[Prologo] Repercusiones

1 año antes de la graduación de la joven Shirona, esta viste de una forma diferente a la que es en la actualidad, el porque viste de esa forma es por sus inicios en el entrenamiento como espadachines, aun aparatada del pueblo se encuentra ubicada en un campo de entrenamiento rodeada de un bosque, pero en una colina se puede ver el lado izquierdo del castillo de Lynnel, bonita vista si se puede decir, el campo de entrenamiento consiste en muñecos de prueba, blancos para practicar el tiro con arco o armas a distancia, una repisa donde se pueden pedir cosas, como armas o comida para los que decidan entrenar en ese lugar.



La joven solo empuña una espada con una mano mientras que su zurda la deja libre, solo esta dando espadazos verticales a un muñeco, aunque sus golpes tienen una ligera falla, - Si no paso esta prueba habré fallado – Menciono estas palabras mientras sigue dando espadazos, no le importa el porque sigue exigiéndose a si misma del porque ser una buena espadachina, pero su entrenamiento esta dando fruto si le da ganas para seguir adelante, en especial si tiene algún camino que elegir dentro de poco, solo le quedan 3 vias, pero ninguna de ellas le llama la atención como para que llegue lejos por sus ambiciones, aun sigue dando espadazos, pero manteniéndose alerta por si alguien sale del bosque.

Tienes talento... -Murmuraba una voz desde las sombras, seca y pacifica, con una clara marca de edad en aquella grave pero melodiosa expresión simplista, la voz provenía de un hombre de edad mayor que salía de entre los árboles, con su manos ocultas entre los bolsillos y una sonrisa tan cruel como sus ojos, lavados fijamente en la hermosa muchacha, era simple, un desconocido que emanaba un aura tan malévola que jamás adivinaria nadie que se trataba de un capitán de la marina.

Tienes oportunidad de ser algien o no ser nada... Eres como todos los que aún no toman partido en un mundo sumido en la guerra... Bienaventurada... -Dudosamente el hombre hablaba de cosas expresando felicidad con su voz pero en su rostro la misma crueldad y maleficencia se aferraba como sus cabellos a la cabeza tras ser agitados por el viento de otoño, era un hombre enigmático, que podría bien ser desde un asesno o un crminal peor hasta ser el mismo jefe de toda una banda de piratas, pero algo era claro a mas no poder, estaba confiado al acercarse a alguien armado, confiaba en sus propias habilidades, y más aún en sus palabras.

La joven Shirona sigue entrenando hasta que por fin decide dar una pausa para respirar un poco y relajarse, se esta exigiendo demasiado el darse a si misma este tipo de pruebas, dar 1000 espadazos en total en 10 repeticiones haciendo 100 sin parar, hasta volver a dar otros 100 para cumplir la cuota, ella pone la espada del suelo, enterrando la punta de la filosa espada para que quede fija, momento después pasa su mano derecha sobre su frente para quitarse el sudor, aunque era muy temprano ase mucho calor, pero debe ser por el traje que tiene en este momento, debido a que su ropa de azul con negro con un sombrero al estilo ruso le esta generando algo de calor, pero no le importa, las mujeres también tienen que hacer algo de ejercicio para no descuidar su figura.

Pero un escalofrío le entra por al espalda recorriendo una linea vertical que se desplaza de abajo hacia arriba, al voltear a observar ve a un tipo con pinta de ser un mafioso por aquí - … - Sin decir nada solo se mantiene tranquila, ala vez firme solo apretando el puño de la derecha, ya que a su izquierda esta su espada, así que para romper el silencio adormecedor, quiere iniciar la platica con lo poco que alcanzo a escuchar – Te refieres a que soy una buena esgrimista, o que tipo de talento dices que tengo, como ves apenas soy una novata, no puedo romper el maldito muñeco – Dijo en tono serio, para iniciar la conversación que decidirá su destino.

Todo a su tiempo, no puedes obligar a un polluelo a nacer antes de tiempo... -Gendo hablaba de forma suave y pausada, estaba seguro de que su forma de expresarse era entendible, al menos para la chica, una muchacha que claramente se esforzaba demasiado en un aburrido y único movimiento, no parecía tener la capacidad analítica para ver, al menos superficialmente la debilidad de aquél pobre muñeco de entrenamientos que azolado por el sol parecía lucir mas triste, era tan obvio a los ojos experimentados de Gendo que sacando de su bolsillo la mano derecha hizo relucir un bisturí que lanzo casi de forma imperceptible contra el muñeco, justo en su centro bajo, antes de la base y donde la figura de corto justo a la mitad cayendo al suelo con pesadez.

Asi es como se hace... Concentración... hazlo tu ahora... -Dijo esperando a que la muchacha hiciera lo mismo o al menos lo intentara mejorando su pobre estilo de combate y corte.

