Un encuentro casual (Prólogo)

Rara vez era cuando ella salía de su casa, prefería quedarse encerrada en el mundo de libros que tenía en los estantes, sin embargo, viviendo sola, debía ir en busca de las proviciones, así que ese día tuvo que ir al mercado. Tenía costumbre de comprar todo lo necesario para una semana para sólo salir una vez por semana, comparía todo aquello que fuera necesario para todo una vida, pero era evidente que nada duraría lo suficiente.

Ya había pasado por el montón de puesto y llevaba varias bolsas en las manos, poco a poco había adquirido la suficiente fuerza para cargar toda esa cantidad de cosas, pero aún tenía alguno fallosy una de las bolsas se rompió dispersando en el suelo varias de las cosas que había comprado.

- ¡Maldita bolsa! - exclamó dejando el resto en el suelo para recoger lo que se había caído y acomodarlo en las demás bolsas - Y hoy que había terminado rápido las compras.

Luka iba recogiendo las cosas, pero temía que el colocar más cosas en las demás bolsas tuvieran el mismo destino, admitía que en esos momentos necesitaba de ayuda, pero rara vez cruzaba palabras con alguien.

Entre la vida de comodidades y lujos que había sido acostumbrada después de un abandono por parte de sus progenitores, no se quejaba demasiado con los que la habían recocido sin ningún problema y sin cuestionamiento alguno, sin embargo muy internamente le fastidiaba tantas atenciones. Esa tarde en vez de vacaciones con su familia, en Skypie, se fugo de su habitación, mintiéndoles a sus padres con la sutil excusa que se iría a recostar debido a un dolor de cabeza.

A penas a sus 9 años salió por un ventanal enorme y a hurtadillas hizo todo lo necesario para ir a caminar sola. Por su afición a la comida se dirigió al sitio donde se vendían todos los alimentos, paseaba con lentos y al mismo tiempo constantes pasos. En su andar observo a una chica de rodillas en el suelo recogiendo algunos alientos, el color de los mismos le parecieron exquisitos y sin ningún aviso camino hasta ella para ayudarle a levantarlos.

-Perimitame ayudarle- mencione con amabilidad mientras colocaba las cosas en la bolsa- podría hacer una buena crema con esas verduras… pero tendrá que usarlos a más tardar la siguiente tarde, ya que perderán su sabor de inmediato[/i].- Le aconseje, saboreándome de una vez todos los platillos con tantas cosas que llevaba.

Recogiendo de mala gana las cosas, una persona se acercó a ella ayudándola con las verduras, era verdad que detestaba relacionarse con otras personas, pero entre más rápido recogiera todo eso y volviera a su casa, más rápido se alejaría de las personas, por tanto, no evitó la ayuda. Oyó un comentario con respecto a las verdudas, Luka no sabía mucho de esas cosas, le bastaba con tener algo que comer sin tener que salir de casa, así que sólo miró a la chica y regresó la mirada a lo que estaba haciendo.

- Muchas gracias por la ayuda - dijo tras haber terminado de recoger las cosas, pues si bien no le gustaba la compañía, tenía exelentes modales cuando eran necesarios - Y gracias por la recomendación de las verduras.

Luka tomó las bolsas con intenciones de marcharse, pero como temía, las otras bolsas retacadas de cosas más el peso extra que se le había añadido, no soportron lo suficiente y éstas terminaron por romperse dejando caer todo al suelo.

- ¡Malditas bolsas! - exclamó, pues ya se desesperaba por volver a casa a leer alguno de los tantos libros que conservaba - Ahora necesito nuevas - la pelirrosada pateó una naranja y volvió su mirada a la chica que le habia ayudado, no quería admitirlo pero ahora necesitaba todavía más ayuda - ¿Pòdrias ayudarme?

Después de ayudarle a levantar todos los objetos caídos, no hizo mucho énfasis en mi comentario, la vi levantarse con las bolsas, al igual que ella me puse de pie dándole le espalda para emprender nuevamente mi camino hacía donde el viento me llevase , sin embargo una voz maldiciendo las bolsas hizo que detuviera mi andar y dirigir mi mirada nuevamente hacia la pelirosada. La bolsas habían vencido ante el peso de los objetos llevados por la chica. Sonreí para indicarle que estaba dispuesta a ayudarle.

-Iré por unas bolsas nuevas para cargar eso, espera unos minutos.- Le propuse reanudando un paso, que no era lento, sino que esta vez corría por los negocios, hasta donde llegue a uno donde lucían bolsas de plástico, intercambie unas breves palabras con el tendero, le di algo de dinero llevándome entre mis manos las bolsas requeridas.

Llegue con la pelirosada extendiéndole los morrales para que ahí insertara los alientos comprados.- Ya me dio hambre solo de ver los manjares que compraste -mencione sin pensar mucho en mis palabras. – por cierto, me llamo Khrysis- Me presente ante la joven, extendiendo mi mano.

Afortunadamente para Luka, la chica había accedido a ayudarle, ésta le pidió esperarla. La pelirrosada no tenía mucho que hacer más que reunir sus cosas y esperar a que la muchacha de cabellos castaños volviera.

Al retorno de la niña que parecía menr a Luka, se presentó entregándole nuevas bolsas para las cosas que estaban en el suelo y haciendo un comentario rspecto a su apetito.

- Gracias por la ayuda, me llamo Megurine Luka - se presentó la oji azul mientras recogía las cosas y las metía en las nuevas bolsas - ¿Te gustaría venir a comer a mi casa?

Luka se sentía en deudad con la niña, no le gustaba deberle a nadie y pensó que de esas forma podría agradecerle el favor muy a pesar de no gustarle tener personas en su casa.