Siendo Honesto...

Seamos honestos, nadie es honesto en este auditorio... Solo miren a quien está a su lado, ese que recién ha ingresado en la marina desconfía tanto de ustedes como ustedes lo hacen de él o ella... -Y con esa frase comenzó, un chuvazco de susurros invadió el auditorio de reuniones de la base de Shelltown, frases perdidas, dedos que señalaban y miradas de profunda descondianza surcaban los aires de aquel santuario mientras el orador principal, un hombre de mirada cruda y siniestra, con el cabello negro y la barba erizada observaba todos y cada unos de los recién llegados, sentados en sus sillas incómodas, apretando los dientes y reaccionando ante las palabras antes dichas por el hombre de anteojos oscuros.


Su andar era limitado detrás del púlpito, haciendo un sonido repetitivo con la punta de su dedo índice sobre la madera de aquella artesanía, excrutando con sus ojos vivaces a cada uno de los presentes, era obvio que cada uno de los 25 reclutas estaba propenso a un ataque psicologico tan sencillo como era el solo hecho de mostrar, a verdad viva el hecho de lo poco que se conocían los marines en aquél lugar. Sin embargo un hombre hizo aparición con la frente sudada y un andar nervioso, vestía de forma oficial denotando su rango como capitán e interponiendose entre el público del auditorio y el malintencionado hombre de las gafas comenzo a balbucear con su sonrisa de dientes amarillentos - Lo que el capitán Gendo queire decir es que... bueno la confianza... -Un fuerte gruñido le hizo callar, y girándose rápidamente observó al sinistro hombre de elegante vestir, que le miraba, que le apuñalaba el alma con su mirada y aclaraba su garganta a proposito para interrumpirle, y al ver, como era lógico el nerviosismo de su colega, continuó sus palabras - Lo que quiero decir es que para poder confiar los unos en los otros no hace falta vestir el mismo uniforme, ni seguir la misma orden, hace falta arriesgar la vida...- Tras decir esto sacó de sus ropajes una especie de pistola brillante y corta, con un agijón en la punta pero ningún orificio, y bajando de un salto del púlpito cogió a un recluta por el cabello y le puso el agijón a escasos milimetros del cuello del aterrado marine novato.

Esta inyección puede ser letal, o puede ser simplemente vitaminas... Este recluta puede morir... ¿Habrá alguien que se atreva a cambiar lugares con este desdichado sujeto de pruebas? -Y con una mirada fulminante detuvo en seco al nervioso capitán que se disponía a moverse de su lugar sobre la tarima, tan solo esperaba la voz de alguno de los reclutas, enmudecidos por el terror y un ofrecimiento de una vida por la otra.

Ni una sola voz, el silencio inundaba la sala como las ideas de posibles incentivos empapaban las neuronas de Gendo, allí estaba él, esperando que alguien se ofreciera, quizás esperando algo imposible dadas las circunstancias pero aún se mantenía allí, con la pistola de inyección letal, la cabellera del marine en su mano y la mirada clavada en el lugar dodne todos los aterrados jovenes permanecían sin mover un solo músculo, tan solo el constante movimiendo del nervioso capitán secando el sudor de su frente era lo que calmaba a menguas la tensión del ambiente.

Yo... Yo me ofrezco... -Por fin sucedía, una vocecilla temerosa recorrió todo el santuario mientras poco a poco la silueta de una hermosa mujer, atemorizada a mas no poder se aproximaba paso a paso a Gendo, con sus manos delgadas pegadas a su voluptuoso pecho y las mejillas coloradas que demostraba su pena por ser el foco de atención, era ella, el milagro que apaciguaba las almas en miedo, era ella quien le devolvía el respirar al acobardado marine, era ella a quien Gendo esperaba, la razón de esta conferencia, era ella el verdadero espiritu de la justicia y la protección.

Te has salvado... Ahora... ¿Alguien quiere ocupar el puesto de est...? -Gendo no podía creer lo bien que estaba saliendo el resultado de su pequeña prueba, no solo una persona había ofrecido su vida por la de su colega sino que este, estaba tan agradecido que a pesar de que Gendo lo había soltado se aferraba a las ropas del capitán y llorando le hacía señas a la mujer para que se alejara, obviamente estaba prefiriendo la vida de aquella noble alma a la suya propia y eso era lo que Gendo deseaba. Sin titubear ni parpadear siquiera Gendo clavo la aguja en el cuello del Recluta y soltando su cuerpo inerte al suelo se alejó en dirección a la mujer mientars el recluta convulsionaba frenéticamente.

