Un día como cualquier otro 29zrdle

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Vie Jun 03, 2011 2:41 pm
Si, un día aburrido en mi vida de viajero incansable de los mares, en busca de retribución por ofensas cometidas contra mi familia adoptiva, haciendo el bien y peleando galantemente con el fin de ser el mas fuerte. Todo para mejorar, para ser el más fuerte y para poder avanzar en mi aventura como pirata. ¿Que? Los piratas podemos ser buenos, ¿o acaso hay una regla que indique que todos deben ser asesinos, violadores, ladrones y navegantes?

Como sea, en estos momentos había hecho parada tras un viaje corto en una isla que yo conocía, no personalmente, sino por nombre. Si, estaba, en estos momentos, en la isla Shimotsuki, el hogar de varios de los espadachines más famosos de todo el mundo. Bueno, no se si hogar, pero aquí aprendieron a pelear. Quien sabe, tal vez logre aprender algo, también.

Pero mi objetivo no era ese, por el momento. Había decidido no usar mi último recuerdo para combatir, prefiriendo mantenerlo como ultima herencia de mi padre. Por eso, debía buscar nuevas armas, y que mejor lugar que la isla de los espadachines para buscar una espada. Por eso estaba en esta tienda, conocida como la mejor de entre las que había en la isla. Discutiendo, claro está.

-¿3700 berries solo por tres espadas?-Pregunté, asombrado por lo barato de las armas, pese a su calidad-Es muy barato, viejo. No estarás estafándome, ¿o no?

El viejo, dueño de la tienda de armas, negó categóricamente con un meneo de cabeza. Personalmente, prefiero probar mis armas y todo eso antes de comprarlas, pero en esta ocasión debía someterme a la voluntad de alguien mas sabio que yo, y que bien sabia lo que hacia... o eso quería creer. Suspirando, pagué el precio convenido para conseguir tres espadas y salí de la tienda, sin saber que mas podría hacer. Ya había cumplido lo que me había propuesto, por lo que ahora no sabia que hacer. Era temprano todavía, y no quería irme sin recorrer antes los mejores lugares de la isla. Además, sentía la necesidad de comer algo.

-Diablos, y ahora... ¿que hago?-Me pregunté, casi en silencio. No tenía ni la más mínima idea de lo que podía hacer, entre tantas opciones.
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Sáb Jun 04, 2011 12:01 pm
Hacia poco tiempo que había llegado a aquel sitio, las callejuelas llenas de gente de ambulante, comprando lo necesario para el día a día, algunos piratas buscando comprar utensilios que les ayudaran con sus objetivos, otros simplemente buscando algún buen dojo para entrenar, un buen lugar para un espadachín, pero, ¿Qué hacia un artillero en ese lugar? Pues había escuchado de un tienda que vendía todo tipo de armas, así que se dirigía hacia ese lugar. Su figura era cubierta por una polvorienta y roída capucha negra caminaba por las calles de aquel pueblo, el sol comenzaba estaba en su punto máximo, su sombrero ocultaba su rostro únicamente se podían ver sus labios en los cuales bailaba un cigarrillo.

Entro a aquella tienda y se topo en la salida con un joven de albinos cabellos, sin ponerle atención se dirigió al tendero.

-Mmmm 2 revolver y 5 cajas de municiones para los mismos…-

Fueron las únicas palabras dichas por la fémina, elevando sus iris y observando el lugar, estantes con Katanas y espadas, todo tipo de armas, pero lo mas predominante eras las armas filosas, era de suponerse, en la isla donde entrenaban los mejores espadachines, no esperaba encontrar menos de aquel lugar.

-Son 3000 Berries señorita…- Dijo el tendero, mostrándole un par de revolver y las municiones. Observando aquellas armas tomo una de ellas y la comenzó a examinar, observando que funcionaran bien, el tendero le observaba, acaso era extraño que quisiera asegurarse de que compraba mercancía en buenas condiciones.

-Mmmm…-
Saco el dinero para pagar y lo extendió sobre el mostrador, era la cantidad que se le había dicho. –Gracias…-

Salió de aquel local de armas, nueva gente entraba y le s escuchaba murmurar que se convertirían es grandes espadachines, simplemente sonrió, mientras se preguntaba cuantos de aquellos realmente harían algo que valiera la pena.

En las afueras de la tienda el chico con el que se había topado seguía de pie no muy lejos de allí, como si observara el transitar de la gente, quizá al igual que ella, buscaba algo que hacer.

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Sáb Jun 04, 2011 1:04 pm
Personalmente, la tenia difícil a la tarea de elegir un nuevo destino al cual ir. Como me encontraba actualmente en un lugar al que siempre quise venir por ser un espadachín, optar por visitar un lugar y no otro era un problema bastante grande. En fin, lo que siempre podía hacer era quedarme unos días y poder visitar tranquilamente todos los puntos atractivos de la zona.

Como sea, lo primero que vale la pena hacer es ir a comer algo, que sin energía uno no puede vivir y esas cosas. "Estomago lleno, espíritu contento", o algo así eran el dicho, a fin de cuentas. Por eso, fui en busca del bar más cercano para comprar mi comida del día.

Claro, pero el mundo siempre tenia que tenerme preparada alguna sorpresa imprevista, porque al girarme un poco para ver el panorama, me encontré de frente con la chica que estaba hace un momento en la tienda de armas, en ese momento en que yo había estado comprando mis armas. Bueno, no realmente de frente, pero podíamos vernos con claridad. En un movimiento instintivo, apoyé mi mano en la empuñadura de una de las espadas, receloso de todo lo que ella pudiera hacer.

"Tal vez este sobre-reaccionando."-Pensé, con expresión adusta y sin hacer ningún movimiento.

Si, era posible que solo fuera una simple coincidencia el que ella estuviera cerca, pero no me gustan para nada las coincidencias, además de que prefiero ser del tipo de persona que elimina las coincidencias molestas. Es preferible vivir tranquilo y sin preocupaciones a estar gastando tiempo en inútiles acciones.

