En el Cuartel

Pasaron los minutos y el entorno se mantenía completamente igual, lo que le provocó el abandonar el lugar y poder sentarse tranquilamente en sus aposentos, los cuales por cierto, aún no tenía definidos, y poder leer pausadamente alguno de los muchos libros que tenía, pero tampoco podía, ya que eran parte del cargamento que ordenó a traer. En resumen, no tenía absolutamente nada que hacer de momento para intentar pasar la espera de una manera un poco más amena. Sin embargo, avistó a un compañero de división de Cipher Pol, Lagi Schmetterling. Recordar tal apellido le extrañó, ya que no era para nada sencillo, pero había trabajado con él ya un par de veces, y no era malo como tal.

- Oh Lagi ¿Qué haces por Shellstown? - Dijo con total tranquilidad, llamándole simplemente por su nombre. Tenía suficiente confianza al tratar con cualquier miembro del Cipher Pol, no importaba si incluso no se llevasen bien. Quizás podría tener una conversación lo suficientemente duradera para soportar un tiempo extra el muermo de esperar su cargamento. Ya sabía suficiente del pelirrojo, era un luchador bastante hábil, con una personalidad un poco fría y seca, con ciertas semejanzas consigo mismo.

Los pasos lentos con los que había iniciado hasta el joven de cabello azabache terminaron justo cuando aun quedaban dos metros de separación entre ambos jóvenes, pero su compañero ya se había percatado de la presencia del pelirrojo antes incluso de que este parara de caminar, por lo que no le dio tiempo a iniciar la conversación, fue el artillero quien decidió dar ese paso. Era curioso el pensar en Mikhail como un artillero, pues su combate estaba centrado más en los movimientos cercanos utilizando sus puñales, pues era el primer artillero que había visto que utilizaba más los movimientos cercanos que sus propias armas de fuego a la hora de combatir, pero tras las palabras del joven, el pelirrojo dejó de lado los pensamientos que le venían sobre este y continuó con la conversación que le planteaba Mikhail.

- Pues en parte aburrirme, pero si hablamos como objetivo o razón de peso, esa será la espera de un cargamento que se supone que llegará hoy al puerto… no puedo hacer mucho sin el contenido de este buque mercante, pues en el se encuentra la mayoría de mis pertenencias… - Le contaba al de cabellos oscuros pero sin mirarle directamente, había tornado su mirada hacia la parte superior de la plaza mientras hablaba, pudiendo mirar directamente al cielo. Sus palabras eran tranquilas y calmadas, pues era habitual en el carácter del pelirrojo tomárselo todo con calma y paciencia sin alterar su estado anímico, algo que creía compartir con el compañero que tenía junto a él, siempre que no se encontrará en una de esas “situaciones especiales” en las cuales debía comportarse de un modo distinto.

- ¿Y… qué te trajo a ti de nuevo a este lugar? - Dijo el pelirrojo mientras volvía a tornar su cabeza hacia el otro joven a la misma velocidad que iba acabando de hablar, devolviéndole la misma pregunta que le había formulado con anterioridad, pues no quería ser el único que ofreciera información sobre sus motivos, además que no había nada mejor que hacer de momento más que hablar un rato el uno con el otro, cosa que no es que fuera molesto, solo que no era costumbre para él hablar durante largos periodos de tiempo.

- Solo esperaba un encargo que ordené, no pude traerlas conmigo desde la última isla en la que estuve...mira, de hecho, creo que ahí viene - Supuso al escuchar de fondo el sonido de un barco llegando al puerto. Quizás solo fuese un barco más, pero, iría a chequear, no tenía mucho más que hacer de momento. Aunque, ahora estaba iniciando una conversación con Lagi, no sería técnicamente cortés el dejarle solo mientras se marchaba hacia otro lugar, así que le ofrecería ir con él.- ¿Vienes? - Preguntó mientras comenzaba a marchar hacia el muelle, ya había cumplido con ofrecer compañía a su aliado, ya era cosa de él si deseaba seguirle, pero Mikhail no se iba a quedar quieto por una respuesta negativa.

Parecía ser que ambos agentes se encontraban esperando algo, un cargamento, y posiblemente por los que el joven azabache acababa de mencionar acabarían llegando ambas el el mismo buque mercante, es decir, el próximo que atracara en el puerto. - No me puedo creer que ambos esperemos cosas del mismo navío… - Dijo el joven pelirrojo tras las palabras de su compañero sobre su creencia en que el barco que acababa de llegar, cosa notoria por el sonido que emitía, podía ser el que traía todas sus pertenencias. El pelirrojo torno su vista hacia el lugar de donde provenía el sonido del barco, no estaban alejados, pues el buque estaba atracando en el mismo puerto que tenían en el cuartel general de la marina, por lo que seria rápida la comprobación sobre si era o no el barco que ambos agentes estaban esperando.

El joven agente retomo la mirada hacia su compañero de cabello oscuro puesto que le llamo la atención el que empezara a caminar en dirección al puerto, aunque no sin antes invitar al pelirrojo a ir junto a el a revisar si podía ser lo que ambos esperaban. El agente de cabellos rojizos avanzó tras el paso de su compañero en dirección al puerto sin mediar palabra, pues la distancia que había quedado entre ambos no era cómoda para mantener una conversación a un volumen normal. Pero tal y como el joven creía, la llegada al puerto fue rápida y ahí pudo volver a reunirse con su compañero al cual dio alcance justo delante de un gran navío que acababa de echar amarras justo cuando el pelirrojo llegaba, solo quedaría revisar si el cargamento era el correcto o tocaría esperar un poco más.

- Comprobemos si es lo que esperábamos… - Dijo el agente mientras comenzaba a subir la pasarela, no quería esperar a que descargaran todo el material y cajas que aquel buque podía llegar a transportar, ya que la cantidad sería enorme y retrasaría o haría perder el tiempo a los agentes. Tras subir la pasarela se acercó a una de las personas que ya se encontraba a bordo del barco para preguntar por el contenido de lo que esperaban, aunque antes de proceder a decirle nada a dicha persona, esperaría a que su compañero de oscuros ropajes avanzara hasta el punto en el cual se encontraba el pelirrojo.

Extraña coincidencia, su compañero estaba esperando el mismo tipo de cargamento que él, pero no realizó ningún comentario sobre esto, ya que como lo pensaba, todo era posible, así que no hacía falta alebrestarse. La llegada al muelle del cuartel fue bastante rápida, y al igual que Misha, Lagi había llegado a paso raudo detrás de él. Este último tomó la iniciativa al adentrarse a la borda del barco para revisar el contenido. Mikhail le siguió hacia adentro, pero se dirigió hacia una cara conocida, el mismo sujeto al cual le había encargado el cargamento. La expresión facil del agente se modificó un poco, mostrando ahora un rostro más duro y agresivo, haciendole una simple seña al marino, el cual afirmó con la cabeza y pocos segundos después, traía, usando una carretilla, una caja que parecía tener un peso considerable.

Se acercó lentamente a la susodicha caja, abriéndola e inspeccionando que era su contenido. Un arma de fuego, una serie de puñales cortos, una katana y un par de cajas de municiones, todo en orden. Cogió el embalaje y se lo colocó al hombro, realizando una nueva seña al marino indicandole que podía retirarse. Posteriormente, se dirigió de nuevo a Lagi, a ver que era lo que estaba esperando él.

