[Prólogo] Inicio de una amistad extraña.

Dom Jul 03, 2011 3:33 pm

Actualidad -

Un recuerdo volvía a la mente del vendado. Un recuerdo muy significativo para él y es que por deseo, el creía con volver a repetirlo. Recordando aquella historia como si estubiera pasando ahora.

Recuerdo -

Hace años, en la academia situada en Shellstown, una amistad un tanto extraña nacía, una que solo pocos lograrian entender. Como todo joven competitivo, los dos mantenian una rivalidad intensa e incesante. Los dos marines que prometían llegar a lo más alto, ya que ambos eran los mejores y casualmente ambos empuñaban una espada como pilar fundamental de su estilo de combate. Los dos, cuyo talento superaban al de cualquier otro en el ambito estudiantil dentro de la marina, solo podia ser medido con repetidas peleas que parecian no tener fin mas que la experiencia y simplemente madurar, obligandolos a dejar atras esas actitudes que podian ser denominadas chiquilinadas, que viendo las condiciones de los enfrentamientos en los que ambos se batian, no lo eran para nada.

Algo así como una jugarreta del destino, los más talentosos espadachines que en ese momento se entrenaban, resultaron ser compañeros de entrenamiento ya que los altos rangos notaban como juntos se potenciaban dando siempre un 100% en todo. La amistad que nacía casi inevitablemente podria decirse, se formo, bajo lazos de competitividad que incluso hoy en día con todo lo vivido todavia no pueden resolver y es que para Fulco esto nada más era una amistad que se tendria que romper con una lucha de espadas y con un vencedor.

Comenzandó con la secuencia, todo empezó hace ya varios años, con una simple discución de niños en medio de un entrenamiento.

- Yo soy mejor - Inocentemente, afirmó el pequeño Fulco que daba por sentado su superioridad sin claras pruebas. Al termino de una respuesta de - Noo, yo soy mejor - Por parte de su, en ese entonces, rival casí como retrucando y subiendo la apuesta. Comenzando con una infantil pelea que no tendria mayor trascendencia. Dando ahí el punta-pie inicial que desencadenaria la posterior rivalidad aun permanente.

Dom Jul 03, 2011 4:43 pm

El tiempo no era háblame con Enrar, el afán de su abuelo porque este fuese un ostentoso marine había llegado a ser tan elevado que con apenas 12 años, el peli azul ya ingresara en la academia con expectativas de llegar a ser un marine de un alto calibre. Los primeros años fueron cruciales, en los que el marine intentó destacar del resto para así conseguir marcarse un camino hacia la gloria y el respeto de los demás reclutas. Todo transcurría con normalidad hasta que conoció a cierto individuo, en poco tiempo se creó una rivalidad entre ellos, algo fuera de lo normal, no enemistad sino todo lo contrario. Amistad, de un tipo diferente a la que uno pudiera comprender, las amistades que duran años sin fraccionarse lo más mínimo. Más de un combate tuvo que acabar en tablas para no quedar prisioneros por tanta destrucción, edificios derruidos, combates de espadas capaces de cortar el mismísimo viento y alterar el ecosistema del lugar. Enrar desconocía que tarde o temprano llegarían a ser algo más que simples rivales, serían amigos y compañeros de entrenamiento, el peli azul no confiaba en mucha gente mas sabía que con aquel sujeto podría apostar sus brazos que nunca podría perderlos.

Pero esto solo fue el resultado de una amistad que empezó con una discusión, Enrar llevaba pocos días en la academia cuando se tomó con alguien nuevo para él, un sujeto de extrañas vestimentas y muy arrogante para su gusto. El muchacho no pudo soportar tanta aberración por parte del arrogante por lo que sin pensarlo siquiera se lanzó con una típica mas insinuante expresión. No, yo soy mejor –Expresó mientras miraba con determinación al sujeto vendado- Su rostro expresaba temor, pues pocas veces se había encarado a nadie, también arrogancia pues sabía a la perfección que él sería mejor. Pero… ¿mejor en qué? Daba igual, en lo que fuese.

Lun Jul 04, 2011 3:41 pm

Discuciòn de niños? Tal vez, o quizas era el grito de guerra que dos promesas daban al mundo para hacerse conocer. A pesar de esto aquellos capitanes no tubieron mejor que idea que colocar como compañeros a las jovenes promesas y esto es por algo logico y no simplemente por el gusto de ver a dos jovenes pelear y es que ambos se potenciaban al maximo, obligandose a progresar cas'i inconcientemente ya que por el afan de superarse ambos daban un 100% en cada entrenamiento.

