Pasando lista [Velas Argénteas]

Su barco terminaba de llegar, y Mikhail, a los pocos segundos de bajar el ancla, ya había bajado de la embarcación. Llevaba un gorro con los colores de la marina, sus típicas gafas con las cuales su visión era bastante más pobre, característico traje formal negro y guantes de cuero del mismo color, y una bufanda alrededor del cuello de color cyan. Nunca había estado en Loguetown, así que se consideraba a si mismo un extranjero. Tenía un cometido, encontrarse con Brelaina Alagondar, una capitana de la marina la cual había conocido no hacía mucho tiempo y había, junto a Lagi, acordado entrar a la tripulación que esta se encontraba formando. Su compañero pelirrojo se encontraba en el mismo barco en el que había llegado él, sin embargo, habían viajado en distintos puntos del barco, por lo que seguramente estaría detrás de la multitud de gente que estaba bajando en ese instante. Podría esperarle, pero decidió que sería mejor encontrar primero a la que sería su superiora.

Empezó a caminar por el muelle, donde también les esperaba el que sería su barco, del cual no recordaba el nombre pero tenía algo que ver con seres pequeños, sin embargo, no sabía cual de todos los navíos que se encontraban ahí era el de su tripulación. Caminaba paso a paso con serenidad, también porque se le hacía poco apetecible el andar a paso rápido mientras cargaba un par de maletas de color negro dentro de las cuales portaba sus pertenencias. En poco tiempo, llegó al punto que había acordado con la capitana Alagondar, encontrándose con esta.- Buenas señorita Alagondar...Teniente Petrov se presenta...- Realizó una pausa, quitándose el gorro que aún llevaba encima y guardandolo en uno de los bolsillos del traje.- ¿Así es como se dice, no? - Preguntó a la pelirroja, tenía ya unos cuantos años que no realizaba un saludo marine debido a su estadía como Cipher Pol, le costaba acostumbrarse a responder continuamente a un superior, pero era lo mejor para sus ideales.

- ¿Aún no llega nadie más? Lagi Schmetterling al menos no debe tardar mucho en llegar - Preguntó a la Brelaina, ya que no parecía haber nadie más de la lozana tripulación. No conocía mucho de los demás miembros, pero tenía al menos la confianza que no serían tan diferentes en cuanto al idealismo, con eso se determinaba la personalidad, y lo que predicaban las Velas Argénteas era precisamente lo que buscaba de un grupo.

El barco había atracado cuando Lagi aún se encontraba recogiendo su equipaje. Era bastante escaso en su situación, pues lo único que portaba para llevar sus pertenencias era una pequeña mochila marrón de piel colgada sobre su hombro izquierdo. El rojizo siempre tuvo la sensación de que su compañero cargaba con demasiadas cosas innecesarias, puesto que no era la primera vez que advirtió a este portando un gran equipaje o esperando una notable cantidad del mismo. El objetivo de ambos, ahora tenientes de la marina, era unirse a la tripulación de la capitanía Alagondar, quien acordó el aceptarlos en su tripulación cuando los conoció a ambos en la misma situación. Ambos agentes estaban de acuerdo sobre lo de cambiar su facción el día del ataque pirata al cuartel de Shellstown, por lo que no les costó mucho el hecho de ascender dentro del cuerpo de la marina puesto que ya tenían experiencia y habían estado a cargo de un cuartel cierta cantidad de tiempo, los logros de los ex-agentes sirvieron para llegar a teniente en poco tiempo.

Entre la multitud de gente que tenía intención de abandonar el barco en el cual viajaba ambos compañeros, se encontraba el marine de cabellos rojizos abriéndose paso entre empujones y achuchones del gentío, puesto que para bajar lo único que había era una pequeña rampa y todos tenían prisa por acceder a esta. Tras la molesta situación en la cubierta del barco pudo descender de este hasta pisar puerto, era la segunda vez que estaba en Logue Town y la primera no es que fuese por mucho tiempo, por lo que sus conocimientos sobre aquella ciudad estaba marcado primordialmente por lo que había escuchado, tanto de manera formal como por rumores, y noticias. Ahora precisaba de buscar a su compañero o en su defecto a la capitana Brelaina, por lo que empezó a caminar por el puerto con su equipamiento sobre el hombro y escudriñando con la mirada en todas direcciones por si lograba encontrarse con alguno de los dos miembros que conocía de la tripulación.

