Un día cualquiera

Un día hermoso en aquella pequeña villa, no había mucho que hacer en esos lugares, Kyo había llegado a aquel lugar en búsqueda de algo que poder hacer pero hasta ahora dejando de lado una que otra persecución por parte de dueños de cantinas no había logrado mucho, se encontraba sentado en una banca observando el cielo como siempre a punto de quedarse dormido en aquel sitio “Vaya que aburrido, pensé que este sitio me daría un poco más de oportunidades pero ahora no encuentro nada que hacer, aparte de una que otra mujer no hay nada interesante y esos sujetos de las cantinas no son nada amables, no soportan que uno se tome una cerveza sin pagar…bah que aburridos” un leve bostezo se hizo presente mientras se estiraba, de pronto observo a una persona pasar de alguna forma parecía peculiar, entro a una tienda de armas y después salió de ella, los ojos de Kyo le recorrieron de arriba abajo analizándolo con cuidado y después observo como el sujeto de cabellos rubios se detenía para observar el hermoso mar que a esas horas se encontraba bastante tranquilo.

Kyo cerro sus ojos y se enfocó en el sonido que aquella persona exclamaba, una leve risa se hizo presente por parte del muchacho que estaba sentado en la banca y con una leve sonrisa se giró observando al rubio –No te recomiendo ir a las tabernas de este sitio, no tienen nada de especial y si me permites decirlo los dueños de dichos lugares son muy descorteses, a perdona si te interrumpo- se levantó del lugar donde estaba sentado y se dirigió a la ubicación de la persona elevando su mano a forma de saludo –Hola soy Kyo, perdona si te interrumpo pero la verdad no tengo mucho que hacer desde que estoy en este sitio, bueno da igual dudo mucho que te interese mis problemas, de cualquier forma es un placer conocerte…- alargo la diestra a forma de saludo esperando la reacción del otro, esperaba no tener que comenzar alguna disputa pues estaba algo cansado para eso.

-Ah sí claro, es un gusto conocerte je- respondió ante la poco usual y extravagante respuesta del otro sujeto, parecía algo extraño pero eso no le importaba mucho a Kyo a través de todas sus vivencias había aprendido a lidiar con casi todo tipo de persona, el otro personaje parecía interesado en algo, aunque Kyo no lograba averiguar en qué era después del apretón de mano guardo la misma en uno de sus bolsillos y aun con aquella mirada feliz en su rostro exclamo con toda normalidad –Bueno y que hace una persona como tú en este sitio, no hay mucho que ver por aquí, para serte sincero comienzo a preguntarme porque vine a este lugar je-

Rasco su cabeza con la mano contraria mientras dirigía su mirada a la mar, el hermoso resplandor azul hacia juego con el cielo despejado y daba una tranquilidad pocas veces percibida –No quisiera ser molesto pero, ¿podría preguntar de dónde vienes?, yo vengo de Loguetown o algo así podría decirse, viajo de isla en isla buscando algo interesante que hacer, aunque hasta ahora afortunada o desafortunadamente no me he topado con nada interesante- finalizo esperando la respuesta o la reacción del rubio.

-¿Buscando chicas?, bueno es comprensible aunque tú mismo lo has comprobado, no hay mucho que hacer en este sitio, yo tampoco he visto a muchas chicas, al menos no que me interesen del todo, pero eso pasa a segundo término, no creo que solo hayas venido hasta aquí por las mujeres, después de todo sería algo extraño encontrar a una mujer en una tienda de armas, o al menos eso creo yo- su sonrisa se dirigió a Coday denotándole que le había visto entrar a la tienda de armas, no sabía que había comprado pero sin duda no eran dulces o caramelos para su travesía, sus manos ahora se mantenían en sus bolsillos, la conversación hasta cierto punto era fluida, tampoco era muy amena pero al menos era una forma de matar el tiempo con otra persona que no fuese un vago como Kyo.

-¿En serio?, no me había enterado de ello- respondió ante el segundo comentario por parte del rubio mostrando su sorpresa aunque su rostro no denotaba preocupación, era únicamente la sorpresa de aquellas palabras –Pues la verdad no podría confirmar o desmentir lo que me has dicho, en realidad hace tiempo que no visito mi lugar de origen, pero no me sorprendería que todo ello fuese verdad, es un sitio hasta cierto punto… oscuro, si alguien lo ha atacado habrá tenido sus razones pero concuerdo contigo, es un sitio interesante, o al menos más que esta villa creo yo, desde que llegue lo más interesante que me ha pasado es ser perseguido por taberneros desquiciados- lanzo una pequeña risa que acompaño su ultimo comentario, le daba gracia visualizarse en su mente corriendo mientras era perseguido por esos taberneros con una mirada rabiosa, poco tiempo después se controló y ya una vez con compostura exclamo -¿Piensas dirigirte a Loguetown?-

