[Pasado] La odisea de Kratos

Jue Ago 25, 2011 12:32 am

Ahora su cuerpo se tendía sobre la arena, arena la cual quedaba adherida a su mejilla que estaba estampada sobre esta. Su cuerpo estaba inconsciente, y las leves olas consiguieron despertarlo. Al hacerlo, este lo hizo de forma agitada. Recordaba como había llegado ahí más o menos. Iba en balsa, tranquilamente moviéndose a base de remos. Sabía que de esa forma tardaría milenios en llegar a cualquier destino, pero no disponía de más medios. Recordaba que el sol ejercía presión sobre las pieles, pero él aguantaba bien el calor. Recordaba que ese día todo había sido muy tranquilo, y recordaba que el día anterior había logrado cazar a un par de peces y aún le quedaba uno de reserva para el día siguiente. Había sido un día productivo, de esos que le hacían olvidar lo poco que se dormía, o la lentitud de progreso para desplazarse. Pero, todo era demasiado tranquilo incluso para el Calm Belt. De golpe, el agua se empezó a agitar y de esta salió un monstruo marino gigantesco justo en frente de él. Se agarró con fuerzas a la madera de la balsa, pues parecía que el serpentino monstruo marino no le había visto. Kratos visualizó al monstruo, pues parecía una anguila gigante, o al menos eso pudo deducir viendo su gigantesca espalda. Kratos sabía que no se podía enfrentar a esa cosa, así que sería mejor no hacer ruido y esperar a que este marchase. Por suerte, parecía que el monstruo le hacía caso y se sumergió en el mar, creando algo de oleaje. La parte mala de esa acción era que, al sumergir su cuerpo alzó su cola, y si, la cola estaba justo debajo de la balsa. Esto causó que Kratos saliera disparado o, más bien, catapultado hacía el frente a gran velocidad y con gran potencia. Recordó que durante ese tiempo en el aire se sintió como una bala de cañón. Por suerte no todo fue tan malo, gracias a que este fue disparado Kratos pudo avistar una isla, e iba directo hacía ella, aunque no llegaría con ese vuelo. La caída en el agua fue dura, muy dura, tanto que ni siquiera recordaba más que un tremendo dolor y un estado de inconsciencia que… parecía ser que lo llevo a las playas de la isla.

El cocinero pasó la mano por las olas, y luego la restregó en su cara para limpiarla. Tras este acto, intentó ponerse en pie. Fue sorprendido por un agudo dolor en todo su cuerpo, el cual hizo que volviese a caer. Sin embargo, ahora que conocía su dolor, se volvió a poner en pie, esta vez de forma exitosa, aunque su estado era algo magullado. No tenía ni idea de donde estaba, pero no le importaba demasiado, pues este solo iría allí a buscar una tripulación y a matar gente, intentando no mezclar ambos conceptos, claro. Empezó a caminar poco a poco, ya mirando a la vegetación por encima de su hombro. No tenía mucho que hacer, así que fue caminando por la playa hasta intentar encontrar algo, no quería inmiscuirse en un bosque de una isla que no conocía. Pero de golpe vio un barco que llegaba a lo lejos, un barco de los grandes, y lo mejor, no parecía ser de la Marina. Eso era genial, había gente y no había vigilancia, tenía que aprovecharlo. Dejó atrás el paso lento, y ahora se dirigía a la zona en donde el barco había desembarcado, ahí seguro que había civilización que matar, algo que ansiaba desde hacía tiempo. Fue un tiempo lo que tardó en llegar a la zona adecuada, quizás desgastado en exceso por correr sobre un terreno arenoso. Ahora, casi sin respiración veía de lejos una ciudad bastante grande, aunque no podía distinguir a sus habitantes, ni ver nada extraño. Se quedó descansando un rato en la lejanía, intentando recobrar el aliento para que, cuando lo tuviera, asaltar la ciudad como buen pirata que era.

Jue Ago 25, 2011 5:30 pm

Una flecha pasó a pocos centímetros de la cabeza de Kratos, viendo este último como tal proyectil se perdía a lo lejos. Antes de que pudiera reaccionar a ese ataque, una ráfaga de flechas se clavaron alrededor del pirata, rodeandole en una circunferencia. Los que estuvieran disparando poseían una puntería casi perfecta para ejecutar tal movimiento.- ¡Si te atreves a dar un paso, será el último, varón! - Gritó una voz femenina, la cual no se podía identificar de donde provenía, ya que los árboles cubrían la vista de cualquier posible individuo. De alguna manera, Kratos podía sentirse observado por más de una persona. Pasados unos segundos de intriga, una mujer de al menos 2 metros de estatura se paró frente al pirata, apuntandole con un arco.

-¿Qué hace alguien como tú en Amazon Lily? - Preguntó con una voz ronca. Tenía cicatrices por ambos brazos, y sus ropas eran bastante básicas, cubriendo solo lo necesario. Atrás de ella, fueron apareciendo varias mujeres, todas apuntandole con arcos y ballestas. Sus rostros eran agresivos, como si esperasen algún movimiento equivocado de su objetivo para disparar.

Jue Ago 25, 2011 5:59 pm

Kratos estaba decidido a asaltar la ciudad cuando de repente una flecha pasó al lado de su cabeza, a una velocidad increíble. No le dio tiempo a girarse cuando una lluvia de flechas cayeron alrededor suyo... Kratos maldijo a los Dioses en su interior, todas esas flechas indicaban que tenían que ser más de una persona, y encima flechas, lo que les proporcionaba un rango de alcance en ataque muy superior al suyo, que era el de cuerpo a cuerpo. Poco a poco se fue girando, con las manos alzadas. Quería indicar que estaba en son de paz, o al menos que no iba a tornarse agresivo - Vaya, una mujer guerrerra... - Dijo en voz baja, para que solo pudiera escucharlo la chica en cuestión. Crujió su cuello, la verdad es que había sido atrapado de una forma muy rápida. De golpe escuchó un nombre, Amazon Lily. Mierda, se encontraba en una mala situación, esa isla solo aceptaba mujeres y se decía que a los hombres los mataban. Decían que era el paraíso de cualquier hombre, Kratos ahora mismo golpearía en la cara del que dijera eso, más poco que le quedaba por hacer, pues respondiese lo que respondiese nada le salvaría para que dejaran estar a un hombre en el Amazon Lily.