No fue mucho más tarde de abandonar el navío, en el cual había llegado, cuando al fin dio alcance a su compañero. Se encontraba frente a Brelaina haciendo lo que desde la distancia parecía un saludo. El joven sin prisas y aforrándose a su macuto se aproximo por la espalda del artillero esperando no haber llegado muy tarde, sin embargo parecía ser el momento oportuno, pues su compañero estaba pronunciando una frase en la cual se hacía mención a la llegada del pelirrojo. - Presente. - Dijo de manera firme y rápida a espaldas de su compañero a modo de tratar de sorprenderlo, algo que probablemente no conseguiría, sin embargo aquella entrada ya servia como saludo y presentación ante su capitana, sin embargo algo le impidió continuar con sus palabras. El macuto que cargaba en la espalda empezó a tambalearse y a hacer movimientos exagerados, como si algo quisiera emerger del lugar.

- Ah, quieres salir… - El joven se arrodillo y dejó la mochila en el suelo, solo por este hecho ya se divisaba un agujero de singular tamaño en la superficie, seguramente a modo de respiradero para lo que se encontraba en el interior. Al poco tiempo de adoptar el recipiente una posición estable una cabeza asomó por la boca del macuto, se trataba de su mascota con la que tan solo llevaba dos semanas como compañero. - Sal, Kuro. - Ante las palabras del joven se escuchó un sonido agudo partiendo del animal que acababa de hacer muestra de su rostro. La pequeña especie de lobo salió del macuto y se puso a los pies del pelirrojo observando a los presentes.

¡Weeee ~! Las ruedas que habían surgido previamente de los pies de Wendy, ayudadas por el aire, impulsaban a la despedazada por las calles de Logue. Ya había preguntado por dónde quedaba el dichoso cuartel así que, ya no había ningún tipo de impedimento para que la quizá excesivamente joven arqueóloga marchara hacia dicho edificio. Durante el trayecto, iba mirando en todas direcciones, tratando de memorizar todo lo que veía, lo mejor si quería no volver a perderse por la ciudad.

Tras un par de giros y unas tres o cuatro calles más, la de cabellera albina detuvo su apacible rodar, ya se encontraba frente al Cuartel de la Marina y, para evitar preguntas incómodas (Bastante tenía ya con las miradas), optó por ocultar sus ruedas, iría caminando a partir de ese momento mientras no conociera a su tripulación.

- Veamos, la persona a la que tenía que ver era... - Susurró para sí misma, haciendo memoria de paso de cómo era aquella mujer, el único detalle que recordaba bien de verdad era el hecho de que el color carmesí era importante para reconocerla. Y por ahí a lo lejos, alcanzó a ver una cabellera carmesí, ¿sería ahí? Avanzó ahora con algo más de rapidez pero sin llegar a correr, únicamente acelerando un tanto su paso, resumiéndolo bastante, sencillamente caminaba rápido.

Llegó a la posición de las otras tres personas, e iba a hablar, pero llamó su atención un... un... ¿Qué puñetas se suponía que era ese bicho? Wendy miró al bicho con una cara rara, difícilmente descriptible. Optó por no hacer comentarios al respecto y agitó la cabeza para aparcar ese asunto a un lado, lo primero era lo primero. Alzó una de sus manos, la derecha, para llamar un poco la atención de aquellos tres, continuaba siendo una criaja, así que difícilmente se haría notar entre gente alta.

- Wendy Prow presente. - Se presentó así la albina que, tras sus palabras, se puso a hacer un poco el idiota jugueteando con sus dedos, uhm... No diría que era cyborg a menos que se lo preguntaran, suerte que la piel sintética era clavadita casi en todo a la humana.