A pesar de sus insistentes ataques y los incansables intentos por apaciguar la situaciòn entre ambos marines nada parecia resultar y es que el sentimiento de grandeza no se esfumaria si no con un combate desicivo que aun en el presente no ocurrirìa. Al parecer seria un duelo que se postergaria hasta que mbos lograran su objetivo, llegar a los màs alto o por lo menos eran los ideales que los jovenes mantenian a esa corta edad. Si bien podrian creerse que carecian de exeperiencia y efectivamente no la poseian, sus ideales estaban bien planteados y su motivaciòn los llevaba a funcionar de una manera muy efectiva y particular a la vez, algo muy poco visto. Una compañerismo formado a base de rivalidad, quien lo creeria?.

Comenzando el relato, aquella historia comenzaria con un extraño encuentro, un serìo joven con tendencia a vendar su cuerpo, que por lo general no mostraba màs que una mueca de desagrado de vez en cuando y no emitìa màs palabra de la necesaria. Aquel cuya disciplina era reprobable practicamente por todo su accionar, irrespetuosidad con superiores y mal compañerismo. Una tarde como cualquier otra un entrenamiento marcaria completamente la rivalidad. Un duelo de espadas, nada màs ni nada menos que el generador de la rivalidad perdurable. Ambos se disponian a comenzar el combate a la espera de la orden de la preparaciòn. Podìa recordar algun que otra sensaciòn que experimentaba en ese momento, pero sobre todo la frialdad con que encaraba los enfrentamientos le permitia desarrollar un plan de combate a pesar de su inexperiencia - Y comienzen - Fue la frace que dio origen a la historia de esta extraña relaciòn, si bien el inocente palabrerio habìa sido el desencadenante de toda la historia, el combate que se estaria por desarrollar serìa el causal de que aun no se resolviera esta incognita.

Mar Jul 05, 2011 7:38 am

El destino, ese libro escrito tenía en su interior como Enrar y aquel otro marine que tanto odio se tenía el uno al otro acabarían por ser amigos, por tener los mismos sueños, por estar en acuerdo con muchas de las decisiones que se tomaban. Ni el propio Enrar sabía que llegaría a apreciar tanto a aquel individuo que nunca olvidaría el motivo que le hacía ser su rival, la amistad era así de intrigante, el odio que sentían se acabaría convirtiendo en ganas de superarse el uno al otro. Todo había empezado como un triste e infantil discusión, mas el principio de aquella atenuante amistad comenzó con un entrenamiento donde ninguno de los dos saldría bien parado, la rivalidad era un motivo para poder ejercer un combate majestuoso. Ambos sujetos se encontraban en una explanada donde daría lugar a un entrenamiento entre espadachines.

El lugar constaba de tres apartados importantes, una jauría de árboles al lado diestro, un edificio algo viejo en el lado siniestro, en el norte y sur unas vallas para zanjar el lugar donde se disputaría el primero de muchos combates. Enrar, con apenas 16 años de edad, tres menos que en la actualidad, con su espada en la mano derecha se encontraba atento a todo lo que podría pasar en el siguiente movimiento. La exclamación que pronunció el líder de aquel grupo dio comienzo al combate, en apenas unos instantes, Enrar aguardó su arma colocada en su diestra para poner la hoja de esta apoyada en su zurda. Que comience el juego… te aseguro una derrota inminente… -Expresó mientras empezaba a cargar hacia delante- los primeros pasos fueron decisivos para el combate. En apenas tres segundos, el peli azul había recorrido tres de los seis metros que les separaba. Con la distancia adecuada, un simple giro con el brazo derecho provocó un posible corte horizontal a la altura del hombro izquierdo del vendado. Si este no lo esquivaba, el corte solo provocaría una herida superficial, si por el contrario lo colisionaba con su espada daría lugar al primer impacto entre ambos espadachines, que haría verse quién de los dos era mejor.