El tiempo es factor viable que le hace falta a la joven Shirona, solo apretó su puño derecho aun mas demostrando lo poco que a mejorado, lo siguiente que miro, fue que ese tío trata de arrojarle algo,una cosa desconocida para la joven peliazul, tanto fue la emoción que pensó que iba a luchar contra ella, pero no fue así, aquel tipo solo arrojo un artefacto raro en contra del muñeco, este o lo que se alcanza a romper de el, fue el mango que lo sostiene, pero el muñeco cayó de forma muy pesada, como si el peso fuera de una persona real – Impresionante - Dijo mientras toma su espada del suelo con la diestra, la alza un poco y se hace un lado para darle a otro muñeco,cuando esta enfrente de el, toma la espada con ambas manos, luego alza las manos encima de su cabeza, dejando la espalda al aire, arriba de ella.

Luego de concentrarse un poco y cargar un poco de energía, fuerza y demás, ase un corte ligero, que logra atravesar la cabeza del muñeco dejando atascada la espada temporalmente - Bien la paciencia es una virtud después del todo - Musitó estas palabras mientras voltea a mirar al tipo – Dime quien eres? – Pregunto mientras cruza los brazos.

Mi nombre es Gendo... Gendo Ikari, soy un viajero que proteje a quienes puede... Aqui deben llamarnos, ¿Marines? si, creo que así nos llaman... -Gendo hablaba con seriedad pero demostrando cierta amabilidad que casi nadie podría haber visto en sus rostro jamás, y sentándose como si nada en el pasto observaba a la damita con la espada atascada, esperando que con la misma paciencia con que la había enterrado le ayudase a sacarla, confiaba en ellos porque, por alguna razón desconocía sentía que esa muchachita de ojos vivaces le darían la razón en cuanto a que era una muchacha talentosa, aún muy joven para ingresar a la fuerza de la amrina o irse por el camino de la pirateria pero, nada se perdía con intentarlo y Gendo anhelaba conocer los secretos que desentrañaba aquella cabellera azul, y que concepto tenía de él, de los suyos y la causa de la justicia absoluta que promulgaba este organo rector de lo correcto.

Al parecer aquel tío de las gafas ha revelado su nombre, Gendo, simple y sencillo sin complicaciones absolutas de algún apellido, algo que atrajo la atención e interés de la joven Shirona, aunque su mente se mantiene limpia como su cara revela seriedad, al ver la ultima palabras que menciono Gendo, esto atrajo aun mas la atención de la joven Shirona – Así que Marine – Musitó mientras traga saliva, parece que ahora la marina anda buscando gente para unirse a sus fuerzas, aunque la peliazul parece una novata al menos quiere saber un poco de la vida de los marine, si se la pasan mostrando sus habilidades a desconocidos que entrenan en el campo de entrenamiento donado por ellos, o solo matan el tiempo en su tiempo libre.

- Eres marine… así que… dime… que es ser marine, es divertido – Dijo mientras se mantiene firme y seria, las palabras que provienen de su boca son nuevas nunca las ha pronunciado por que es su primera vez en hablar con alguien de la marina.

¿Divertido? El hacer la jsuticia a todos y todas no es muy entretenido que digamos... Hay personas que inclso prefieren el crimen, es lo duro de nuestra labor... -Musitó impasible al tiempo que recogía el bisturí que previamente había arrojado al muñeco de rota figura, en sus palabras se podía deducir sinceridad y en su semblante una pena que incluso podría palparse, Gendo recordaba algunas cosas de su pasado, cuando personas le negaban ayuda y pese a que este había salvado cientos de vidas le arrojaron a prisión por asesinar un par de criminales vagabundos.

Tras levantar el arma arrojadiza y guardarla bajo su mano, observó de reojo a la muchacha y con una leve sonrisa le indicó que se aproximara, era un simple movimiento de dedos que cualquiera podría entender, y esperando ansioso que la joven se aproximara a donde se hallaba el marine resguardaba en sus labios la oferta de un brillante futuro en las fuerzas navales del gobierno.

El silencio recorre la mente de la joven Shirona, solo piensa que la Marina puede que sea gente que se divierta luchando, haciendo misiones en compañía, entre otras cosas, pero apenas con mucho trabajo entiendo las palabras de Gendo, quien se acerca a recoger la arma que arrojo desde un principio, la peliazul al parecer tiene talento para entrar a la marina, pero mas que nada quiere saber que es ser eso, y mas importante cual es su trabajo.

- Si voy contigo al cuartel general, de esta isla, ¿ puedo ser una invitada especial?, quiero saber que es ser Marine - Dijo mientras guarda la espada de entrenamiento en su respectiva funda, el preguntar este tipo de cosas, le permite a la peliazul experimentar nuevas fronteras que le permiten expandir sus capacidades de aprendizaje y profundizar sus cualidades de espadachina, solo se queda en pie en posición firme, mientras revela una sonrisa a que tipo llamado Gendo, pero despues de unos segundos sin responder aque tipo, su hora para presentarse en la academia le ha llegado y nos cuestion de que llegue tarde a sus clases, lo cual dejara ese asunto para otro dia que tenga tiempo