- No vengo a hacer ningún daño, vale, he naufragado, un monstruo marino gigante me ha empujado aquí - Dijo con pasividad, no estaba nervioso, sabía que iba a venir lo que iba a venir, pero ya que lo iban a matar o encerrar, sonrió de forma picaresca mientras giraba un poco la cabeza - ¿Sólo mujeres, eh? ¿Acaso no os gustan los hombres? Mira, dame solo un día, y consigo que dentro de nueve meses todas las mujeres de Amazon Lily den a luz, así tendréis isla para futuras generaciones... ¡Piénsalo! - Exclamaba, creyendo que esa idea funcionaría. ¿Quien podía negarse a la oferta de Kratos? Nadie en su sano juicio. Así que fue haciendo estiramientos de cintura, creyendo este que iba a utilizarla en las próximas 24h de forma continua y sin reposo entre una y otra. En su más profundo interior sabía que todas esas mujeres eran, casi todas, más poderosas que él en este momento. Pero no le gustaba saber que ellas eran tan fuertes, le gustaba imponer su masculinidad y creerse más poderoso hasta cierto punto.

Jue Ago 25, 2011 6:36 pm

La amazona que lideraba el grupo se llevó una mano a la frente al escuchar las palabras de Kratos. Las demás se miraron entre ellas, al parecer confundidas por las extrañas palabras del pirata, no parecían estar del todo informadas de lo que hablaba.- Mira...podíamos haberte proporcionado una vía para salir...pero una amazona no perdona un insulto hacia ella o sus hermanas...¡Apresadle! - Ordenó a sus congéneres, y antes de que pudiera reaccionar, el pirata ya estaba inconsciente en el suelo, habiendo recibido un certero impacto en la nuca.

Un continuo chapoteo de agua sobre su cabeza le hizo despertar. Se encadenado por todas las extremidades al suelo, y se encontraba, al parecer, en una jaula de unos aproximados dos metros de altura y lo mismo de ancho. Aún tenía el cuello adolorido por el golpe que recibió anteriormente. Por la brisa que rondaba el lugar, y la poca abundancia de luz en el lugar, se podía denotar que era de noche. Había sido también despojado de sus armas, y en ese instante, no contaba con más que las ropas que llevaba encima.- Eh....eh... ¿Estás despierto? - Una voz femenina se podía escuchar susurrando, mientras unos mechones dorados se asomaban por un costado de la jaula de Kratos.

Jue Ago 25, 2011 7:12 pm

El golpe le había dejado el cuello dolorido. Parecía que la propuesta que ofrecía no terminaba de agradar a las jóvenes damas. Cuando despertó, lo primero que hizo fue tirar de todas sus extremidades como brazos o piernas. Intentaba liberarse de las cadenas, pero estas no estaban aflojadas, pues por muy fuerte que tirase hasta que su brazo quedase dolorido. Pero no había forma de conseguir liberarse. Tras eso, un leve suspiro de impotencia y rabia surgió de sus labios. Relajó su cuerpo, no podía hacer nada, así que no valía la pena intentarlo. Pero en ese momento volvieron sus pesadillas. Su pasado le perseguía en su mente, le volvieron a hacer visualizar la escena donde su padre era decapitado por el Marine, o cuando él mismo mató a su madre y por consecuente al bebé que tenía en su viente con ese cuchillo. Por unos segundos su cuerpo tembló y empezó a sudar, hasta que la voz logró despertarlo. Kratos intentó disimular como podía la situación en la que se encontraba, aunque era algo muy complicado. Abrió sus ojos al máximo, y giró su cuello tanto como pudo, pero tan solo pudo unos mechones rubios.

- Si, estoy despierto... ¿Vienes a matarme? - Preguntó directamente, sabiendo que tenía que llegar tarde o temprano. Entonces se quedó tranquilo, se podía ver un gesto relajado, sus músculos estaban descansado - ¿O antes me torturaréis? Tsk, que más dará, simplemente hazlo ya - Ordenó, sin poder ver siquiera el rostro de esa mujer, o su nombre, simplemente sabía que para ellas era un enemigo, y que seguramente iba a ser ejecutado por el comentario que hizo sobre las mujeres de Amazon Lily. ¿Acabaría su historia ahí? ¿Había sobrevivido tanto tiempo huyendo de la Marina, y combatiendo con decenas de piratas para que unas mujeres terminasen con su vida? Eso era muy triste, pero que más daba. Iba a morir, así que poco importaba la dignidad ahora, tenía que ver la parte positiva, sus pesadillas no le perseguirían en la muerte, pues dejaría de existir. Cerró sus ojos, ojalá fuera una muerte rápida, pero no pondría muchas pegas a una tortura.

Jue Ago 25, 2011 10:58 pm

La mujer se dejó ver por completo, dejando ver una rubia de cabello largo y muy esbelta en general, vestida con un manto negro y una capucha recogida a su espalda. Su rostro irradiaba tranquilidad, aunque se le notaba algo nerviosa - Vengo a sacarte de aquí...no me pareces tal malo como dice Envy-san - Dijo mientras tiraba una llave a los pies de Kratos, la cual abriría los grilletes de sus ataduras. La chica mientras tanto, con otra llave, abrió con cuidado la puerta de la celda, y le tiró al pirata un largo manto negro.- Ponte eso, tienes que pasar desapercibido por la guardia...- Susurró bajando la voz, mientras de fondo se escuchaban pasos, que aunque eran distantes, querían decir que había alguien más en la zona.

La rubia se adelantó a Kratos, vigilando un pasillo que había cerca de la jaula donde le mantenían encerrado, probablemente vigilando de cualquier persona que pudiera pasar por el lugar.- Apresurate, no se cuando vaya a venir a alguien - Dijo haciendole señas con una mano para que agilizara sus movimientos. Al menos tenía un rayo de luz para poder huir del lugar.

Vie Ago 26, 2011 12:58 am

Kratos no pudo salir de su asombro. Ni siquiera podía creérselo. Durante unos segundos pensó que darle esa esperanza sería una tortura, una última humillación. Pero ese pensamiento se le pasó rápido, sería muy rebuscado hacer eso. Según decía la chica de mechones rubios, venía a sacarlo de aquí, a dejarlo en libertad. Nombraba a una mujer, parecía ser una mujer que ha ido divagando información que hacían ver al Pirata como un ser malévolo. Poco se equivocaba esa tal Envy, él realmente no era una persona muy justa, pero tampoco era tan estúpida, y de momento iba a tratar bien a su compañera. Cuando le tiró la llave fue rápido en cogerla, no tardó ni dos segundos, casi el mismo tiempo que se demoró en abrir las cerraduras que ataban su cuerpo. El cocinero estaba atento a los movimientos que ejecutaba la chica, pues la verdad es que no entendía muy bien por que lo hacía realmente, quizás no estuviese de acuerdo con la política de la isla, aunque sería un disparate. De repente, se vio sorprendido por un proyectil que le dio de lleno. Un lanzamiento de un manto a velocidad lenta impactó con su cuerpo. Kratos miró con repudio aquel ropaje, no le gustaba disfrazarse para nada - Casi prefiero que me maten… - Bromeaba, mientras se ponía el manto de forma torpe, pero con éxito. Kratos salió de la jaula gracias a su libertadora, y miró al resto de la ciudad en la oscuridad de la noche. No parecía haber gente despierta, pero tampoco podía quedarse allí. No sabía lo que pretendía la mujer, pero de momento le debía una por salvarle la vida, así que obedeció sus órdenes y la siguió de cerca.