Mar Jul 05, 2011 3:12 pm

Claramente se podìa observar aquella futura promesa moviendose con una elegancia y un refinamiento que solo los talentosos mantenian. Aquella velocidad era clara de un espadachin habilidoso y su ataque tambien lo era, pero a si mimso el joven Fulco con dos años de edad menos, catorce en ese entonces, no iba a dejarse pasar por encima incluso aunque la diferencia sea abrumadora, este no era el caso. Ambos mantenian un nivel parejo y una disciplina envidiable aunque la actitud por lo menos del vendado era bastante reprobable en su mayoria.

Podìa recordar, en ese momento un sin fin de sensaciones se cruzaron por su cuerpo aun màs que en el segundo anterior, y su cerebro se vio bañado de dudas e incertidumbre ya que deberia ganar si o si para demostrar su superioridad y es que ese era el fin del marine ser el mejor de todos. Para ello debìa enfrentar ese sujeto desconocido y vencerlo. Aquella rapida corrida rapidamente apago las sensaciones del vendado para cubrir su cuerpo de frialdad y concentraciòn. Utilizando una katana a dos manos el joven Fulco logro evitar el corte frenandolo para terminar por intentar lanzar un corte de arriba abajo con intenciones por demàs violentas. En ese momento una voz se escucho interrumpiendo el ataque y era nada màs ni nada menos de un vice almirante que analizaba los enfrentamientos de todos los pupilos y al notar la intencionalidad de los cortes de ambos pupilos en ese momento enfrentandose se vio obligado a hacerles cambiar sus erramientas de lucha, pasando de utilizar armas reales a utilizar cada uno un bokken (Katana de madera) ademàs con la idea de que ambos pupilos puedan golpearse en realidad para forsarlos a soportar el dolor.

Ambos pupilos nuevamente con una distancia de tres metros se encontraban preparados para entrar nuevamente en combate, con los sentimientos necesarios para dar una buena pelea a flor de piel, ambos anciaban la señal del capitan que divisaba el combate para que ellos pudieran dar comienzo a lo que seria el principio de la historia de dos grandes. Fulco obligado a comenzar esta vez, al termino de la señal del capitan caminò con lentitud ubicandose a unos dos metros de su rival y de ahi su movimiento, un espadaso en linea recta de arriba hacia abajo intentando impactar directamente en el creaneo de su compañero.

Miér Jul 06, 2011 9:02 am

Todo el movimiento transcurrió a una velocidad vertiginosa, nuevamente los pasos del muchacho le llevaron a su nuevo destino, caminante de forma furiosa y pausada se desplazaba por el centro de aquella plaza, observando, quizá analizando, o simplemente pasando la vista por encima de las cosas, sin mostrar apego ni afecto por nada. Algo estrambótico estaba sucediendo en el lugar, un combate digno de ser observado, una batalla por el honor, pero no una simple y cualquier pelea, pues el combate decidiría el destino de cada niño. Tengo que vencer… tengo que demostrar mi nivel, tengo que aumentar mi fuerza, tengo que ser mejor… mejor… -Expresaba sin tan siquiera disimularlo ante las personas interesadas en el combate- Si había algo que a Enrar se repugnara eran los simples comentarios hacia dios, “que dios acoja su alma”, “que dios le bendiga”, “Nadie puede hacer nada por él, ahora solo queda Dios”. Simples escusas para evitar hacer un gesto humano, ayudar al prójimo, nada… la gente observaba aquel espectáculo, muchos marines de altos cargos rezaban por las vidas de los marines, estúpidos ignorantes. Su vista se posaba en los marines que había a sus alrededores, simples humanos que llevaban sus manos al pecho e incluso alguno alzaban la vista al cielo para así implorar un rezo a su Dios.

Dios… Dios… Dios…la idea de Dios implica la renuncia de la razón humana y de la justicia misma; es la negación más decisiva de la libertad y lleva necesariamente a la esclavitud de los hombres, tanto en la teoría… como en la práctica… que tal aberración, ver un combate entre simples niños… pero, para mi opinión, es más triste ser testigo de la esclavitud que poseen los espectadores sobre sus futuros remordimientos… simplemente esto da asco. –Murmuró Enrar con francas palabras- El primer impacto de ambas armas fue el causante de un gran alboroto, todos los presentes se alzaron para ver qué tan grandes podían ser dos simple infantes de 16 y 14 años. Cautivador, energético, simple pero preciso, no elegante pero si merecido movimiento… la verdad… te doy un siete de puntuación… que hombre tan carismático, por lo visto... empieza el verdadero espectáculo –Expresó para sí mismo, Enrar- El siguiente movimiento del vendado fue detenido por la voz de un nuevo presente del lugar. Se trataba ni más ni menos que de un vicealmirante capaz de hacer estremecer la zona sin siquiera forzar la vista.