- ¿Al final te has comprado un lanzallamas o sigues con tu viejo estilo de lucha? - Dijo con un poco de ironía, no de manera de insulto, sino simplemente para no hacer la frase tan seca. Conocía el karate que utilizaba el pelirrojo, pero, nunca los estilos cuerpo a cuerpo le parecieron adecuados, más sin embargo no dudaba de su habilidad. Ahora, solo esperaba a que su compañero realizara lo que tuviera que hacer con su cargamento para salir del barco.

El joven pelirrojo se mantuvo quieto y erguido frente al marinero que estaba en aquel buque mercante mientras esperaba a su compañero, que no tardo apenas en subir a la cubierta, sin embargo no se dirigió al mismo punto en el cual se entraba el agente, sino que se dirigió hacia otro marinero que parecía conocer de antes, ya que le bastaron un par de gestos para que la otra persona le entendiera y fuese a buscar lo que precisaba, y así fue, al poco tiempo apareció con una carretilla y una caja que parecía pesar lo suyo. Eso significaba que tocaba ignorar lo que su compañero hacía, ya que debía ocuparse de sus asuntos y el no conocía a nadie que le pudiera facilitarle el objeto que esperaba, así que se dirigió al marinero que tenia de frente para pedirle sus pertenencias y así acabar con aquella perdida de tiempo de una vez por todas.

- Buenas, venía buscando cierta mercancía que pedí que trajeran a este lugar, se trata de unos guantes metálicos de combate, no se muy bien en que tipo de caja los traen ni nada, es lo único que puedo detallar… - El marinero se le quedó observando y al momento saco una lista enmarcada en una carpeta, en ella se detallaba todo el contenido del barco, es decir, todo los objetos y demás que este portaba. El hombre se quedo pensativo en silencio mientras revisaba la lista, el pelirrojo se mantenía atento a lo que este pudiera decir, solamente faltaría que encima de tener que esperar al navío llegar ahora no trajera su pedido… - Sí, es correcto, un par de guantes metálicos en la sección AF-12, caja 00123, déme un momento e iré a por ella, espere aquí. - El hombre partió hacia el interior del barco dejando atrás al joven agente, el cual soltó un leve suspiro de cansancio debido al alivio de no tener que esperar nuevamente por sus objetos.

- Aquí tiene, la caja 00123, supongo que el contenido será correcto, compruébelo usted mismo, yo estaré por aquí para cualquier consulta, tengo más cosas que hacer… - Dijo el hombre que apareció con una cajita de madera de un tamaño bastante pequeño, y tras dársela al pelirrojo reanudo su marcha con la lista en revisión de los objetos del barco. - Gracias… - Dijo el agente cuando el hombre ya se había tornado para regresar al trabajo. El joven se agacho levemente flexionando la pierna derecha en un angulo de noveinta grados y apoyando la rodilla de la siniestra en el suelo, tras colocarse continuó apoyando la caja en el suelo, quitó la primera tapadera de la caja y pudo divisar una caja de un tamaño menor pero de un color distinto y hecha de metal, a diferencia de la anterior, que era de madera. No le dio tiempo a retirar la tapadera de esta cuando su compañero había vuelto a situarse junto a él preguntándole si había comprado un lanzallamas o seguía con su estilo de combate de cuando se conocieron, notó o al menos entendió la ironía que había en las palabras del joven, aunque no le afecto en lo más mínimo, pues sabía que no lo hacía para meterse con el o con motivo de burla, tan solo es que aquella persona no valoraba lo suficiente los estilos cuerpo a cuerpo, aunque ciertamente no llegaba a ser en ocasiones lo más ventajoso o practico el pelirrojo sabía moverse bien en su estilo de combate.

- Sí, prefiero dejar los estilos nuevos si acaso para más adelante o como algo secundario, confío bien en el entrenamiento que se me ha dado a lo largo de los años, como bien sabes, así que prefiero apoyarme en mi propia fuerza a la hora del combate. - Dijo el joven seguro de si mismo y en lo que había aprendido a lo largo de los años de su maestro y del conocimiento que había ganado con la experiencia de los años en cuanto a su estilo de combate. Entonces el joven continuó con lo que estaba haciendo, retiró la tapa de la caja metálica y sacó los guantes de su embalaje para guardarlos de nuevo en el compartimento que tenía situado en la parte trasera de su cinturón, ya que los guantes de metal tan solo los utilizaba en combate, mientras mantenía su estética habitual de un guante oscuro con símbolos rojos en la mano derecha y una pulsera negra ancha normal en la izquierda. Al finalizar con el guardado de los guantes volvió a levantarse adoptando una postura recta y erguida junto a su compañero.

- Por mi parte ya estoy en este lugar, ¿Qué tal tu?, veo que tienes nuevos juguetes… - Dijo el joven observando el material que acababa de coger el moreno, pues no todas las armas que ahora poseía las tenía de antes, cuando había trabajado juntos, pero saltando el tema del armamento, el pelirrojo no tenía absolutamente nada que hacer, y ya que se había encontrado con su antiguo compañero quizás merecería la pena pasar un rato con él y ver que podían hacer juntos en adelante. - ¿Que te disponías ha hacer tras recoger el material?, yo no tengo absolutamente nada que hacer, y ya que estamos juntos podríamos mantenernos así por un tiempo, no creo que nos vaya mal colaborar o pasar un tiempo juntos y ver que surge si no tienes nada que hacer, ya que no sé si tienes alguna misión en particular. - Mencionó el de cabellos rojizos ofreciéndole compañía de nuevo a su viejo camarada, pues como el mismo había mencionado, quizás podría surgir algo que los entretuviera y en el caso de no ser así, siempre era mejor ir a compañero, todo se hacía más llevadero y menos aburrido.

El de cabellos rojizos no había hecho ningún cambio significativo en su equipamiento, solo una leve "mejora" en este, unos guantes metálicos que, analizando su forma de pelea y el tipo de armamento, se complementaba de buena manera. La respuesta a la oración de Misha fue algo bastante predecible, pero que de alguna manera respetaba esa forma de pensar, basándose su compañero en lo aprendido en su práctica durante años, que, aunque él mismo no lo apoyara, lo comprendía. Ahora lo que proseguía era responder a las ideas propuestas por Lagi, que, ya que no tenía ningún plan en particular para realizar alguna actividad al proseguir con recoger su material, era suficiente para él.

- En cuanto a armas, pues siempre me adapto, ahora mismo esto es lo que me parece más conveniente para ser eficaz en lo mío, respecto a misiones, pues, acabo de terminar una misión hace unos días, así que no creo que reciba una nueva en un rato...de todas formas, como equipo no íbamos tan mal.- Hizo una pausa, llevándose un puño a la boca para, al parecer, contener algún estornudo - Aunque eso último ha sonado...inadecuado - Al decir esto, con la otra mano, se acomodó los lentes, haciendo que brillaran a la luz del sol y no transparentaran los ojos de Mikhail. No sonrió ni se rió, tan solo permaneció quieto durante un rato, hasta que empezó a caminar fuera del barco.