Al poco tiempo, decidí que lo mejor era ignorar su presencia, por lo que me giré y empecé a caminar en la dirección de uno de los restaurantes de la isla.
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Sáb Jun 04, 2011 2:44 pm
Terminada estas sus compras del día, necesitaba otro tipo de armas, pero por ahora esas eran las básicas, además de que no contaba con mucho dinero para hacer gastos extra. Tenia la necesidad de buscar un buen lugar y que fuera barato para dormir, al menos esa noche, en los siguientes días partiría de aquel lugar, puesto que un sitio infestado de espadachines no era de atractivo para ella. Ir a un Dojo y tomar una espada y blandirla, no era el tipo de atracción que le resultaría placentera.

Dejo escapar un suspiro, el sol del medio día estaba en su máximo apogeo, aun tenia un par de horas para ir a comer, antes de que atardeciera. Estaba decidida, iría a comer y beber algo, y luego buscaría una posada. Comenzaba a sentir los estragos de aquel calor abrasador. Aquel chico comenzaba a moverse y pudo notar que tomaba el mango de su espada. Es que acaso pensaba que ella le atacaría. No era de atacar así como así, sin un motivo su carácter aquel día estaba muy tranquilo por lo que no previa que tuviese algún enfrentamiento.

Era un espadachín como la mayoría en aquel lugar, quizá era oriundo de esos lares y por ello el recelo en sus acciones. Apago su cigarrillo en el suelo con la punta de bota y se despojo de aquella capucha negra, para sentir un poco de alivio ante el inclemente calor. Al igual que el chico comenzó a caminar mientras observaba algunos de los negocios en el lugar buscando uno donde pudieres degustar una buena comida.
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Sáb Jun 04, 2011 3:23 pm
No había tenido que caminar demasiado al final, encontrando rápidamente un lugar donde podía cenar, se veía barato y que además era decente. Por encima de todo, me interesaba el que hubiera una buena atmosfera en el lugar, porque ser interrumpido a la hora de comer es algo que muy pocos deberían hacer, especialmente cuando un tipo anda cargando espadas de aquí para allá. Si, esta isla es el santuario de muchos espadachines, pero igual hay que ser idiota para molestar a un tipo que se enoja fácil y que lleva armas.

Ocupando una de las poquísimas sillas libres que había entre las mesas del restaurante, esperé paciente a que un camarero se me acercara con el menú, para poder así pedir la comida. Increíblemente, la atención en el lugar era bastante eficiente, porque a los pocos minutos de estar ahí, una joven muchacha se me acercó, tendiéndome el menú y preguntándome que iba a ordenar.

-Carne al horno. Con papas y una ensalada.-Dije con una sonrisa placentera, mirando a los ojos a la chica. Al poco tiempo, ella volvió con el pedido, dejándolo sobre la mesa junto con una jarra de cerveza, en nombre del dueño del restaurante.

Agradeciéndole silenciosamente y con un simple movimiento de cabeza, empecé a comer con tranquilidad, sin mostrar apuro o glotonería absoluta. El gusto de la carne sazonada con sal y otras especias era extraordinariamente bueno, lo que me hizo pensar en lo bien que me había ido al elegir este lugar para comer. Mientras hacia eso, miraba por la ventana del establecimiento, notando como las personas pasaban por la calle, sumidas en sus propias mentes.
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Sáb Jun 04, 2011 5:33 pm
Cerca de allí había una serie de establecimientos, algunas tiendas de todo tipo, y entre ellas un sitio donde servían comida, se veía tranquilo y de un toque familiar. No se compara como a las tabernas en las que había estado últimamente. Se pudo dar cuenta como es que el chico que anteriormente estaba en la tienda había entrado al mismo sitio.

-Mmmm…- Al parecer el necesitaba alimentos al igual que ella, sin darle mas importancia le imito y entro al lugar, vio al chico sentarse entre las mesitas libres, por lo que decidió comer en la barra, tomo asiento en uno de las sillas altas que había frente a esta.

Uno de los camareros se acerco con una jarra y un vaso de agua, con una seña de su ,ano le detuvo. –No por favor… Mejor trae un poco de Ron… Mmmm y quisiera un filete de res asado, semi crudo, con pate y ensalada… Y de postre Tarta de Chocolate…- Expresó la rubia mientras se quitaba el sombrero y dejaba al descubierto su rostro completamente.

El licor ordenado no tardo en llegar, se sirvió un vaso y bebió casi todo el contenido, mientras esperaba que trajeran lo que había pedido, solo un par de minutos después fue que su comida llego frente a ella. –Gracias guapo… - Se dispuso a comer, aquella carne estaba en su punto, tal y como le gustaba.

La tranquilidad del lugar era hasta cierto punto inquietante, acostumbrada al caos y demás situaciones se sentía sumamente extraña. Ni siquiera sabía que había en un lugar como aquel.
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Sáb Jun 04, 2011 5:55 pm
Terminar mi comida fue rápido, sencillo y sin complicaciones. Claro, también mantuve la etiqueta y el orgullo correspondiente a un ser humano educado correctamente, o por lo menos tan correctamente como podría tratarse en mi caso.

-Delicioso...-Susurré en voz queda, dejando los cubiertos sobre el plato, mientras miraba distraídamente dentro del local. Bendito error de mi parte, porque si no lo hubiera hecho, no me habría dado cuenta de lo que sucedió.

Ella, esa chica de la tienda, me había seguido al restaurante.

El destino y el mundo en general parecían querer jugarme una broma pesada y de muy mal gusto, en mis mayores tiempos de relajación, porque sino, no habría explicación alguna sobre porque esa chica seguía apareciéndose donde yo estaba. ¿Que diablos atravesaba su cráneo para hacerla tomar la decisión de elegir los mismos lugares en los que yo estaba? ¿Acaso se trataba de alguna clase de agente de los marines, o algo similar?

"Carajo, ya todo se está yendo al garete."-Pensé, repentinamente molesto por notar que ella estaba aquí-"¿Ahora que?"

Si, estaba entre la espada y la pared, porque no tenia ni la mas pálida idea de que hacer en esta situación. Podría ser directo, encararla y preguntarle que demonios le sucedía y porque me seguía a todos lados. O, con tranquilidad, pagar el dinero y marcharme, para ver si me seguía por otro rato. Si lo hacia, tendría razones para preguntarle y todo eso.