- ¿Por qué haces esto? - Le preguntó a la joven mientras la seguía, imitando el ritmo de sus pasos quedando así igualados en velocidad. Estaba a su lado, así que si hacía algún giro o aumentaba su ritmo este lo podría ver y copiar con algo de facilidad - Si se enteran te van a matar, tu propia gente - Le decía, casi dándole motivos para que le dejará, ya que no entendía nada de lo que estaba haciendo la chica - ¿Será una trampa? No… ¿Para que una trampa, si ya me habían capturado…? - Se preguntaba, la verdad es que no entendía nada de lo que estaba ocurriendo, pero por algún extraño motivo y, a pesar de las preguntas, Kratos sentía confianza en esa chica, algo extraño en él. Era como si la conociera de toda la vida, como si fuera un ángel guardián, aunque su mente no podía analizar esa creencia y por eso se hacía tantas preguntas - Nadie en su sano juicio abandonaría a su propia gente, a su familia y amigas, para salvar a un extranjero… ¿Por qué lo haces tú? - Preguntó, sentenciando una ronda de preguntas que tenían todos el mismo objetivo, saber, estar informado del por qué de su liberación, pues no podía sentirse del todo libre aún, ya que no entendía por que lo era.

Vie Ago 26, 2011 3:16 pm

- Te lo he dicho...no me pareces una amenaza, y te ves divertido - Dijo con una leve risilla inocente, haciendo mención a las pintas que llevaba el pirata, y su particular cabellera. Avanzaron unos 50 metros sin avistar a nadie, hasta llegar a un patio con una gran cantidad de dianas de tiro. Un detalle particular era que, la pared detrás de las dianas, se encontraba completamente agrietada, con algunos cráteres que parecían como si alguien hubiese dado de martillazos a la pared. Se podían avistar a un par de guardias, obviamente femeninas, las cuales patrullaban alrededor del patio y la salida, un portón abierto al fondo. No parecían estar muy preocupadas por una fuga, ya que esta era poco probable.

- No les estoy abandonando, solo hago lo que me parece...y no solo sería yo, se de un lugar donde te pueden ayudar, yo estoy de guardia, así que, cuando salgas tendrás que arreglartelas tú - Dijo guiñándole pícaramente un ojo - Ahora, llamaré la atención de mis hermanas para que salgas corriendo...no muy lejos de aquí está una taberna con una rosa en el techo, es bastante notoria así que no tendrás problemas en encontrarla, diles que te envía Akari...suerte calvito - Dijo al final, dándole una palmada en la cabeza, sonriendole mientras salía corriendo hacia la guardia más cercana, deteniéndose a hablar con ella. Su método de distracción, no era más que entablar conversación con la vigilante, pero al menos, esta se encontraba de espaldas a la pared, y la otra, estaba caminando por un punto ciego a la puerta. Con un rápido sprint podría escapar del lugar.

Vie Ago 26, 2011 4:19 pm

Caminando habían llegado a la zona de tiro, donde se suponía que las mujeres practicaban el tiro con arco, pero de una forma bestial, pues había hasta grietas en las paredes. Kratos se temía lo peor, pues sabía que esas grietas no eran causadas por golpes físicos como martillazos o mazazos, sino que una flecha, de las que le lanzaron en el momento de su captura. Era mejor ir con ojo y no ser objetivo de ningún disparo. Escuchó las palabras de la joven, la verdad es que no sabía si le tranquilizaban o le ponían de los nervios, decía que no lo creía una amenaza y que parecía divertido. El cocinero prefirió ignorar entonces las palabras, prefería saber que había sido rescatado por que si antes que por eso. De golpe se detuvo de forma abrupta, viendo como habían dos mujeres que hacían patrulla. Si le veían estaba acabado, tenía que ocultarse, así que tras ese frenazo, miró a la chica para ver que era lo que propuso. El principio de sus palabras fueron correctas, le explicaba que había más gente dispuesto a ayudarse, una información extraña, no sabía que había tanta heroína en Amazon Lily, pero no era momento para quejarse. Fue entonces cuando le dio las instrucciones, ella se quedaba distrayendo la atención de las mujeres y él aprovechaba para salir corriendo hacía una taberna con una rosa en el techo, ahí solo tendría que decir que venía de parte de Akari. Tras esas palabras, hizo una leve burla hacía la persona de Kratos, el cual saltó al momento. Ella había iniciado la carrera hacía sus hermanas, pero el Pirata intentó detenerla agarrando su brazo. No hubo suerte, pero no importaba, sabía que tarde o temprano la volvería a ver, y en ese momento la mataría. Por ahora, salió corriendo a toda su velocidad hacía la dirección a la que le había indicado para toparse con el bar.

Tardó algo de tiempo, no logró calcularlo exactamente, pero por fin consiguió plantarse en frente de ese edificio con una rosa en el techo. Justo en ese momento se bajó la capucha de su manto, mostrando su cara y por lo tanto dejando ver que era un hombre a primera vista. Avanzó a la puerta con pasos lentos, y girando su torso para ganar fuerza abrumó esta con su pie, pues había lanzado una patada que había roto la puerta de madera y la había hecho añicos. Se levantó algo de polvo por el destrozo, pero poco le importaba al hombre. Entró en la puerta sin esperar siquiera a que le dijeran algo y, alzando su cabeza, miró a todos los lados observando los detalles y las personas que pudiesen haber - ¡Vengo de parte de la perra de Akari! - Exclamó con fuerza, alzando su grave voz para que resonase por todo el recinto. Kratos se mantuvo firme, quieto en la entrada, esperando a que alguien le diese el permiso para entrar, o le reprochara sus insultos o su forma un tanto particular de traspasar puertas. Pero ahora eso poco le importaba al cocinero, pues su libertadora había generado ira en su interior al reírse de él que tenía que liberar de una forma u otra. Y ya que con las mujeres a duras penas podía combatirlas, los objetos inanimados eran el objetivo de toda su rabia.