-Prosigamos, ¿Ya has dado una vuelta por el cuartel? Quizás nos encontremos a alguien más del grupo, o algo en lo que valga la pena intervenir - Tenía deseos de continuar su visita al cuartel, y se imaginaba que quizás habría algo lo suficientemente interesante como para poder analizarlo y quizás meterse, dependiendo de su propio basamento, nunca intervengas en algo que no valga la pena.

El joven pelirrojo se mantuvo quieto con un semblante serio como el que había mantenido en todo momento mientras escuchaba las palabras de Mikhail, incluido lo de que había sonado inadecuado lo que Lagi había mencionado con anterioridad, pero el joven pasó esto por alto, pues veía una perdida de tiempo comentar algo que solo se podía interpretar mal si la mente que lo analizaba estaba un tanto… confundida, por decirlo de algún modo. El joven agente esperó a que Mikhail acabara de hablar y de dejar volar su imaginación sobre las palabras del rojizo, para continuar con la respuesta a la pregunta que el moreno le había planteado, aunque era algo obvio dado que ambos de había encontrado en el mismo lugar dando vueltas, pero parecía que Mikhail aun tenía pensado volver al interior del cuartel.

- Pues sí, me di una vuelta por el cuartel y vi lo mismo de siempre, marines y oficiales de arriba abajo sin mucho más que hacer, pero quizás tengas razón y podamos encontrar a alguno de los nuestros por el lugar o preguntar sobre si tienen algo para hacer, ya que yo también finalice una misión hace un par de días, por lo que no creo que me molesten en un tiempo… aunque no sé por que nunca suelen prolongarse esos tiempos de descanso… - Dijo el joven con algo de cansancio en sus ultimas palabras, dejando salir al final de estas un leve suspiro, pues el tiempo que les daban a los agentes entre una misión y otra no solía ser demasiado como para a veces recuperarse de las heridas de las anteriores o tomarse un pequeño respiro, pero después de todo ese era su deber…

Ambos jóvenes retomaron su marcha desde el puerto hasta nuevamente el interior del cuartel, pero estaba vez para su sorpresa, apenas había movimiento en su interior, conforme avanzaban por el interior del edificio a duras penas pudieron encontrarse con un par o tres de marines entre los pasillos, y otros pocos que iban de un pasillo a otro corriendo sin cesar con las armas en las manos, algo que no era demasiado seguro después de todo, pero eso hizo al pelirrojo preguntarse que diablos estaba pasando, pues no había escuchado la alarma del cuartel sonar y en aquel lugar los pocos que se dejaban ver estaban alborotados. En ése momento al ver a un par de marines quietos en el lugar, se giró hacia Mikhail para preguntarle sobre una duda que le rondaba por su pelirroja cabeza.

- Eh, Misha, ¿crees que deberíamos preguntar sobre lo que sucede?, no sé, me parece extraño tanto alboroto por aquí y que la alarma no haya hecho sonido alguno, quizás esto sea eso que decías de algo en lo que valga la pena intervenir… claro que también podría ser un simulacro o cualquier tontería… - El joven no estaba convencido del todo de que aquello que estaba sucediendo fuera algo de importancia, más que nada por que la alarma del cuartel solía activarse por cualquier cosa que precisara de la ayuda de los marines, mientras que en aquella situación no había alarma, por lo que dejaría que Mikhail decidiera que hacer ante la situación que se les planteaba, ya que tampoco sabía si quería hacer algo aparte o él también creía que aquella situación era solo una perdida de tiempo y no merecía la pena ni intentar informarse.

No había logrado avanzar mucho con Lagi en la base cuando encontraron ya cierto movimiento peculiar entre los marines que habitaban en la base. Demasiado movimiento de unidades terrestres armadas, pero para mayor rareza de la situación, en la base no sonaba ninguna alarma alertando de peligro ni de particularmente nada. Mikhail intentó agudizar su oído, quizás lograría escuchar algo a lo lejos, algún sonido de explosión, disparo, cualquier cosa que pudiera no ser "común" en ese lugar, pero sin frutos. Lagi lo había notado también, dando su teoría y haciendo la sugestión de que quizás sería algo en lo que valiera la pena el intervenir.

Aunque, antes de que diera siquiera tiempo a avanzar o realizar una pesquisa para intentar averiguar lo que pasaba en la base, se encontraron con otra miembro del Cipher Pol, Chizu Valentine, también conocida por ellos dos ya de anteriores misiones, y que se realizaba la misma pregunta que se habían planteado ya ellos dos. No tenía idea de que se encontraba en la isla, pero ella parecía saberlo.- Ni idea, acabamos de darnos cuenta...- Dijo mientras la ninja ya se adelantaba e iba a preguntar a un par de marines sobre el movimiento extraño de estos. Pasados unos segundos, ya tenían respuesta, revolucionarios, el objetivo clave de la organización para la cual trabajaban y los mayores enemigos del Gobierno Mundial.

- Al menos por una vez no hace falta ir a buscarles sino que vienen por su cuenta, por mi bien - Dijo mientras dejaba en el suelo la caja que cargaba al hombro, ya que probablemente tendría que hacer uso de sus armas nuevas, no podía darse el lujo de llevarlas guardadas. Colocó el arma de fuego en su cintura al igual que la katana, los puñales en su traje y la caja de municiones en un bolsillo. En un par de minutos ya estaba listo para la búsqueda.- En vez del típico plan de separarse, ¿Intentamos una formación de grupo de combate? Como en esa vieja misión de espionaje - Inquirió a sus compañeros, ya que como no conocían el número de enemigos a los cuales se enfrentaban, sería mejor el ir juntos hasta divisarlos y ahí ya distribuirse de manera lógica.

El joven agente se mantuvo mirando a su compañero de oscuros ropajes para averiguar si decía algo o tomaba algún tipo de iniciativa sobre la opción que le había planteado el pelirrojo, pues este le había dejado a su elección el tomar cartas en el asunto e informase, o por el contrario, seguir con sus caminos para ver a que otro lugar les llevaba. Sin embargo al poco de dejarle ese espacio de tiempo de reacción a su compañero, apareció una agente miembro del Cipher Pol, tal y como ellos lo eran. Era una vieja compañera de misiones anteriores en las que habían participado los tres juntos y por lo tanto el joven sabía que era una profesional como cualquiera de los otros dos que estaban allí de pie observando como esta se acercaba a ellos dos. No había participado con ella en tantas misiones como con Mikhail, pero si lo había hecho en las suficientes como para saber de lo que hablaba en cuanto a profesionalidad.

La joven de cabello plateado, llegado al mismo punto en el cual se encontraban ambos agentes, les preguntó la misma duda que a aquel par les rondaba sobre la situación en el cuartel, y de la cual ya habían especulado algunas cosas y sobre que hacer, sin embargo fue la joven quien se precipito a la elección que se le había dado a Mikhail y se acerco a preguntar al par de marines que estaban allí quietos, haciendo lo que parecía ser un control de quien pasaba y quien no por los pasillo, así que el pelirrojo supuso que no sería el único punto de control montado en la base para ver quien accedía a esta y quien no. Tras la pregunta de la joven, la respuesta fue inmediata y con cierto alivio por parte de los marines al ver que tenían refuerzos en el lugar en los cual apoyarse, a pesar de no haber anunciado en ningún momento que iban a prestar ayuda a la base, aunque después de todo era lógico pensar que si que ofrecerían ese apoyo como refuerzos que se les había pasado por la mente a aquel par de marines.