Considerando correcta la segunda idea, dejé varios berries sobre la mesa y me levanté de mi asiento, optando por salir rápidamente por la puerta, pero manteniendo cierto aire de dignidad y compostura en mí caminar. Ahora, solo debía ir hacia un lugar relativamente alejado y que me ocultase a la vista de los demás, para estar seguro de que nadie me interrumpiría si es que ella me seguía otra vez.
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Sáb Jun 04, 2011 6:19 pm
Era un platillo como pocos, aunque había comido en mejores lugares y también había probado toda clase de porquería que se hacia llamar comida. Pidió una botella de ron para llevar, no quería ir a buscar un lugar donde vendieran licor. Pago su cuenta y se puso de nuevo aquel sombrero llevando, había dejado una pequeña maleta en el suelo en ella metió la capucha que se había quitado al igual que la botella.

Al pararse de su asiento se percato que el chico ya no estaba, vaya que era rápido, no le dio más importancia, y se dispuso a salir. Afuera del local encendió un nuevo cigarrillo y dio una bocanada al mismo. Comenzó a caminar en dirección contraria hacia donde el chico se había ido.

Camino solo un par de minutos y únicamente veía negocios y uno que otro dojo, no pediría asilo en un lugar repleto de sujetos que blandían espadas, así que se detuvo y se acerco a un par de mujeres que conversaban, les sonrió y les pregunto donde había un sitio para que viajeros como ella pudiesen descansar.

Las mujeres la miraban un tanto recelosas, y Darrah se preguntaba si acaso algo andaba mal puesto que la miraban de arriba abajo, una de ellas un tanto incomoda le contesto que había un lugar al otro lado del pueblo, justo por el camino que la chica seguía, y que había una segunda posada, que era hacia el lado contrario y estaba mas cerca, y no quedaba muy lejos del muelle. La segunda opción era la que mas le convenía, cerca del puerto, así podría averiguar de algún barco que zarpara al día siguiente y sin contratiempos, abandonar aquella isla.

Tomo una nota mental de lo que le decían las mujeres, el lugar se llamaba “La posada del Naufrago”. Les dio las gracias y camino de regreso por donde había aparecido, mas delante de aquel lugar donde había comido estaba el hostal que buscaba.
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Sáb Jun 04, 2011 9:51 pm
Por suerte, parecía que nadie me siguió adonde estaba ahora y, por lo tanto, invalidando mis sospechas sobre la identidad de aquella chica. Por suerte, eso significaba que podía volver a respirar con tranquilidad y alivio, relajando la tensión paranoica que se había acumulado en mi mente todo este rato.

Volviendo a la zona mas concurrida del pueblo, quedaban muchas cosas por hacer y disfrutar en Shimotsuki, pero era menester el ocuparse antes de determinados asuntos de vital importancia antes de seguir explorando. Por ejemplo, si iba a quedarme unos días en esta isla, debía encontrar un lugar donde descansar, así que por eso tuve que preguntar, en mi ignorancia, a un grupo de hombres sobre un buen lugar en el que podía dormir y que fuera barato.

Ellos me miraron con cierta desconfianza en cuanto los paré para preguntarles, pero al poco tiempo recuperaron su aire taciturno pero relajado, indicándome como llegar a cierto lugar cerca del puerto, que era donde estaba en sus palabras la mejor posada del lugar.

-¿La posada del Naufrago, eh?-Pregunté, para estar seguro de que había oído bien el nombre de ese lugar. Ante su señal de asentimiento, me incline respetuosamente y seguí mi camino, agradeciendo su gentil ayuda.

Por suerte, no tuve que caminar demasiado para llegar adonde estaba la bendita posada. Parecía ser que, aparte de ser un lugar bastante acogedor por su aspecto, estaba en una buena posición si es que iba a buscar información sobre barcos que salían de allí. Pero lo importante ahora era registrar un cuarto a mi nombre y seguir paseando, o simplemente echarme a dormir un rato.
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Dom Jun 05, 2011 12:06 pm
Seguía sus pasos, no tardo mucho en llegar a aquella posada, pro fuera se veía como cualquier otro lugar, de hecho ni siquiera parecía ser una posada, y según lo que las mujeres le habían dicho ese era un lugar de descanso para los viajeros. Decidida entro a aquel hostal, no había pensado en detenerse a mirar un poco el entretenimiento n las calles, simplemente había caminado hasta ese lugar.

Entrando podía notar que se trataba de un lugar tranquilo y bastante concurrido pues había un poco de gente que estaba apenas entrando al lugar. Me acerque a la recepción y pregunte por una habitación, por fortuna aun había habitaciones en el lugar, temía que no hubiera habitaciones en el lugar.

Pague el costo de la habitación y tome la llave que se me dio, con ello subí a la habitación a descansar. Por la tarde de hoy lo único que haría seria tomar un buen baño, terminarme aquella botella y fumar como siempre hacia.

Al momento de subir me pude percatar de algo, aquel chico que había visto en la tienda de armas y en el restaurant estaba entrando a una de las habitaciones del lugar. Vaya que el día estaba muy extraño, pues me lo había topado en todos los sitios a los que había acudido.
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Lun Jun 06, 2011 8:07 pm

Por ironías de la vida, que parecía seguir intentando vanamente en hacerme reír o enloquecer, seguía cruzándome con esa eterna sombra que estaba en todos los condenados lugares en los que yo estaba, apareciendo indefectiblemente a los pocos minutos en que yo estaba tranquilo y relajándome. Ahora, por una maldita coincidencia, esa chica estaba otra vez cerca de mi posición.

"Grrrr... esto está colmando mi paciencia, definitivamente."-Pensé, resistiendo un fuerte sentimiento de irritación que amenazaba con hacerse visible a todos-"Debo solucionarlo cuanto antes."

Rápidamente, empecé a pensar mis posibles opciones ante todo el problema, como hago siempre que un dilema de este tipo se me ponía delante de las narices. Primero, bien podría tratar de entablar conversación con la desconocida fémina, buscando conocer mas sobre ella y hacerme una idea de porque siempre nos encontrábamos. O bien podría sacarle la información de manera violenta. Preferiblente, seria mejor la primera opción, por los destrozos que causaría en el área una pelea.

-Se que voy a arrepentirme de esto tarde o temprano.-Susurré de manera inaudible, siendo yo el único que pudo oír eso. Unos segundos mas tarde, antes de cerrar la puerta, le hice un gesto con la mano a la rubia, invitándola a que venga a mi habitación.