Vio llegar a Lagi segundos después de saludar a su capitana, no le sorprendió mucho ya que sabía que estaría siguiendo sus pasos, al haber bajado ambos del mismo barco. Se fijó que traía con esa peculiar mascota que había visto que cargaba en el barco, pero no mencionó nada sobre esta, no tenía nada en contra de los animales, pero le retenía un poco el encontrarse con un espécimen tan raro. Esperó tranquilamente sentado en un taburete que encontró en las inmediaciones de su ubicación. Dejó a un lado sus dos maletines, sacando una bolsa de cacahuetes sin sal, y un libro sobre el choque de ideales de revolucionarios con el gobierno mundial, entretenido pero muy demagogo desde su punto de vista, pero aún así le entretendría un rato mientras llegaban sus compañeros de tripulación restantes.

La primera en llegar fue una chica de una edad poco madura según le parecía, le extrañaba que a esa edad se pudiera ser miembro de una fuerza armada, pero no cuestionaría nada respecto a ello. Su nombre era Wendy Prow, lo memorizaría. Realizó un leve gesto con la cabeza a modo de saludo y continuó leyendo su libro. ¿Los Revolucionarios eran manipulados por sus lideres utilizando falsos ideales contra el gobierno? Sabía de sobras que era falso y fomentaba aún más su opinión negativa en contra del libro. De segundo, llegó Karsten, ya le había visto una vez y sabía de su comportamiento... peculiar. A él simplemente le saludó con una mano, sin despejar su vista de las letras impresas. De última, apareció una mujer que lo primero que exclamó fue una expresión que llamó la atención de Mikhail, tomándose completamente a la ligera el cargo de la capitana Alagondar. ¿Quizás sería la nueva forma de tratar a la gente en la marina? Era más sencillo y casual, pero no pegaba con el pelinegro. Lo siguiente que dijo la chica fue una queja sobre el calor, ciertamente hacía algo de calor, pero poco lo notaba el teniente, al estar cómodamente sentado bajo la sombra. Debris era su nombre, según le hablaba la capitana.

Según palabras de Brelaina, solo quedaba Balmung, había escuchado algo de un sujeto con ese nombre, pero nada concreto. Una persona más y ya podrían zarpar, o hacer cualquier cosa que se suponía que tuvieran que hacer como banda. Parecía que era momento de conversación social, por lo que cerró aquel libro tan malo, el cual casi había terminado, y lo dejó encima del taburete, algún desafortunado ya lo agarraría y ojearía. Se paró relativamente firme, quitándose las gafas temporalmente y dejándola en uno de los bolsillos de su traje. Su vista no era prodigiosa sin estas, pero se las arreglaba.- Bueno...Mikhail Petrov, teniente, un placer conoceros - Dijo cordialmente haciendo un leve gesto con la cabeza. No era completamente típico de él, pero estaba presentándose a los que serían sus compañeros, tenía que iniciar bien. Esperaba que ellos se presentaran de alguna manera, sería al menos un inicio. Se le daría más fácil fingiendo ser un sujeto amable y cálido, pero intentaba no interpretar un personaje como hacía usualmente.

La gente se iba acumulando en el lugar, pues tras la aparición del pelirrojo no cesaba la entrada de miembros de la tripulación en escena. La tripulación parecía ser de lo más pintoresca y variopinta, pues era agradable ver tantos tipos de personas allí reunidos, y sin embargo eso lo hacía algo diversa a la vez. Una de las escenas que más le llamó la atención al joven de cabellos rojizos, era la del hombre calvo y negro, pues sus palabras podían llegar a confundir en gran medida a la tripulación, aunque se notaba la mofa de sus palabras, al menos así fue en el caso del joven. Sin embargo no eran sus palabras el por que causaron impacto en el joven, sino que se debió a la acción de su capitana para tomar medidas disciplinarias contra su carácter, pues le castigó con un método físico y de dureza, por lo que denotaba que moderaría el comportamiento del grupo de así requerirlo, pero no había tiempo para ensimismarse en pensamientos, pues todos estaban ya presentes en el lugar y unas palabras cordiales y de saludos eran necesarias por su parte.