A ver... Ahora, quien se ofrece por esta mujer... ¿Nadie? vamos... -Y sin pensar que sucedería Gendo observó como una a una todas las manos del auditorio se levantaban, incluyendo la temblorosa mano del capitán, estaba hecho, todos habían entendido el significado de ser una unidad, y con esta lección aprendida su camino podría empinarse bien, por lo que Gendo, soltando aquella dama de hermosa silueta guardó de nuevo su pistola en sus ropajes y regresó hasta quedar frente al muerto, en realidad, solo estaba en coma temporal pero era algo que no diría, por lo que con una amplia sonrisa tomó asiento junto a su colega de tembloroso ser y observando como el equipo médico se llevaba al recluta inconciente clavaba su mirada en quien tomaría ahora el microfono.

La figura obesa de un hombre elegantemente vestido se reflejaba en los anteojos oscuros de Gendo, quien no despegaba la vista de su superior, el recién llegado que con su calvicie prematura oculta bajo su gorra y su regordeta barriga vanamente discimulada en su apretado traje comenzaba a entonar su gargante en el Den Den Mushi llamando la atención de los presentes, conseguida con exito devolvió una mirada de reproche a Gendo y girando la vista cerró sus ojos.

En primera me disculpo por los... Extremistas métodos del capitán Gendo, él es un especialista en medicina y ciencia, por lo que su coordinación social es nula... -Las palabras de aquel desagradable hombre, dichas a propósito para ofender resultaban insípidas y burdas a los oidos de Gendo, era un intento fallido en menguar la eficiencia del doctor que el mismo superior era incapaz de producir, eran solo palabras vacías que no disipaban el miedo e incluso el respeto que los novatos sentían por el incorruptible médico, que yacía sentado bajo las sombras, con su típica sonrisa leve y sus ojos tan abiertos como crueles.

Pasaron rápidos y fugaces los minutos extenuantes en los que el caprichoso marine se dedicó a emitir una pila de basura reglamentaría que ni él mismo era capáz de obedecer ni seguir al pie de la letra, era el típico discurso de bienvenida, esperando, anhelando, dando peso de conciencia a los novatos para vanalmente evitar que tomaran el lado oscuro y corrupto de esta fuerza de la justicia, cosa con la que Gendo no tenía inconveniente puesto que conocía de antemano el lado bueno y el malo, los conocía bien y se hallaba ahora en un plano superior, donde todo era relativo y aún lo más bondadoso o lo más malvado podría dar un giro total dependiendo de las circunstancias y el actor principal de aquella obra llamada gobierno.

Por fin el discurso acabó, ambos capitanes, el nervioso y el inmutable parecían aliviados porque su superior se esfumara de aquél lugar, y no era extraño considerando lo desagradable que resultaba el sujeto de la mirada increiblemente engreida, con aquella forma de ser tan altiva que cualquiera diría que las bases del mismisimo mundo actual se habían fijado en aquellos hombros estirados y las bolsas de carne colgantes bajo sus ojos cansados, era todo tan simple, un superior que no habría avanzado más en la escala y se apoderaba de su cubíl a más no poder, esperando sin incentivo alguno el momento de su jubilación. Algo que a Gendo siempre le había parecido patetico.

Aquel joven pupilo desconocido totalmente por Gendo y su compañero se hacia notar rapidamente como era clasico en Fulco, una de las caracteristicas mas notables dentro de su personalidad. Póso sus ojos directamente sobre los del cientifico,
vacios y profundos como sus pensamientos. Manteniendo una mirada de seriedad difuminada con enojo, alzaba la voz para hablar sobre lo que estaba pasando.
- Tus metodos no son los mas ortodoxos pero los resultados son eficientes, no obstante en lo personal me molestan las personas arrogantes - Con total falta del sentido de
respeto hacia las personas mayores o de rangos superiores Fulco exclamo. Destacandose por lo menos en ese momento, Fulco mostro sus ideas y sostubo - Nadie aqui tiene el valor
de contradecirte, ¿por qúe crees que levantaron todos la mano?, dejame ayudarte, ¿te suena la palabra "miedo"? - Con tal de llevarle la contra a su superior Fulco estaba dispuesto
a llevarse un castigo, por eso se arriesgo a subir la apuesta y buscar la forma de enfrentar a aquel extraño sujeto.

Mantubo su mirada constantemente clavada en Gendo y con firmesa disparo - Me atreveria a enfrentarte aqui y ahora si tanto te interesa impartir respeto - Poniendose de pie al tormino de ello.
Asercandose poco a poco a la ubicacion de aquel hombre de mayor edad, que por logica no rehusaria a pelear con un joven pupilo, obviamente para no perder el respeto que habia ganado y que intentaba mantener.
Con ambas manos libres mantubo una posición relajada de espera reafirmando su idea - Aqui te espero.

Movio apenas unos centimetros la cabeza haciendo un paneo general y entre susurros, inquietudes y caras de asombro uno de los compañeros mas afines de Fulco exclamo aturdiendo a los marines mas inmediatos a el
- Vamos capitan, acaso no se atreve a enfrentar a un mero pupilo? - Gritó para luego mantenerse en silencio todo el auditorio presente, expectante a la respuesta de aquel capitan.