Vie Ago 26, 2011 11:02 pm

Apenas se "abrió" la puerta, dentro de la taberna, no parecía haber absolutamente nadie. Sin embargo, pasados unos segundos, un látigo se amarró en el cuello del pirata, tirandole hacia el interior del edificio. Cayó de frente con el suelo de madera de la edificación, haciendose un poco de daño, mientras el látigo se soltaba de su cuello. Escuchó pasos de tacones, hasta que una mujer, muy parecida a Akari, igualmente rubia, se paró a su lado, tendiendole una mano para que se levantara.- Deberías ser más cuidadoso cuando gritas...se te puede sentir tanto como un jabalí en medio de una gallinera - Dijo mientras seguía con la mano extendida. Su cabello era mucho más largo que su salvadora anterior, llegandole a esta a las rodillas.- Veo que mi hermanita al final te sacó..¿Aunque no crees que eres muy rudo llamandole perra?

Sáb Ago 27, 2011 10:03 am

Su entrada heroica no había servido de nada. Pues nada más encontrarse con la supuesta compañera esta le atacó con un látigo. Kratos intentó usar los pies de frenos mientras hacía el esfuerzo de quitarse el látigo del cuello, pero todo era en vano. Al final no pudo igualar su fuerza y fue llevado al interior del edificio de una forma humillante. Tras una mala caída, notaba como el látigo dejaba de abrazar su cuello. Se quedó de rodillas con una mano en el suelo y otra en la garganta, recobrando el aire. Fue entonces cuando la chica empezó a hablar, mientras le ofrecía su mano para levantarse. El cocinero se levantó por si mismo con una cara de rabia que no intentaba disimular. Su rostro era en ese momento temible, pues él personalmente no consentía estos actos, y ya estaban siendo muy seguidos. Cerró su propio puño, intentando mantenerse. Sabía que era más fuerte, sabía que era una aliada y además sabía que sería una importante válvula de escape de esa isla maldita - ¿Tu hermana...? ¡¿Todas en esta isla sois hermanas, malditas perras?! - Exclamaba iracundo, pues siempre se habían referido a ellas con ese término, ya habían sembrado la semilla de la duda en su cuerpo.

- Mira... - Empezaba a hablar, mientras suspiraba, para luego continuar - Será mejor que me proporciones un barco antes de que te mate, y mi paciencia es inexistente, así que aprisa - Gruñía, mientras le decía eso con el dedo índice señalando su cuello a base de amenaza. No era un chico de mucha broma, y menos cuando estaba siendo humillado por todas las chicas de esa isla, tenía que imponerse de una vez, aunque era extraño, no podía matarlas por que necesitaba su ayuda para escapar, y en ese momento estaba amenazándola con matarla si no le ayudaba. Era como un bucle paradójico, o al menos así lo veía él. No se alejó de ella ni un centímetro, todo lo contrario, se mantuvo al frente mientras lanzaba su mirada asesina y dictaba el discurso anterior.

Sáb Ago 27, 2011 1:59 pm

La chica suspiró mirando al pirata, parecía algo decepcionada con la actitud mostrada por él.- En Amazon Lily, todas nos consideramos hermanas, sin embargo, Akari es mi hermana de sangre...soy Sakkaku, la dueña de esta taberna - Dijo haciendo un movimiento de brazos, señalando el interior del edificio. Habían varias mesas alrededor de ellos, un par de escaleras de caracol al fondo, y algo que parecía una barra en el medio del salón.- Deberías de calmarte un poco, eres fuerte, pero, aún considerandome a mí misma optimista, sé que no eres más fuerte que nadie en esta isla...¿Cómo te llamas? - Preguntó dándole la espalda, mientras avanzaba hacia la barra, cogiendo un par de cuencos de madera y sirviendo algo que por el fuerte olor que desprendía, parecía ser algún tipo de licor autóctono.

Sakkaku empezó a beber, haciendole señas a Kratos para que se acercara.- ¿Por qué quieres irte? Está bien que son agresivas las demás, pero, si te quedas aquí podrías pasartela bien... aunque oculto, llevar una buena vida, no nos vendría mal un hombre en la casa - Dijo sentandose en una silla al lado de la barra, cruzandose de piernas, mientras bebía, con una leve sonrisa en el rostro. No parecía estar mintiendo o burlándose del pirata, tan solo parecía, como ella había dicho antes, ser optimista.

Sáb Ago 27, 2011 3:08 pm

El chico se quedó en silencio escuchando todo lo que tenía que decir la rubia. Al parecer todas en esa isla eran como hermanas, como si quisieran formar una gran familia, algo que Kratos no lograba entender, pero no se molestó en preguntar, era una isla algo extraña en costumbres. Al parecer Akari si que era su hermana, de verdad, y ella se llamaba Sakkaku y dirigía una taberna. Eso le gustaba, los locales donde servían bebidas alcohólicas eran un placer de la vida, le gustaba sobretodo degustarlos, pues con su afinado gusto podía saber que era lo que estaba bebiendo echando tan solo un trago si lo había probado ya alguna vez. Echó un rápido vistazo a sus alrededores, mesas, escaleras en caracol que deberían llevar a la bodega, o a otro lugar que desconocía, y algo similar a una barra se situaba en el centro del recinto. Fue en ese momento cuando le comentó a Kratos que se calmase, que no podía vencer a nadie en esa isla. Eso irritó al chico, pues este ya lo sabía, pero que se lo dijeran le hacía sentir débil, y lo peor, sabía que los demás no le verían como una figura respetable - Kratos... - Respondía de forma seca mientras observaba el trasero de la mujer cuando esta le dio la espalda.