Estando ahora con unas nuevas armas, esta vez de un material menos peligroso, Enrar se preparó para el combate que se disputaría en apenas unos instantes. La camiseta se la quitó, soltándola sobre un la copa de uno de los muchos árboles que habían por la zona y, casualmente, dejándola en perfecto estado. Seguidamente se acercó al individuo de las vendas y mientras los pasos le acercaban la fuerza que ejercía Enrar en su arma aumentaba. Cuando apenas les separaban unos metros, el elegante marine apuntó con su espada a su enemigo. Dicha acción no parecía provocarle ninguna ventaja, mas nadie lo sabría hasta el último instante. Un paso hacia delante, dos pasos… al tercero, la velocidad era digna de elogiar por los animales como los guepardos, se podía ver en movimiento, mas si el ataque era sorpresa no daría tiempo a correr en dirección contraria. Los ojos de Enrar seguía al vendado con desdén y tranquilidad, aunque se dispusiese a tacar por sorpresa, no sería un gran problema si mantenía las distancias. Eso pensaba el elegante marine hasta el punto de llegar a ver como sus propios pasos le hacían estar a unos pocos metros del rival. El primer ataque, un corte vertical a la altura del cráneo, un golpe que sería certero si no fuese por el impacto entre armas de madera, con la katana puesta en forma horizontal pudo evitar que el golpe fuera certero. Ejerciendo una leve presión hacia delante, Enrar evitó que el vendado pudiera usar de nuevo un golpe seguido sin siquiera dejar tiempo a reacciones. El movimiento realizado consistía en realizar una especie de amago corporal, es decir, Enrar se dirigió hacia el enemigo lentamente, haciendo reacciones rápidas con la katana de madera, con la mano derecha de este en el mango, para así confundir al rival y haciendo que se achante, o por lo menos, intentarlo. El golpe que de verdad debía impactarle sería un barrido por la rodilla izquierda la cual le dejaría desprotegido, al solo utilizar una mano para golpear a su pierna, la zurda quedaría libre para efectuar un simple puñetazo por si el vendado evitaba el golpe de la katana y dejaba el rostro al descubierto.

Miér Jul 06, 2011 3:13 pm

Plegarias, rezos y cosas inncesarias, al parecer aquellos sujetos mantenian un nerviosismo incluso superior al de los dos pupilos, que con gran maestria se mantenian concentrados en la pelea y en dar todo. Aquella que ya había comenzado, al parecer por la intencionalidad de ambos jovenes no iba a terminar bien para alguno de los dos o para ninguno. Ya nada restaba por pesar o sentir más que dolor, la pelea había dado incicio y aquellos dos guerreros estaban listo para comenzar. Su primera acción fue facilmente resolvida y un ataque un tanto extraño llevó a que Fulco se viera en duda, para que en el momento de contra-ataque resolvio levantar la pierna izquierda un poco golpeando unos centimetros más arriba del tobillo aminorando gran parte del impacto, haciendolo caer, para que este terminara por rodara hacia atras dando dos giros en el suelo y se pusiera nuevamente de pie - Esto será interesante - Exclamó solo para que aquel sujeto escuchara.

Tomó su katana fuertemente y disparo un nuevo ataque. Se acercó corriendo rapidamente y dando un giro intentó con su pierna derecha barrer aquel compañero de combate, al mismo tiempo que con su bokken daba un "corte" horizontal a la altura del hombro algo asi como un ataque combinado muy efectivo. Terminó por acomodarse, concluyendo el giro con gran velocidad y ubicandose nuevamente en posición para continuar con un nuevo ataque. Se podía escuchar como, cuando uno de los dos atacaba alguno de los marines exclamaban ua palabra de sorpresa ante la calidad del ataque de ambos espadachines y es que ver dos jovenes talentosos enfrentandose con pasión no era algo común.

