[P A S A D O] Tururu...

Shimotsuki
1 año atràs

Aquella era una tarde tranquila, demasiada a comparaciòn con las tardes que la chica estaba acostumbrada a tener. El dìa era templado, la temperatura no era ni muy fuerte ni tampoco muy fresca, el cielo se hallaba con pequeñas nubes blancas viajeras acompañadas por el sutil viento que jugaba a la par con los cabellos de la joven.

Yami habìa llegado a aquella isla por simples cuestiones del destino, pues el barco donde se habìa subido de infraganti habìa parado ahì, y no estaba segura de que fuera a moverse, por lo que considerò buena idea el salir y visitar aquel lugar por un tiempo, o al menos mientras conseguìa un barco màs en el cual abordar sin que nadie se diera cuenta.

La joven caminaba por lo que eran las calles de aquel sitio. Lucìan algo solas, nisiquiera veìa niños jugar cerca; no sabìa si tomarlo como algo bueno o malo a decir verdad. Luego de mucho andar dio con lo que era una especie de ``mirador``; o al menos eso era para ella ya que podìa ver gran parte de la isla desde ahì, dandose cuenta de que tan cerca estaba del mar. Cerca de su posiciòn encontrò un àrbol, el cual le pareciò demasiado antojable para una siesta; por lo que se dirigiò hacia el y se acostò en el pasto verde cubierto por la sombra de aquel arbusto.

Sus ojos contemplaron por unos instantes las hojas del àrbol moviendose a causa del viento, pero no pas+o mucho tiempo para que la chica llevara su brazo derecho a su rostro, cubriendose los ojos uqe habìa comenzado a cerrar, y quedarse dormida despuès de unos minutos.

La joven rubia poco a poco caía presa del sueño y del cansancio que aquel viaje le había dejado. Al instante en que cerró sus ojos comenzó a sentirlos pesados terminando así, por dormirse y acceder a una dimensión que solamente ella conocía, sus sueños. Sueños que más bien parecían recuerdos, pues últimamente la chica había estado soñando con diversos momentos que vivió al lado de quién una vez fue su tutor; anécdotas que sin duda alguna se las guardaría celosamente para sí misma. De pronto, algo la sacaba lentamente de su ensoñación, Yami comenzaba a escuchar una voz desconocida cerca de donde ella se encontraba. Fue entonces cuando comenzó a abrir sus ojos y retirando su brazo del rostro, observó a un chico parado frente a ella y ofreciendole lo que era una flor. Era linda, no lo negaba pero aquel sujeto presente ahora, le era completamente desconocido; por lo que no tardó en levantarse del pasto y tomar con cuidado la flor que le regalaba.

El rostro de Yami expresaba confusión a más no poder mientras observaba la flor que ahora poseía en sus manos. Al cabo de unos instantes alzó su mirada y observó al chico que le había hablado de aquella forma tan extraña.

-Pero que de...- Sacudió un par de veces su cabeza y luego comenzo a acercarse al chico. -Quién diablos te cres?!, estaba en lo que podría haber sido mi mejor sueño y llegas y me lo espantas!!.-

Comenzó a decirle con un tono de voz un poco alto mientras con una de sus manos comenzaba a darle pequeños manotazos al joven, a la vez que cuidaba que no se maltratara la pequeña flor que cargaba en su otra mano.

La joven se detuvo al momento en el que comenzó a escuchar hablar al incauto. Le hablaba sobre impulsos y belleza, algo que le parecía extraño a Yami, pues nunca antes se había topado con un chico así en el camino; incluso hasta por unos segundos por su mente pasó la idea de que aquel joven frente a ella era gay; pero bueno, aquella idea fue descartada al seguir escuchando su adulación hacia ella.

