Justicia

Mar Jul 05, 2011 4:06 pm

Tras escuchar como, quien por sus palabras parecía ser nada más y nada menos que el Almirante de la Flota, ascendía a su compañero al rango de Teniente, el mismo que ella ostentaba desde hacía un par de días, Brelaina se sorprendió. Balmung no tardó en asumir su cargo y tomar con decisión las riendas de aquel maltrecho cuartel. Ella no discutió, y se limitó a asentir. Una controversia interna era lo que menos mecesitaba la ciudad de Logue Town en aquellos momentos. Y mucho menos de que el puerto de Logue Town estallase en llamas. A Brelaina entonces le fallaron las piernas y se llevó una mano al pecho, protegido por su coraza. Le dolía, le dolía mucho ver como aquella ciudad que tantísimo le había dado sufría los ataques de gente sin alma, egoístas con que no veían más allá de ellos mismos. En ese momento, con la mano sobre su corazón, juró llevar ante la Justicia a quien hubiese sido el responsable de todo aquello.

Junto con su compañero, y con su espada colgando de su cintura, llegaron acompañados de un buen grupo de Marines al Puerto. Había cogido un Den Den Muchi portátil del cuartel, para estar informada e informar de lo que pasase por allí. Así, de haber otro ataque, podría acudir a ayudar. Además, si era necesario que ambos tenientes se separasen para una diversidad de objetivos, sería más sencilla una organización. La destrucción era notoria y las víctimas demasiadas. Los médicos se dispusieron a atender a los heridos y a cubrir los cadáveres con telas. En el mar flotaban pedazos de madera de los barcos destruídos. Brelaina cerró los ojos unos segundos y miró a Balmung.

-Cuando encontremos al responsable de ésto... -empezó, mirando al castaño con seriedad.- Quiero encargarme yo, si no lo ha hecho ya otro... -pidió a su compañero. Su mirada no reflejaba más que determinación.- Esta ciudad ha sufrido mucho más que lo que se merece, y si no podemos hacer nada con Riddick... Al menos que con éste se haga Justicia... -añadió, frunciendo el ceño.- Juro por que me llamo Brelaina Alagondar que el responsable de ésto pagará todas las vidas que ha arrebatado hoy... -sentenció, no con tono de venganza, sino de decisión.

Mar Jul 05, 2011 6:15 pm

Y, al fin, el día se oscureció por completo. Balmung había guardado la esperanza de no volver a ver, no al menos en mucho tiempo, un espectáculo tan decadente y, en cierto aspecto, macabro como lo que se le había presentado al ver el Cuartel arrasado con decenas de muertos y heridos. Había sido terrible, pero no resultaba el fin, no era algo imposible de reparar. Habían sufrido un golpe con el Patíbulo, orgullo de la Marina donde los Piratas eran juzgados y condenados a morir. Mayor resultó la tragedia en la mayor de las bases que tenía la Marina en los Blue, otro gran orgullo que poseía el Gobierno y que había sido arrasada en cuestión de minutos…pero lo que ahora contemplaban los ojos del Teniente le hicieron recordar el miedo y el pánico que había experimentado cuando no era más que un chaval. Aquella horrible sensación de saber que el mal causado, que lo allí ocurrido y que no tenía remedio alguno, podría haberse evitado.

A pesar de que el accidente parecía haberse desencadenado en el mar, prueba de ello eran los dos buques de la Marina destrozados y las decenas de cuerpos flotando a la deriva, las consecuencias en tierra habían sido catastróficas. La mitad del puerto era pasto de las llamas, filas y filas de heridos y fallecidos se extendían por el suelo y la gente, presa del pánico, corría de un lugar a otro sin saber qué hacer. El caos se alzaba rey en la escena…era su tarea reinstaurar el orden perdido. Los Marines que habían acompañado a la pareja de Tenientes no tardaron en entrar en acción cercando el Puerto e instando a los civiles a mantener la calma en la medida de lo posible. Varios Reclutas se habían asentado en las zonas menos dañadas del Puerto para vigilar el horizonte ante cualquier nuevo ataque. Los que no vigilaban ni controlaban a la población se encargaban de ayudar al equipo médico ya fuera atendiendo heridos o tapando a los fallecidos. El hecho de reconocer varios rostros destrozó al Espadachín. Solo el hecho de saber que dependía de él el orden en la ciudad le sirvió para no desmoronarse allí mismo.