La cosa mejoró, pues empezó a verter un líquido sobre unos cuencos de madera, y por el aroma que desprendía eso llevaba alcohol de forma segura, su olfato nunca fallaba. Se acercó a la barra caminando casi hipnotizado por la fragancia y cogió la cuenca de madera. Fue entonces cuando le preguntó por que quería irse, ofreciéndole hogar con la única condición de tener que ocultarse. A primera instancia la oferta no fue nada mala, sería una vida bastante interesante, pero entonces Kratos recordó por que se había hecho pirata - Agradezco tu oferta, Sakkaku - Dijo justo después de haber acabado su bebida de un trago. Se podía observar como había cambiado la palabra "Perra" por su nombre real, como gesto de amistad a su manera - Pero no puedo... por mi culpa le cortaron la cabeza a mi padre, y por culpa de un Marine yo mismo asesiné a mi madre y al bebé que estaba dentro de su vientre - Confesaba, algo afligido, pero con un rostro serio. La verdad es que había caído en la trampa de un Marine y por eso el mismo mató a su madre, pero aún así no se lo perdonaba, y no se permitía la excusa de que estaba bajo una trampa - Desde ese día tengo pesadillas, pesadillas que paralizan mi cuerpo y me obligan a ver como mato a mi familia, continuamente, con una sonrisa... Y cuando tengo esas pesadillas mi cuerpo se descontrola, y soy capaz de hacer cualquier cosa - Continuaba contando su historia, hasta que al decir eso cerró con fuerza sus ojos, y luego para cuando los abrió parecía estar más calmado - Solo cuando mato a gente... Solo cuando veo el miedo en sus caras, cuando su piel se rasga, cuando la sangre huye de su cuerpo... Solo entonces soy capaz de olvidarme de mis pesadillas durante un breve tiempo - Terminó diciendo con un rostro más bien sádico, recordando antiguas peleas y antiguas víctimas que cayeron para saciar su hambre

- Pero un día llegué a una conclusión: Si la pesadilla proviene por culpa de un Marine, solo tengo que matarlos a todos ellos para que esta desaparezca y pueda vivir en paz - Comentaba con una sonrisa, como si se tratase de un objetivo alcanzable en pocos días, pues la confianza que el cocinero tenía en si mismo era mucha, demasiada incluso, creyéndose superior a todos los demás, siendo de esta forma tan problemático - Mmmmh... Esto es licor... Pero no logro descubrir ese sabor diferente - Decía mientras testaba de nuevo ese extraño licor. Finalmente se rindió pues no conseguía adivinar de donde provenía ese sabor, y tampoco recordaba haberlo probado alguna vez, así que sería de alguna planta de la isla, o al menos eso era lo más posible. Tras haber dicho todo eso, se puso en lugar de Sakkaku, y era como si de golpe le hubiese contado toda su historia tras entrar en su local rompiéndole la puerta - Entenderás entonces por que no puedo quedarme, y por que tengo que declinar esa oferta, por muy sugerente que sea - Dijo algo agotado, pues no era la primera vez que sus problemas en el pasado le fastidiaban sus planificaciones. Ahora de momento solo seguía bebiendo como método de olvido. No era tan eficaz, pero lograba distraer al pirata durante un tiempo.

Sáb Ago 27, 2011 9:21 pm

Sakkaku asintió con la cabeza a la declinación de su oferta, no le obligaría a aceptarla. No pronunción palabra alguna durante la historia de Kratos, y mientras este la contaba, ella escuchaba atentamente a sus palabras. Terminó con su porción de licor, y se levantó, colocandose al lado del pirata, poniendo una mano en su hombro.- Puedes pasar la noche aquí si quieres, en una de las habitaciones de arriba, tan solo que por la mañana, procura no salir, esto se llena de guerreras y si te ven...digamos que no serán muy amables - Dijo mientras le entregaba la botella entera de licor, dejandosela en las manos.- No te atormentes tanto, puedo ver que lo haces, y solo abres más tus cicatrices...estoy segura que en algún momento, podrás olvidarlas - Comenzó a caminar hacia las escaleras de caracol, esperando que su invitado le siguiera.

- En cambio, si deseas intentar huir, no te detendré, pero, si necesitas ayuda vuelve, aunque con discreción, esto por las tardes de llena - Le dijo a modo de secreto, una tontería, ya que estaban solos, pero luego de hacerlo soltó una agradable risa. Al menos contaba con algo de apoyo en aquella isla llena de femme fatale.

Dom Ago 28, 2011 12:08 am

La noche continuaba, la misma noche que pasó de preso a pirata de nuevo, de una forma veloz. Seguramente Akari había logrado distraer a sus hermanas durante un corto período de tiempo. Quizás ya supiesen que se había escapado, y quizás no. No lo sabía con certeza, pero sabía que si quería que todo su palabreo tuviese sentido tenía que actuar rápido, sino no podría lograr pasar desapercibido entre tantas mujeres. Suspiró, y siguió a Sakkaku mientras atendía sus palabras. Todo era muy complicado. Fue entonces cuando le dijo que no se atormentase tanto, y esas palabras llegaron a Kratos con profundidad, más de la que él creía. Se quedó por unos segundos despistado completamente, y su mirada se desvió hacía un punto en el que no había nada, absolutamente nada. Tras eso reaccionó rápido, volviendo a mirar a la bella mujer, viendo como esta empezaba a caminar para subir las escaleras de caracol, las cuales este también las subió. Mientras le daba otra oportunidad para decir que se podía quedar o volver, le ofreció la botella con la que antes había servido la bebida. Este bebió a trago con la botella, mientras un hilo de licor escapaba por su labio y mojaba su perilla, donde el líquido desaparecía - Yo, tengo pensado marcharme - Confesó al terminar de dar ese trago.

La mirada de Kratos se volvió algo indecisa, no sabía como tenía que actuar, pues de verdad tenía ganas de quedarse y vivir una vida en calma, pero no podía hacerlo. Su camino estaba manchado de sangre, no de rosas, así que no podía disfrazarse de Zombie en un carnaval de Hippies - Tengo planeado robar un barco y fugarme de la isla sin ser descubierto... No sé muy bien como va un barco, pero será mejor que ir a nado - Comentó, sincerándose con Sakkaku, pues le estaba informando sobre que era lo que planeaba - Si espero más tiempo descubrirán que no estoy encerrado... Y son más... - No quería decir que eran más fuertes, por supuesto que no - Más... muchas más que yo - Arreglaba, dejando caer que solo podrían con él por que eran muchas más en la isla, que por otra parte también era cierto. Se dio media vuelta y salió por la puerta, no sin antes decir sus últimas palabras - Espero que si vuelvo sea dentro de unos años, y no en unas horas... - Tras esas palabras el joven bajó las escaleras, se puso su capucha y salió disparado de nuevo hacía la ciudad. Era una acción arriesgada, pero al menos el camino ya se lo conocía.

Cuando llegara a la ciudad, iría con mucho cuidado y dejaría de ir a tal velocidad para pasar a ir caminando y poco a poco, ocultándose por las paredes de los edificios hasta llegar a puerto sin ser descubierto. En caso de llegar ahí, lo que haría era simple. Se subiría al primer que viese y quitaría el ancla para poder escapar hacía cualquier lugar, alguna isla donde la normalidad o al menos la corrupción reinasen, como era típico, y no esas normas feministas que obligaban a un hombre a ser encerrado con tan solo entrar en ese trozo de tierra. Aunque por lo visto, no todas las mujeres pensaban igual, y eso era un punto a favor de la isla.