-Ok, ok Shen hun, te la paso esta vez...-

Había pronunciado mal su nombre, pero no fue algo que hiciera a propósito, si no que en realidad Yami no era buena en relaciones sociales, por lo que casi nunca se memorizaba a la primera el nombre de las personas. La chica estuvo a casi nada de soltar una carcajada cuando escuchó el ´´angelita-chan´´; nadie jamás en su vida le había llamado así, por lo que le pareció algo gracioso que aquel desconocido lo hiciera.

-Mi nombre es Yami..-

Se limitó a responder tras observar como el chico se distanciaba un poco más de ella. Tan pronto y ya el joven le tenía miedo?. Si era así, al pobre le esperaban unos próximos minutos de tortura; bueno, todo dependía de como actuara él y las reacciones que la joven pudiera tener a eso. Yami se encaminó un poco hacia el árbol que le brindaba sombra y recargó su espalda en el tronco grueso de éste. Observó por unos instantes al chico, viendolo bien no parecía un sujeto peligroso, si le quitaban lo raro que actuaba hacia con ella, hasta tiernito se veía. La chica sonrió ligeramente al darse cuenta de lo que estaba pensando y después soltó una carcajada sonora que la hizo incluso inclinarse ligeramente, apollando sus manos en sus rodillas mientras dejaba de reir.

-Perdón es solo que...- Se giró sútilmete y posó una de sus manos en el tronco mientras tratabade calmarse. - Haces eso con todos los extraños?.-

Preguntaba mientras, poco a poco recuperaba su postura y tranquilizaba.

Poco a poco lograba tranquilizarse. No entendía del todo el actuar del chico presente pero sin duda le había divertido. Lentamente se deslizó por el tronco donde se encontraba recargada, hasta llegar al pasto de nueva cuenta y sentarse, adoptando una posición similar a la de loto. El escuchar las palabras del joven le hacian pensar un poco, sobre todo cuando éste dijo que las mujeres eran su debilidad; por lo que prácticamente la rubia pensó se trataba de un mujeriego o cazanova; por lo cual decicdió guardar distancia entre ambos, pues ella no entraría en la lista de aquel chico, o al menos esa era su mentalidad; tal vez y alguna otra persona ajena a ella, pudiese pensar que se quivocaba. Después de que Shen le preguntó el motivo de su presencia en aquella isla, la chica por unos instantes se quedo en silencio. Alzó su rostro y observó por un par de minutos las hojas del árbol moviendose al compáz del débil viento. Porqué estaba ella en ese lugar?. Esa era la pregunta que ella misma se hacia. Fácilmente podía responder que el barco donde viajaba llegó a dicha isla, pero para ella aquella pregunta iba más hayá que los motivos de estar ahí.

-Qué hago aquí?.- Repitió la pregunta en un tono de voz suave, casi vago. -Supongo que no lo sé, en mis planes no estaba el visitar esta isla al decir verdad.-

Observó al joven regalandole una pequeña pero amable sonrisa. Tampoco quería que el joven pensara que Yami era una tirana; al menos no después de haberle regalado aquella flor, la cual se quedó observando por unos instantes.

-Que hay de ti?, tu por qué estás aquí?... por cierto.. solo para asegurarme... no eres un pirata cierto?.-

Preguntó sin rodeos, pues ya antes se había topado con unos cuantos piratas y aunque no fue su intensión ayudarles, fue algo que terminó haciendo; y si lo hacia de nuevo su reputación como cazarrecompenzas se vendría abajo. Claro, estaba que después de que eso de ´´reputación´´ cruzara por su mente, la joven no pudo evitar reirse ligeramente, pues no contaba con ninguna.

La joven había cerrado sus ojos para escuchar su respuesta, al poner atención en aquellas palabras, sobre todo en lo de ´´futura tripulación´´, abrió uno de sus ojos para observar al chico. Le había dicho que no era pirata, pero al pensar en una futura tripulación, quería decir que pensaba serlo?. La verdad era que eso de los códigos piratas y sus crianzas no las entendía por completo, al decir verdad, a ese tipo de seres en su totalidad no los compredía del todo. Los ojos de la chica terminaron de abrirse a la par cuando observó acercarse a espaldas del rubio a un sujeto, alto y de apariencia algo madura, el cual llevaba una pequeña carreta con manzanas. No se acercaba a ellos en específico, al decir verdad solo pasaba por ahí; tal vez y se dirigía al puerto.