- Pagará, Brelania…pagará.- A diferencia de su compañera, quien parecía mantener un mayor autocontrol sobre su ser, el tono del Espadachín fue una total amenaza. Si en su responsabilidad estaba el juzgar al responsable haría que sus katares hicieran buena cuenta de él.- Será mejor que nos separemos Brelania, llévate algún escuadrón de Marines y dirígete a los restos del Patíbulo para reorganizar las fuerzas y actuar como refuerzo en caso de necesidad. Yo me encargaré de mantener el orden en el Puerto y de comenzar las reparaciones.- Observó al horizonte, acercándose al borde del Puerto. Un paso más y caería al agua.- Nos reuniremos en el Cuartel una ve nuestras tareas hayan finalizado.- Y en silencio de su azabache gorra se deshizo. Susurró unas palabras que jamás nadie oiría y lanzó su tan querida prenda al mar. El responsable pagaría…y pagaría muy caro.

Mar Jul 05, 2011 6:36 pm

Brelaina, tras decir aquello, hizo algo que antes había tratado de evitar. No obstante, siguiendo los ojos de su castaño compañero, no había podido evitar poner su mirada en los rostros de los fallecidos. Más de media docena le eran conocidos. Muchos de ellos eran de allí, de Logue Town, y conocía a sus familias. Conocía la sensación de perderlo todo por los caprichos destructivos de un loco con delirios de grandeza. La conocía demasiado bien y no se la deseaba a nadie. Ahora, muchas familias en Logue Town habían perdido a un hijo o a una hija. Una hija... Brelaina se acercó a un cadáver de una muchacha rubia. Había sido muerta por la explosión, pero aún era reconocible su rostro. Rondaría los veintitres años, y Brelaina la conocía demasiado bien. Había sido una de sus mejores amigas en la isla, y ahora era uno de los cuerpos a cubrir. Por su rostro se deslizaron varias lágrimas, y la pelirroja se levantó. Si el loco seguía por allí, más víctimas podían sufrir la suerte de Elaine, pues ese era el nombre de la chica. Tenía que trabajar para devolverle el orden a Logue Town.

-Eso haré, pero antes, será mejor que apaguemos el fuego, y para eso cuantas más manos mejor.- Respondió al espadachín de los katares. Con un par de gestos, y mientras se limpiaba las lágrimas del rostro con un antebrazo, puso a los pelotones a su cargo a trabajar.

Quienes no pudieron encontrar cubos o recipientes de agua, se quitaron la blanca camisa y la remojaron bien. Entonces, usándola como si fuera un látigo, golpeaban la base de las llamas más bajas, que no ponían en riesgo su integridad. Por lo general, el equipo de las camisas, golpeaba los edificios y las llamas nuevas, evitando que el fuego se extendiese; así como apagaba los focos debilitados tras las rociadas de agua de sus compañeros con los cubos. Por su parte, Brelaina, además de llevar a cabo labores de organización, echaba una mano a los médicos, suministrándoles el agua y las demás cosas que pedían. Hasta que no se extinguiera el fuego, no iría a ningún otro sitio. No podía abandonar ese lugar tan a la ligera.

Miér Jul 06, 2011 12:58 pm

Como acto de cierta intimidad, el Espadachín desvió la mirada cuando su compañera, víctima de la presión, no pudo evitar el derramar lágrimas. Solo la ira que ahora consumía al Marine evitaba el derrumbe de su moral. Asintió en silencio ante el ofrecimiento de la Teniente que, antes de marchar, optó por dedicarse a apagar las llamas que aún se extendían por el Puerto. La explosión de uno de los buques había generado varios incendios aislados pero que si se dejaban actuar consumirían el lugar por completo. No era una opción. Mas viendo que el fuego comenzaba a desaparecer bajo el gran esfuerzo de su compañera el Teniente optó por dedicarse a otras labores.

- ¡Atención, nuestro grupo se dedicará a deshacerse de los escombros y restos que ha dejado la destrucción!- Anunció en voz alta el Marine.- ¡Moveos!- El tono serio dejó claro que no había réplica que valiese.

El Teniente, acompañado de sus más fuertes hombres, no tardó en despejar la zona de tránsito del Puerto apartando de su camino todo resto de estructura o barco que encontraban. Una tarea harto sencilla pero que cobró importancia cuando comenzó el rescate de heridos y de cuerpos caídos. Una de las muchas casas del Puerto en particular había sido bastante afectada por el ataque y, como resultado, la estructura había cedido atrapando en el interior a varios de sus inquilinos. Fue el primer objetivo de la compañía, la cual no tardó en entrar en acción. Retirados los escombros que impedían el acceso a la vivienda y asegurando la estabilidad de los restos de lo que había sido un agradable hogar los inquilinos vieron por fin la luz cuando los fieles Reclutas a las órdenes del Teniente se adentraban en pos de su ayuda. Aquel fue el primer rescate de muchos más. Para Balmung no había descanso, no había pausa que valiese. Cuanto antes salvara a los allí presentes y evacuara el lugar antes podría repararlo…y acabar con la vida del responsables.