Por todo lo que habían contado los marines, parecía que las predicciones o más bien, conjeturas, que el joven pelirrojo había sacado de la situación era lo que estaba sucediendo, no habían dado las alarmas para no alertar ni al pueblo ni a los mismo implicados, en este caso revolucionarios, algo que venia bien, pues el fin de los Cipher Pol estaba muy atado a detener los planes de este grupo. Lo mejor por primera vez, al menos que el pelirrojo recuerde y tal y como había mencionado su compañero Mikhail, es que no tenían que ser los agentes quienes fueran a por ellos, esta vez los revolucionarios se habían plantado allí donde ellos se encontraban y para mejorar la situación, tenían una idea aproximada de donde podían encontrarse, por lo que era más sencillo todo. Ahora sabían cual sería sus próximos movimientos, y estos les llevaban al sector turístico de Shellstown, un lugar algo extraño para que se encontrasen unos revolucionarios, ya que eso hacía que el joven de cabellos rojizos se planteara aun más que era lo que estaban planeando como para haber acabado en aquel lugar en el cual casi todo lo que había eran civiles.

La joven de grisáceo cabello se volvió a aproximar al grupo de agentes tras la toma de contacto con los marines para recaudar información, tras la aproximación al grupo en voz baja anunció que tenían trabajo que hacer y dijo el motivo por el cual lo tenían, aunque ambos agentes habían escuchado perfectamente las palabras de aquel par de marines por lo que les servía el pequeño resumen de una frase que les había contado la agente. Al finalizar las palabras de la joven y prepararse adecuadamente para el combate con todas sus armas, Mikhail, fue el que propuso un plan que llevar acabo para esta situación, parecía que planeaba algo distinto a lo usual, pues normalmente se dividían y recopilaban información cada uno por su cuenta, sin embargo esta vez proponía ir todos juntos, pero no fue algo que le pareciaera mal al pelirrojo, así que asintió con la cabeza con un semblante serio a la propuesta del moreno.

- Entonces será mejor que nos preparemos todos y vayamos juntos al ultimo sector en el cual los vieron por ultima vez, el sector turístico de Sheeltown, una vez alli tendremos que averiguar que esta sucediendo y donde podrían encontrarse. - Continuó el pelirrojo poniendo la guinda a la proposición que había hecho el de cabellos oscuros, pues estaba seguro de que los tres ya sabrían como actuar ante una situación como esta, no era la primera vez que se enfrentaban a algo como lo que estaban apunto de traerse entre manos. Al finalizar con su frase, el joven de cabello rojizo echo mano de su compartimento trasero del cinturón que tenía en posición diagonal sobre el oscuro, para sacar de nuevo los guantes de metal que se había guardado con anterioridad, inicio poniéndose el de la mano izquierda, y prosiguió con la única libre, la derecha, ajustándose ambos guantes tirando un poco de la goma que los sujetaba a la muñeca, posicionando el brazo desde la altura del codo, hasta la mano, en vertical a la hora del ajustamiento. - Por mi parte ya estamos listos para avanzar. - Anunció el agente tras haberse preparado para cualquier situación o casi cualquier, que se le pudiera presentar en términos de combate.

Sus otros dos compañeros también parecían estar listos pues por parte de Mikhail era obvio dado que se había preparado con todas sus armas con algo de anterioridad a Lagi, mientras que la joven de cabello plateado parecía estar preparada incluso antes de su llegada, por lo que encabezando el grupo, fue el pelirrojo quien dio los primeros pasos en los pasillos para salir del lugar, tras el a pocos pasos le seguían los otros dos miembros del Cipher Pol, el objetivo estaba claro, lo que tenían que hacer también, así que lo único que les hacía falta era llegar al lugar y ponerse con la investigación del caso que se les había planteado en la ciudad, además puesto que era el sector turístico no debía ser muy difícil saber si algo malo estaba sucediendo en ese momento, habría gente alarmada, y en el caso de no haber iniciado aun, deberían anteponerse a sus enemigos y detener el inicio de lo que sea que intentasen llevar a cabo.

Unos diez minutos caminando era todo lo que tuvieron que demorar su llegada hacia el ultimo lugar en el cual se les había visto por ultima vez a los revolucionarios, era una taberna de las típicas, puertas cortas y viejas de las cuales al empujarlas tras unos cuantos balanceos retomarían su posición inicial, se notaba que no era una taberna que llamara demasiado la atención respecto a otras que eran más ostentosas en cuanto al decorado para llamar la atención de los turistas, desde luego era un lugar adecuado para pasar inadvertido o al menos intentarlo, ya que después de todo se les encontró. - Según lo que dijeron aquel par, esta es la taberna donde se le vio por ultima vez… - Dijo el pelirrojo hacia sus otros dos compañeros para anunciar la llegada al lugar, tras sus palabras avanzó a paso lento y normal en camino de entrar a la taberna y recaudar algo de información sobre el grupo de revolucionarios, ya que era bastante obvio que habían abandonado aquel lugar hacía algún tiempo, sino ya habrían sido apresados por los marines.

El tiempo transcurrido entre que Mikhail y sus compañeros le sirvió para planear mentalizar distintas situaciones con las cuales podrían encontrarse y como combatirlas con éxito, así podría no ser sorprendido con la mayoría de variables. Al final, el tiempo fue aproximado a diez minutos de caminata, hasta que lograron encontrar la taberna que había sido especificada en el reporte del marine con el cual habían conversado sobre la movilización que habían presenciado hacía pocos minutos. La “Taberna de Samung” era el nombre del local, sombrío y húmedo, con una cantidad considerable de ciudadanos con el grado de alcohol en su sangre en niveles que posiblemente no serían del todo normales. Lagi entró primero, seguido de Chizu, esta última indicando que se haría cargo de interrogar al tabernero, y que ellos dos fueran a por los clientes, el trabajo más difícil la verdad, ya que al menos el tabernero parecía recordar que año era.

-Voy a por los de la izquierda– Al decirlo fue derecho, valga la ironía, hacia los sujetos que se encontraban en la parte izquierda del lugar. El primero que encontró era un hombre anciano, quizás tuviera suficiente edad como para ser el abuelo de su bisabuelo, difícilmente lograba mantenerse en pie debido a la mezcla entre varices y ron, y parecía estar mentalmente inestable, al hablar continuamente con el logotipo de la botella que sostenía en la mano. No era una muy buena opción, pero, comparado con los demás que tenía cerca, no sería un mal punto de inicio para la pesquisa.

-Buenos días caballero, pertenezco a la funeraria – Exclamó con voz grave, ajustándose sus gafas y colocando el torso completamente recto. Su personaje sería un hombre curtido por el trabajo de enterrador, algo que quizás aquel viejo necesitaría en no mucho tiempo.- ¿Eh?... ¿Qué…? – Decía el anciano poco enterado de la situación, y algo perdido por el alcohol, tardaba un poco en comprender cualquier palabra que le fuera emitida a su persona.- Su señora esposa ha fallecido señor, mis condolencias, venía buscando a vuestros nietos para tramitar el traslado - El viejo sonrió de medio lado, dando un nuevo trago a su botella

.- Mi esposa murió hace 20 años niño, no me engañarás –
.- Señor, su esposa estaba viva ayer, hace un mes me visitasteis en mi humilde trabajo para solicitar un seguro de vida, y hoy vengo a cumplir el trato –

El hombre ya empezaba a dudar, Misha tenía esa habilidad para hacer parecer una frase increíblemente importante y seria, cuando solo era un simple panfleto de una historia mental.