-Qué planeó hacer?...- Se levantó con ligereza y observó al chico rubio mientras le observaba con curiosidad. -Shen... tu cres en la historia de Robin Hood?...-

Preguntó así sin más, pero en vez de esperar a la respuesta del chico; comenzó a caminar en dirección a el, para después pasarlo y dirigirse a la carreta del sujeto desconocido. Iba a espaldas del hombre, sigilosa para aprovechar el momento oportuno y poder tomar una de aquellas manzanas. No pasó mucho para que el sujeto se parara a juntar una manzana que se le había caído, cosa que Yami aprovechó para correr hacia la carreta y tomar dos de aquellos frutos, arrojandole desde su lugar una al rubio y quedandose con la otra ella; para así comenzar a correr hasta llegar a Shen y tomar de su mano para jalarlo y así hacer que comenzara a correr con ella, pues el sujeto a quién le robó los frutos, había comenzado a perseguirlos.

-Vamoss!! apurate, corre!!....-

Decía divertida mientras daba vistazos hacia atrás para medir la distancia a la que venía el hombre desconocido. Por alguna razón loca e incoherente, tal vez algo masoquista, aquellas ocasiones le divertían al chica; posiblemente se debía a la adrenalina. Como era de esperarse de un hombre preocupado por no perder más producto, no los persiguió mucho, para la buena suerte de aquellos dos.

-Ves... fue algo al estilo Robin Hood, robarle a los ricos... aunque en este caso el hombre solo era rico de producto... para darle a los pobres, quien en este caso al menos soy yo ya que me muero de hambre...-

Decía mientras le daba una mordida a su manzana y se detenían cerca de lo que parecía ser un dojo para espadachínes; lo cuál llamó la atención de la chica, pues nunca antes había estado tan cerca de uno. Si sabía de ellos, era por haberlo leído en libros de historia que su tutor le daba para educarla. Al estar ahí observando el lugar se dió cuenta de algo... observó de reojo su mano, y vió como aún seguía tomada de la de el, causando así un pequeño y ténue color carmín en sus mejillas.

-err.. ya puedes soltarme..-

Había dicho hechandole la culpa al joven de que estuvieran así, cuando en realidad había sido ella quien lo tomó de la mano para echarse a correr. Sí, Yami solía ser algo sin vergüenza, descarada y aveces un poco despreocupada, pero si algo sabía ocultar bien, era aquella timidéz que sentía siempre que se encontraba con alguna persona; no era de hacerse amigos ni rodearse de gente amable, pues se le dificultaba; así que para no dejar ver esa parte en ella, adoptaba una actitud un poco vaga, agresiva y a veces algo errónea del como era esa joven en realidad.

El comentario del chico, en el que éste le recalcaba que ella había sido quien tomó su mano primero, solo causo que el ténue sonrojo de la chica, se hiciera más visible; sin embargo, decidió no prestarle más atención a eso, pues si lo hacía seguro el rostro de Yami se parecería a la de un tomate. Al momento en el que Shen soltó la mano de la joven rubia, ésta comenzó a caminar en dirección al dojo que se encontraba cerca de ellos, esto sin quitarle la debida atención a su acompañante, quien comenzaba a decirle parte de sus planes de vida.

