[Diana y Taiga] Entrenamiento en un claro del bosque.

Tras varios minutos caminando con tranquilidad por el camino principal que cruzaba el pueblo donde se había encontrado Taiga dirigió a la pelirroja a un pequeño desvío hacia una parte del bosque donde tras caminar unos trescientos metros se podía contemplar un enorme claro con el suelo tapizado con fresca y verde hierva – Aquí es – Pronunció la pequeña joven mirando a Diana con los mofletes hinchados, dando un aspecto enternecedor, debido al enfado que le había provocado tener que entrenarse con una mujer de tan buen ver y bastante desarrollada pues no le gustaba estar cerca de las de este tipo.

Tras esto caminó hasta aproximadamente el centro del lugar y desenfundó con su diestra suavemente la katana superior que se encontraba en el lado izquierdo se su cintura a la par que giraba en dirección a la otra joven para después empuñar su arma con las dos manos – Primero el estilo con una espada – Pensó la rubia caza recompensas cuando miraba con una expresión decidida y seria a la que sería su oponente de prácticas.

A medida que hablaba la pelirroja a la pequeña rubia no parecía estar haciéndole demasiada gracia, pues poco a poco se empezaron a marcar las venas características de un enfado cerca de su sien izquierda además de ponerse roja y sus dientes empezaban a chirriar un poco de la fuerza con la que los estaba apretando – ¡Ya está, ya me has cabreado... Maldita tetuda! - Exclamó en alto Taiga en el momento que apretó bien la empuñadura de su arma con las manos y emprendió una veloz carrera hasta donde se encontraba su oponente mientras dejaba caer su katana levemente, hasta apoyarla en su hombro diestro.

Una vez llegó a estar a menos de dos metros de distancia de la Artillera giró sobre si utilizando como apoyo su pierna derecha dando una vuelta completa, en la que los últimos ciento ochenta grados blandió su katana para realizar un corte horizontal en la barriga a Diana intentando rebanarla por la mitad con toda su fuerza más la que había generado con el giro de su cuerpo – Muere, perra... - Pensó la espadachina caza recompensas una vez estaba ejecutando su corte.

- Tch... Mierda – Musitó la joven rubia al ver como su corte no había alcanzado a su oponente y esta mostraba ciertas habilidades acrobáticas realizadas con suma perfección para luego mostrar su arma ante su atacante encolerizada - ¿Un arco? - Se preguntó Taiga para sus adentros en el momento que corría hacia su lado izquierdo a la máxima velocidad que podía para esquivar la flecha que tenía por objetivo su pecho – Estuvo cerca, nunca he luchado contra alguien que utilice flechas... Puede ser un problema – Pensó a la par que enfundaba su katana de nuevo y se tranquilizaba un poco.

En un instante, tras unos segundos tratando de respirar de forma más relajada, la espadachina corrió de nuevo hasta donde se encontraba su adversaria aunque esta vez a su lateral derecho yendo en cortos zig-zags menores de un metro de desviación - Sei Ten Iai Odoroki – Susurró cuando en un rápido movimiento desenfundó dos de las armas que portaba en su cadera, siendo ambas las katanas superiores de cada extremo de la misma, realizando un rápido giro en aquel momento en sentido horario. Tanto el primer como el segundo ataque serían de nuevo un par de cortes horizontales a la altura de la barriga completamente paralelos a una distancia de unos cinco centímetros de diferencia.

Off:

Sei Ten Iai Odoroki (Desenfunde sorpresa con un giro en sentido horario): Se trata de una variación del iai doble en la que una vez desenfundadas las katanas se origina un giro en sentido horario, al utilizar su diestra la usuaria, para realizar un corte horizontal hacia el enemigo o enemigos que tenga alrededor en ese momento. Al sostener una segunda katana en su zurda el ataque llega a ser más amplio y contundente. Nivel: 3.

Parecía que la artillera tenía buenos recursos para defenderse de los golpes que propinaba con sus katanas las pequeña espadachina con unos simples kunais y luego volvió a ejecutar un ataque doble con dos flechas desde una proximidad clara – Las veo... - Pensó Taiga en el momento que apuntó con sus katanas hacia el eje central desde donde venías los proyectiles y luego simulaba la apertura de un abanico con sus armas para desviarlos – Parece que tus brazos te han fallado, ¿no pensaste en la casualidad de que realmente fuera fuerte y mis golpes repercutieran en tus muñecas?... Me decepcionas, pechugona... Creo que iré mejor por libre – Afirmó la rubia con un tono de voz que denotaba las ganas que tenía de meterse con Diana antes de enfundar de nuevo sus armas y emprender una caminata hasta el puerto, debería cambiar de aires si quería poder atrapar piratas más suculentos.


[Un placer rolear contigo, como siempre]