Tras la batalla 29zrdle

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Tras la batalla Empty Tras la batalla

Mar Sep 06, 2011 8:16 pm
Aquella rubia había salido de aquel incidente en aquel asqueroso bar de nombre raro, no había bastado presenciar masacre por parte de un pirata sino que también tuvo que aguantarse una lucha contra unos marines de un carácter completamente insoportable, si bien tuvo que hacerse cargo de uno había terminado un tanto destemplada… En aquel lugar entraba una mujer de cabellos rubios y largos, completamente rizados a la altura de su cintura, prendas negras combinadas en tonos grises y blancos además de un parche en su ojo derecho, por desgracia llevaba un denotante aroma a vino entre sus prendas, en aquella batalla había usado las botellas de licores en con las que había golpeado al marine y habían salpicado en sus prendas que dejaron de ser impecables, entre lo mas resaltante que delataba su profesión era aquel sombrero n su cabeza, en toda su forma pirata incluso presumiendo un antiguo puesto de capitán.

Se alejo de la zona del desastre sin mirar atrás, no le importaba lo que quedara en el lugar, lo que no quedara, si los marines seguían con vida o si ya se habían muerto allí, únicamente entre sus manos llevaba una copa de cristal color humo y una botella de vino, la ultima que había podido salvar, una especie de recompensa tras su batalla además de un humor no tan bueno, pero eso ya era característico de la pirata… Sus pasos le llevaron hasta el puerto mirando ciertamente sin interés alguno aquellas naves que estaban varadas allí, su pasado le implicaba olvidar la vida en el mar perdiendo atención alguna en aquellas naves que muchos consideraban sus hogares y que en ellos no solo habitaba la misma persona sino que esa “casa” estaba compartida con su familia, sus nakamas, así mantenía el recuerdo de un barco y una tripulación……. Terminó encontrando un bar cerca de sus pasos, parecía vacio y en el entraba la luz solar que poco a poco comenzaba a esconderse, la batalla le despertó una vez más el apetito, quería cenar algo, una buena copa de vino y prontamente buscar un lugar donde pasar la noche

Entro como si nada en aquel lugar llamando la atención con aquel peculiar olor que ya traía como si estuviese embriagada aunque realmente sus ropas eran lo que desprendía aquel olor… Un lugar aparentemente agradable, pequeño, cómodo, con poca gente y al parecer un servicio un tanto aceptable, la hora era ayudante en aquel momento muchos se retiraban a descansar y otros pocos se quedaban a cena… se encamino a una mesa solitaria donde dejo caer su cuerpo dejando su copa y su botella en la mesa esperando que le atendieran, cruzaba una pierna sobre la otra, a pesar de su apariencia no dejaba de ser alguien refinado y delicado en ese aspecto, prontamente cruzar sus brazos por debajo de su pronunciado busto y finalmente cerrar sus ojos un momento… Esperaba que alguien se acercara a tomar su orden pero su olfato se adelanto en detectar algo en particular, como si fuese una alerta abrió sus ojos y tomo uno de sus rizos acercándolo a su nariz para olfatearlo, Maldita sea!!! se quejo en tono alto al ve que su cabello estaba manchado con sangre y apestaba a licores, si bien cuidaba su feminidad y su cuerpo su cabello era prácticamente algo que no soportaba ver en mal estado, se enfureció al ver su dorado tono cubierto con sangre y además apestando licores de la batalla, era el colmo, esos marines habían cruzado la raya de su paciencia, era lo más que podía soportar pero era tarde para volver, estaba muertos y al menos se había dado el gusto de asesinar a uno con sus propias manos, y ese uno el culpable de lo ocurrido en su cabellera Aaaaaaaaaaaaaaah!!! volvió a quejarse golpeando la mesa con su mano derecha convertida en un puño, quejándose mas y mas no tuvo más opción que tomar de aquella copa, abrir la botella de vino y verter con aquel toque único que mantenía la esencia del liquido, haciéndolo prácticamente exquisito y más aun al gusto de Ruby, una mujer delicada en lo que tomaba, comía y vestía, muy difícil se le calificaba como una pirata…
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Mar Sep 13, 2011 12:45 pm
Después de mucho nada por fin había llegado a otra isla, ya perdí la cuenta de los días que pasaron desde la última vez que había tocado tierra. En la costa había un gran puerto, que ya demostraba la gran ciudad que allí había, los edificios eran grandes y hermosos y por lo que sería el medio de la ciudad un gran castillo se erigía terminando de enaltecer la bella ciudad.