-Shen... no has pensado que lo mejor en un día, es lo que nunca se planea?.. es decir, para bien o para mal, no crees que es mejor lo que sale espontáneo?-

Preguntó Yami observando aquella fachada tras detenerse frente a lo que parecía ser la puerta del dojo. Aquella pregunta no tenía un fin en específico; era solamente curiosidad por parte de la rubia; pues al escuchar como su joven acompañante tenía trazado lo que haria después de despedirse, por la mente de ella cruzaba la vaga idea de que ella no sabía que haría en unos minutos, horas, días, etc., lo único que tenía pensado era su objetivo al cual tarde o temprano llegaría; por lo que no se preocupaba por que le alcanzara el tiempo para hacer todo eso que supuestamente debía hacer, ella más bien era de la idea de disfrutar cada instante de su vida, sin importar que ese momento fuera bueno o malo, pues incluso de las situaciones amargas, siempre se aprendía algo.

Sin pensarla mucho la joven se decidió entrar como perro por su casa al dojo que observaba segundos atrás. Observó entonces en su interior un lugar bastante amplio; nunca había estado en uno, por lo que no conocía de sus reglas ni nada de eso, así que sin quitarse su calzado ni nada terminó por entrar, haciendole un corto además a su compañero para que también lo hiciera. Fue cuestión de nada para que la rubia alcanzara a observar un especie de estante, donde había varios palitos regoditos, que le causaron emosión, tanto que ni tarde ni perosoza corrió hacia donde se encontraran para tomar uno y comenzar a jugar con el, haciendo toda clase de maniobras raras... nisiquiera era seguro que esas maniobras existieran o fueran conocidas....

-Mira Shen!! toma uno! hay que pelear!!así como si fueramos espadachines!!...-

Decía decidida y entusiasmada, aunque no tenía ningún tipo de experiencia en todo aquello que le estaba sucediendo.

x):

La chica al decir verdad no es pero mucho para dejar que su compañero tomara uno de aquellos bastones; al decir verdad, le hubiera hecho caso o no ella estaba emosionada y decidida ´´jugar´´ un rato con los palos redondos esos.

-Aiii Yaaaa!!..-

Se escuchó de pronto y sin previo aviso en cuanto Shen tomó su ´´arma´´. Había sido Yami quien no tardó absolutamente nada para tratar de golpear al chico; llevando su palo de madera justo al centro del estómago de aquel joven. Aquel ´´aii yaa´´ nisiquiera sabía el por qué lo había dicho, más bien fue porque recordó haber visto y escuchado en algún lado a un par de karatekas decir eso cada que se golpeaban, por lo que creyó que eso decían también las personas que se golpeaba con aquellos palos.

-Despierta!! las chicas no te querran si resultas ser un bueno para nada!!..-

Decía tratando de ´´animar´´ a Shen mientras daba pequeños brinquitos en su lugar, intentando no ´´enfriarse´´ y sufirir algna especie de desgarre; cosa que no pasaría pues nisiquiera se requería esfurzo físico en ese momento. En realidad Yami comenzaba a tomarse aquello como si fuera una experta, pero no lo era; y aquel grito de karateka lo dejó más que en claro, aunque era algo cómico ver en ella aquel entusiasmo, algo que rara vez pasaba. Yami esperaba a que Shen reaccionara y decidiera su ataque, pero mientras hacia eso se comenzarón a escuchar pequeños murmullos fuera del dojo, murmullos que cada vez se escuchaban más cerca; por lo que Yami dejó de saltar y bajando su arma le hizo un ademán a su compañero para que no hiciera ningún sonido.

-Shhh escucha... mas gente para pelear!..-

Si, ella estaba loca, y además de eso era despistada pues por su mente jamás cruzó la idea de que pudiesen tratarse de los dueños de aquel lugar en el que se encontraban, al contrario, se vió más entusiasmada, tanto que corrió hacia la entrada del dojo para abrirles la puerta e ´´invitarlos a psar´´, sin darse ni la más mínima idea de ver que se habían metido en problemas...de nuevo...