Eso completaría el primer paso del plan. El siguiente, por inercia, consistía en ganarse su confianza y hacerle soltar su lengua, buscando que ella cuente instintivamente que busca y planea. De esa manera, si veo que resulta ser peligrosa para mi persona, podría cargármela sin causar demasiados problemas.
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Miér Jun 08, 2011 5:54 pm
Sentía cierta inquietud, ya comenzaba a ser raro toparse con aquel sujeto, a donde quiera que voltease, no solía poner atención a ese tipo de cosas, sin embargo ver a una persona que no conocía con tanta frecuencia, comenzaba a causarle intriga. Sea cual fuese la situación o quien fuese el sujeto poco le importaría, mientras no se metiera en su camino y sus intereses.

-¿Quién eres?...- Mentó para si mientras abría la puerta de su habitación, comenzaba a buscar en su cabeza las posibles respuestas a su pregunta, un matón era poco probable, aunque nunca le había visto y no había un precio por su cabeza, tampoco podía ser un cazador de piratas.

Un calosfrió le recorrió el cuerpo, pues sintió una mirada proveniente del lugar de donde estaba el sujeto, le miro y se percato de que desprendía cierto fastidio e irritación, no le presto importancia, y se dispuso a empujar la puerta para adentrarse en el lugar y su sorpresa fue que la puerta estaba un poco atorada y costaba abrirse. Le dio un par de golpes empujándola con sus caderas y la abrió.

Algo no estaba bien, ya alucinaba la chica, o había visto a aquel chico hacerle señas de que le siguiera a su habitación… Si, sin duda estaba ya muy cansada. Entro a su habitación, cerro la puerta o al menos eso intento, pues la puerta no cerró del todo gracias a esas bisagras dañadas, dejo sus cosas sobre la cama y entro al baño. Era una habitación pequeña con una tina pequeña, donde apenas y entraba una persona, abrió las llaves del agua y la templo a su gusto. Regreso a la habitación y se comenzó a quitarse aquel par de botas que traía.
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Jue Jun 09, 2011 12:41 am
La espera se me hacia eterna, estando parado como un idiota en medio de la habitación mientras aguantaba el impulso de salir como una tromba de mi cuarto, arrinconar a la tía esa contra una pared e interrogarla sin respeto alguno por su persona. O ella encontraba gracioso el tocar mis nervios y ponerme de malas, o simplemente todo esto era un tremendo dolor de cabeza cósmico en el que el universo quería ponerme a prueba.

-Carajo... Carajo, carajo, carajo...-Empecé a susurrar, caminando en círculos dentro del pequeño cuarto, cerca de estallar como una bomba de furia-Carajo, carajo, carajo... ¡¡DAAAAAAAH!!

Si. Al final, había expulsado mi ira con un grito, como siempre pasa.

Si la molestia por estar siendo seguido por esa chica tan extraña era algo que me incomodaba normalmente, el hecho de que haya decidido ignorar mi deseo de hablar con ella lo hizo aun mas, logrando llevarme un poco mas cerca del limite de mi paciencia. Para poder tranquilizarme por un momento, empecé a cortar algunas cosas con una de las espadas que había comprado.

Eso, por suerte, tenia dos objetivos: El primero y mas importante era que me calmaría de mis ansias homicidas. En segundo lugar, me permitía probar el filo de las armas de un modo no sangriento. Ya un poco mas satisfecho -y tranquilo-, envainé el arma, que luego dejé apoyada contra la pared junto a las demás, tirándome en la cama a descansar por un momento.

Decidiendo al final, ya calmado, el visitar a la chica en su habitación, tomé una de mis espadas y salí del cuarto, caminando los pocos pasos que me separaban de mi destino. Notando como la puerta estaba entreabierta, golpeé con fuerza la madera con mis nudillos, abriendo la puerta un poco para poder asomar mi cabeza por la rendija.

-Disculpa, pero la puerta está abierta.-Dije, a modo de saludo mientras miraba curioso dentro del lugar-Permi- ¡Diablos, lo siento!

Habia entrado calmado, pero al ver que la chica estaba sacándose su ropa -Bueno, tecnicamente estaba sin botas, pero eso nunca auguraba nada bueno-, salí disparado del lugar y esperé afuera, con la espalda pegada a la pared del pasillo.
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Jue Jun 09, 2011 1:23 am
Sentía alivio al comenzar a despojarse de aquellas cosas, sin duda disfrutaría de un buen baño o al menos eso creía ella, se despojo de aquellos guantes y comenzó a dejas las cosas a un lado de la cama junto a su pequeña mochila. Aquel tiempo que se daba a si misma para consentirse toda la tarde era lo que necesitaba, un buena ducha y mucho descanso.

Creía que todo estaría bien, un ruido en la habitación vecina llamo su atención, un grito al parecer, y el ruido de cosas que caen al suelo rompiéndose. Si bien hacia memoria al lado estaba aquel sujeto que se había topado en todos los sitios a los que había ido.

-“Estará loco…”- Mentó para si misma, últimamente se topaba con personas raras y extrañas, todo tipo de sujetos que no estaban bien de la cabeza, incluso por momentos ella tampoco lo estaba, aun así en ese momento, su mente estaba calma y regalada, mejor dicho cansada y no tenia cabeza para ponerse a pensar en paranoias ó cosas por el estilo.

Comenzó a pensar que quizá aquel chico se había molestado porque le había ignorado. Sentada sobre la cama, atando conjeturas, pensando en cosas que no entendía, amarro su cabello y se disponía a terminar de quitar su ropa, mas un ruido en la puerta llamo su atención.

Pudo observar una cabellera plateada asomándose por la puerta, la cual solo murmuro un par de palabras y tal como entro salió. Pudo reconocerle, se trataba del mismo chico de al lado, quien se había encontrado en todos lados. Se quedo unos segundos pensativa, que era lo que pasaba y porque entraba así.

Le había escuchado decir que la puerta estaba abierta. Seguramente no la había cerrado como debía, sin importarle nada se puso de pie y camino hacia la puerta, daba igual si el suelo estaba sucio y no llevaba zapatos, se daría un baño cuando terminase de ver que quería aquel chico. Tomo un revolver de la maleta y lo cargo, para así colocarlo sobre sus caderas entre sus pantaloncillo corto.