Miér Jul 06, 2011 4:41 pm

La primera defensa fue realizada con maestría ya decisión, había que ser muy valiente para detener un barrido con la pierna desnuda, sin más espada ni nada, sino que con la propia pierna al descubierto y sin protección alguna. Su pierna izquierda se elevó lo suficiente como la recibir el impacto de la katana, todo el golpe fue llevado a la altura del tobillo mas lo que de verdad provocó fue una leve pero efectiva caída del sujeto. En unos pocos instante empezó a rodar para detrás haciendo así una posible evasión y conseguir evitar unos ataques que de seguro serían efectivos por parte del marine. Nada mal, nada mal, tienes toda la razón… será muy interesante –Expresó con decisión y alegría- La verdad es que la diversión que sentía no era para menos, el combate no había hecho más que comenzar pero los golpes, la defensa, el ataque, todas aquellas sensaciones provocaban bien estar en nuestro joven recluta.

El siguiente movimiento fue realizado por el vendado, este agarró su arma con determinación, con posible rabia al haber sido derribado con tanta facilidad y con decisión de atacar de nuevo. La velocidad que tenía era abrumadora para su corta edad, Enrar quedó perplejo ante tales zancadas capaces de dejar atrás a un gran adulto. Un simple giro provocó que el peli azul quedara atónito ante tal ataque, este no quedó quieto, un humano normal habría saltado o intentado evitar el barrido, nada de eso era propio en el marine. Este hizo el mismo movimiento mas en sentido contrario, un barrido sobre barrido, una patada sobre patada, un impacto entre ambas piernas que sería inminente, un quebranta huesos para los luchadores, un simple efecto de orgullo en Enrar.

Por si no fuese poco, ante el impacto de ambas piernas, el vendado lanzó una estocada a la altura del hombro que Enrar no evitó, el impacto fue certero con todo su esplendor, provocando que el peli azul se lanzara unos metros para detrás rasgando su ropa y su espalda. Seguidamente y sin perder un solo instante de tiempo, el marine se lanzó de nuevo a la batalla, el movimiento de contraataque por sorpresa sería realizado sin más previo aviso que una carrera veloz por ver quien soportaba más golpes. El ataque consiste en que Enrar se dirigía hacia el enemigo corriendo y mientras este corría, agarrase la katana, la ondease un par de veces, después de esto, atacaría sin que el enemigo se lo esperase. El golpe sería en el lado izquierdo del hombro.

Miér Jul 06, 2011 8:58 pm

La pelea en poco tiempo se transformó en un golpe por golpe. Los dos jovenes no tenian ningun temor en recivir un golpe al parecer es como la pelea iba a desarrollarse, por el contrario algunos de los allí presentes querian un cese a tal violencia, despues de todo dos jovenes machacandose indiscriminadamente no era muy sano y logico. Nada importaba, obviamente esos dos jovenes con ancias de grandeza no se detendrian pasara lo que pasara.

Aquel ataque combinado propinado por el vendado había funcionado parcialmente, aquel espadachin contendiente había recivido el impacto del bokken en el brazo sin causarle mayor complicación para que luego como contra-ataque Fulco se viera asediado por un ataque a la misma zona en la que el golpeo a su rival. Al parecer un juego con la espada intentaria confundir al vendado pero al haberlo hecho con anterioridad, esta vez no se fijaria en eso si no en el final del movimiento, lo que seria en si el intento de corte *Otra vez no* Llegó a pensar el joven mientras que cubria su brazo con la katana para intentar co su mano libre dar un golpe hacia el medio del pecho de aquel espadachin rival.

Confiado en que su ataque daria resultado, Fulco se vio vulnerble momentaneamente y es que con la inexperiencia con la que contaba se veia vulnerable en caso de una situación provechosa para el, y es que contaba con el hecho de que su rival no pudiera responder a tal ataque.

Jue Jul 07, 2011 10:23 am

Aquella maniobra por parte de Enrar había funcionado en la absoluta perfección, pierna con pierna, espinillas contra espinillas, un simple golpe que evitó que el marine cayera al suelo; aquel impacto tampoco fue sin riesgo, un dolor agudo se adentró en la pierna del peli azul, un simple crujido fue suficiente para que aquella patada fuese apartada para poder así sentenciarse la ofensiva del vendado con una estocada en su brazo zurdo. El impacto lo había lanzado para atrás mas nada importante por lo que preocuparse. La nueva carrera que había empezado el peli azul no resultó tan efectiva para poder efectuar un ataque directo en su rival, el utilizar la misma estrategia una y otra vez hacía que hasta un simple niño de catorce años se percatara de la maniobra que podía usar para evitar el ataque.