Tardé un rato en encontrar un lugar solitario en donde poder salir del agua, siempre debía hacerlo ya que sabía lo valiosas, económicamente hablando, podían llegar a ser nosotras las sirenas. Con paso cauteloso llegué a un callejón en donde había un poco de ropa colgada, robé un pantalón que utilicé para tapar mi cola de sirena y también unas botas que también logré ponérmelas aunque me quedaban bastante apretadas.

Ya camuflada me dispuse a cumplir con lo que venía a hacer a esta ciudad. A pesar de ser una conocedora de los dones de la navegación desde hacia años que no lograba ubicar siquiera el lugar donde quería ir, el Grand Line era un lugar misterioso para la mayoría de la gente del exterior y pocos sabían lo que allí pasaba, menos aún el modo de llegar, solo necesitaba una brújula y un mapa, lo demás sería pan comido. Por lo primero no tuve problemas para llegar a una pequeña tienda donde fácilmente lo conseguiría. A pesar de mi dificultad para caminar con normalidad creo que nadie se dio cuenta de que efectivamente no tenía piernas.

El lugar al que ingrese era viejo, el polvo hacia gala de presencia estando en prácticamente todos los objetos del lugar, sin embargo yo no venía a buscar cosas lindas sino solamente una brújula.

- Señorita, ¿en que puedo ayudarla?- me había preguntado el anciano dueño de la tienda, se lo notaba bastante mal, como haciendo juego con el look del establecimiento, sin embargo se podía ver un buen ojo para estas cosas, por lo menos así lo marcabas sus sucias mercancías.

- Necesitaría una brújula señor- contesté con una dulce sonrisa me daba un poco de lastima así que intentaría tratarlo de la mejor manera posible, el anciano asintió y empezó a buscar el objeto pedido en uno de los estantes que allí había- ¿Por esas cosas de la vida, no tendrá una mapa para ir al Gran Line?- el anciano se detuvo por unos segundos en su búsqueda, luego se levantó con lentitud y me tendió la brújula con los ojos totalmente abierto por la sorpresa que mi pregunta le había provocado.

- No lo tengo chica, es algo muy difícil de conseguir, no cualquier sabe como ir al Gran Line- me contestó con voz cauta, creo que ese momento me di cuenta de lo peligroso que podía ser ese mar y yo no podía seguir indefensa, mi vista dio a una de las paredes en donde se encontraba un arco, una extraña idea cruzó en mi cabeza- ¿Puede darme también ese arco y algunas flechas?- el anciano asintió y con esfuerzo bajó el arco para luego encontrar algunas flechas desperdigadas por allí, me colgué el arma y me guardé el elemento de navegación le tendí el dinero y me fui de allí aunque antes escuché el consejo del hombre- ¿Sabes?, si de verdad quieres ir al Gran Line deberías preguntarles a los piratas que se encuentran en la cantina que está cerca de aquí, tal vez allí alguien lo sabe- yo asentí con mi cabeza y salí.

Tardé unos minutos en encontrar el edificio que el anciano me había dicho pero al hacerlo no dudé en entrar. Dentro no había un buen ambiente, las caras de la mayoría de las personas que allí estaban podían asustar a cualquiera, después de una ligera observación fue un grito lo que llamó mi atención, una mujer había sido la que después de maldecir había hecho un grito de frustración. Sin pensármelo dos veces me senté en su mesa.