Dom Ago 28, 2011 4:46 pm

- Suerte Kratos - Fueron las últimas palabras que le dijo Sakkaku antes de que saliera. Una vez afuera, no parecía haber casi nadie por las calles, salvo por algunas amazonas que se podían avistar cada una desde sus hogares, y algunas guardias que podían ser fácilmente evitadas. La noche estaba en pleno apogeo, quedando un par de horas quizás para el amanecer. Cuando llegó al puerto, encontró un par de navíos no demasiado grandes los cuales podría utilizar para escapar sin muchos problemas.- ¿Quién va? - Una voz grave pero de mujer se pudo escuchar a la espalda de Kratos, pero sin embargo, no se podía observar a nadie en ningún lugar, lo cual era una desventaja en el caso que tuviera que defenderse, teniendo en cuenta de que casi todas las mujeres de esa isla eran arqueras, quizás ya estuvieran apuntando al pirata.

Dom Ago 28, 2011 5:19 pm

Parecía que la suerte que le había deseado Sakkaku estaba surtiendo efecto. Parecía que las posibles bestias del bosque estaban plácidamente dormidas. Parecía que nadie se percató de la incursión del cocinero en la ciudad de las mujeres. Parecía que hoy la guardia era baja, o quizás siempre era baja la guardia, pues también parecía que estaban muy confiadas en su poder, que no parecía ser poco. Parecía que la oscuridad le proporcionaba gran ayuda en su huida, tanto como el manto negro que lo hacían camuflarse de alguna manera con el ambiente. Parecía que la guardia que había era fácilmente evadible, y parecía que el puerto cada vez estaba más cerca aunque parecía que nunca iba a llegar a vista del pirata. Parecían haber dos barcos disponibles, y cuando estaba dispuesto a elegir uno, parecía que la suerte se le acabó. Una voz resonó por la zona, preguntando algo que podía ir dirigido hacia él. Ya no le parecía nada al fugitivo, ahora solo había tensión en su cuerpo, así que se quedó quieto esperando pasar desapercibido, como si quisiera hacer ver que eran visiones de la chica que cuestionaba sus dudas al aire. Se quedó quieto cinco segundos... En ese tiempo miraba de reojo a los barcos. Había uno, muy cerca...

Lo mandó todo a los mares cardinales, y decidió de jugar a ser estatua. De golpe, dio una pequeña carrera acompañada de un gran salto para poder llegar al barco. Le daba igual cuantas amazonas habían en su espalda, todas ellas eran muy poderosas y no iba a perder el tiempo en combates inútiles. Tenía que marcharse rápido, no podía quedarse más tiempo allí. Había tomado una decisión la cual era fugarse rápido, antes de que se dieran cuenta y fuese algo demasiado complicado. Había llegado al puerto, ahora no podía pasarle eso, no podían descubrirlo en ese punto. En ciento momento tuvo ganas de ir a por esa amazona de voz grave y darle una paliza, pero sabía que las tornas no iban a ser estas, así que cuanto antes huyera del lugar antes podía maldecirlos en el medio del mar. Pero para eso tendría que llegar a bordo y deshacerse del ancla, lanzándola al mar. Algo que no es que costase mucho, pero llevaba el tiempo suficiente como para que una guardia pudiera descubrirlo.

Lun Ago 29, 2011 5:28 pm

Antes de que llegara a intentar deshacerse del ancla, una potente patada impactó en el torso de Kratos, impactandole contra la barandilla contraria de la embarcación. Cuando logró finalmente visualizar a su agresora, era una mujer relativamente joven, como Akari, pero de cabello negro, y una apariencia mucho más demacrada, con ojeras y un cuerpo muy delgado. Se encontraba en cuclillas en el punto donde había atacado al pirata, y le miraba de una manera completamente indiferente. No parecía llevar un arco a su espalda, por lo que se podía suponer por eso y por el ataque que había llevado a cabo, que era luchadora cuerpo a cuerpo.

- ¿Eeeereees el que se escapó de la cárcel? - Dijo con un terrible muermo en su voz. Su expresión facial era una continua cara de póker, sin expresar ningún sentimiento o sensación. Su débil cuerpo no parecía capaz de haber sido el artífice de la patada que había recibido Kratos, era casi inaudito.- ¿Qué eres? - Preguntó, quizás no tenía idea de lo que fuera un hombre, pero se mantuvo completamente inmóvil en su posición.

Mar Ago 30, 2011 1:31 am

Estaba tan cerca de lograr su escapada, que cuando recibió el golpe por unos momentos creyó que había logrado tirar el ancla completamente a la orilla del puerto, para que el viento pudiese empujar las velas del barco. Pero tras golpearse la espalda con la barandilla de esa embarcación. Kratos hizo un gesto con su cara por el dolor, un golpe duro en pecho y un impacto duro en la espalda. Fue entonces cuando escuchó las palabras de la joven amazonas, pudiéndola ver. Era joven, pelinegra y muy delgada, algo que extrañó al cocinero, pues el golpe que había recibido era fuerte y ese cuerpo era muy delgado como para repartir semejantes patadas. Kratos se levanto como pudo, dolorido. Hoy, definitivamente, no era su día de suerte. Sabía que era superior a él, pero si solo era una y además no portaba esa dichosa arma que lanzaba flechas a velocidades abismales, Kratos pensaba que podía hacer algún apaño. Además, esta vez si ella quería dañarlo tendría que acercarse al no portar arma ninguna, así que Kratos podía estar prevenido y responder, o al menos eso era lo que creía.

- Son fuertes, pero no son inmortales... - Pensó, mientras escuchaba lo que decía la amazonas y prestaba atención. Por su rostro parecía no interesarle mucho la respuesta que le diese, pues tenía una cara indiferente todo el tiempo, creando algo de malestar en el interior del hombre. Este tenía que responder, más ya estaba todo perdido y su huida peligraba, así que lo mejor ahora era ser sinceros, le diría la verdad - Soy Kratos, el preso... - Dijo con seriedad, para luego continuar - Por cierto, ¡Vuestras jaulas son para niños! Estoy seguro de que hasta un bebé podría escapar de allí solito, si son casi de plástico - Gruñía con orgullo, intentando crecerse ante la joven y ya de paso proteger a las hermanas que de verdad le habían liberado, si sabían que había sido puesto en libertad gracias a una amazonas él creía que darían con ellas y que su futuro no sería agradable. Kratos se puso en posición defensiva. No sabía de donde vino el último golpe que había recibido, así que lo mejor ahora era fijarse en su modo de ataque para poder elaborar un contraataque, o ganar tiempo para deshacerse del ancla en medio del combate, y fugarse a alta mar. De momento solo estaba esperando, protegiendo cuerpo y rostro con sus brazos, dejando un hueco entre ambos para poder observar a la chica entre ellos como si estuviese en la mira de un objetivo.

