[Pasado] Jugando al huevo podrido se lo tiro al distraido, el distraido lo ve, y un marine es. A correr!!!

Era una epoca de tranquilidad en la vida del joven marine, los enfrentamientos habían cesado por el simple hecho de conseguir una mejor formación, antes de nuevamente volver a las andanzas. En esa etapa de su vida el joven se mantenia practicamente en constante entrenamiento y para dar a conocer su rostro, no utilizaba las vendas en su cara, pero si en el resto de su cuerpo. Caminaba por aquella ciudad tranquila pero llena de gente para dirjirise al cuartel de la marina, por el horario se podía deducir que simplemente iba a ser una guardia nocturna y en una de esas nota un extraño sujeto, por su apariencia podía verse facilmente que no era de algun lugar que conociera el vendado. Resaltó mentalmente el hecho de que poseia una cornamente y una apariencia sumamente humana, una combinación extraña en lo que respectaba al joven marine. Caminaba cerca de este y con dos de sus caracteristicas más comunes, la caradurez y la intriga le pregunto - Ey tu, de donde provienes? - Más alla de la intriga que le producía simplemente su apariencia fisica, el ser un desconocido podría ser más que suficiente razon para tal pregunta. Lo señalo con su dedo indice para que no llegara a pensar que la pregunta iba dirjida hacía otra persona y esperó.

En ese instante la noche comenzaba a soplar un fuerte viento, frió casí invernal (o verañego) y unas nubes comenzaban a formarse en el cielo, supó en ese instante que aquella situación o por lo menos aquella pequeña historia no pasaria al olvido como cualquier otra en la vida del marine. Los arboles se movian al compaz del viento y la gente poco a poco iba despejando el lugar buscando resguardo de la noche en sus respectivos hogares. En aquel entonces el joven Fulco experimentaba una serie de emociones extrañas, había estado viviendo unos acontecimientos extraños en su totalidad, al menos para el y mezclado con ciertas cosas personales que no lo mantenian de la mejor manera.

Ya practicamente no había ruido en las calles de aquella ciudad, por lo que la noche se mantenía ideal para una caminata solitaria por las calles, aunque solamente para los que disfrutaran de la lluvia, y tal pelicula de terror los truenos comenzaban a azotar los cielos, imponiendose sobre todo lo existente en la tierra, como si dios quisiera imponer respeto de formas tan destructivas como atractivas.

La estadía dentro de esa base de operaciones de la entidad justiciera en el mundo conocida como la "Marina", era bastante tranquila en lugar de lo que pensaba que podría ser el hombre del cielo, claro con la tormenta que azotaba el exterior con sus fuertes lluvias, sus poderosos vientos y sus destructores relámpagos que azotaban el suelo al ser atraído por la carga opuesta de este, seguro con el terrorífico temporal que se vivía afuera nadie se atrevería a salir de sus casas y los que no tienen un techo en el que resguardarse, pobres almas en pena que sufrirán lo que muchos llaman "la ira de dios".

Pero a pesar del poco trabajo que mostraban tener dentro de esos muros el cuerpo de marinos, el ambiente parecía muy irregular, como que era muy suave y calmado para afuera, afuera de la zona que componía la distancia entre el alado y el recluta que tenía frente a el, su mala actitud sola creaba un hueco en esa tranquilidad dejando el ambiente entre ellos tan tenso que hasta podía tocarse con facilidad, sin duda alguna ese hombre era mas rencoroso que el mismo ex-habitante del cielo, aunque seguro era que el de las vendas es de mantener mas estable sus emociones -a diferencia de cierta personita que no puede mantenerse en un estado de animo fijo, por mas de cinco segundos-.

-Ey!, es molesto que estés así, acaso te gusto que me ves tanto?- Pregunto mostrando con su voz y expresión que la mirada del marino para el resultaba bastante irritable.

Pero mientras su molestia era expresada como una queja abierta y se quitaba la parte superior de su empapada ropa -Mejor prevenir que curar-, las luces del lugar comenzaban a parpadear por algún tipo de desperfecto con la corriente, seguro el ultimo estruendo que se escucho era un relámpago que había tocado suelo y que solo el mismo genero algún desperfecto con la corriente eléctrica del lugar, algo que en cuestión de segundos fue reportado por los parlantes de cada habitación en ese cuartel.