- ¿Te molesta si me siento aquí? -
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Mar Sep 13, 2011 7:12 pm
La mujer se rompía la cabeza por lo que le había pasado, le tenía enormemente molesta aquel incidente con su cabello que apestaba a vino y demás líquidos embriagantes tras la pelea, sus rizos amados que hasta hace poco denotaban la fragancia natural del cuerpo de la rubia ahora apestaban a vino aunque bueno no podía quejarse demasiado estaba completa ante aquel marine que pretendía partirla en dos con aquella espada cuyo ancho era tremendo según pudo observar, las armas de filo no eran su fuerte, le molestaba demasiado las armas de filo que era terriblemente torpe a usar no les encontraba chiste, era perfecta disparando u puntería era más que perfecta su constancia al disparar también era de un rango superior y mas con aquel brazo Cyborg que simplemente rompía barreras, cada vez que lo usaba más perfecto se volvía odiaba ese brazo, era una de las razones que mas detestaba en sí misma, sus partes Cyborg.

Bueno a pesar de todo lo que ocurría tuvo el placer de poder deleitarse con aquella ultima botella de vino que quedo del grotesco lugar que termino manchado de sangre, una cabeza asquerosa, un desastre y finalmente un incendio además d que se había quedado con aquella copa de cristal oscuro en la cual había servido a un procurador maldito que alabo su habilidad con el vino a la hora de servirlo, aquella copa había encantado se veía espectacular por el simple hecho de ser un cristal oscuro pero visible, más o menos como de color humo perfectamente tallada, que buen recuerdo de aquel lugar, aquella copa seguramente valía demasiado, no pretendía venderla era fan de todo aquello hecho con cristal, joyas y piedras preciosas, uno de sus bajos intereses pero intereses presentes en ella .

Seguía disfrutando de aquella deliciosa copa de vino que llevaba a cada tanto a sus labios, cerraba su ojos para oler aquel inigualable aroma a las uvas de los viñedos, y el alcohol y prontamente un fino sorbo que le llevaba a un paraíso por solo unos segundos pero era un paraíso placentero por medio de su sentido del gusto, una mujer delicada y refinada en ese sentido… Sus ojos se abrieron casi de golpe cuando hubo una presencia que sin el mínimo aviso se sentaba en su misma mesa ocasionando que aquel ojo color miel se posara sobre esa figura descubriendo una chica que ahora le hacia una pregunta un poco delicada, Adelante… no le molestaba en absoluto mientras no fuera de aquellos que armaban escándalo a todas horas o terminaría disparándole algo, seguía esperando un poco de la comida que había pedido pero estaba realmente entretenida con su copa de vino que no tenía ni el mas mínimo indicio de pelear por apresurarlos y que trajeran su comida, solo aquella pequeña mirada había bastado para que Ruby detallara a la chica, por alguna razón sus rasgos a pesar de ser humanos no asimilaban mucho a dicha raza, tenía un aspecto de ser de otro lado pero al menos podía proveer de ser una chica tranquila
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Tras la batalla Empty Re: Tras la batalla

Miér Sep 14, 2011 8:00 am
** Von y sus dos compañeros corrían ahora por las calles de Lyneel escapando del lugar donde habían estado anteriormente, esto fue gracias a que no habían pagado una cuenta bastante abultada de comida en un lugar muy exquisito. De todas maneras eso carecía de importancia en ese momento porque Von tenía una idea fija que debía cumplir antes de irse de aquel lugar: Conseguir un Navegante.

Esta no era una idea ilusa de el nacida en sus deseos sin sentido, más bien está basada en el hecho de que sin navegante no llegaran demasiado lejos... una tripulación necesita un guía a través de los diferentes climas del mar para poder mantenerse bien y esto en aquel momento resultaba esencial.

La segunda lectura de todo esto era que se encontraban en una isla muy poblada, de buen vivir quizás... pero en esos lugares siempre existía una persona habilidosa que estaba cansada de esos lujos y quería vivir de manera extrema... como viven los piratas.

