Los inicios de un joven revolucionario 29zrdle

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Los inicios de un joven revolucionario Empty Los inicios de un joven revolucionario

Mar Sep 13, 2011 11:31 am
Hacía bien poco que Lleid se había convertido en un joven revolucionario. Este hecho, le llevó entre otras cosas a pensar si estaría a la altura del resto de sus compañeros. "Aquí son todos muy fuertes, y yo..." se acordó entonces de sus experiencias como "Sheriff", lo que le llevó a pensar en que cualquier idiota con una katana o una pistola ya suponía un problema para él "Ya está, solo tengo que hacer unas compras".

Deambuló largo y tendido tiempo por aquella isla llamada “Ohara”, hasta que encontró una tienda de armas. Nada más entrar, encontró a una señora de unos treinta años tras el mostrador-¿Hola joven, que hace alguien como tú aquí?- preguntó ella –¿Supongo que lo que todo el mundo vendrá a hacer no?- respondió en tono jocoso. Se encontró con un interior lleno completamente de todo tipo de armas: desde sables de gran tamaño, hasta pistolas de todas las clases. Esto no era del todo de extrañar, pues como le dijo la señora, se encontraban en la única tienda de armas de toda la isla. –Perdone, necesitaría unos guantes de metal y una pistola. También munición, claro está-.

Estuvieron charlando unos cuatro minutos, pues la dependienta estaba realmente interesada en saber por qué un chico tan joven se veía en la necesidad, si es que lo era, de comprar tales armas. Sin embargo, esta actitud podría considerarse normal, pues no olvidemos que el castaño no era una persona especialmente musculosa, lo que le llevó a la señora a retarlo a un pulso allí mismo ofreciéndole como recompensa por su victoria una pequeña rebaja en el precio. Al principio, Lleid quedó sorprendido de comprobar la fuerza de esa mujer, pero el joven no había estado entrenándose toda su vida para perder de aquella manera. Tras siete largos segundos, la mano de la dependienta golpeó contra el mostrador –vaya, eres muy fuerte sí señor- dijo estallando de pronto en carcajadas –oiga se lo dije, ¿no?- respondió acompañándola en la risotada. Justo antes de salir de la tienda, el chico reparó en unos puñales que había nada más entrar en el local.-Disculpe, pero cóbreme también uno de estos, nunca viene mal un seguro, ¿no cree?-

Tras salir de la tienda, Lleid pensó que sería buena idea pasarse por una farmacia, pues de algo le podrían servir sus conocimientos en medicina básica. “Tenía que haberle preguntado a esa señora, en fin…”. Sin embargo tuvo suerte, pues a pocos metros de allí se encontraba una. Sin dudarlo, entró como una exhalación, y sin apenas variar su ritmo, compró unas cuantas vendas catalogadas de “medianas”.

Ahora sí, el castaño se encontraba mucho más seguro y capaz de sí mismo, aunque no dejara de pensar en toda la gente fuerte que se encontraba en su banda y que eran incluso muy conocidos tras sucesos ocurridos en sitios como Tequila Wolf o Loguetown. Sí, le esperaban una gran cantidad de desafíos, pues aunque él no lo buscara, de alguna forma su condición de revolucionario lo enfrentaba al resto del mundo. “Bueno, lo que tenga que ser, será”, y de manera despreocupada, miró al cielo y sonrió.



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