"Tuvimos un problema con el transformador, al parecer un rayo le cayo encima y ahora hay que activar el respaldo antes de que se corte la luz, cualquiera que tenga conocimientos en circuitos favor de venir la sala de planeamientos de operaciones, para darle detalles de la ubicación del generador de respaldo."

La comunicación llego a su fin con un sonido muy similar al que genera la estática al cortar la trasmisión del micrófono.

El carpintero había escuchado la transmisión de principio a fin y supuso que sus habilidades podrían ser útiles para tales tareas pero seguro ellos tendrían a alguien con las mismas, aunque como siempre el desconfiaba mucho de la habilidad del resto y sobre estimaba las suyas, al menos en lo que respecta a la carpintería y mecánica. Aun así no menciono nada, la incomoda mirada del sujeto de las vendas empapadas lo obligaba a no mostrarse muy colaborador pero si lo suficientemente socarrón como para jactarse frente a el con una burlona sonrisa que mostraba por encima de su hombro, ya que el ángel le estaba dando la espalda mientras permanecía sentado en el suelo, como si le estuviera diciendo claramente:

"Yo puedo hacerlo, pero no lo hare por que me caes gordo"

Claro ni un milímetro se movieron sus labios y su voz no se hizo oír pero no hacía falta ser un experto en miradas ajenas para darse cuenta lo que esos amarillentos ojos querían transmitir.

Acaso quería asustarle solo con mostrarle las celdas ese marine a nuestro guapo y poderoso héroe?, no funcionaría y había dos motivos del por que no lo haría, el primero era que el no tenía miedo al mal trato de prisioneros, si esos idiotas se habían dejado atrapar tan fácilmente no era asunto suyo y segundo por que mas que asustarlo solo ayudo a que se enojase y pateara con tanta fuerza los barrotes de las celdas que aquellos que habían osado a burlarse de su cornamenta ahora tendrían que desviar la vista cuando el alado pasara, al igual que con el marine, claro esto no parecía una muestra de poder muy grande pero aun después de que el carpintero se fue el sonido oscilante de las vibraciones de los barrotes aun se escuchaba por ese pasillo que era el área de prisioneros, un punto para el Skypeano que le había mostrado a esos tipos que no se metieran con el, aun si lo capturasen, este solo tendría que lidiar con un par de reclusos nomas para hacerse respetar, como bien era común para gente de su calaña.

La luz estaba prácticamente por cortarse del todo, para su fortuna ese manojo de vendas había mostrado algo de inteligencia cuando previno el corte de la corriente eléctrica y se preparo al equiparse con una linterna, algo que facilito mucho las cosas cuando la luz llego a su fin.

-Y que gano yo?, no trabajo gratis y no soy de esta isla como para requerir de la protección de la marina- Sentenció el rubio ante el hombre que antes parecía una momia aunque su real aspecto demostraba una falta de unos dos mil, de los tres mil años que se suponía que poseía.

Aun así el ángel se levanto del frio suelo y sacudiéndose un poco el polvo de sus pantalones se dedico a seguir al de las vendas, suponiendo que con el no podría negociar pero tal vez si con algún superior de el, incluso podría quitarle mas dinero, al fin y al cabo la altanería del que parecía momificado antes no podría darse a resaltar mucho con el asuntillo de que se encontraría ante un superior.

Mientras ambos caminaban rumbo a la dichosa oficina donde se le informaría al carpintero sobre la ubicación del generador de respaldo, una sensación escalofriante recorrió la espina dorsal del ángel, seguro no era el único en sentir ese mal presentimiento, como si una fría brisa que se filtra por todo el ser y que también hiela los huesos con el contacto solamente del cuerpo de una persona, presagiase algún el suceso que seguro sería motivo de problemas para el grupete de facciones diferentes, aunque el marine no supiera de que el cornamenta do era un pirata.

Sargento: Soldado identifíquese, usted y su acompañante....vienen a ayudar por el asunto de la energía espero.

Comento algo frustrado el regordete que estaba cómodamente tras su escritorio, aunque se podía notar cierto semblante temeroso en su tono de voz, algo por lo que el alado descamisado sonreía sin medirse, afortunadamente para el su malicia no sería vista gracias al manto de sombras que cubría la habitación.

-1000 Berries- Dijo secamente entre leves risas maliciosas, le gustaba fastidiar a quienes lo trataban con prepotencía.