- Buenas a todos... soy Lagi Schmetterling, teniente de la marina, encantado. - El joven hizo gala de una actitud muy educada para la situación, pero no era el carácter que definía al pelirrojo, pues de ser por él, su saludo hubiese sido algo más seco y directo, sin embargo estaba en el lugar para relacionarse con los presentes y con los que serian sus compañeros y camaradas en la tripulación a la cual ahora pertenecían y tenían en común todos ellos. Debía dejar de lado el carácter reprimido y serio que mantenía siendo Cipher Pol y aprender a moderarlo, claro que no por ello iba a cambiar su forma de ser, tan solo debía suavizarlo un tanto para no sonar borde o despreocupado hacia el resto de los presentes. Tras aquella muestra el joven apoyó su macuto en el suelo y se reclinó sobre un muro cercano mientras su mascota se alejaba un par de metros en dirección a Karsten, el joven supuso que el pequeño Kuro sentía curiosidad por la mascota que portaba sobre sí mismo aquel miembro de la tripulación.

- Sobre Kurokami, no te preocupes, no tiene parasito alguno y es una raza de lobo… - Dijo en respuesta a la palabras de su capitana hacia su mascota, pues debía aclarar que su mascota era estaba limpia y libre de parásitos así como la raza de animal que era, pues ciertamente era un tanto curiosa y podría causar más de una confusión llegando a llamarlo cosas que no eran. - Aunque si que es curiosa tu ave… - Dijo el pelirrojo dirigiéndose a Karsten, pues su mascota si que daba de que hablar. Se trataba de una especie de gallo cyborg muy extraño, y seguramente, no le gustaría saber como acabó portando todas aquellas partes tecnológicas. - Espero que este par se lleven bien… - El joven se mantuvo observando en todo momento los movimientos de su lobo mientras el dialogo con los miembros de la tripulación surgía por si solo, seguramente alimentado por la curiosidad del hecho de estar conociendo a gente nueva de la cual no sabían nada. Su pequeña mascota continuaba moviéndose entre los presentes y tomando olores de estos, pues una de las cualidades de aquella mascota era la de recordar tipos de olores y seguirlos fielmente en el caso de tener que buscar algo.

Después de su propia llegada, aparecieron más personas a cada cual más extraña, empezando por un señor de color oscura que traía lo que parecía ser un pollo mecánico en la cabeza y que hablaba... Mucho, pero no tenía ni idea de lo que estaba diciendo, parecían ser sólo un montón de cosas dichas al azar y unidas para que pareciera tener algún mínimo sentido. La siguiente en aparecer fue un ángel con aura de mala leche que era fácilmente detectable incluso por Wendy, que prefirió estar calladita por lo mismo, llevarse un guantazo de un compañero tan pronto sería poco recomendable.

Mientras Brelaina le echaba la bronca al señor de la guadaña de una forma bastante suave según el punto de vista de la pequeña, ésta se entretuvo agachándose y mirando a los dos bichos que había ahí, ¿de dónde los habrían sacado? Quizá ella podría encontrar algo así como una nutria atigrada o una zebra en miniatura, ¡ah! Eso sí que estaría divertido, una zebra pequeña, a modo de mini-poni a rayas que poder usar como si se tratara de un caballo de guerra, y si le ponía placas y demases... Podría salir algo interesante, sí.

Estaba en sus cosas, callada, y medio en su mundo jugando aún con los dedos mientras permanecía agachada y observando al animalito aquel, así que no daría problemas a nadie por el momento y, sobretodo, agradecía a la capitana que no revelara su condición de cyborg, sería muy incómodo para Wendy tener que contestar a preguntas como "¿Cómo es que tienes esas prótesis?" y similares, sobretodo por las circunstancias que envolvían dicho suceso.

El único que terminó presentándose aparte de sí mismo fue Lagi, ya que los demás optaron al silencio, no era un inicio particularmente bueno a su gusto, pero no podía hacer nada más. Observó ligeramente entretenido el espectáculo ofrecido por el negro y su plumífero compañero, le parecía de cierta manera gracioso por lo que no realizó ninguna acción durante ese trecho de tiempo. Sin embargo, su atención fue captada por una explosión al parecer proveniente del puerto de Loguetown, el utilizado por la población, y los demás quizás lo hubiesen notado igualmente.