El giro de muñeca para evitar que el vendado pudiera confirmar la zona por donde sería atacado no dio resultado, el impacto de la espada de Enrar fue colisionado con el ataque del recluta hacia su pecho, ambas armas de madera había quedado detenidas con maestría. El público enloquecía, los grito de suspense eran superiores a cada momento; este último levantó furor pues más de un recluta quedó atónito ante tales ataques y defensas capaces de atribuir mucho mérito a los dos combatientes. Había que admirar el arduo nivel de combate del otro luchador, aun viendo como Enrar le atacaba a su hombro izquierdo, no cesó su ataque de querer golpear el pecho del peli azul. El recluta tuvo que detener su ofensiva para realizar una defensa de última hora, la cual detuvo el ataque a duras penas.

Que directo… -Pensó con rabia al ver como todos sus ataques no salían efecto alguno- Ahora era el momento de actuar, con ambas espadas detenidas en apenas unos centímetros, Enrar estiró su zurda la cual tenía libre desde el principio de todo el combate y agarró el arma del contrario. Al ser de madera no se arriesgaba a ser cortado ni herido de gravedad, el siguiente movimiento sería con esta misma mano apartando el arma hacia la izquierda (la derecha del vendado) y golpeando con el arma hacia el costado zurdo de ese mismo. En resumen, con la mano izquierda apartaría el arma del rival y con su mano diestra sujeta a su arma golpearía un fuerte impacto en el costado izquierdo.

Jue Jul 07, 2011 12:02 pm

Intensidad, fuerza, vitalidad y mucha necedad. Esta pelea contaba con varios aspectos que la hacian por demàs interesante, agregandole ambos jovenes un toque de originalidad y habilidad como solo dos talentosos podrian incorporar. Facilmente la pelea pudo tornarse en una pelea fisica cuerpo a cuerpo si es que el joven vendado se lo hubiese propuesto y es que ojo por ojo hubiese sido interesante, arrebatar la espada de aquel joven y transpasar la pelea a terrenos no tan explorados por el misterioso Fulco. Recivio el impacto de la katana de su rival colocando su cuerpo levemente de espaldas para recivir una parte en esta y aminorar el dolor, mientras que con su pierna adelantada, golpeaba en el estomago a su rival no tan potentemente por la corta distancia, si no para alejarlo, tomando al mismo tiempo su propio bakkuto para que aquel oji-azul no se llevara la katana en el alejamiento.

Inhalo profundamente reacomodando su respiraciòn, pasò de mano el bakutto para pasar a sosternerlo con su mano izquierda y se colocò completamente de costado. El bakkuto era sostenido de una forma extraña por el vendado, la punta del arma iba en direcciòn al hombro acompañando el ante brazo, siendo como una cobertura de todo el ante brazo sobre pasando el codo cubriendo practicamente casi todo el brazo.

Agacho levemente unos centimetros flexionando apenas sus rodillas, practicamente unos 4 cm y abriendo un poco el rango de apoyo de las piernas separandolas unos 50 cm. Mantubo esa postura firme con su espalda bien ergida y mientras por su cabeza se cruzaba toda la escena, como se desarrollarìa si la idea funcionaba como el vendado lo tenia pensado. Entre cerro su puño derecho y mantubo una mirada directa hacìa aquel sujeto dandole a entender que no se moveria de la posiciòn mientras que a su mente vino la frace * Es tiempo de terminar esto * Y esperò que el sujeto accionara.

Jue Jul 07, 2011 1:28 pm

Toda aquella ofensiva resultó al fin merecedora de una alago y un fuerte grito de asombro por parte de los allí presentes, cada marine se asombraba con las defensas y los ataques de los dos infantes pero este último ya rompió algunos llantos de emoción de carisma por parte de los luchadores. El que un de los luchadores agarrara el arma del otro había atraído la atención de muchos espectadores, valentía, originalidad y algo de estupidez había tachado aquel ataque. El golpe de la espada de Enrar afectó la espalda del vendado, este había preferido girar su cuerpo y sí evitar un gran daño en el costado izquierdo. Todo habría sido perfecto sino llega a tener que complicarse todo, el vendado provocó un rodillazo en el estómago del peli azul haciendo que estos se alejaran el uno del otro.