Abrió la puerta del pasillo y recargándose en la puerta con los brazos cruzados bajos sus senos, pregunto. –Mmm ¿Te puedo ayudar en algo?...-
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Jue Jun 09, 2011 2:01 am
La calma que me había embargado cuando logre recuperar mi tranquilidad, tras un rato de romper cosas y otras actitudes similares, se fue nuevamente al demonio, pero a diferencia de las primeras veces, se debía a otra cosa que no era paranoia o enojo contra otros. No, era algo peor: Vergüenza.

Si, vergüenza, por ver a una chica bastante "crecida" quitándose la ropa, visión a la que no estaba muy acostumbrado por mis viajes. Normalmente, yo veía a la gente vestida, por lo que mi mente se había acostumbrado un tanto a que las cosas fueran de esa manera. Ver algo fuera de la norma, especialmente si es algo que es considerado como "pervertido", hace que mi mente no funcione muy bien. O, por lo menos, peor que de costumbre.

A todo esto, mientras sentía mi corazón salirse de mi pecho por la fuerza con la que latía, la chica se asomó inocentemente por la puerta, mostrando su escultural y curvilíneo cuerpo, ya casi desnudo del todo. Claro, mostrando bastante mas que lo que corresponde a una mujer, frente a un desconocido, claro.

-Errr... Lamento interrumpir lo que fueras a hacer, pero quisiera un momento para hablar contigo.-Dije, tartamudeando levemente a la hora de pronunciar esas palabras, luchando por resistir la tentación de desviar mis ojos y mirar su voluminoso pecho-Si así lo deseas, puedo esperar hasta que termines lo que sea que estuvieses haciendo.

Genial, si ya antes podía pensar raro de mi persona, ahora eso podía profundizarse por lo tenso que me veía, todo por falta de costumbre al lidiar con mujeres desnudas y mujeres en general. Sacudiendo mi cabeza repetidas veces y rojo como un tomate, volví a mi habitación con los ojos cerrados, para no ver a la chica a la cara... o al pecho... Bueno, para no verla y listo.

Cerrando la puerta del cuarto detrás mio, solté un suspiro de relajación, feliz de que ya ese innecesario suplicio terminase de una vez por todas. Ya había afrontado el problema que tenia desde el principio y ahora solo quedaba esperar a que todo termine yendo a mejor.
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Jue Jun 09, 2011 2:24 am
Si aquella situación se situación se había tornado extraña, mas de lo que ya era desde el inicio. ¿Qué era lo que pasaba?, ¿En que momento se comenzaba a transformar todo en un circo?. Estaba cansada y agotada por el viaje que había hecho a aquella isla, no era precisamente el paraíso, al menos no para ella, más lo era para otras personas y eso le molestaba, no disfrutar de un lugar. Seguido de un sujeto fuera de si, que ahora comenzaba a incordiarle.

¿Qué estaba pensado?. No pensaba nada que no fuera estar tranquila, al menos aquella noche, al día siguiente causaría caos al menos para entretenerse y matar el aburrimiento. La actitud de aquella chica siempre se mostraba despreocupada y nada le importaba, ni siquiera si llevaba poca ropa o no, las palabras del chico de alguna manera sonaban extrañas cunado le escucho hablar.

Simplemente le observaba seria, no lo hacia con la intención de hacerle enojar o algo similar, simplemente comenzaba a cansarle la actitud del chico. “Interrumpir”, si acaba de interrumpir el baño que tomaría y su humor empezaba a empeorar. No era una persona que precisamente controlaba su carácter cuando estaba de malas.
“Esperar” que tenia en la cabeza, ya la había sacado de su habitación y ahora ni siquiera le miraba a la cara, simplemente evitaba mirarle, una venita comenzó a crecer a asomar sobre su frente. Le vio dirigirse a su habitación y cerrar la puerta dejándola con la palabra en la boca cuando se disponía a hablar.

Apretó el puño de su mano derecha y camino hasta la habitación del chico tocando la puerta intentando calmarse y no abrirla de una patada, esperando que abriese y esta vez le dijese que rayos le pasaba. –Salga y explíqueme que le sucede y él porque de manía con molestarme…- Intentaba sonar calmada, aunque no lo aparentaba.
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Jue Jun 09, 2011 2:47 am
Un rato fue suficiente para poder recuperarme de la conmoción -No tanto, pero me había afectado- de ver a alguien con poca ropa. No me gustaba la idea de estar incomodo ante las actitudes de los demás y, es mas, era capaz de resistir muchos de los comportamientos extraños de los demás. Lo único que no podía manejar bien era a las mujeres, en especial si estas eran bastante indecorosas, como la chica en cuestión.

-¡Hauu~! ¡Auauauauuu~!-Gemí, emitiendo un sonido extraño de mi boca al vocalizar esa "frase" tan particular.

Bueno, por suerte, ya nada malo iba a pasar, porque había logrado expulsar todo lo que pasaba, ademas de poder entablar conversación con la chica, que bien podría tratarse de una acosadora o alguien que buscaba matarme por alguna ofensa cometida anteriormente. En todo caso, y en el resguardo de la habitación de la posada, solo quedaba esperar, relajarme y descansar un poco.

... O lo habría hecho, de no ser porque un fuerte golpeteo en mi puerta hizo que mis nervios se dispararan inmediatamente, tomando una de las espadas por puro acto reflejo y sosteniéndola con un leve temblor, mientras lentamente abría la puerta. Al otro lado, esperando encontrarme con un enemigo a derrotar, se encontraba... la chica. Desnuda.

-¡Agh! ¿¡ Podrías ponerte algo de ropa, por favor!?-Pregunté, soltando la espada y tapando mis ojos con mis manos, rojo de la vergüenza-Se que te dije que quería hablar, pero ten un poco mas de pudor, por favor.

Pero al escuchar lo que ella me había dicho, mi mente se quedó en blanco y, olvidando mi vergüenza al verla sin ropa, la mira incrédulo, incapaz de creer en lo que mis oídos habían captado. ¿Yo, molestándola? ¿¡Y que de ella, entonces!?