Miér Jul 06, 2011 1:47 pm

Poco a poco, las llamas retrocedían y Brelaina, al comprobar que sus esfuerzos tenían resultado, se obligó a sí misma a sonreír. Realmente, era lo último que le apetecía hacer en aquellos momentos, pero era perfectamente consciente de que si permitía que su ánimo desfalleciese, si se hundía en el dolor que todo ese sufrimiento le provocaba, acabaría arrastrando con ella a los demás reclutas, y que los pelotones se hundieran en el pozo negro de la catástrofe no era para nada bueno. Se tragaba sus lágrimas, escupía su ira y se aferraba con todas sus fuerzas a su espíritu. Ya habría tiempo de llorar y lamentar todas las muertes que había traído aquel fatal día, que no eran pocas. Ya habría tiempo para todo eso, pero ahora no era el momento. Acababan de apagar el fuego, pero quedaba mucho por hacer.

-Teniente Alagondar. Teniente Alagondar.- sonó una voz en su muñeca, justo cuando iba a felicitar a sus chicos. Era el Den Den Muchi portátil, que al parecer requería de su atención. La teniente, levantó su muñeca y pulsó al bichejo ligeramente.- Aquí Alagondar, ¿qué ocurre? -inquirió la pelirroja, deseosa de informarse de las noticias de otras partes de la ciudad. Si ocurría algo, lo resolvería antes de dirigirse al patíbulo.- Nos han informado de disturbios en una taberna llamada "Gold Roger". Su ubicación es... -no acabó, pues Brelaina interrumpió a su interlocutor para zanjar el asunto.- Conozco su ubicación, me dirigiré allí de inmediato.- informó la teniente. Tenía más rango que el otro, pero no se trataba de jerarquías.- Perfecto. Puede haber heridos en la zona, lleve cuidado, Teniente. Suerte.

Y tras esas palabras, la comunicación fue cortada. Brelaina separó a sus hombres, ordenando a uno de los pelotones a cubrir los alrededores del edificio. Ella se llevaría a apensa cinco tiradores y un par de médicos. El resto, aseguraría el perímetro para evitar que los disturbios se propagasen o se desplazasen a otro sector. Tenía que contener al alborotador o alborotadores en la zona para evitar que el caos se extendiese más aún. Estaba siendo un día horrible, y no parecía más que empeorar a cada momento. Por ello, si quedaban zonas tranquilas, era algo que proteger como oro en paño. Sin más, salió presta en dirección al objetivo, despidiéndose de Balmung con un gesto.

Miér Jul 06, 2011 2:38 pm

El joven marine arribó hasta el puerto, necesitaba, por orden de su cápitan, reunir su tripulación y esperarlos en este punto. Al llegar notó como el puerto estaba destruido pracitcamente en su totalidad, restos de humo salian de todsa direcciones algo así como si hubiese habido un incendio ya controlado. Algunos marines corrian de aqui para alla y se podia observar un sujeto con su distinción de Teniente. Aquel que parecia estar coordinando toda la situación. Obviamente era natural que el joven espadachín entrara en escena presentandose y dispuesto a brindar su ayuda. Caminó hasta donde aquel desconocido se encontraba para presentarse correcta pero informalmente - Que tal? Cápitan Fulco, un gusto - Mencionó sin dar más detalles.

Observó bien la situación y al notar un destrozo exagerado tubo la necesidad de preguntar quien había sido el causal de tal destrozo - Se sabe quien causó todo esto? - Preguntó observando el despliege de marines que se encontraban, alguos socorriendo a la gente y otros limpiando la zona. Miró directamente al posible causal de tal alboroto, un barcoo incrustado directamente en medio del puerto, causal de varias muertes y el posible desencadenate de los hechos posteriores. Eran simples conjeturas, solo hacía falta esperar la palabra de aquel teniente y solo poder brindarle la maxima ayuda posible.