Ahora se encontraban los dos luchadores con sus armas y a una distancia de 3 metros, como en el principio, numerosos aplausos se formaron en el lugar dando por hecho que el combate era del agrado de los allí presentes. Esto parece que les gusta eh… la verdad es que me lo estoy pasando en grande contigo –Alegó mientras agarraba con fuerza su bakkuto- El vendado respiró con fuerza, parecía que el cansancio no solo afectaba a nuestro peli azul, pasó la diestra por su arma para llevarla a la otra ¿era zurdo? No se había fijado. Con una nueva postura, el combate parecía que empezaría de nuevo.

Una postura que no detendría a nuestro peli azul, este se lanzó en línea recta para intentar aferrarse de nuevo a su rival, cuando se encontraba a una altura idónea para atacar, Enrar se lanzó al suelo con la pierna derecha erguida hacia delante, todo parecía ser el golpe de gracia, una simple segada como en muchos deportes se habían visto. Su patada iría directa a las piernas del vendado mientras que su espada golpearía con la del enemigo para evitar cualquier contraataque.

Jue Jul 07, 2011 3:43 pm

Era inquietante la pelea, el ambiente, la situación se tornaba cada vez más emocionante, aquellos chicos parecian dos maquinas con un solo objetivo, aniquilar a su rival, sin importarles el dolor o los golpes que pideran recivir. Al parecer a los marines presentes les interesaba ver este tipo de combates ya que su exaltación que presentaban era una prueba suficiente además las autoridades que observaban el combate no parecian poner un fin al combate simplemente, por lo menos no por ahora. Era visto que por parte de los jovenes no habria una rendición por lo pronto no por parte del vendado que resistía los golpes con gran valentia y a pesar de que sus edades eran practicamente las mismas, dos años de diferencia a esa edad hacen una gran diferencia, una madurez más marcada, otra contextura fisica y otra manera de pensar es por esto que algun que otro elogio se escapaba para lado del vendado marine.

Aquel sujeto al parecer no disfrutaba la situación y como Fulco solo lo hacian por la gloria de ser llamado vencedor y el ser considerado uno de los mejores pupilos de ese entonces. Era por esto que ninguno podía dar el brazo a tocer. Tantas responsabilidades para ambos jovenes que el cansancio era cada vez mas peor, los gritos de aliento aturdian al joven vendado que se veia mas preocupado por masacrar a su compañero que de pelear de una manera tranquila como se suponía que era debido, despues de todo era un simple entrenamiento. Aquella presión llevaba al limite al joven de mirada penetrante, este mantubo su posición firme, esperó a que aquel sujeto hiciera su movimiento y al notar su intento desesperado por barrer al joven Fulco con la posibilidad de lastimar gravemente su pierna, el joven oji-negro se vió obligado a dar un salto hacia el costado evitando el contundente ataque, para salir en dirección hacia aquel sujeto, buscando la vulnerabilidad que se le podía presentar a quel contendiente estando en el suelo. No era más que un simple contra-ataque desesperado con el unico fín de darle un punto final a aquella masacre que no tenía ningun objetivo logico. Los jovenes eran eso, simples jovenes con ancias de superación y gloria y solamente podían conseguirlo de una manera, moliendo a su rival y demostrando su superioridad * Esta pelea será mia * Catapulto a Fulco en un estado de inconciencia tal que su objetivo primordial era dejar inconciente a su rival, era tal la sensación de Fulco que se podía ver reflejada incluso en sus ojos sin hacer falta observar directamente su rostro. Fue en ese entonces en el que los que moderaban aquella pelea se vieron obligados a observar con atención cada movimiento para poner un punto final a la pelea en tanto sea necesario.

Vie Jul 08, 2011 7:08 am

Aquella maniobra había surtido el efecto que había esperado el pali azul, el ver como tu rival quedaba detenido ante una situación de aquel estado dejaba mucho para la imaginación, posibles estrategias se habrían formado en la mente del vendado, un muy probable golpe sorpresa había efectuado si el recluta se hubiera lanzado espada en mano al ataque. Todas esas posibilidades fueron analizadas por el marine el cual había ideado la forma de evitar una sorpresa de aquel calibre; la segada fue evitada con un simple salto hacia un lado, a todos los presentes les maravilló la evasión que había utilizado el vendado para evitar aquel barrido con tantas posibilidades de acertar. Mierda… -Expresó el peli azul al verse atacando al aire pues su rival lo había evadido con grandeza- El seguimiento de su patada, la cual ya no le llevaba a ningún lado, fue detenida con el simple gesto de clavar el arma de madera en la no muy dura tierra. La frenada fue realizada con lentitud, la suficiente como para no ver como el enemigo se alzaba de nuevo para el ataque.