Tras dejar a Shen por unos segundos y abrirles la entrada del dojo a los sujetos que Yami quería invitar a pasar; ésta vió como los hombres un poco molestos comenzaron a desenfundar sus katanas, haciendo que los ojos de Yami brillaran emosionados, aunque nisiquiera con espadas sabía esgrimir la chica; eso, y además de que no veia claramente el enfado de aquellos hombres.

-Genial! cambiaremos a armas más serias, solo que no creo...-

No terminó su frase cuando sintió un tirón de su mano, y segundos después ya estaba huyendo al lado de Shen de aquel sitio. La joven no comprendía del todo el actuar del chico, en realidad tardó unos minutos en entender lo que sucedía, mientras siendo prácticamente jalada por el chico observaba como detrás de ellos, a no muy larga distancia aquellos hombres les perseguían con un rostro de pocos amigos y prácticamente un letrero de ´´Los mataremos´´ en la frente. Su atención fue atrapada por las palabras del jocen, quien hizo y Yami dirigiera su mirada a el y notar aquel sutil gesto de amabilidad en su sonrisa luego de decirle practicamente que ella era una especie de peligro para su salud.

Aquello era algo que no podía negar. La verdad es que por su culpa ya dos veces en el día habían estado en casi la misma situación y no culpaba a Shen de que pensara eso. Su mente estaba siendo invadida, por lo que dejó de prestar atención a lo que sucedía en su entorno, ahora simplemente los recuerdos la embargaban; sin embargo, cuando quizó reaccionar vió un barranco frente a ellos, ahora si estaban perdidos, o eso era lo que ella creía.

-Shen.. ha?..-

Se sorprendió al ser tomada por Shen en sus brazos escuchando sus palabras de ´´confia en mi´´. La cara de Yami inevitablemente se había tornado de un color carmín al ser cargada por aquel chico, pero no tuvo ni tiempo de renegar cuando el joven saltó aquel barranco, algo que hizo que Yami cerrara sus ojos y tomara por rehén la playera de éste, llevando así a ocultar su rostro en su pecho durante el salto debido al miedo que le dió en esos momentos. Al cabo de unos segundos ya estaban del otro lado, observando como los espadachínes apenas y se sostenían del extremo del barranco. Shen entonces comenzó a caminar con la chica aún en brazos algo que le devolvió el sonrojo a Yami, pues ya no estaban en peligro y no comprendía por que lo seguía haciendo.

-Ya puedes bajarme..-

Se expresó la joven de una manera seria, prácticamente saltando de los brazos del chico para quedar en tierray proseguir caminando unos cuantos minutos más hasta llegar al puerto. Aquel caminno después de la persecución había sido silencioso, pues por un lado la chica no encontraba las palabras para agradecerle al chico, pero por el otro de cierta manera estaba enfadada con el por hacerla sonrojarse de aquella forma; cosa que comprendía no era su intensión, pero... a final de cuentas lo había logrado!.

Tras llegar al puerto la joven observó como un pequeño barco estaba siendo llenado de enormes cajas, tal vez y pronto desembarcaría del puerto, algo que Yami debía aprovechar, por lo que solo le quedaba despedirse de Shen de una forma un tanto apresurada. Se dió entonces media vuelta, para quedar de frente al chico y obstruirle por unos segundos su paso, dejando rápidamente un pequeño beso en su mejilla y después apartarse mientras clavaba su mirada el suelo un tanto apenada.

-Ahora creo que debo irme... suerte en tu camino... - Dijo seriamente de nuevo, pero después alzó su rostro y le observó -Y si nos volvemos a encontrar.. procura no volver a cargarme...-

Terminó aquella frase de una forma un tanto extraña, pues aquello último había sonado un poco más a amenaza. Comenzó entonces a dirigirse lo más pronto posible a su próximo objetivo, deteniendose a la mitad y girandose por unos segundos.

-Ey Shen!... Gracias...-

Le gritó desde su lugar para luego continuar con su camino, debía ahora encontrar una manera de no ser vista para subirse sin permiso a aqul barco.

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