Mientras que Fulco se tomaba la situación con calma y tranquilidad, un clima tensó se vivia en aquel lugar. Algunas personas desesperadas gritaban pidiendo ayuda por algun conocido o familiar que se encontraba atrapado en los escombros, algunas lagrimas de desolación buscando respuestas a preguntas que no las tenian. Algunos que pediían directamente hablar con un oficial de la marina acargo para buscar soluciones rapidas a la inseguridad que de repente se había situado en aquella isla y otros que simplemente se paseaban por la zona observando la desgracia por la que pasaban otras personas, pensando que tal vez les podria haber tocado a ellos.

Miér Jul 06, 2011 5:49 pm

La cosa mejoraba, poco a poco, pero mejoraba. Lo que habían sido varias montañas de escombros ahora eran calzadas despejadas, los heridos eran satisfactoriamente atendidos y los fallecidos eran trasladados a una zona más digna que un arrasado Puerto. Los familiares y compañeros no dudaban en marchar, esperando no ver caras conocidas bajo blancas sábanas. Balmung permanecía estático, dirigiendo las distintas tareas. Se había quitado las gafas y había dejado de comer piruletas. Tampoco tenía gorra alguna que sustituyera a la que había lanzado al mar, pero sí que tenía una nueva gabardina de un tono otoñal con los kanjis de “Justicia” a la espalda grabadas en un tono grisáceo. Aquello que lo identificaba como un cargo alto en la Marina. Se lo había traído uno de los Reclutas para formalizar su ascenso, hecho que el Espadachín agradecía bastante. No le dio mayor importancia al asunto y permaneció con su trabajo hasta que una voz desconocida captó su atención.

Cuando posó sus verdosos orbes en el hablante no puedo evitar sobresaltarse. Ante él se encontraba un sujeto de más o menos su estatura, quizá algo más bajo, envuelto completamente en vendajes que solo permitía ver parte de su rostro. Pero el aspecto daba completamente igual, más aún cuando el individuo se identificó como Capitán. Eso significaba que el extraño sujeto, que se presentó como Fulco, era su superior. Tras ponerse firme y realizar un formal saludo pasó a presentarse y a responder la pregunta realizada por el Capitán.

- ¡Teniente Oneiros F. Balmung, a sus órdenes, señor!- Bajó la mano y destensó su postura, manteniéndose algo más relajado.- Se han sucedido distintos ataques en la ciudad. El recientemente fugado Pirata Riddick atacó el Puerto, destruyó el Patíbulo y arrasó el Cuartel de la Marina. Tras esa serie de ataques se volvió a realizar una ofensiva sobre el Puerto. Por el momento el Cuartel y el Patíbulo están controlados aunque siguen sin reparar. El Puerto es la única zona que permanece fuera de control pero, como puede observar, estamos trabajando duramente para que todo vuelva a la normalidad lo antes posible.- Acabado el informe volvían las formalidades.- ¿Órdenes señor?

Miér Jul 06, 2011 6:35 pm

El joven vendado, algo cansado con la formalidad se vio obligado a responder - No hace falta tanta formalidad - Expresó más que como una petición amigable, como una orden. Luego de escuchar toda la explicación de aquel sujeto, su presentación y su pregunta. Caminó unos pasos para observar bien la situación y la zona que ocupaba el puerto y los alrededores. Notó como aquellos sujeto se desempeñaban con gran eficiencia pero a pesar de todo la gente aun se mantenia anciosa observando el destrozo.

Claramente se podía ver como el trabajo estaba casí terminado por lo cual solo quedaba una orden posible - Retiren a las personas, no quiero nadie estorbando el trabajo - Mencionó como primera orden para concluir con - Cuando terminen de acomodar todos los escombros quiero que algunos marines se queden evitando el ingreso de civiles hasta que los carpinteros terminen de reconstruir lo necesario. Quiero la maquinaria que haga falta - Para terminar por emitir la ultima orden - Quiero unos barcos de la marina desviando el ingreso de las posibles embarcaciones hacia un lugar estable y seguro - Terminó por indicarle al teniente allí presente, mientras esperaba que este se pusiera a dar las indicaciones respectivas para luego decir - Caminemos - Le comunicó.

Comenzo a caminar tranquilamente por la zona del puerto evitando causarle molestias a los que se encontraban trabajando por aquella zona y realizó una nueva pregunta - Sabes lo que sucedió en el cuartel verdad? - Preguntó dirijiendo su vista hacia la de aquel teniente dandole un punto de vista - Esta ciudad no es segura, hace falta un despliege enorme para detener al fugitivo, no podemos dejarlo escapar si lo tenemos aquí, pero claramente no somos rivales para tal poder - Dijó frenandose a unos diez metros de su ubicación para preguntar - Que piensas al respecto? - Colocando sus manos dentro de la chaqueta de cápitan y observando el despliege de los marines.