.- Pero…has dicho mis nietos, ellos partieron hacia el mar en busca de ser piratas – Añadió un poco temeroso ya, tenía en parte claro que la botella que cargaba podía haberle hecho delirar.

.-Lo hicieron, y regresaron ayer al enterarse de la noticia…les vi entrar en la taberna hace un tiempo, de hecho, he hablado con el tabernero y me ha dicho que ellos le han comprado a usted la bebida, mala cosa por su parte, de hecho ¿No sabrá donde han ido? Eran varios con alguna marca característica, seguramente común entre todos, o algún dato parecido

El anciano ya se agobiaba, por una parte tenía clara su historia, más sin embargo, la seguridad con la cual se expresaba Mikhail le hacía dudar si el trago le había provocado delirios.

.- Pero yo me compre… - Empezó a buscar su cartera, pero no parecía encontrarla

.- ¿Señor? Sus nietos… ¿Sabe algo? – Insistía el Cipher Pol, que había anteriormente ya robado la cartera del viejo.

.- Eh…los vi pasar, conversar sobre algo de Gas en un lugar y salieron según a…al depósito de comida…no me acuerdo

.-Gracias, señor.- Ya Mikhail tenía la información que requería del sujeto, no necesitaba continuar el interrogatorio, sin embargo, el viejo le tomó por el brazo, casi en lágrimas.

.-Entonces…¿Mi Anna está muerta?- Decía con una voz poco entendible entre borracho y llorón

.-No, pero tiene que dejar la bebida, o mañana morirá.- Acotó el pelinegro, dejando solo al sujeto. Probablemente, no se acordaría en unas horas de las preguntas, pero si lo hacía, o se molestaría ya que su amada estaba ciertamente muerta hacía un par de decadas o dejaría el vicio, de cualquier forma ya no era asunto del agente, que debía proseguir con los demás clientes. Sin embargo, como había deducido antes, el sujeto más estable era el anciano, ya que de los demás borrachos locales solo sacó información sobre infidelidades, deudas, frustraciones, un par de incestos y un caso de soledad. Al menos sabía que los sujetos iban dirigidos a los depósitos de comida de la base, con algo relacionado a Gas, ya tocaría a sus compañeros el averiguar cualquier otro dato de relevancia. Salió de la taberna, encontrándose con Chizu afuera de esta.

- Se dirigen a los depósitos de comida de la base… ¿Tienes tú algo importante? – Preguntó a la de cabellos plateados, a ver si había logrado conseguir algo de información, para iniciar a encajarla como piezas de un mismo rompecabezas, para más o menos lograr armar la idea general de los sujetos que perseguían.

El joven pelirrojo fue el primero en entrar en la taberna, era un ambiente de decadencia y parecía ser que toda esta estaba causada principalmente por el alcohol que todas aquellas personas habían ingerido, y quien sabía si había alguna sustancia más aparte del alcohol en los cuerpos de aquellas personas… Chizu ya eligió a quien interrogar desde un inicio, pero parecía ser la persona más sencilla, pues su elección, el tabernero, estaba limpiando una jarra de cerveza en el momento que los agentes habían entrado y además parecía estar bastante sereno en comparación al resto, por lo que parecía que le iba a ser un poco más sencillo que a ellos sonsacar información, dado que los pueblerinos que se encontraban en aquel lugar estaban para el arrastre. Apenas veía gente que estuviera despierta y a ninguna que no estuviera borracha. Mikhail ya había seleccionado el lado izquierdo de la taberna para interrogar, por lo que al pelirrojo le habían dejado el restante, el derecho, aunque no es que hubiera demasiada gente, dos personas dormidas que babeaban y un par o tres de personas más.

El joven de cabellos rojizos se separó del grupo y se dirigió al lado de la taberna que le había tocado investigar, iba a paso ligero y se mantenía observando que persona era la adecuada para comenzar con su racha de interrogatorios para saber que estaba sucediendo con los revolucionarios, aunque no le dio tiempo a seleccionar uno por el mismo, ya que al cercenarse de alguien que podría servir para el fin que tenia en mente, otra persona le había cogido del brazo y tirado de él para aproximarlo, parecía que había encontrado a alguien o este le había encontrado a él. - Shhh, shhh , ¡shhh! - El sonido que estaba emitiendo aquel hombre parecía ser para llamar la atención del joven, aunque lo estaba haciendo a un volumen desasido desproporcionado para la distancia que había entre el agente y el borracho, un señor de edad avanzada y con unas pintas de granjero con ropa tan sucia y mal oliente que tiraba para atrás, sin embargo es algo que el agente pasó por encima y se sentó enfrente de este, que era lo que trataba de indicarle aquella persona.

- Buenas señor, venía a hacerle algunas preguntas, soy de cierta organiz… - El joven no pudo continuar con la frase debido a la interrupción que estaba llevando a cabo el granjero. - ¡Shhhh!, guarde silencio Sr. Marston, le tengo que anunciar que por fin tengo lo que andaba buscando… ¡tengo el mapa!, espere, no lo grite tan alto o nos lo podrían robar, Marston… - El viejo parecía haber confundido al agente con otra persona totalmente distinta, además parecía haber encontrado algún tipo de mapa del cual estaba hablando a voces, aunque seguía culpando al tal Marston por las acciones que él mismo estaba ejecutando. - Escuche señor, no soy Marston ni lo conozco, soy un agente de cierta organización perteneciente a la marina, y venía a preguntarle por… - De nuevo llegó una interrupción por parte del granjero que no le permitía apenas hablar del tema para el cual se había sentado en aquel lugar. - ¡Shhhhh!, mire, mire Marston, lo tengo… es el mapa del cual le había hablado… el mapa del tesoro, Hahahaha, al fin lo tengo… ahora debe cumplir su palabra Marston… ayúdeme a encontrar el mapa y yo le ayudare a usted, tengo mi carromato preparado con lo necesario para ir a por el tesoro y tengo este mapa, ¡mire!, estamos listos… - El viejo acabo sus palabras y le dio un trago a la botella que tenía en su mano izquierda, ya que en la derecha y bien agarrado tenia una mapa que parecía ser muy viejo, pero no por ello real… aunque las palabras que le había dicho el viejo le habían ayudado a pensar algo rápido y simple de lo cual podría aprovecharse.

