Reencuentro inesperado

Sin dudar un solo instante en el agua la rubia había actuado como mejor le había parecido, la necesidad de sobrevivir y vencer de alguna a aquellos mastodontes eran más grandes que su orgullo, confiaba en aquella fémina que había dejado en cubierta minutos antes de entrar al agua, y ahora estaba sumergida en aquellas aguas intentando liberar a aquel chico del agarre en que lo tenían de la mejor manera en que le era posible.

Dejando atrás a la chica en cubierta, a su nakama y al recién llegado distractor, logro su cometido, al observar al peliazul como se libraba de aquel abrazo en el que era prisionero sintió cierto alivio, y observo como el chico utilizaba la cuerda que había lanzado para poder imposibilitar al grandulón durante unos minutos, los cuales les serian esenciales para poder escapar y regresar a la superficie.

El chico comenzó a atar al grandulón, la parecer había leído sus pensamientos, comenzó a anudar al grandulón con la cuerda, por lo que cuando el finalizo su cometido, comenzó a nadar de regreso. Tosió un par de veces y comenzó a respirar profundamente al salir del agua, respiro un par de veces intentando llenar sus pulmones de tan preciado aire. Comenzó a nadar de regreso al barco para abordar por unas escalerillas de cuerda y madera.

Sentía aun preocupación por lo que se mantenían aun con el otro gigante, de momento el grandulón en el agua tendría dificultades para nadar a la superficie y liberarse, al subir al barco se encontró con el otro gigante en el suelo con un par de heridas y quemaduras, quizá a causa de la pelicastaña. –Vaya… Creo que no debo preocuparme más…- Expresó en voz baja, mas sabia que aquello no seria suficiente para parar a aquel par, de grandulones, quizá si lo inmovilizaban como al otro terminarían con un poco mas de ventaja. Sin perder el tiempo, se dirigió a Andrei. –Pon en marcha esto ahora…- Ordeno sin dejar pauta a replicas, entre más pronto comenzaran a moverse mas ventaja tenían.

Se dirigió a los otros chicos,. –Ustedes ayúdenme a encontrar algo con que atarlo, una cuerda o una cadena serian suficientes…- Debían dejarlo fuera de combate y sacarlo del barco mientras se ponían en movimiento, la chica comenzó a hurgar entre los barriles que había cerca de los cañones para comenzar a rodar uno de ellos, ese barril terminaría en el mar junto al grandulón.

Una vez terminado aquel nudo, Andrei comenzó a nadar con desesperación hacia la superficie dejando atrás al gigante, no le importaba nada más, quería llegar con desesperación a la superficie y al salir, tomó la bocanada de aire más grande que pudo, luego de expulsar ese aire siguió respirando con algo de exageración. Al ver que Darrah ya estaba subiendo al barco, Andrei decidió seguirla por el mismo camino sin perder más tiempo.

Ya sobre la cubierta, poco se fijó el navegante en el resto, lo primero que buscó con sus ojos fue a su fiel amigo – Kira – gritó con preocupación, por suerte al instante un montón de cuerdas amontonadas comenzaron a moverse dejando salir la pequeña cabeza del zorrito que se había quedado oculto en ese lugar – Kyuu – corrió hacia Andrei inmediatamente para lamer su rostro – Basta, basta… - dijo el chico también contento de verlo, pero tampoco era para tanto. El pequeño reencuentro fue interrumpido por las palabras de Darrah quien le ordenaba poner el barco en movimiento. Andrei bajó al zorrito y miró la expresión seria de la rubia - Vale, pero podrías darme un respiro ¿no? – dijo cerrando sus ojos y dirigiéndose a la palanca que levantaba el ancla con una expresión de desinterés y pesadez total.

Cuando terminó de levantar el ancla preparó todo para marcharse, realmente no prestaba atención a lo que los demás hacían pero sabía que ya tenían la situación controlada. En ese momento cuando escuchó a los piratas suplicar por su vida, el chico sonrió de lado como si le causara gracia el cambio de papeles, además casi podía adivinar el destino que Darrah elegiría para ambos - Decidan pronto porque ya estamos saliendo - terminó de decir cuando el barco se ponía en marcha.

La idea original de la chica había sido arrojarlo al mar junto con un barril de pólvora y hacerlo explotar en medio del mar disparándole, era consciente de que únicamente desperdicia pólvora a lo tonto, por lo que al escuchar la sugerencia de la chica, prefirió hacerle caso, y tomo la cadena que ella le arrojaba para enredarla entre los pies, las piernas y las manos del grandulón, quien lucia algunas heridas y un brazo muy lastimado.

-Mmm… Gracias por la idea… ¿Y tú eres?...- Guardo silencio, no había escuchado el nombre de la chica, o posiblemente si, peor al estar tan atareada con el grandulón no lo había notado, elevo su vista y se percato de que había mas gente de la que pensaba, al principio eran solo 4 y ahora podía ver al chico con un animal extraño, a la fémina a su lado y al otro chico, al cual miro con la misma cara que habia mirado a la chica, preguntandose quien era. Por otro lado en algún lugar debía estar Kamui aun inconsciente.

Había un sujeto menos en cubierta, el gemelo del que estaba ahora encadenado, el cual seguramente ahora estaba en el agua ahogándose, por lo cual arrojó el barril vacío al agua en dirección a él, y subió la escalerilla como precaución. Escucho los ruegos del fortachón y se inclino cerca de él para hablarle. –Lo siento, no nos tuviste piedad, porque habría de tenerla con ustedes…- Expresó con sarcasmo, a decir verdad lo que verdaderamente deseaba era matarles con sus propias manos, una mala costumbre de ella el resolver todo mediante la muerte, pero para su mala fortuna no estaba sola así que debía controlarse, o no podría parar después.

Comenzó a empujar al sujeto por la cubierta, era sin duda pesado, así que le indico a la otra chica que le ayudara, la cual accedió y entre las 2 terminaron por mandarlo al agua atado con aquellas cadenas, si su hermano no le ayudaba de alguna manera, se terminaría ahogando por el peso de las mismas. –¡Adiós! Y Gracias por el barco… Prometo cuidarlo muy bien…- Se despidió de aquel par que ahora se quedaba en el agua mientras el joven de cabellera azul le replicaba. Al acercarse a el observo con detenimiento a aquella peculiar mascota. Estaba segura de haberla visto en algún otro lado.

-¡Almuerzo de repuesto!...- Exclamó, al recordar al animalito y a su dueño, no podía estar equivocada, al verlo se le había hecho familiar, pero no lo había reconocido, sin duda en ese momento ya recordaba quien era. -¿Andrei?... No es verdad…- Recordó como había sido usada por aquel par para salir de Tekila Wolf. –Ok, ok… Te dejare respirar, aunque no prefieres que te ayude a respirar personalmente…- Aquel incidente con el chico le había resultado muy peculiar, le guiño el ojo en señal de complicidad, para después regresar su atención a la cubierta y buscar a su nakama, el cual encontró escondido entre algunos barriles, quizá alguno de ellos le había ayudado al dejarlo allí.

El barco ya estaba en movimiento y comenzaban a dejar atrás aquellos peculiares hermanos, en medio del agua. Comenzó a arrastras a Kamui por la cubierta, estaba muy agotada como para cargarlo por si misma. Lo llevo dentro del barco y lo dejo acostado sobre una de las camas que había, lo revisaría mas tarde, por ahora debía averiguar que pasaba en cubierta con los otros 2 extraños.

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