Re: [Pasado] La odisea de Kratos

Lun Sep 05, 2011 12:46 pm

No se encontró con más amazonas de camino en su huida, al menos parecía tener más suerte que la que tuvo al ser capturado. El dolor de sus costillas era constante pero no empeoraba, sin embargo, su brazo se iba adormeciendo cada vez más, hasta el punto que el solo mover un músculo se hacía doloroso. Estaba claro que por su cuenta no podría salir de ahí, necesitaba ayuda.Cuando logró ubicar la llamativa taberna, pudo fijarse que, por la parte trasera que conectaba con el bosque, había un letrero colgado en la pared que decía "Calvito aquí" junto con una señal que indicaba hacia abajo, y en el suelo, se podía ver una trampilla de madera relativamente oculta con el color de la tierra.

Ya había amanecido, y hacía buen clima, con el sol iluminando toda la calle, y, se podían escuchar las voces femeninas de las amazonas de fondo, en la calle, y dentro de la taberna. Al menos, el par de hermanas parecían haber previsto el regreso del pirata.

Lun Sep 05, 2011 4:52 pm

Kratos miró con rabia el letrero, y le propinó una fuerte patada, ya que su brazo estaba en muy mal estado. El pirata tiró de la trampilla con el brazo que aún sentía, provocando que esta se abriera. Supuso que tenía que entrar ahí, aunque no le hacía mucha gracia. De fondo pudo oír a las amazonas de la ciudad, que se despertaban y parecían ponerse al día sobre la huida del hombre. Solo no podía huir, no tenía la suficiente fuerza, no parecía estar al nivel de esa isla, pues incluso las amazonas yendo desarmadas y empleando una fuerza que seguramente fuese muy mínima por su parte, ya lograban sobrepasar y malherir el cuerpo del cocinero. Antes de bajar por la trampilla sintió una fuerte punzada en su corazón. Volvían. Las pesadillas se apoderaban de su cuerpo de una manera abrumadora, como un mazazo en el cráneo que reducía su cabeza a cenizas, más o menos ese era el dolor que sentía en su interior, sumado al que ya tenía en el exterior lo sumía en una profunda explosión de muecas que representaban al más puro dolor. Sin embargo, por mucho que apretaba sus dientes el dolor ni menguaba, ni se iba. Tuvo que apoyarse con la rodilla en el suelo, agachado. Sudaba bastante, mucho más de lo que lo había hecho durante la escasa duración de la pelea o el recorrido hasta llegar a la trampilla. Esta vez el sudor era diferente, era frío, más bien helado. Sus ojos entrecerrados cada vez veían más borroso, de lo poco que podían visualizar entre los constantes flashes

- Yo no las maté... no lo hice queriendo... - Se decía a él mismo, mientras un cargo de consciencia enorme se venía encima de él, notando incluso una sobrecarga en sus hombros. Con su brazo sano, golpeó al suelo con fuerte puñetazo, incluso haciéndose daño en el propio puño, aunque poco le importaba en ese momento. Como se le quitaran una espada que tenía clavada en el pecho de golpe, se fueron las pesadillas dejándole un mal cuerpo y una respiración agitada. Tras ese mal rato, bajó por la trampilla, quedando a salvo de las amazonas, o al menos eso creía él. Al menos los ruidos de ahí afuera menguaron, cosa que le tranquilizaba. Lo que no sabía es como iba a huir a partir de ahora, solo sabía que era casi imposible, pero poco le importaba. Tarde o temprano lo volvería a intentar, se volvería más fuerte si era preciso y seguiría intentándolo hasta que su cuerpo no pudiese moverse.

Mar Sep 06, 2011 12:56 am

Una vez dentro de la trampilla, podía verse en lo que parecía el depósito de licor del lugar, con varios toneles de gran tamaño amontonados ordenadamente, un gran portó de madera al fondo del lugar, y un frío piso de piedra. Al principio, no se notaba mucho, pero progresivamente, el olor a esa bebida tan rara que había probado Kratos antes de irse de la taberna, se hacía más fuerte, de alguna manera, adormeciendole un poco. No muchos minutos después de que él entrase, pudo escuchar leves pasos por unas escaleras detrás del portón, el cual, instantes después, se abrió. De este pasó una mujer, cabello negro, ropas de igual color, y un rostro muy vacío.