-Mira... Yo no tengo la culpa de estar donde tu estas.-Le dije, con cierto tinte de enojo en mi voz-Es mas, tu siempre te apareces donde YO estoy. Tal vez debería pensar que tu estas siguiéndome, o algo por el estilo. O bien puede ser todo una gran coincidencia. Me da lo mismo, pero me resulta molesto ver varias veces seguidas en el día a la misma cara.

Olvidado ya el bochorno sentido por su aspecto físico, me quedé mirándola gravemente, de brazos cruzados y esperando a que ella respondiera algo ante mis palabras.
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Jue Jun 09, 2011 3:25 am
Su tranquilidad y calma comenzaban a abandonarle, ¿Quién demonios era el sujeto para tratarle de esa manera. Esperaba fuera de la habitación con el puño cerrado, pensando en golpearle la cara apenas se mostrara por aquella puerta. Y es que ella no podía soportar esa clase de trato, era demasiado orgullosa y temperamental como para estarse quieta y calmada cuando comenzaban a provocarle, y la actitud del peliblanco para con ella era una provocación.

Apenas y la puerta se entre abrió, con él enojo que tenia la empujo hasta que abrió por completo y choco con la pared y se dio cuenta de que el chico tenia una espada sobre su mano, con la cual se asomaba para dale una “Cariñosa” bienvenida. -“Vaya recibimiento…”- Mentó para si, más que enojada por el momento se vio desconcertada al ver que la espada caía al piso y el chico tapaba sus ojos.

-¿Qué demo…?- No termino de hablar, pues su cerebro comenzaba a relacionar las acciones del chico, que pasaba. No podía ser, se trataba de otro sujeto puritano con aires de inocencia, que no podía ver a una mujer con pocas ropas porque ya era un pecado. Predicadores como él había en todos lados y lo que menos haría es acceder a que se cubriera mas de la cuenta. No estaba de ánimos ni tenia ganas de andar de complaciente.

-Ni que te hubiera enseñado los pechos para que actúes así por dios…- Expresó con molestia, su voz sonaba ya bastante irritada. Más no terminaba de hablar, cuando las palabras del chico comenzaban a ser lanzadas hacia ella reclamándole, pero que carajos decía aquel extraño y porque le estaba reclamando.

-¿Y yo tengo la culpa de estar donde tu estas?... Es una isla libre y creo que lo suficientemente grande como para que tu dejes de molestarme…- Cada palabra que el chico le decía le resultaba molesta. Le estaba reclamando y donde habían quedado lo modales y según quería una charla amena. -¡Basta!...- Dijo con molestia, golpeando la puerta y entrando a la habitación a solo un medio metro de distancia del albino, quedando con su mano izquierda sobre su cintura y señalándole con la diestra.

-Escucha… No se quien seas, y tampoco me interesa saberlo, no te conozco y es evidente que tu a mi tampoco, no te ando siguiendo como dices…- Comenzaba a pensar que realmente el chico estaba mal de la tetera y necesitaba un buen golpe para ayudarle a acomodarle las ideas. –No te estoy siguiendo, no me interesa lo que hagas, lo único que quiero es ir a descansar y salir de esta isla, en la cual no tengo nada que hacer… Si tanto te molesta mi presencia, NO me mires cuando me veas, yo andaré donde se me pegue la gana, estés o no estés allí… NO te estoy siguiendo a ningún lado… Como lo has dicho ha sido casualidad… “Que tipo tan paranoico…” Si todo te da lo mismo entonces porque vas a mi habitación y me molestas…- Su tono de voz comenzaba a sonar irritado.

Y de verdad estaba molesta, comenzaba a sentir indicios de aquel dolor sobre su sien, y eso no era nada bueno. Tomo aire y le miraba seriamente. –Puedes hacer lo que se te de tu regalada gana, las puertas de este hostal están grandes y las puedes cruzar perfectamente, así no me ves la cara…- Dijo con molestia, sus iris lucían cansadas.

Permanecía de pie frente al chico hablando, ya le había escuchado lo que le había dicho, bien ahora terminaba ella de hablar y daba media vuelta de regreso hacia su habitación cerrando la puerta con un fuerte azote de la misma.
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Un día como cualquier otro Empty Re: Un día como cualquier otro

Vie Jun 10, 2011 1:13 pm
La sorpresa de lo que siguió a mi corto discurso fue bastante grande como para soportar, dejándome -en sentido figurado con la boca abierta mientras ella empezaba a, por decirlo de una forma, "escupir" todo su resentimiento hacia mi persona. Sin poder reaccionar en lo mas mínimo, solo me quedé tieso y con cara seria, esperando a que ella decida terminar esa larga cadena de idioteces sin sentido.

Al terminar ella su respuesta a mis argumentos, se fue de la habitación y tras un fuerte golpazo de la puerta, se encerró en la suya. Solo unos pocos segundos después pude recuperar el uso de la palabra y la movilidad de mi cuerpo. Resistiendo la tentación de echar abajo su puerta y arrastrarla afuera para darle una paliza, simplemente solté un bufido y me fui del hostal, camino al puerto para reservar un pasaje en el próximo barco que se vaya de la isla.

"Maldita puta. ¿Quien se cree ella que es?"-Me pregunté mentalmente, echando chispas por los ojos-"¿Acaso cree que me intimida con su actuación de cabrona?"

En el camino de regreso, me detuve en una tienda a comprar una botella de sake de buena calidad, porque el alcohol ayudaba a relajar mi mente y hacerme pensar de manera mas lucida. No se a que se debe eso, particularmente, siendo que debería ser al revés.

Igual, eso ahora no importaba. Ya en la seguridad del cuarto de la posada, me senté en la cama y le dí un largo trago a la botella de bebida alcohólica. Es potente, si, pero en estas situaciones necesitaba una buena dosis, que un vaso no podía darme.

-Nada como un poco de sake... para relajar el ambiente...-Dije, con tono soñador-Lo necesitaba.
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Vie Jun 10, 2011 2:08 pm
Ya dentro de la habitación, termino por quitarse la ropa, estaba completamente molesta, quien se creía ese sujeto que era, el ultimo trago de whisky del desierto, que pensaba. La cabeza comenzaba a dolerle. Al entrar al baño se dio cuenta que el agua comenzaba a desbordarse y cerro ambas llaves, comenzó a meterse en la pequeña tina mientas dejaba que el agua hiciera el resto y le relajara.