- Esta bien, esta bien… iremos a por el tesoro, pero antes debo avisar a unos primos míos que están de paso, de que me marchare con usted. Según me dijo el tabernero han estado hasta hace una o un par de horas por esta taberna, es un pequeño grupo de tres o cuatro personas con cierto detalle marcado en el brazo, ¿le suena haberlos visto? - El viejo volvió a dar un trago y tras este, se le dibujo una amplia sonrisa después de escuchar que por fin le ayudaría en la búsqueda del tesoro de la cual hablaba, claro que antes debía decirle la información que requería. - Sr. Marston, Sr. Marston… debería tener cuidado con sus primos… créame de lo que hablo, los estuve escuchando ya que hablaban un tanto bajo y parecían estar planeando algo de interés. Sus primos no son de fiar, no Marston… - Dijo el viejo mientras comenzaba a bajar el volumen de su voz y a mover la botella de derecha a izquierda lentamente haciendo un signo de negación, tras ello volvió a tomar un trago y continuó hablando. - Sus primos están planeado algo malo contra la marina, Sr. Marston… deberíamos irnos cuanto antes del lugar a buscar mi tesoro, ya que después esto se puede poner muuuuy feo… - Dijo dando de nuevo un trago y volviendo a hablar con el mismo volumen de voz bajo que hacía que el pelirrojo se tuviera que aproximar un poco para escucharle. - Estaban hablando de una especie de gas y el cuartel de la marina, esta vieja amiga mía hace que no pueda recordar todos los detalles, pero parecía ser que iban a los depósitos de comida… ¿o era a los depósitos de cadáveres…?, no, no, estoy seguro de ello Sr. Marston, era el deposito de comida, tenían planeado envenenar todo con el gas que allí iban a verter… así que Sr. Marston, marchémonos de una vez y deje a sus primos aquí, no perecen buenas personas… - El viejo granjero volvió a dar un trago de su botella, sin embargo ya le había dicho más que suficiente al joven agente para su propósito.

- Muchas gracias por su colaboración, ahora he de marcharme en busca de mis primos, debo anunciarles mi partida con usted en la búsqueda del tesoro, después de eso volveré. - Dijo el rojizo levantándose de la silla de madera vieja en la cual se podían ver sobre salir algunos clavos en la parte inferior, al igual que la mesa, que tampoco parecía estar en muy buen estado. El joven se separó de aquel hombre y se dirigía al grupo para comentar los resultados que cada uno había recibido de los interrogatorios, sin embargo escucho al viejo levantarse poco después de que el agente lo fuera hecho y aproximarse por detrás hasta este mismo. - Espere un momento, usted me dijo que me ayudaría en cuanto tuviera el mapa Sr. Marston, así que ahora deberá ayudarme si no quiere saber lo que es bueno… - El viejo había guardado el mapa y la botella descansaba vacía ahora sobre la mesa de madera, mientras tanto el hombre que tenía de frente se metió la mano en el bolsillo y sacó una pequeña y desgastada navaja con la cual le estaba amenazando al pelirrojo para que buscase el tesoro con él. El maltrecho y desgastado hombre que apenas se mantenía en pie por el grado de alcohol que había ingerido no era rival para el joven agente, por lo que se movió rápido y utilizando la palma derecha de su mano, empujo al viejo sin despegarla del pecho de este, lo cual hizo que el empujón fuera continuo desde el momento en el que le había situado la palma de la mano, hasta que el viejo dio de espadas con la mesa en la cual se había sentado con anterioridad, ya que la fuerza que había utilizado era suficiente como para no hacerle daño, sino para tumbarlo y hacerle presión con la diestra en el pecho a aquel hombre.

- No soy Marston ni lo conozco, así como tampoco me interesa su tesoro, pero deberá dejar la bebida o al menos irse a pudrirse a su granja antes que elegir el atacarme, pues la próxima vez quizás me piense dos veces el contenerme… - Dijo el pelirrojo mientras le miraba con frialdad a los ojos en una postura encorvada hacia el frente, dado que el viejo granjero se encontraba tumbado sobre la mesa de madera con la palma de Lagi sobre su pecho haciéndole presión. Al ver la cara de espanto que había puesto el granjero y parecer que había entendido la advertencia que el agente le estaba dando, este retiro su mano del hombre lentamente y se giró de nuevo hacia el grupo de agentes para seguir con la comprobación de la información. Todos parecía haber acabado ya puesto que era el único que faltaba en el grupo, al acercarse les puso al día de lo encontrado. - Parece que se dirigen hacia el cuartel de la marina, tienen planeado envenenar todos los alimentos del deposito de comida, o algo por el estilo, aquel hombre no era demasiado de fiar… ¿coincide con lo que tenéis? - Preguntó el agente para corroborar que la información recibida tenía un ápice de verdad, ya que solo había interrogado a aquel hombre puesto que los demás perecían encontrarse en un estado incluso peor del que aquel granjero tenía.

Al reunirse con sus colegas, el punto que parecían coincidir las teorías de los entrevistados era una clara, el depósito de comida de la base, tal y como había dicho aquel viejo viudo. Como máximo unas 5 personas aproximadamente, no debería ser demasiado desafío para el trío de agentes que ya tenían experiencia colaborando juntos en combate, pero no se debía descartar la presencia de uno o más sujetos con habilidades de combate notorias, ya que había logrado colarse en una base de la marina con una gran protección por parte de sus efectivos. Sin embargo, antes de siquiera planear una rotación de acción al llegar a los depósitos, Chizu se adelantó a Misha y a Lagi, realizando un sprint que ellos dos no podrían seguir inmediatamente. Una acción con muchos puntos débiles, aunque tenía un punto en que había que adelantarse a los revolucionarios y detener sus acciones antes de que lograran acometer el envenenamiento de la comida, y cualquier otro plan que estuvieran pensando.

- Intentemos no matar a ninguno de ser posible, estamos dentro de la base y sería poco recomendable - Dijo con seriedad a Lagi, indicando que evitar el derramamiento de sangre sería lo más recomendable al aún estar dentro de territorio de la marina, además que aún seguían de incógnito debido al silencio perpetuo de las alarmas, si la misión improvisada podía terminar de una manera tan sigilosa como había iniciado, que siguiera así, sin embargo, si no había otra manera, no sería mucho problema eliminarles. Inició a correr él también hacía el lugar especificado, aunque obviamente no era tan rápido como para alcanzar a la peliplata, pero alcanzó a verla de pie frente a dos guardias de la marina, y a escuchar sus palabras "Bonitos tatuajes". Ya por estas palabras tenía claro que estaba frente a los objetivos, que seguramente habrían maniatado a los verdaderos guardias y despojado sus ropas para camuflarse ellos mismos. Sin dejarse ver, rápidamente guardó una de sus recientemente adquiridas dagas bajo la manga del traje.

- Buenos días caballeros ¿Conocéis la palabra de Dios? - Dijo disimulando el cansancio producido por la carrera hacia el lugar. Su vestimenta de negro, apariencia de buen chico y sonrisa radiante muy bien fingida podían hacerse pasar muy bien por un predicador de turno. Una gota de sudor corría por su frente mientras caminaba hacía el trío conformado por los dos "guardias" y la CP.- Si, es que te vayas de aquí, cuatro ojos - Dijo en tono de mofa el mismo guardia que había respondido anteriormente a Chizu, mientras el otro dejaba escapar una leve risa. Sin embargo, la tez de Mikhail se mantenía idéntica. Se acercó aún más a ellos, que agarraron sus armas en modo de amenaza para que se alejara, más sin embargo, logró posicionarse al lado de uno de ellos, dejando el frente del segundo completamente limpio para que, o Chizu o Lagi se encargaran de él.

