejo caer de espaldas sobre la cama, quedando ahora acostada sobre las piernas del chico, girando su cuerpo, para así quedar bocabajo sobre la cama.

-No me importa si te llamas Chamui, Kamui o como sea que dices que dijiste… si te digo rarito es porque lo eres… Y dame sake…- Decia mientas estiraba la mano buscando la bebida. –Mi nombre es… Como es que me llamo… Ah, si, mi nombre es Darrah…-

La comodidad de la cama ahora era plena, sentía como la envolvía y la invitaba a dormir, cosa que tenía ganas de hacer, sintiendo como alguien se tendía sobre su espalda y una mordida en el cuello la despertó y puso alerta. –No… mi cuello no…- Dijo entre risitas sintiendo cosquillas en vez de dolor en esa zona, llevo su mano a su cuello tallándolo para quitar esa sensación aunque no era desagradable, le resultaba Muy agradable en el estado que se encontraba.

Quería quejarse por la mordida que había recibido, siéndole imposible al sentir cierto liquido tibio adentrarse en su boca, era sake, reconocía el sabor, aunque la forma en que se lo habían dado le resultaba extraña, no le presto importancia, al beso y bebió el licor. Escuchando apenas las palabras del chico, si, quería más sake, y por lo que escuchaba se había terminado.

-Te lo has terminado…- Dijo a modo de reproche, al ver que se ponía de pie con dificultad, y su brazo era jalado, para que ella también se pusiese de pie. Intentando moverse, apoyo una mano en la cama y esta se le resbalo acostándose de nuevo y riéndose, no solo por como estaba ella, si no también por como estaba Kamui, quien le insistía en ir por más sake.

-Tú lo buscas y yo espero…- Dijo, empezando a sentarse de nuevo en la cama y poniéndose de pie, apoyándose en un mueble cercano para no caer. Quería ir a buscar más sake, pero no estaba nada presentable, si recordamos solo esta con muy poca ropa y todo le daba vueltas. Se apoyo en Kamui y camino a la puerta abriéndola. Quería seguir tomando si bien el chico no aceptaba se iría a su habitación a vestirse y salir a buscar más por su cuenta.

Entre trastabilleos intentaba llegar a su habitación, saliendo de la del chico, soltaba pequeñas risas quedas, pues no sabía como se mantenía de pie, sintió una cantidad de peso extra, y estuvo a punto de perder el equilibrio y caer al suelo, giro su vista y se encontró de nuevo con el chico quien ahora se apoyaba en ella y la jalaba para llevarla quien sabe a donde.

-Rarito-kun… No quiero ir contigo…- Expresó haciendo un puchero con la boca, recargándose de la pared al sentir que era jalada de nuevo. Caminando sin fuerzas pues sentía su cuerpo pesado y trastabilla cada tanto. El sonrojo en sus mejillas era bastante notorio.

Sin querer hacerlo comenzó a caminar, pero a penas al estar a los pasillos comenzó a tiritar, en la habitación donde estaba el clima era ameno, al salir sintió un ligero cambio en la temperatura del lugar, para alguien con pocas ropas, ese cambio era notorio.

Se acerco al chico que la jalaba y resignándose dijo. –Vamos antes de que me de mas frio…- Mientras caminaba con pesadez y chocando con uno de los muebles del pasillo, tirando al suelo un par de cosas que el mismo tenia encima, comenzó a reírse por su tropiezo.

Comenzaba a sentir la incomodidad de su falta de abrigo, el sonrojo de las mejillas bajaba poco a poco sintiendo de ese modo como su estado alcoholizado lo hacia, escuchando mejor los gritos de su acompañante, los cuales la dejaban sorda por momentos. –Date prisa…- Decía mientas se sujetaba a su brazo y se repegaba buscando no enfriarse mas de la cuenta, aunque era poco lo que podía hacer.

Las cosas rotas pues rotas estaban y había sido un accidente, que esperaba que nadie viese o tendría que pagar por ello. La brisa era intensa apenas saliendo, por lo que dio media vuelta intentando regresar y buscar algún cobijo. –No iré… hace frio…- Dijo cual niña haciendo un berrinche mientras se abrazaba a si misma. Podía ver que el chico estaba como si nada, campante de la vida sin sentir esa sensación de frio, pues estaba completamente vestido.

Si bien decían que al iniciar algo debías terminarlo en ese momento no quería hacerlo, prefería esperar dentro del lugar o bien llevar al menos para cubrirse. En el lugar a pesar de la hora aun había algo de movimiento intentando calmar su frio choco con una persona una mujer que sin duda la miro de una manera inusual, quizá se debía a su vestimenta, por lo que volvió a abrazar a Kamui y empezar a apresurar el paso a la licorería mas cercana del lugar antes de arrepentirse o quitarle la ropa al chico a la fuerza para cubrirse.

