[Presente] ~ Centro Shellstown ~

OFF: Esta bien podes cerrarlo con tu post. Por desgracia no tuvimos un encuentro mas grande es que la única oportunidad que tuvimos fue el choque en el hotel pero mi pj no es de salir corriendo contra el marine por algo así. Y menos siendo un pirata que prefiere evitarlo.

ON: En esa calle oscura alumbrada por algún que otro farol de las casas o negocios que ya estaban cerrado, el rubio había ayudado a levantar a ese otro rubio desconocido que lo había tirado por equivocación, por torpeza de el, por no ver por donde iba. Fue un encuentro corto y rápido ya que el joven de los guantes negros, pidió perdón rápidamente por algo que no había ocasionado para luego irse rápidamente. Un personaje muy particular ya que no esperaba el pirata que alguien que huyera de tal manera de la marina fuera amable. Ahora que lo pensaba bien, ¿Cuál podría haber sido el acto que hiciese que el marino lo corriera con tanto énfasis hasta el hotel? ¿Seria un pirata reconocido? Kagami no recordaba su rostro en los carteles de se busca, talvez había robado y esa era la causa de que lo corrieran tanto. No debió robar mucho ya que en ese primer encuentro no recordaba que llevase una cartera, un bolso o algo entre las manos. Extraño pero no era el problema de Kagami así que era mejor de pensar en ese sujeto y disfrutar su estancia en Shelltown o lo que quedaba de tiempo.

Para suerte del luchador ninguno de los objetos que portaba y que había comprado en ese día se habían roto debido a la caída. La caja con la shurikens seguía en perfecto estado y no se había caído ninguna de la caja. El spray para curar las heridas solo se había caído pero aun funcionaba y contenía todo su líquido. Kagami no se había echo daño en la caída, tampoco había sido muy fuerte. Aun continuaba peinado así que ni se le había alborotado sus cabellos. Por parte de sus ropas solo tenían un poco de polvo pero rápidamente fue quitado con unos golpes de la mano de Kagami, sacudiendo la ropa así parecía aunque sea un poco mas limpio.

La noche todavía era joven y el rubio no tenía ganas de descansar todavía así que entro a ese pequeño bar que tanto le llamaba la atención y por el cual choco a otra persona. Caminado seguro y elegantemente como acostumbraba llego a la puerta del bar. En cima de la puerta había un cartel que se movía con el viento y un pequeño farol. El cartel tenía unas palabras, al parecer el nombre del bar: el manco, así se llamaba.

Kagami movió su brazo para que su mano se depositara en la perrilla en la puerta, la mano contraria a la que tenia la bolsa con las cosas, y giro la perilla abriendo la puerta. Dentro se encontraba un lugar de dimensiones medias o chicas. A la derecha había una barra con unas 8 banquetas para sentarse, del otro lado de la barra había un hombre no tan mayor limpiando una copa con un trapo, reluciéndola como si amara su trabajo. Más atrás una estantería llena de licores y bebidas que algunas ni las reconocía el pirata. Frente a la barra unas cuantas mesas con varias sillas en cada una de ellas. El bar no se encontraba vació. Había un señor en una de las banquetas de la barra, parecía triste. Se parecía a esas personas que buscan borrar sus problemas con el alcohol. En las mesas había 2 ocupadas, una donde jugaban un poker y en la otra un par de amigos charlando. No había ninguna mujer para que decore el lugar, que triste.

El pirata entro al interior del bar cerrando la puerta al ingresar. Se sentó en una de las banquetas y el barman se acerco al verlo. Ya había dejado la copa que tenia, el trapo se lo había dejado en el hombre y apoyo las manos en la barra para decirle al rubio.

-¿Qué se le ofrece?- Había preguntado el barman muy amablemente.- Mmm… me gustaría una copa de vino… el que usted elija- Dijo Kagami esperando que el barman elija una buena opción.

Así fue como el barman sorprendido empezó a buscar entre sus botellas, alguna para abrir y servirle a Kagami. Tardo un momento ya que no la encontró a primera vista pero cuando se movió fue a buscar una pequeña escalera. Se subió a ella y saco una botella de los estantes mas alto. Tenia algo de polvo y alguna que otra telaraña pero significaba que estaba hace mucho ese vino ahí y entre mas tiempo un vino sea viejo mejor. Le sirvió en una copa muy fina ese elixir de color violeta y volvió a guardarlo en esa tarima tan alta. El rubio primeramente lo movió para ver su textura, luego lo óleo como buen catador de vinos y para que por fin tomara su primer sorbo. Tenía un sabor exquisito y muy dulce. Un vino en muy buen estado y muy sabroso, Kagami no se había arrepentido de su decisión.

Al terminar la copa, la pago y se despidió del barman. Ahora su camino fue corto ya que no se encontraba muy lejos el hotel donde iba a pasar la noche, una noche de luna llena. Kagami llego al hotel donde pasó la noche y a la mañana siguiente partió hacia su próximo destino.