- No - Dijo firmemente mientras dejaba el brazo donde ocultaba la daga suelto, para rápido movimiento, y su sonrisa había desaparecido, dejando de nuevo la apariencia de nulidad que portaba continuamente - Dios ha muerto - Dicho eso rápidamente golpeó al revolucionario con el mango de la daga en la barbilla, causándole que retirara su cabeza hacia atrás, más sin embargo, el pelinegro no se detuvo ahí, sino que continuó con respectivos ataques a la traquea, nariz, oreja derecha y entrecejo, causando que perdiera momentáneamente el control total de sus facultades motoras, cayendo de rodillas al suelo y una vez ahí, le dejó inconsciente con un golpe propinado con la rodilla al mentón. Esperaba que el otro objetivo ya hubiera sido nulificado por sus compañeros, y ahora tendrían que planear estrategia de entrada al almacén.

Los tres agentes cotejaron la información que se les había dado por individual, y quien lo iba a decir, a pesar del estado de embriaguez que el viejo llevaba encima, parecía haber dicho la verdad. Eso era al menos lo que daba a entender la comprobación que habían llevado a cabo, pues las tres coincidían en el gas venenoso, y de añadido por Mikhail junto con el pelirrojo, que iba a ser soltado en el deposito de comida, algo extraño aunque con bastante sentido desde el punto de vista táctico con el cual podían estar manejándolo los revolucionarios. Al menos tenían una variante reducida de números, estaba claro que el grupo era de cuatro o cinco personas, parecía al menos no superar al quinto miembro, por lo que para unos agentes experimentados como el trío, que estaba planeando como actuar, no debía ser muy difícil de reducir, aunque seguramente tendría parte de complicación, después de todo aun no habían sido capturados por nadie ni volvieron a ser vistos, por lo que al menos sabían lo que se hacían, lo cual era bastante peligroso y lo convertía en una carrera contrarreloj, por lo que deberían plantearse el como actuar a partir de este mismo instante con la información recogida.

Todo parecía ir bien hasta que la joven de cabellos grisáceos se echó a la carrera en dirección a la base de la marina, lo cual no entendió del todo el pelirrojo, ya que podía entender la prisa que tenían por actuar, pero no era el método correcto el salir corriendo olvidando a los miembros restantes, además de ser peligroso por el gran descuido y la baja defensiva que llevaba a cabo un acto tan insensato, desde luego ese no era el entrenamiento que se daba en el Cipher Pol, ni siquiera en el dojo donde el joven estuvo de joven, por lo que debía ser una acción poco ortodoxa elegida por ella misma. - No lo entiendo del todo… - Dijo el de cabellos rojizos ante la acción de su compañera, después torno su cabeza hacia la voz que se dirigía a él escuchando lo que su compañero Mikhail le estaba comunicando, algo con lo que coincidía el joven, pues el razonamiento de Mikhail no le disgustaba, además que tampoco era necesario del todo matarlos, pues con vencerlos simplemente con el fin de detener sus acciones le bastaba. - De acuerdo, hagámoslo así, pero habrá que darse prisa y avanzar de una vez para alcanzar a Chizu. - Comentó el joven de acuerdo al plan de Mikhail y sugiriendo a la vez lo obvio, ya que la acción de Chizu les obligaba a correr para darle alcance o la cosa podría ir mal, no solo para ella, sino para todo el grupo en general, pues podría pasar cualquier cosa yendo de una manera tan temeraria hacia el enemigo.

El pelirrojo, al igual que Mikhail, había llegado al lugar en el momento propicio, pues justo cuando hacían su entrada la joven agente mencionaba el detalle de los tatuajes en los brazos de los dos marines que tenía enfrente, por lo que esas palabras delataban por completo quienes eran aquellas personas, unos impostores. Seguramente se fueran agenciado la apariencia que tenían de los otros dos vigilantes que se encontraban en el lugar, sin embargo tocaba disimular frente a aquella situación para dejarlos fuera de combate de manera rápida, y Mikhail ya había comenzado con el engaño. El joven de cabellos oscuros estaba de nuevo actuando y mostrando un personaje creyente, el fin con o sin burlas de los marines era obvio, distraer a ambos vigilantes, de esta manera le sería mucho más sencillo vencerles, claro que el pelirrojo era consciente que siguiendo aquel tipo de engaño solo podría actuar con suficiente velocidad como para derrotar a uno de ellos, el otro debería de correr por cuenta de uno de los agentes restantes, y Lagi ya había decidido que ése sería él, por lo que ignorando las acciones del moreno, improvisaría algo rápido por sí mismo para poder aproximarse a la zona de contacto pero sin que se fijaran mucho en él, pues contaba con la distracción que su compañero estaba creando.

- ¡Hey, Chizu! - Dijo el joven de cabellos oscuros anunciando su llegada a la de cabellos plateados, pues la idea básicamente era en fingir un encontronazo casual con un miembro conocido en la misma base, algo tan común que pasaría por alto frente a las acciones que estaba llevando a cabo Mikhail. - Menos mal que al fin te encuentro, tengo algo que conta… - El joven fue avanzando conforme iba pronunciando la frase hacia su compañera, la idea era que su compañera le siguiera la corriente girándose hacia él desde el momento en el que anunciaba su llegada, sin embargo no era algo del todo indispensable para su improvisado y rápido plan, pues el objetivo ya estaba finalizado antes siquiera de acabar la frase con la palabra “contarte” que interrumpió. Ya había alcanzado la zona donde se encontraban los vigilantes y justo a tiempo, ya que su compañero comenzó con la táctica para dejar fuera de combate al vigilante que seleccionó para tal fin. Fue en ése mismo instante, en el momento que su compañero iniciaba el ataque, cuando el pelirrojo se abalanzó rápidamente hacia el vigilante restante con un placaje del brazo izquierdo apuntando a la garganta del enemigo, algo que no se esperó para nada y le dio de lleno, causando dos efectos, que por el impacto sorpresa dejara caer su arma, y que debido al golpe perdiera levemente el aliento y se elevara a poca distancia del suelo, tan solo unos centímetros, manteniéndose en el aire por la presión del brazo del pelirrojo contra su garganta y la de la pared por detrás, de manera que quedaba a la merced del agente para finalizar con su rival.

Este no desaprovechó el momento y con la mano derecha ligeramente abierta, así como haciendo fuerza en los dedos de la misma, ejecutó un golpe a la altura del pecho de su enemigo, haciendo que los cinco dedos se le clavaran en el lugar del impacto sin llegar a sobrepasar la ropa o la carne, tan solo haciendo que nuevamente perdiera el aliento, quedándose sin nada en el cuerpo. Para finalizar con el combo de golpes a la hora de dejarlo fuera de combate, apretó la mano diestra tras el impacto en el pecho del enemigo, de manera que al hacerlo sujetaba la ropa que llevaba el enemigo a esa altura, seguido de esto dio un leve giro de ciento ochenta grados con la mano de manera que la zona de la ropa quedase arrugada y bien sujeta a su diestra, tras este movimiento continuó con un ejemplo de fuerza bruta, pues retiró su siniestra del cuello del vigilante y con la diestra lo alzó por encima de sí mismo, haciendo que el enemigo dibujara un ángulo de noventa grados desde su punto de partida, pasando por encima del pelirrojo, hasta el momento en que la cabeza del enemigo golpeaba el suelo, quedando inconsciente al momento y causando un leve estruendo debido al impacto y al resto de la caída del cuerpo de su enemigo contra el suelo. - Zona despejada… - Dijo el pelirrojo para anunciar que el también había acabado con su enemigo y por lo tanto los dos vigilantes de la puerta habían caído, tan solo quedaban por enfrentar o abatir los tres supuestos miembros que quedaban en el interior, seguramente envenenando los alimentos.