-De prisa que me congelo…- Era una escena un tanto extraña. Incluso para ella era divertida, nunca se imagino a si misma caminando de una forma tan extraña, pegada del brazo de un sujeto que no conocía en ese estado de ebriedad y con poca ropa.

El clima resultaba agradable hasta cierto punto, en el cual comenzaba a sentirlo mas de lo que le gustaba, empezando a tiritar un par de veces, el aire fresco, comenzaba a traerla de regreso, a la realidad, pese a que no estaba del todo alejada, la hizo más consciente de lo que hacia, y lo mas extraño es que aquel chico al que en la tarde había llamado puritano, ahora estaba muy calmado y callado, lo que le resultaba mucho mejor, pues no quería un reclamo más por su falta de ropa.

A todo eso, intentaba recordar el porque estaba caminando tomada del brazo del chico, si primeramente había ido a su habitación a intentar joderle y desquitarse por los insultos de la tarde. Si bien había ido a buscarle con esa intención, ahora quedaba ignorar aquel intento de venganza o desquite por su parte, pues la noche había sido hasta cierto punto amena y agradable.

Una acción un tanto extraña, una caricia, que quizá no recordaba, su brazo rodeando sus hombros para brindarle un poco del abrigo que necesitaba, sin proponérselo se sonrojo, pues no espera una acción como esa, posiblemente ya se había percatado de desinhibido comportamiento. Entraron a la tienda y escucho como pedía aquel licor que tomarían, se mantuvo en silenció en todo momento, en aquel momento sentía pena por como se encontraba y es que el alcohol en ella resultaba peligroso.

Al salir mantenía aquel silencio, no había hablado desde que salieron de aquel hostal, ni mucho menos en la licorería, sentía vergüenza, vaya chica, en una noche como esa es que venia a sentirse de aquella manera, unas palabras la sacaron de sus pensamientos, era Kamui quien le hablaba. Aun sentía un poco los efectos del alcohol por lo que se pregunto si había escuchado bien lo que le había dicho.

-Si… Soy una pirata…- De verdad había escuchado lo formar una tripulación. –Oye fue mi imaginación, o dijiste que quieres que quieres formar una tripulación conmigo…- Dijo con voz queda, pensando en lo dicho. -¿Por qué querias hacer una tripulación con una completa desconocida?...- Ignorando el hecho de que no parecían que fuesen desconocidos lo eran, ella únicamente sabia que el era una persona rara, en extremo paranoico y un nombre, que no sabia si era verdadero.

Estaba pensando demasiado las cosas, si la noche ya estaba llena de locuras porque no hacer una más. –Sabes que… ¡Acepto!…- Que mas daba una locura, acaso no era eso lo que buscaba. Se detuvo en medio de la calle y le planto la cara. –¡Pido ser la Capitana!… No pienso seguir ordenes de un rarito como tú…- Dijo con cierta altanería y sin esperar una respuesta sujeto el mentón del chico y de esta manera acerco su rostro al de él dando un tenue beso en los labios. –Bienvenido a Bordo Grumete…- Terminando aquella acción siguió caminando hacia el hostal, mientras se abrazaba a si misma, pues comenzaba a tiritar de nuevo.

De ahora en adelante que es lo que seguiría, nunca había imaginado formar una tripulación, aunque andar sola, de aquella manera en que lo había venido haciendo era un poco cansado, sentía cierta alegría, los giros que daba el destino, primero discutía con un completo extraño y al poco rato estaban ahogados en alcohol.

-Partiremos mañana mismo… ¡Detesto esta isla!…- Gritó, era cierto, odiaba estar en una isla donde todo lo que tenias para mirar eran espadachines y dojos y mas espadachines, su paso era apresurado, apenas llego al hostal corrió a su habitación a buscar un poco de abrigo.

Apenas y logro aquellas palabras, era cierto, los senderos siempre estaban llenos de espinas, y para ellos que apenas comenzaban sin duda encontrarían muchas en su camino. -Descansa un poco, solo resta un par de horas antes de que amanezca…- No creía poder dormir, sin embargo intentarlo no lastimaba a nadie. Se acerco a el antes de que entrase a su habitación tomando la botella y dándole un buen sorbo, pues tenia que alistarse y hacer maletas.
A la mañana siguiente un nuevo camino se abriría y tenía que estar preparada. Entro en su habitación y se tiro sobre la cama, pensando en lo que les depararía aquel nuevo viaje que iniciaría.

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