Jue Jul 07, 2011 2:03 pm

Los den den mushi personales quue poseian los cargos importantes de la amrina comenzaron a sonar y a moverse, al parecer habia una situacion en el muelle, se habian podido escuchar dos disparos en dicho lugar lo que era claro indicio de problemas.
*En caso de que decían atender el llamado*
— Hay un problema en el puerto, al parecer un oficial de la marina esta siendo asaltado, tiene un maletín con una carga importante no puede ser robado.— se escucho en el den den mushi, al parecer era un llamado general a todos los marinos que se encontraran en el puerto.

Jue Jul 07, 2011 2:33 pm

La tensión se desvaneció del ambiente ante las palabras del superior quien, mostrándose algo incómodo, optó por no desear tanta formalidad en el trato entre ambos. Observó complacido por la diligencia que mostraba el Capitán dirigiendo las obras y reparaciones del Puerto. Lo que había sido escena de una masacre comenzaba, por fin, a recuperar su anterior aspecto. La gente había abandonado el lugar permitiendo así aumentar la velocidad de las tareas de la Marina. No había ya rastros de cadáveres ni tampoco de heridos, los cuales habían sido llevados a zonas donde ser atendidos de forma adecuada. Los carpinteros no tardaron en llegar también y dieron inicio a las reconstrucciones de las zonas más afectadas. Lo primero había sido la zona de atraque de barcos, una vez esta estuviera arreglada las casas y zonas comunes serían las siguientes. Mas no pudo observar por completo las reparaciones ya que Fulco reclamó su atención para mantener una charla. El Teniente no tardó mucho en contestar a las dudas del otro Marine.

- No hay nada de lo que preocuparse pues el sospechoso ha escapado, además tuve una conversación con el Almirante de la Flota y este ordenó únicamente el seguimiento de Riddick, no su aprisionamiento. También nos mantenemos a la espera de que se nos mande un Almirante como refuerzo para mantener controlada la situación.- No pudo continuar la charla pues el Den Den Mushi que portaba en su muñeca informó de un altercado próximo a la zona en la que se encontraban.- ¿Pero qué demonios pasa hoy?- Era una buena oportunidad para encontrar al responsable de lo sucedido en el Puerto por lo que el Teniente no tardó en marchar en pos de la batalla. En esta ocasión no habría piedad alguna…era algo personal.

Jue Jul 07, 2011 2:45 pm

El trabajo avanzaba rapido y con prontitud se pudo observar mejoras en el puerto o lo poco que restaba de el. Los carpinteros en conjunto de algun que otro marine aceleraban la situación para dejar todo en condiciones y que los barcos fueran nuevamente redirijidos a la zona correspondiente. La conversación iba con fluidez hasta que en un momento se vió interrumpida por un comunicado a travez de un den den mushi que poseeia aquel teniente. Un comunicado provisto directamente por un alto mando para todos los marines competentes que se encontraran en la zona y como poseedores de un rango respetable, ambos marines presentes se debían dirijir a la zona. Sin practicamente comunación entre ambos, el vendado y el joven teniente se encaminaron a toda maquina para llegar a socorrer a su compañero lo mas pronto posible.

Al parecer un grupo de rateros intentaba conseguir un objeto muy preciado que se transportaba en manos de aquel marine acechado, obligandolo a pedir refuerzos ya que su sola presencia no bastata para controlar la situación. Era poca la distancia que separaba a ambos grupos, los dos marines solo estaban siendo bloqueado por un amontonamineto de trabajadores y maquinarias que no les permitían observar la situación desde lejos. Era tiempo de cumplir con su deber como lo venian haciendo hasta ese momento. Controlar la situación era prioridad para Fulco y sobre todo mantener a salvo el maletin preferentemente sin poner en riesgo la vida de su compañero. Era sabido que una situación de esa clase se podía presentar y si aquellos sujetos pedían refuerzos la prioridad maxima seria cubrir el maletin hasta que llege a destino asi sea que aquel custodio de la marina continue o no con vida.

Justicia

Justicia

Re: Justicia

Re: Justicia

Re: Justicia

Re: Justicia

Re: Justicia

Re: Justicia

Re: Justicia

Re: Justicia

Re: Justicia

Re: Justicia

Re: Justicia