Con este razonamiento en mente Von diviso un barsucho un poco oscuro que se encontraba cerca del puerto eh inmediatamente hiso un gesto a Kat y Lazlo para que le siguieran. Corrió y al estar en la entrada se freno en seco y con fuerza abrió las puertas del lugar para llamar la atención. Espero un instante hasta que la gente que quedaba en el bar lo viera y entonces hablo con voz fuerte y segura, en tono alto pero no gritando.


~~ ¡¡NECESITO UN NAVEGANTE!!... alguien que esté dispuesto a guiar a un grupo de piratas a través de los 5 mares... que no tema enfrentar a los climas mas difíciles del Grand line hasta llegar a Raftel. Alguno de todas las personas que viven en esta ciudad hipócrita seguramente soñara con ir al mar... vivir aventuras y poder superar sus propios límites. Pues la oportunidad toco a su puerta... dudo que alguno de ustedes vuelva a tener una chance así... ~~

Quedo en silencio, no le molestaba admitir que eran piratas, ni que necesitaban en verdad un navegante, tampoco tenía miedo de represarías, era muy confidente de sigo mismo y además era sincero... si bien un poco estúpido en algunas situaciones era una persona sincera.

~~ ¡De echo también necesitamos medico, artillero, arqueólogo... un carpintero... o cualquier persona que con espíritu libre quiera hacerse a la aventura de vivir como un pirata! ~~

Dejo sus palabras en el aire esperando a que alguna de las personas contestara... o no... O que lo echaran a patadas... lo que sucediera primero. **
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Miér Sep 14, 2011 10:08 pm
Un gran peso se me quitó de encima cuando escuche a esa mujer permitirme sentarme con ella, sin embargo todavía tenía dudas sobre esto de preguntarle a cualquier pirata que me encontrara si tenía un mapa de la entrada al Grand Line.

Empecé a reunir valor para preguntarle a la chica, parecía de las mujeres con carácter, pocas pulgas, como le gustaba decir a mi padre cuando se refería a mi madre. Después de verla tomar un poco de vino, con lo que deseaba que se liberara un poco más, tomé la decisión de preguntarle de una vez por todas, al final y al cabo no tenía nada que perder, el no ya lo tenía, ahora tenía que buscar el “Si”.

- Se que es algo raro para preguntar teniendo en cuenta que soy una completa desconocida pero…- mi pregunta fue entrecortada por el atronador ruido de las puertas abriéndose seguida por el ingreso de tres jóvenes entre ellos uno se adelantó y empezó a hablar para todos los ocupantes de las mesas del bar.

El joven se autoproclamo como pirata y, sorprendiéndome completamente, preguntó si había algún interesado en cubrir el puesto de navegante en su barco. Habló de una oportunidad única de embarcarse en aventuras y superar límites. Sin embargo lo que más llamó la atención de la chica fue una frase que el joven dijo al pasar, “Busco a alguien que no tema enfrentar los climas más difíciles del Gran Line hasta llegar a Raftel”, ¿Acaso ese chico hablaba en serio?, No podía haber duda en eso al ver los ojos llenos de decisión en el chico, hablaba de la isla que Solo Gol D. Roger había podido pisar. Hablaba del mismísimo fin del mundo civilizado.

Por unos momentos mi mente fantaseó con unirme a una tripulación de piratas y vivir aventuras como una persona normal, sin embargo la realidad era otra ya que yo no soy una persona normal. Soy una sirena y como tal no puedo arriesgarme a ser otra vez vendida a los Tenryubito, no soportaría vivir otra vez en una pecera cuando había vuelto a disfrutar la interminable libertad que solamente podía sentir los peces o los barcos en el mar.