-Entiendo, tus asuntos son personales y no tienes por qué compartirlos conmigo, entiendo eso- exclamo mientras observaba el mar que parecía bastante calmado -¿Disfrutar la paz?, hmm es raro pero no me había dado cuenta de ello, sabes para mi cualquier lugar como este es simplemente un lugar más, quizás porque en ciertas cosas soy algo despistado, pero tienes razón, aquí se disfruta un buen ambiente, al menos un lugar tranquilo lejos del bullicio de la gente, esa era una razón por la cual Logue no me gustó mucho en ciertas épocas, demasiada gente, todos ocupados siempre a todas horas del día, a veces solo quería encontrar un sitio tranquilo, donde descansar y una manera tranquila de pasar el rato, pero eso es otra historia- observo entonces la tienda de armas que no estaba muy lejos de su posición, se rasco un poco la barbilla, tenía algo de dinero y sin duda quizás podría conseguir algo bueno en ella, pero al menos por ahora esperaría a la respuesta de su otro compañero, aunque en ese momento algo pareció llegar a su cabeza y exclamo con entusiasmo –Oye, hace tiempo que no salgo de este sitio, ¿tienes noticias del exterior?, estoy algo atrasado en ello desde hace un tiempo je-

-Ya veo, pues realmente no pensaba regresar a Logue, aún tengo algunos asuntos que atender en otras partes o más bien, unas cuantas vueltas que dar por otros lugares, además no tengo mucho que ir a hacer a Logue, ni siquiera tendría motivos para ir a ver ese “ataque” en persona, aunque espero que tu tengas mejor suerte que yo hasta ahora- comenzó a caminar lentamente pasando por un lado de Coday mientras ya estando cerca le exclamo –Ojala nos volvamos a cruzar después, por ahora supongo que tú y yo debemos tomar caminos separados, ha sido todo un placer charlar contigo- estiro su mano en señal de despedida mientras observaba a aquel sujeto, una charla extraña, pero que al menos para Kyo había sido agradable, aquella persona sin duda no era alguien regular, era alguien…diferente en un sentido que al menos por ahora Kyo no se explicaba.

Y aunque había exteriorizado que no tenía interés en regresar a su lugar de origen era ciertamente una información interesante, ¿quién se atrevería a atacar Loguetown tan abiertamente?, quizás había sido un simple accidente, aunque según lo dicho por Coday parecía más un ataque determinado que había salido mal, vaya con el mundo, cada vez había más y más piratas rondando por ahí, la competencia seria dura para aquel joven novato, pero sin duda tenía confianza en que podría lograrlo, o al menos eso esperaba, de cualquier forma aquel encuentro con ese rubio debía significar algo, esperaba…fuera una señal favorable para su próximo viaje a realizar.

-Claro, nunca se sabe si el destino lo quiere quizás algún día nos enfrentemos, solo espero que ese día no llegue pronto pero de ser así te deseo la mejor de las suertes- exclamo con toda alegría mientras su compañero hasta ahora se retiraba del lugar tomando rumbo al pueblo, Kyo se quedo observándole hasta que este desapareció y pronto elevo su mirada al cielo, no había pasado casi nada de tiempo, únicamente había tardado ahí un par de minutos, lamentablemente no había podido charlar más con aquella persona, mas por falta de temas que por ganas de terminar la conversación, elevo sus hombros y se dirigió a la tienda de armas, entro en ella con toda naturalidad y ahí observo distintos estantes con diversas armas más que nada de filo, se acercó entonces a una que se encontraba en un estante, era una katana, parecía estar en buenas condiciones.

Un sujeto alto y de barba pronunciada se acercó, era el dueño del lugar, Kyo se elevó y pidió aquella arma, la tomo con sus manos y la estudio, al observar que parecía en buenas condiciones decidió comprarla, saco el dinero requerido, el cual había obtenido de una forma no muy licita y envainándola en una funda común la ato a su cintura con su cinturón para que fuese fácil de llevar y de utilizar en caso de necesidad, salió entonces del establecimiento con una gran sonrisa, coloco ambas manos en su nuca y exclamo –Hoy será un buen día…- para después comenzar a caminar sin rumbo fijo tarareando una canción popular entre la gente de baja calaña, sus pasos eran lentos y pausados pero sin duda le daban la velocidad suficiente para poder avanzar sin problema alguno, sus aventuras apenas comenzaban, su futuro estaba por verse.