El pelirrojo miró la puerta que tenían delante el grupo de agentes, era de suponer que en aquel lugar estaban el resto de revolucionarios, es decir, los tres que restaban en cuanto a los interrogatorios que habían hecho en la taberna en la zona turística. Estaba claro que la comida del interior estaría, la mayoría de ella, infectada por el gas venenoso que el enemigo estaba rociando, por lo que para asegurarse convendría lanzar luego todos los alimentos que habían en la despensa, ciertamente un gran derroche y desperdicio de comida tal y como estaban las cosas, pero sería mejor un desperdicio alimenticio que humano, ya que las personas no se podrían reponer, al contrario que con los alimentos. Tocaba centrarse y trazar un plan, quizás con algo bien diseñado y rápido bastaría, pues seguramente nada más abrir las puertas o hacer un poco de movimiento en la sala los revolucionarios se percatarían de que les habían pillado y comenzaría una reyerta entre ambos bandos, aumentando las posibilidades de que salieran heridos los miembros del Cipher Pol, por lo que habría que actuar con cautela y precisión, tal y como estaban entrenados, sin embargo el mismo miembro del trío que con anterioridad se había alzado y antepuesto al resto volvía a entrar en acción. Chizu salió lanzada abriendo la puerta, la cual se cerro tras su paso, y corrió hacia el interior, el pelirrojo estaba algo cansado de aquellos planes sin preparar totalmente improvisador y que lo único que aportaban era un mayor riesgo para la operación, sin embargo ya estaba hecho y tocaría averiguar las intenciones de la agente de cabellos grisáceos sobre la situación.

El de cabellos rojizos y el azabache se mantuvieron observando la actuación de Chizu frente aquellos tipos pertenecientes al bando opuesto, parecía que trataba de entretenerlos para facilitar su derrota, y lo había conseguido, la joven valiéndose de sus encantos trató de seducir al que tenía pintas de ser el líder de aquellos tres, consiguiéndolo sin mucho problema, aunque la cosa comenzó a torcerse una vez que la joven empezó con su combo para dejarlo fuera de combate, pues fue rápida y logró su cometido, sin embargo el resto de revolucionarios se pusieron en alerta frente a los actos cometidos y se propusieron atacar al unísono a la joven, pero no contaban con la ayuda sorpresa que se escondía tras la puerta, pues en el momento en el que los dos jóvenes divisaron la actuación del enemigo, abrieron la puerta y cada uno se abalanzó sobre un enemigo de los que restaban, es decir Mikhail se quedó con el de la derecha, mientras que el rojizo elegía al de la izquierda, en el momento en el que se separaron ya no sabían nada del uno del otro, tan solo se centraron en una serie de movimientos para dejarlos fuera de combate.

Por parte del pelirrojo fue algo rápido, pues inicio con una rápida carrera, llegando a tiempo para interponerse entre el revolucionario y la joven agente que pretendía atacar, nada más aparecer frente a su enemigo, el joven dio un fuerte pisotón con la pierna zurda y con sus botas hechas de suela de acero en el pie derecho del enemigo, haciendo que este se quedara clavado, puesto que la aparición del joven fue rápida el revolucionario no tuvo tiempo de anticiparse por el efecto sorpresa, así que el pelirrojo prosiguió con un golpe del costado de la mano siniestra en la garganta del enemigo, produciendo que su cuerpo se quedara por un momento sin aliento y se desplazara levemente hacia atrás, impidiendo la caída al suelo debido al pisotón del agente que lo sujetaba al suelo. En ese momento, con el cuerpo del enemigo a su merced y adolorido, lo agarro de la parte trasera de la cabeza, y al igual que hizo su compañera con anterioridad había hecho, lo atrajo hacia sí mismo y continuó descendiéndola hasta llegar a su rodilla, propinándole un fuerte golpe a su enemigo que lo dejaba sin sentido rápidamente.

El estruendo que causó toda aquella batalla en la despensa provoco la aparición de miembros de la marina que aun rondaban por el cuartel general, eso serviría ya que debían poner al corriente a todos ellos sobre el estado de los alimentos, el pelirrojo mismo fue el primero en anticiparse a aquel hecho, por lo que inicio con la explicación. - Suerte que llegáis, así podemos poneros al día sin tener que buscaros… la comida que se encuentra en esta habitación debe ser destruida o desechada, toda fue envenenada por este grupo de revolucionarios, su plan desde el inicio era envenenar esta sala y acabar con el cuartel de la marina mediante el hecho de ingerir los alimentos, escribiremos un informe mas tarde detallando todo con mayor precision y seriedad, de momento eso es un resumen… - Explico el joven recuperando levemente el aliento tras el combate, después se volvio a girar hacia el nuevo grupo que llegaba por la puerta atraído también por el sonido de la batalla y la reciente llegada del resto de marines, pues los que estaban en el cuartel de guardia no hacían otra cosa que dar rondas, por lo que no tradición mucho en darse cuenta de lo sucedido en el lugar los que aun no estaban en el corriente. - Quedaos ahí y vigilad las puestar para que nadie entre, y tambien encargaos de los revolucionarios, por nuestra parte ya esta todo hecho, como dije a los otros ya haremos el informe mas tarde, de momento nos marchamos. - El joven se adelanto al grupo y esperó en la puerta a que salieran mientras los marines no dejaban de entrar para detener a los revolucionarios y encargarse de los alimentos.

- Esto a sido… entretenido, pero he de marcharme. - Se escuchó pronunciar a la joven agente del grupo, pues estaba cruzando la puerta en el momento que lo dijo para alcanzar la posición del rojizo. - Supongo que asuntos que atender. - Dijo en un tono normal y serio el pelirrojo mientras Mikhail se incorporaba a la situación del grupo. - Sí, tenía prevista una misión para mañana pero decidí ayudar aquí por el momento, sin embargo he de partir ya, ya nos veremos por ahí… supongo. - Dijo la joven comenzando a caminar mientras acababa la frase, sin girarse en ningún momento, pues por sus ultimas palabras ya se entendía que sería una despedida temporal, ahora volvían a estar solos ambos agentes, aunque tenían que acabar con ciertos flecos sueltos de la misión que acababan de llevar a cabo, pues quedaba por poner al corriente a miembros de la marina y llevar a cabo un informe, donde detallarían lo que sabían y lo sucedido durante la detención de los planes revolucionarios.

La situación había finalmente concluido, los revolucionarios habían sido reducidos y los marines ya habían llegado al lugar. Misha se adelantó a ellos, y empezó a redactar un informe con las actuaciones de los 3 agentes en lo acontecido. Tal informe fue entregado a uno de los oficiales de la marina que se encontraban en el lugar, a la vez que Chizu indicaba que tenía que marcharse del lugar por una misión prevista desde hacía ya un tiempo, por lo que quedaba de nuevo con Lagi.

- Vamonos, esto ya no nos incumbe - Dijo al pelirrojo, para que se marcharan del lugar, ya no tenían nada que hacer ahí, y como ya sabían, involucrarse más sería una perdida de tiempo con la ineficiencia usual del los marines. Ambos agentes de marcharon del lugar sin mediar más palabras, dejando el resto a los que ya se encontraban ahí.

[Cerrado]