Pensando en que quizá se había pasado con su contestación, aunque ella no tenia la culpa de lo que había pasado, no tenia porque soportar ese tipo de escenas ni reclamos por parte del chico. Que el fuera un loco paranoico no era su problema. Por esa noche se encerraría en el lugar y se tomaría aquella botella de whisky que había comprando y dormiría como nunca.

Estuvo un largo rato en la tina, lavando su cuerpo y su cabello, cunado hubo terminado tomo la toalla que estaba en la habitación y comenzó a secarse. Salió a la habitación la cual era un desastre, la ya era un desastre y no tenia la menor idea de como había ocurrido, su poca ropa estaba regada y un par de cosas sobre la cama y el suelo, uno de sus revolver termino en el suelo cuando se quito la ropa.

Se vistió con una ropa similar a la que traía, un pantaloncillo corto negro y un topo negro y saco un cigarrillo, antes de ponerse a beber como posesa. No era una persona muy racional como para ponerse en la situación de los demás y pensar en sus molestias y que les hacia actuar como lo hacían, Ella simplemente actuaba por gusto, enojo, necesidad o placer. Aquel chico lograba entender que había actuado por miedo. Que sensación tan extraña, actuaba por miedo a su integridad física, Llego a esta resolución recordando sus palabras. Y tratando de confrontar lo que le causaba esa ansiedad. El encontrarla a ella en todos los sitios visibles.

Agito la cabeza y su larga cabellera rubia caía aun húmeda sobre su rostro, y espalda, no la había secado correctamente. –Eres un maldito cabrón, solo has arruinado mi tarde…- Dijo a la nada recordando al chico de albina cabellera. Saco la botella de su bolsa y la abrió para dar un trajo, acostándose en la cama y terminando de fumar el cigarrillo que estaba en su mano izquierda.
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Vie Jun 10, 2011 10:43 pm
El efecto del sake se hizo presente en mi organismo a gran velocidad, cubriendo mi cuerpo de un leve frescor electrificante y de una elevación de mi temperatura corporal, convirtiendo el mundo que me rodeaba en un torbellino de colores y formas distorsionadas que danzaban frente a mis ojos.

-Whoa... ¿Acaso tenia drogas este sake?-Me pregunté, mareado y con el sonido de mi voz trastabillando por la leve borrachera-Carajo...

Mi mente vagaba ya por un universo alterno, danzando feliz entre luces de brillante coloración e imágenes bizarras pero placenteras que me entretenían en gran medida. Sabia bien que no debía moverme mucho cuando estaba así, porque el efecto del alcohol era catastrófico en mi movilidad, naturalmente afilada como una espada. Solo con dar unos pocos pasos podía terminar en el suelo, vomitando el contenido de mi estomago sin parar.

Soltando la botella de sake, que cayó hábilmente parada en el piso sin romperse o derramar su contenido, me arrastré hasta la cama de la habitación, sin molestarme por echar cerrojo a la puerta o por lo que pudiera pasar. Solo quería acostarme, seguir viendo esas luces y olvidarme de todo, para despertar con un dolor de cabeza de los mil demonios.

Si, me gusta beber alcohol hasta caer inconsciente, y aunque no me gustan las resacas que me produce, me calma en gran medida.
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Sáb Jun 11, 2011 12:31 am
Sobre la cama había un cenicero con algunas colillas y ceniza, el cuarto de la habitación tenía un olor a cigarrillos, un olor a cereza, pues era su sabor favorito de cigarrillos “Cherry”. Sentada y recargada sobre la cama estaba aquella rubia, con un par de tragos encima, a su lado una botella de whisky casi vacía, mientras terminaba de fumarse un cigarrillo. Su mente un tanto aturdida, aunque no lo suficiente para olvidarse de lo acontecido aquella tarde.

Y es que en su mente estaban los reclamos de un loco, que la había hecho enfadar, pese a que le había dicho como se sentía, no era suficiente, de alguna manera tenia que desquitarse, y quizá molestarle un rato. –Mmmm…- Pensaba como hacer para fastidiarle. –Ssssi podría hacer eso… Aunque también eso otro…- Intento pararse de la cama y resbalo un poco, casi cae la botella al piso, alcanzo a agarrarla y darle un buen trago.

Apago el cigarrillo y con la botella en la mano para no perderla se puso de pie y camino a la puerta, la cual se quejo al momento de abrirla. –Estúpida puerta…- La miro con enojo, como si quisiera patearla y lanzarla lejos. La entrecerró y camino a la puerta de al lado, tocando un par de veces y la abrió sin mas.

-Oye tú, el puritano, tienes unos cigarros…- Expresó al chico el cual esperaba que se abalanzara contra ella con una espada como la vez anterior, en vez de eso lo encontró tirado sobre la cama con una expresión muy confusa, efecto de alguna droga o alcohol. Arqueo una ceja, un tanto extrañada. –Vaya… empezaste una fiesta y no invitaste… Muy mal…- Decía con burla la botella de sake en el suelo, mientras daba un último sorbo a su botella acabándosela y dejandola caer en el suelo.

Se coloco cerca de él y le pico la mejilla. –Oye, oye, oye, oye…- Repitió un par de veces, buscando una respuesta. Aunque dudaba siquiera si ya se había percatado que estaba ella allí. Entonces tomo la botella de sake y tiro un poco sobre su cara, mientras le daba un sorbo. –Mmm… tienes un buen gusto para el alcohol…- Sintió un ligero mareo luego de dar aquel trago, por lo cual tuvo que apoyarse en la cama para no caer.
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Sáb Jun 11, 2011 1:04 am
No sabia cuanto tiempo había pasado, ni que podía haber estado ocurriendo a mi alrededor. Tranquilamente un terremoto, una erupción volcánica, una fiesta de payasos o el fin del mundo podían estar ocurriendo a mi alrededor que no lo notaria mientras estuviese borracho y en una cama.

Todo podía dejar pasar, excepto el que me tiren algo sobre la cara. Algo con gusto a... ¿sake? Eso me sonaba de algún lado... Oh, no. ¡Mi sakeeeeeeeee! Reaccionando con una rapidez inusual para mi estado, abrí los ojos, ojos rojos como los de un demonio.