A pesar de que mi conciencia luchaba por quitar mi atención de excéntrico capitán, mi vista se paseó por lo que parecían sus dos subordinados. Para mi sorpresa uno de “ellos” era en realidad “ella”. Una jovencita, probablemente unos años menor que yo de aspecto algo delgado y altura normal, sobresalía del trío debido a sus exóticos ojos color morado. A su lado un chico de pelo negro y ojos celestes, vestía con una camisa blanca y unas pequeñas bermudas y en sus píes llevaba unas sandalias, era un ropa que se usaba mucho en los piratas recién ingresados. A pesar de no tener nada anormal ni nada que llamase poderosamente la atención no podía quitar mi vista de ese chico, una especie de dejabu, se podría llamar tal vez.

Tardó unos segundos en descifrar que significaba eso y al hacer casi me agarra un especie de colapso nervioso al identificar que era lo que me llamaba la atención de ese joven.

- ¿Laszlo?- pregunté acercándome al chico, al hacerlo no tuve dudas de que ese chico era el mismo que había visto dos años atrás en la Isla de Eeire- ¿Me recuerdas? soy yo, ¡¡Leslie!!- le especifiqué con emoción contenta de volver a ver a ese mocoso medio estúpido que consideraba mi mejor amigo.
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Miér Sep 14, 2011 10:49 pm
Como el joven había supuesto al conocer con un poco más de profundidad tanta a Von como a Kat las aventuras vendrías solas teniéndolos como compañeros. Después de lo que el joven tomó como un divertidísimo escape, que contó con un lanzallamas cortesía de la chica de ojos morados y una amenaza que Laszlo catalogó como “genial” por parte del que desde ahora sería su capitán, llegaron a las afueras de una barsucho de mala muerte. El objetivo de su líder era claro, tenían que conseguir un navegante. ¿Para que?, Laszlo no lo sabía, ni pretendía hacerlo. Solo le bastaba con poder andar con sus nuevos amigos por allí.

Tras un gesto de Von, él y Kat siguieron al capitán ingresando junto a él a ese bar. Sin perder tiempo el joven del ojo emparchado se encargó de declarar sus intenciones a todo pulmón sabiendo de esa manera que ninguno de los presentes en ese bar se quedara sin escuchar la propuesta de aventuras y peligros.

Laszlo miró los alrededores del bar mientras esperaba alguna reacción por parte de los allí presentes, cuando su fácilmente dispersable mente se había cansado de inspeccionar a gente que para él resultaban desconocidas una persona pareció darle la debida importancia que merecían su capitán, la cocinera y él.

Era una joven, de pelo color castaño, caminaba torpemente, sin embargo casi no se notaba por ende que Laszlo no se dio cuenta del hecho teniendo en cuenta lo “voluble” que era.

La chica le obligó a prestarle atención cuando dijo su nombre haciendo que el joven se quedara confundido ya que no le resultaba conocida, en realidad si lo hacía pero no recordaba a nadie que fuera así.

Al presentarse los ojos de Laszlo se abrieron desmesuradamente como forma de reacción ante la sorpresa. Sin embargo su sorpresa pasó a transformarse en desconcierto casi al instante de ver las piernas de la chica.

- Tú no eres Leslie, la Leslie que yo conozco es una sirena- declaró con su normal tono elevado, haciendo que cualquier persona que estuviera en ese bar escuchara las palabras del chico.

Sin vergüenza el joven levantó un poco los pantalones de la chica sorprendiéndose de que efectivamente bajo de ellos estaba la cola de sirena.

- Espera si eres Leslie- dijo contento- ¿Cómo te ha ido?- sin dejarla contestar señaló con entusiasmo a Kat- ¿A que no sabes? Esta chica puede hacer una comida exquisita- por un momento se detuvo y aparentó olvidarse de la presencia de la sirena allí presente- Oye Kat, ¿crees que una sirena cocinada sea rica?- preguntó ingenuamente.

Para él era desconocido los altos precios que tenían las sirenas en el mercado de esclavos, como tampoco sabía que cualquier pirata de pocos escrúpulos no se pensaría dos veces la posibilidad de capturar a la sirena y venderla al mejor postor.
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