Jue Sep 01, 2011 12:03 am

La chica se mantenía completamente inexpresiva incluso con la provocación de Kratos, mirando fijamente a los ojos de pirata, pero sin mover un sólo músculo facial, tan solo sus orbes que en la noche no se distinguían mucho. Se mantuvo un rato así, completamente embobada, a pesar de la postura defensiva de Kratos. Luego de unos cuantos segundos, la chica reaccionó, un poco sobresaltada, pero aún manteniéndose en la misma posición que antes.- Ah perdona, me dormí - Dijo con toda la tranquilidad que le era posible. Su forma de comportarse era demasiado extraña, y, completamente en blanco.

- Soy Reitan.... se supone que nadie puede salir de aquí sin permiso, o sino Envy-chan se molestará, y eso no es bueno - Dijo sin modificar su expresión facial. La suerte no acompañaba al pirata, ya que por lo que decía, no le dejaría escapar, aunque lo que llamaba más la atención, es que era la segunda vez que le mencionaban el nombre de Envy, y parecía tener cierto peso entre las amazonas. Sin decir más nada, utilizó su flexión de piernas para salir disparada contra Kratos, con un placaje increíblemente sencillo utilizando su cabeza como pilar del movimiento, ya que de impactar, sería con el cráneo.

Jue Sep 01, 2011 5:44 am

Kratos emitió un gruñido ante la respuesta de la amazona. No le gustaba ese lado tan chulesco y vacilón que tenía. Aún así poco a poco un nombre iba llegando a sus oídos, Envy. Parecía ser una amazonas poderosa entre ellas, aunque no recordaba haberla visto o conocido. Por cómo la nombraban parecía ser incluso una líder entre ellas. Pero eso poco le importaba en ese momento, fuese la líder o fuese una simple luchadora más, ahora estaba metido en un combate. Kratos seguía en posición defensiva, no se movió ni un centímetro. Era algo muy extraño, pero que muy extraño ver al pirata defendiéndose, eso quería decir que había asimilado una superioridad por parte del enemigo, pero tampoco era algo que le importase mucho. Él pensaba que si jugaba bien sus ataques sería capaz de vencer a la mujer. Tan solo una flexión de piernas sirvió para advertir a Kratos de un ataque por parte del enemigo. Este se lanzó como un cohete humano directamente hacía el cuerpo del humano. Lo ideal hubiese sido apartarse para que esta se chocase con el mismo barco, pero no cumplía con los requisitos de velocidad. Si no podía apartarse era obvio que el golpe se lo iba a llevar, pero lo que si que pudo hacer fue un movimiento que reduciría el dolor bastante. Se llevó una mano al estómago, dejando esta abierta para cuando la cabeza llegase capturarla con su mano. Y, finalmente, la cabeza llegó.

La potencia del impulso hizo que el cocinero fuese empujado hacía atrás mientras paraba el cabezazo con la mano. Sin embargo, su propia mano golpeó su cuerpo por la fuerza de empuje, produciendo daños menores. Se aprovechó de la delgadez que la mujer poseía y agarró con fuerza la frente de la mujer, manteniéndola sujeta a su mano. Una vez que ya estaba agarrada y, aún en pleno vuelo, dobló el brazo que tenía libre y lo alzó. Al bajarlo, intentó darle un codazo en la espalda de Reitan, golpe que aunque la chica poseyera mayor resistencia física que el chico la dejaría en malas condiciones pues era una zona muy delicada la columna vertebral, y más teniendo en cuenta la ya nombrada delgadez que poseía, haciendo que los huesos quedasen más expuestos que en otros cuerpo. Tras ese ataque que podía acertar o no, Kratos chocó con una pared de madera que no sabía ni de que era, frenandolo a él y a la chica de su impulso - Argh... Dime una cosa, furcia, ¿¡Quien es esa Envy de la que tanto habláis!? ¿¡Vuestra dueña, perras!? - Comentaba mientras intentaba ponerse de pie tras ese duro golpe en su espalda que lo había dejado aturdido durante unos segundos.

Miró de reojo al ancla, cada vez se encontraba más lejos y eso era malo. Pero ahora que lo pensaba, poco importaba que se deshiciera del ancla. Aunque el barco zarpase, si Reitan seguía en la embarcación y no conseguía derrotarla iba a acabar de nuevo en la presión, y si fuera a ser encerrado por segunda vez no creía poder contar con una segunda liberación, sería demasiado arriesgado. Y seguramente pondrían más vigilancia, o lo matarían directamente. No podía ser capturado, por lo tanto no podía ser derrotado. Aunque no por eso iba a ganar el combate, él ya sabía que ambos luchaban por sus motivos y cada uno creía que los suyos eran los buenos, así que la pelea se basaba en un cruce de golpes sin ton ni son que ganaría aquel que lograse acertar un golpe demoledor al enemigo cuanto antes. Por eso su ataque fue dirigido a la columna vertebral de la Amazona. Quería dejarla en muy mal estado, solo buscaba golpes críticos, no iba a perder el tiempo con simples puñetazos cuando su enemiga le sacaba mucho poder.

Vie Sep 02, 2011 11:38 pm

El codazo proyectó a Reitan contra el suelo, estampandose contra este y provocando un sonido hueco. Kratos sintió como impactaba su golpe, pero, de alguna manera, no logró sentir la columna de la chica contra su codo. La amazona se quedó en el suelo, al parecer, inconsciente, aunque, a los pocos segundos, giró en el suelo, quedando boca arriba, mirando el cielo. Su cara seguía completamente igual, no mostraba ningún signo de dolor, ni nada.- Esto solo lo complica más... - Dijo con su peculiar tono de voz, mientras se levantaba de un salto. No parecía estar en lo absoluto herida, algo había detenido el golpe del pirata, pero intentar averiguarlo solo sería inferir en distintas posibilidades.