La mujer se sentó al lado del pirata, colocandole una mano en el pecho.- Tranquilo, conozco su situación, soy doctora, vengo de parte de Sakkaku - Dijo en un tono de voz tranquilo, calmado y suave, casi un susurro. Comenzó a mirar detenidamente los lugares que parecía tener heridos, sin tocarlos.- Puedo ayudarte con eso... ¿Así lo quieres? - Preguntó con el mismo tono de voz, pidiendo permiso a Kratos para curarle. De alguna manera, todas las mujeres que se encontraba en ese lugar, parecían ser extremadamente peculiares.

Mar Sep 06, 2011 5:59 am

El pirata miró con desprecio a la nueva persona que entró. Una mujer que vestía de negro. No tenía muchas fuerzas ya, entre el cansancio acumulado y el fuerte olor a alcohol que percibía, pero aún así la mirada la lanzó casi al instante de que hiciera su aparición. Estaba muy agotado, cierto era, pero no por eso perdía del todo su espíritu rabioso y su actitud arrogante - Así que Sakkaku ya sabía que volvería... y que volvería herido - Añadió, sabía que no era su culpa, pero le llenaba el cuerpo de furia saber que las otras personas conocían sus debilidades, en este caso su poca fuerza en comparación con los demás. Si estaba seguro de que, si estuviera en buenas condiciones, no podría vencer ni a la nueva amazonas que había entrado, que se presentaba como doctora - Así lo quiero... no importa si duele, solo hazlo rápido - Le decía a la pelinegra mientras apartaba su cabeza hacía otro lado, no quería ni ver como era curado, era una humillación tener que necesitar de esa ayuda para una persona como él - Maldita chica sin columna vertebral... - Susurró, refiriéndose a Reitan, y echándole la culpa a ella diciendo que no tenía columna vertebral. Era algo que no sabía al cien por cien, pero como le había dado esa impresión, ya le era suficiente.

Intentó morderse la lengua con intenciones de llamar la atención de su cuerpo en un punto concreto, para desviar su atención del resto. Se quedó pensando en sus cosas. Quería evadirse de esa realidad, y entre el fuerte olor a alcohol y su cansancio no era muy difícil. A parte, no había dormido demasiado desde que lo habían dejado K.O en su jaula y le despertó Akari, pero ahora no era el momento, ahora tenía que idear un plan de forma veloz, tras curarse. Tenía que volver a intentar escaparse, tenía que adelantarse a ellos. Eran fuertes, y listas. Si no actuaba antes que ellas...

Miér Sep 07, 2011 3:47 pm

- Pues, esto te va a... - Y antes de terminar la frase, con un rápido y fuerte movimiento, acomodó el brazo de Kratos. El dolor fue inmenso, de por sí, ya era doloroso, aún más con el estado de sus costillas. Pero, poco a poco, comenzó a poder sentir el brazo y moverlo sin dolor.- Doler mucho - Dijo luego de haber realizado su acción. Al menos, tomarle por sorpresa fue lo mejor. Prosiguió luego palpando levemente el costado, haciendo un poco de presión en algunos puntos. Sentía algo de dolor, como pinchazos, cuando le tocaba, pero nada que no pudiera aguantar. La médica sacó un pequeño frasco de sus ropajes, y lo aplicó en la herida. Era un unguento de color marrón, y un olor poco agradable, pero al menos calentaba la zona y se sentía una leve mejora.

- Tienes dos costillas rotas, tardarán al menos dos semanas en sanar completamente - Dijo mientras se levantaba. Sin embargo, no se retiró, se mantuvo quieta frente al pirata, y le tendió su mano para que el pirata pudiera levantarse.- Noto que algo te molesta, además de tu situación actual...¿Puedo ayudar en algo? - Su ofrecimiento era amable, sin embargo, su rostro mantenía la expresión vacía de antes. De fondo, aún se escuchaban los sonidos de mujeres conversando en voz alta, seguramente se encontraría llena la taberna, como había dicho Sakkaku que sucedía.