Con los ojos inyectados en sangre, lo primero que hice fue mirar para todos lados como un demente, en busca de quien estuvo desparramando mi preciado sake sobre mi cara y mi cama, lo cual seguramente iba a dejar mucho olor en ella.

Y eso es terrible. El desperdicio de sake, claro.

Entre todas las cosas raras que habian delante mio, una borrosa mancha amarilla y negra estaba moviendose de aqui, para alla y de nuevo para el otro lado, acercando un difuminado tentaculo palido a mi cara, picandome incansablemente... cuadriplicándose... mostrando parte de su cuerpo... respirando su aliento a alcohol en mi cara... Hasta que, al final, la actitud "picante" de aquella cosa había concluido, quedándose tiesa en su posición.

-Uh... Mi cabeza tiene que estar muy mal, o me obsesioné con esa loca...-Dije, en un debil e inaudible susurro de borracho. Claro, habia logrado, al final recuperar parte de mi concentración pese al terrible dolor de cabeza que sentía en esos momentos. Y con ese dolor de cabeza, me puse de pie a duras penas, intentando centrar la vista en la alucinación que estaba viendo.

Y vaya que era una alucinación genial, porque hasta sostenía mi botella de sake y todo. Tomando con suavidad el contenedor de tan preciado elixir, le dí un trago para seguir adelante con el vicio y empecé a picar a quien creía que era un producto de mi imaginación. Un producto de la imaginación, claro, con una presencia física muy grande.

-Oye... oye... ¿Porque desparramas mi sake de esa manera? ¿Porque no te lo bebiste?-Pregunté cansado, soñoliento y algo aturdido por el alcohol-Oye... oye... Si no reaccionas, te muerdo un pecho... ¡Caramba!

Pero claro, borracho como estaba, me resultaba imposible el mantenerme de pie, lo que me hace pensar en como pude olvidar algo que siempre supe, incluso borracho como he estado anteriormente. Trastabillando con mis propios pies, como sucedía habitualmente cuando caminaba borracho, caí de lleno sobre la chica, dando con la cara, por ironías de la vida, sobre los pechos de ella. Sin interés por continuar lidiando con todo esto, volví a dormir, apoyado en tan poco ortodoxa almohada.
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Un día como cualquier otro Empty Re: Un día como cualquier otro

Sáb Jun 11, 2011 1:32 am
Era su imaginación o la fiesta en la que se había metido el chico había sido una bomba pues, trataba de comprender la manera tan extraña en la que la miraba, aunque con el alcohol que ya llevaba encima y comenzaba a mezclarlo con el sake del chico, comenzaba a sentirse diferente. Un ligero calor, producto de aquel nuevo licor que entraba en su sistema, que súbitamente hizo que el color que tenia en la cara aumentara considerablemente y su coordinación orientación comenzaba a fallarle.

El ver reaccionar de aquella manera al chico la tomo por sorpresa, pues la botella le fue arrebatada de la mano, escuchando un par de balbuceos que apenas lograba entender que formaban palabras, palabras muy graciosas. -¿A quien llamas loca?... Eh, rarito?... "Seguro es gay o peor un okama..."- Esperaba que no se estuviese refiriendo a ella. Le veía tambalear, y mover su cuerpo de una manera extraña, siguiéndole con la mirada, comenzó a marearse mas. Entendiendo aquellas frases que decía. –Vaya el puritano no es tan puritano como parece jajaja…- Al verlo beber le quito de nuevo la botella. –Oye, déjame un poco…- Pidió, pues aun quería seguir emborrachándose.

El chico tambaleante perdió el equilibro cayendo sobre ella, haciendo una maniobra extraña para evitar que la botella de sake sufriera un daño y pegándose de culo al suelo. –Óyeme pedazo de estúpido… Duele…- Se refería a su trasero, quería sobarse, pero una carga sobre ella se lo impedía. Aquella posición no era cómoda ni agradable, tener a alguien descansando sobre sus pechos, por lo tanto, pateo lo mas fuerte que su pierna derecha le permitió, al chico sobre ella, de esta manera ya sin el chico encima, procedió a sobarse el trasero. –Auch…- fíjate donde caes, si quieres dormir sobre mi, te costaran 1000 berries…- Bromeo por primera vez en aquel momento, riéndose por lo que pasaba, dudando si había sido escuchada, dio un nuevo sorbo, terminando por acostarse sobre el suelo.
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Un día como cualquier otro Empty Re: Un día como cualquier otro

Sáb Jun 11, 2011 2:05 am
No pude disfrutar mucho de una buena y merecida siesta post-borrachera, porque literalmente volé de donde estaba, sin saber muy bien que sucedió ni la razón por la que pasaba. Lo que si sabia, por haberlo recibido de lleno en mi pecho, era que una patada me había mandado a la cama como un muñeco de trapo.

Igual, no era que me importase en lo mas mínimo, porque estaba cómodo otra vez. Algo adolorido, si, pero cómodo a fin de cuentas. Eso es lo que realmente vale la pena.

Pero como seguía con intenciones de seguir bebiendo sake y emborranchandome con mi nueva compañera de parranda, empecé a mover los brazos como un loco, tratando de buscar mediante el tacto el recipiente, sin poder encontrarlo. Suponiendo en mi lógica de borracho que ella lo tenia, por algo que dijo antes de tirarme a las patadas, me giré en su dirección por un momento.

-Ven... acuéstate en la cama y bebamos sake a la salud de... Bueno, bebamos a la salud del sake, que es tan bueno.-Empecé a decir, sin saber bien que decía-Ademas... el piso es incomodo, lo veas por donde lo veas.

Seguí por un momento mas haciendo gestos con la mano, llamando a la chica -de quien ya sabia que era tan real como el sake que estuve bebiendo- para que se acerque. No es bueno beber solo, al parecer, porque estoy divirtiéndome de lo lindo pese a que me ven cara de tonto y me golpean mucho.

Ya, con el alcohol en la sangre alcanzando niveles insospechadamente altos y con lo que había pasado, se me habían olvidado todos los rencores que sentía por tan agradable compañera. En estos casos, solo servia el seguir bebiendo y divirtiéndose, porque la vida es corta y hay que vivirla a pleno.
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