- Envy-saaaaan, es muy fuerte - Mencionó, intentando responder a la pregunta de Kratos, pero, su extraña mentalidad parecía ser demasiado compleja para poder entablar conversación de manera común.- Rindeeeeete no quiero pelear más, te entregas, te capturo, todo bieeeen - Dijo mientras dejaba sus delgados brazos lacios, y miraba a los ojos del cocinero con el mismo muermo que antes.

Sáb Sep 03, 2011 7:40 am

El golpe de Kratos había impactado de lleno, frenando a la chica y haciendo que chocase contra la madera del barco. Sin embargo no notó nada, fue como golpear una masa de carne... ¿Acaso esa mujer no tenía huesos? Poco le importaba, la había matado o dejado inconsciente, así que se dio media vuelta para soltar el ancla y fue justo en ese momento en el que ella habló. Kratos se quedó quieto, maldiciendo mentalmente todo lo que se podía maldecir en esa isla. Tras eso, el calvo se dio media vuelta y observó como la chica estaba en perfectas condiciones y de pie, mientras le decía que Envy era una persona muy fuerte. Para Kratos eso no era alguna novedad, así que descartó la via de la comunicación como medio. Aunque a él nunca le había gustado ese medio, si al final esto demostraba que con los puños se solucionaban más problemas. Reitan le propuso un pacto: Él se rendía, y se dejaba capturar y así los dos se ahorraban combatir. Kratos en ese momento sonrío - Mira... No sé por que no te he matado con mi ataque - Se sinceró, abriendo sus dudas a la amazonas - Pero no tengo problemas en seguir intentándolo hasta el amanecer - Decía mientras se crujía el cuello. Tenía que salir de la isla, y esa amazonas no presentaba tantos problemas como las otras. No portaba armas, y había logrado acertarle un golpe. Eso era bastante como para que su autoestima subiese hasta puntos inimaginables.

Avanzó unos pasos y luego, de repente, empezó una carrera directamente hacía ella. Cuando estaba justo en frente de la amazonas este agachó un poco su cuerpo, y lo alzó junto a un puñetazo ascendente que pretendía demolerle la barbilla con sus nudillos. Pero el ataque no acababa ahí. Tras ese golpe, justo al mismo momento que retiraba el brazo con el que intentaba golpear a la barbilla volvió a girar todo su cuerpo para darle fuerza a un jab simple y directo hacía las costillas de la mujer. Esta vez con toda su atención fijada en los ataques pues quería descubrir por que no había notado los huesos en el ataque anterior. Y si no se lo iba a decir, tendría que descubrirlo de un modo más práctico.

Dom Sep 04, 2011 12:57 am

La amazona parecía que se mantendría de pie ante el embate de Kratos, ya que no parecía intentar esquivarlo o bloquearlo. Sin embargo, faltando pocos centímetros para el primer golpe, se echó hacia atrás, inclinando todo su torso, esquivando el golpe a la barbilla, y prosiguió con un mortal hacia atrás con una velocidad y flexibilidad impresionantes. Cuando sus piernas se alzaban para realizar tal salto, agarraron la mano del pirata con la cual realizaría su segundo golpe, apretando con tal fuerza que, junto con el impulso para mover sus extremidades, propulsaron volando a Kratos fuera del barco. Voló varios metros, ya que la fuerza utilizada por Reitan había sido muy superior a lo posiblemente esperado.

El pirata terminó chocando su espalda contra una palmera que se encontraba cerca del muelle, junto a una pequeña arboleda que conectaba con la ciudad. Sentía un dolor punzante en un costado, probablemente por el impacto se hubiera roto un par de costillas, y sentía su brazo de alguna manera, fuera de lugar, quizás dislocado por el brutal agarre y lanzamiento del cual había sido víctima.- Heeeeeey, vuelve aquí, no quiero bajar - Se escuchaba a la amazona gritando a lo lejos, y su mentalidad tan extraña, le proporcionaba a Kratos una oportunidad para poder salir del lugar. Se podían el relieve luminoso del sol en el horizonte, por lo que no tardaría mucho en amanecer, y quizás con ello, más amazonas se unirían a su compañera y el pirata sería, nuevamente, encarcelado.

Dom Sep 04, 2011 7:36 am

No podía creerlo. El primer golpe falló, pues lo esquivó inclinándose hacía atrás para luego hacer una mortal. ¿Y como esquivó el siguiente ataque? Lo paró con los pies, mientras daba esa voltereta. Kratos la había subestimado, mucho. Una persona capaz de hacer algo así, frenar un golpe con los pies en plena acrobacia era una persona poderosa. Pero ahora venía la contra de la Amazona. Agarrando su puño con los pies lo lanzó a volar, finalizando así su salto. El calvo salió despedido por los cielos hasta topar con una palmera, ya fuera del barco. Muchos de sus huesos no pudieron aguantarlo. Sus costillas, principalmente. Tenía un brazo seguramente dislocado, y si seguía así seguro que acabaría peor. En esos momentos no estaba en condiciones de pelear, y lo sabía. Escuchó como Reitan gritaba a lo lejos rogando que volviese que le daba pereza bajar. Kratos mantuvo un rostro de ira hasta el último momento, en el que se dio cuenta de que el horizonte brillaba. Amanecía. Ya estaba todo perdido, por culpa de esa Amazonas su última oportunidad de ataque había sido frustrada. Sin embargo, aún tenía buenas posibilidades de escapar. Sus piernas no querían, querían seguir combatiendo contra la indiferente mujer, pero su cabeza se negó. Se puso la capucha con el brazo que no tenía dislocado y le mostró la espalda a la pelinegra, huyendo en contra dirección.

Pretendía salir de la ciudad cuanto antes, estaba amaneciendo y si ganaban luminosidad sería peligroso, podrían verle en cualquier momento. Tras huir de la ciudad intentaría meterse de nuevo en el bosque, y recordar el camino que siguió para ir a la taberna. Sabía que había dicho que no quería volver, que pretendía huir... Pero tendría que agachar la cabeza de nuevo. Esa isla estaba maldita, nada le salía bien ahí. Parecía todo como una pesadilla eterna de la que no podía despertar. Le dolía mucho todo su cuerpo, pero eso no le impidió correr desesperado en busca de cobijo. Poco le importaba ya si en la taberna habían amazonas, era el único lugar que le quedaba. Poco también le importaba que iba a pasar con sus heridas, o que iba a pasar con él mismo, dado que ese mismo día todas las amazonas sabrán que ya no estaba preso y quizás iniciasen una búsqueda. No sabía lo que iba a ser de su futuro, pero la huida de la isla había sido todo un desastre.

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