Jue Sep 08, 2011 7:05 am

La curación sorpresa de su brazo hizo que el pirata alzara su cuello y pusiera su cuerpo en tensión. Al principio le seguía doliendo una barbaridad, más por le forma tan abrupta de hacer que su brazo volviese a la posición inicial. Tras eso pudo comprobar el mismo que por mucho que moviera el brazo de un lado a otro, ya no le dolía, era como... magia, para él. Sin embargo para sus costillas la cosa cambió mucho. Le esparció por la zona dolorida una clase de ungüento de color marrón y que además estaba algo caliente, pero casi que no pudo apreciar esos detalles por los continuos pinchazos que sentía y que le hacían cerrar los ojos con brusquedad. Fue entonces cuando le informó sobre sus costillas, que tardarían dos semanas en acabar de curarse del todo - ¿Dos semanas? Estupendo... - Decía, ya que eso significaba que tenía que pasar dos semanas en un leve reposo hasta su siguiente intento de huida. Y si en ese fracasaba con los mismos resultados, otras dos semanas... Sería un bucle sin fin. Fue entonces cuando la doctora preguntó si podía ayudarle en algo, a lo que Kratos, con algo de ira en su mirada le respondió - ¿Ya me has curado no? Si no puedes curarme mis costillas de una forma más rápida, ya puedes largarte - Dijo, para luego girarle la cara y quedarse mirando al suelo.

Ciertamente era algo negativo el que tuviese que quedarse más tiempo en esa isla. Sus sueños cada vez se hacían más fuerte y cobraban foorma de pesadilla para atacarle con lo mismo de siempre. Si no hacía algo rápido, quizás perdiese su propio control del cuerpo, obstinado por los errores del pasado. Por ahora tenía que potenciar la imaginación y buscar formas de huir de esa isla de mujeres. Sabía que todas y cada una de ellas era más fuerte que él, que no podía involucrar a ninguna Amazonas ya que eso la pondría en peligro, y si se morían ellas él ya no tendría donde esconderse y se quedaría sin su escudo humano. La ciudad estaba protegida, y había guardias hasta por la noche, y supuso que eso aumentaría al saberse de su huida públicamente. Ciertamente no sabía si su imaginación era escasa o sus oportunidades eran pocas y tendrían que contar con mucho azar para realizarse, pero de momento no pudo planificar una huida más o menos segura, o con éxito.

Jue Sep 08, 2011 2:49 pm

La mujer se quedó de pie, retirando su mano ya que sabía que no sería correspondida.- Si deseas, puedo bloquear tus pensamientos...no hace falta ser un gurú para notar que algo te atormenta además de tu situación actual - Dijo mientras comenzaba a caminar hacia la salida. Su ofrecimiento era extraño, bloquear un pensamiento, una idea, sonaba un poco ilógico escuchado de esa forma. Quién sabe qué método podría utilizar.

- Aunque, también ten en cuenta que tus pensamientos, son parte de ti, buenos o malos, reconfortantes o deprimentes...solo avísame si deseas prescindir de ellos - Dicho eso, se acercó a la puerta, abandonando el depósito. Pasaron varias horas, seguramente ya habría comenzado a anochecer. El dolor de su cuerpo había menguado mucho en comparación al inicio, apenas sentía dolor en el costado si no lo tocaba, pero, si lo hacía, era muy molesto. De repente, el portón se abrió y una figura dorada salió disparada de ahí. Akari se encontraba ahora de pie, con las rodillas flexionadas, al lado de Kratos. En el marco de la puerta, Sakkaku estaba parada con los brazos cruzados.

- ¿Quieres algo de comer? - Preguntó la hermana mayor, mientras Akari saludaba con una mano y sonreía inocentemente. Al menos, el ambiente era un poco más amigable.