El vendado salió corriendo en el mismo instante en que saltó para evitar la segada, su carrera tenía un solo objetivo y era el acabar con aquel combate de un solo golpe. Enrar se encontraba a pocos metros de aquel sujeto, este salió directo al ataque, con su espada en mano y con la ira en su corazón. Enrar se encontraba tendido en el suelo con el arma clavada en la tierra, con la pierna derecha estirada hacia delante y algo dolorida por haber sido arrastrada por el campo de batalla. La vista del peli azul se posó en el vendado al mismo tiempo que este alzaba sus manos para acabar con aquel combate, el pobre marine solo tuvo tiempo de colocar sus brazos en cruz para así recibir el impacto del golpe de la katana de madera en estos. Este sitió el mayor dolor que jamás había podido imaginar, fue entonces cuando con mucha rabia a su pesar, el marine que dirigía el combate provocó el sonido del final del combate.

El combate ha finalizado, el vencedor es Fulco, llévense a Enrar y curen sus heridas –Pronunció el marine mayor con una voz firme y punzante en los oídos del peli azul- Sin tiempo a que los médicos marines se levantaran y se acercarán a derrotado recluta, este se enalteció y a duras penas se acercó al vendado del cual ahora sabía el nombre. Un buen combate… espera a que me haga más fuerte y tendremos la revancha, nunca olvidaré tu nombre… -Alegó al mismo tiempo que levantaba su diestra para estrechar un fuerte lazo que se crearía en aquel momento- El gesto de paz entre dos guerreros que tarde o temprano volverían a luchar.

Vie Jul 08, 2011 2:19 pm

El combate había terminadó, no de la manera de Fulco había pretendido. La derrota no fue clara, un descuido del rival le había permitido asestar un golpe lo suficientemente fuerte como para que el superior allí presente diera la voz de alto y declarara vencedor al chico que mantenia una mirada tan profunda que dejaba ver sus intenciones nada buenas. Era facilmente apreciable el disgusto que tenia el vendado por la pelea que se había desarrollado hacía apenas unos segundos y es que no vencer con claridad era lo mismo que empatar, además que tecnicamente el no había vencido a su rival si no que la pelea fue detenida por ordenes de un superior.

- No tubó que haber detenidó el combate - Expresó directamente a aquel mayor que se encaminaba para felicitar al joven vendado, este se mantubo serio hasta que pasados tres o cuatro segundos mostró una mueca de alegria al observar el enfasis que le metia a sus peleas y la manera en las que vivía los combates aunque sean un simple entrenamiento - Es bueno que te tomes las cosas en serio, pero devez en cuando relajarse sirve - Respondió el "amistoso" comodoro que atendía la pelea para luego recivir la respuesta menos esperada del insubordinado joven - No me diga como tomarme las cosas - Exclamó con total falta de respeto a la autoridad allí presente para terminar por darle la espalda e irse del lugar con, todavia, toda la adrenalina a flor de piel.

El hecho había terminado y entre ambos espadachines las cosas no siguieron de la mejor manera, duelos incansables se presentaban ante cualquier situación. Todo lo que sucedía los llevaba a una pelea que resultaba en el hospital para alguno de los dos o para ambos si es que no eran detenidas en su debido momento. El nivel de ambos mejoraba a medida que los golpes eran cada vez menos pero más potentes. Aquellos jovenes que ante haberse visto enfrentados en infinidad de oportunidades, lograron desarrollar estilos completamente opuestos y muy certeros para vencer al otro pero despues de tantos enfrentamientos estos lograron entenderlos y contra restarlos. La historia continuaba así. Ambos se enfrentaban día tras día progresando hasta que el final llegó. Ambos se graduarían de aquel lugar y serian separados por la distancia de los mares llegando a nunca hasta el día de hoy resolver la incognita que mantubo viva aquella extraña amistad, quien de los dos era superior.

Off - Edit para poner - Prologo terminado por mi parte.

[Prólogo] Inicio de una amistad extraña.

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