Prosiguió la capitana informando sobre la misión que tendrían encomendada, había leído sobre los eventos de Tequila Wolf, aunque no sabía que su primera misión sería el participar en el combate que, claramente, se daría a cabo en aquella isla del puente en construcción.- Por mi parte, ¿Cuando zarpamos? - Respondió a la pregunta de Brelaina con firmeza, no tenía ningún problema con participar en el combate, aunque no compartiera las razones de este.

Ni una mirada al grupo volvió a echar el joven de cabellos rojizos, pues en todo momento se mantuvo observando a su mascota pasear entre los presentes. No parecía tener mucho interés en lo que allí estaba sucediendo, después de todo, tan solo estaban hablando los unos con los otros para conocerse, por lo que se acercó al gallo cyborg de Karsten para tratar de curiosear dicha ave. El de color continuó con unas palabras temerosas dirigidas hacia Lagi, el cual no entendía el motivo por el que se encontraba en ése estado. Lo único que le venía a la mente era el golpe que hace un momento le había propinado su capitana, ya que el pelirrojo no había ejecutado acción o palabras en contra de su compañero. - ¿Qué te sucede…? - La pregunta se había formulado con un toque de asombro por parte del emisor, puesto que no entendía nada de lo que aquella persona estaba haciendo, pues también había pasado por una fase en la cual le susurraba a su gallo para tratar de que nadie le escuchara.

El cánido mantenía la vista y el hocico próximo a la patas del ave, pues sentía curiosidad por el sistema que este llevaba instalado a modo de poder portar una vida normal, o al menos eso suponía el marine. Fue en ese preciso instante cuando, sin reacción anterior y aviso alguno, el gallo se alzó y posó sobre el lomo de la mascota compañera de Lagi, el cual se enderezó de golpe dejando de estar recostado en la pared. El movimiento se trataba simplemente de un reflejo al pensar que el ave iba a llevar una acción en contra de su mascota, sin embargo solo estaba tratando de molestar al pobre Kuro, el cual ante la reacción del gallo se puso a azotar todo el cuerpo para tratar de quitárselo de encima. El negro trató de disculparse ante las acciones de su mascota, de nuevo con cierto temor en sus palabras, pero Lagi le quitaba importancia, pues eran animales y no podían controlar sus acciones. - Bueno, no tienes la culpa de dicha acción, son animales después de todo… - Expresó el pelirrojo con una débil sonrisa casi forzada, pues a pesar de saber que eran animales, no podía ignorar que el qué estuvieran molestando a Kurokami, también le molestaba a él.

Alboroto, aquella era la palabra correcta para definir la situación que ambos animales estaban montando, pues era una pequeña molestia el ver como una miniatura de lobo, se alzaba de un lugar a otro dando zarandeos para tratar de librarse de un gallo que no dejaba de montarlo y cacarear. Sin embargo todo se comenzó a tranquilizar en el momento que una explosión entraba en escena, pues ese sonido alertó al gallo, el cual se desplazó de su situación actual hasta quedar junto a Karsten, mientras que Kuro se mantuvo en la posición y se fue aproximando a Lagi lentamente mientras miraba la humareda. - ¿Pero que demo…? - El pelirrojo no finalizó con la expresión a utilizar para hacer mención a lo que acababa de ver, pues la explosión tuvo un gran estruendo haciéndose notar y advirtiendo que algo estaba sucediendo en el lugar, sin embargo toda acción y posible pregunta fue interrumpida por su capitana.

La capitana Alagondar dio un discurso sobre cual sería la situación que estaban a punto de vivir y, por ende, la misión general que llevaría a cabo la tripulación. El pelirrojo había leído de esa noticia en los periódicos y sabía de la importancia que tendría, pero no sabía que iba a estar implicado en ella directamente, pero era más que obvio que no había objeción alguna por su parte al igual que por la de su compañero. El hecho de la explosión se ignoró por completo tras la noticia que se había dado en el momento, ahora otros asuntos requerían de atención y cuanto antes se movilizarán mejor. - Preparado, ¿Cuándo nos vamos? - Dijo el pelirrojo como seguidilla a las palabras de su compañero, pues así daba a entender que por su parte tampoco había problema alguno y de que podían partir cuando la capitana diera la orden.