La voz de un individuo para nada común se hizo notar pronto en el auditorio, era común puesto el silencio abrumador que suscitaba la sola actuación previa del capitán con todo el jaleo de la confianza, el veneno letal y por supuesto la obligación de disculpa por parte del superior de Gendo, que no solo escuchaba las palabras del engreido y fastidioso muchacho sin inmutarse ni mover un solo músculo sino que incluso una larga sonrisa se esbozo por detars de sus manos entrelazadas que cubrían desde el mentón hasta la boca, realmente la situación era simple, un crio que deseaba hacerse notar, con profundo exito según parecía pero cuyos cálculos estaban lejos de ser confiables, no solo por el hecho de suponer que Gendo era un hombre con orgullo, sino que pensaba aún más errado que este podría ceder ante la agresión al respeto que obtenia con su cargo de capitán.

No solo te caracterizas desde el inicio por ser altivo y falto de cualquier principio de orden tal cual el mas burdo de los piratas sino que supones que un hombre como yo, que ha derramado más sangre de la que tu debiste haber perdido en tu cerebro al poder pronunciar mas de 4 palabras seguidas... Déjeme advertirle joven que no solo tomaré en cuenta su indiciplina sino que le daré verdaderas razones para permanecer cubierto de vendajes... No por orgullo, ni honor, ni aquellos conceptos vacios que tanto se acostumbra nombrar, sino por el puro placer de lastimar a quien me desagrada... -Gendo era honesto, en sus ojos crudos se notaba que no mentía mientras que se levantaba con pesadez y con suma delicadeza se quitaba su gabardina y la entregaba al otro capitán, y con una mirada hacía que los demás de la sala desocuparan el recinto o al menos abriesen un circulo lo suficientemente grande para una pelea decente.

Ambos estaban dispuestos a pelear, pero como dos individuos pensantes y muy distintos, sus intenciones eran completamente diferentes.
Aquel experimentado sujeto tenia como fin pelear por el simple deseo de machacar a un rival y el joven Fulco solo por disfrutar
dejar en ridiculo a una persona mayor de mayor rango. Tal vez aquella actitud seria premiada con el respeto de sus compañeros
o quizas seria castigada por los superiores, seguramente ocurriria ambas, pero esto no era un impedimento para Fulco, el cual permanecia con pisada firme
y mirada atenta. Sus ojos vacios se centraban en la mirada de aquel sujeto que decia mas que tal vez sus expreciones faciales.
Como era de esperarse con una mirada Gendo locro abrir una ronda entre los pupilos, lo suficientemente grande como para una pelea respetable.

Susurros se escuchaban y aquel capitan secundario parecia no intervenir en la pelea por el momento, pero esto era lo interesante, uno
no podia saber si aquel sujeto participaria para frenar la batalla o tal vez tomaria partido para ayudar a su par Gendo.
- Bueno anciano, ¿estas listo para comenzar?, no creas que te dejare mucha ventaja por tu avanzada edad - Menciono manteniendo su tono de voz
pero notandose que era parte de una broma, a pesar de ser una actitud simple, tenia un sentido de ser, era necesario mostrar que Fulco mantenia
una calmada actitud y que se mantenia frio y relajado bajo aquella presion de pelear con un superior.

El Ambiente repentinamente se torno pesado y un silencio atroz aturdio a Fulco el cual pretendia comenzar la pelea el.
- Muy bien anciano, te mostrare que cuando hablo de orgullo y honor no son simples palabras - Advirtio, y con total tranquilidad
comenzo un pequeño trote lento intentando acortar la distancia que separaba a ambos contendientes, acelerando la previa y evitando todo el
absurdo palabrerio antes de las peleas.

Tonto, esa era la decripción perfecta para ese muchacho que no solo insstía en vano para sacar a Gendo de sus casillas sino que lo hacía con tal imprudencia a que incluso el acobardado capitán mishima pudiese liberar su furia por la falta de disciplina que ambos señores odiaban, sin embargo la situación era la típica de cada tantos años, un valiente idiota que era derrotado y humillado por sus superiores, incluso enarcelado en algunos casos, era uno más de aquellos tontos que ahora formaban parte de la disciplinada fuerza de la marina.

Gendo no decía nada, tan solo se quedaba parado observándole con las manos en los bolsillos y la mirada fija sobre su objetivo, el joven vendado que ya comenzaba a correr en su dirección, sin penarlo, sin analisar la situaión, sin hacer nada más que guiarse pro su instinto, era típico, tanto que resultaba desgradable. Pero que muchacho tan tonto... -Dijo al tiempo que sacaba de entre sus ropas un par de garras brillantes, o al menos eso parecía, ya que en realidad portaba 4 bisturíes en cada mano, tan afilados que rebanarían con facilidad el cuerpo del muchacho tal cual cuchillo en mantequilla, sin embargo Gendo esperaba, sin movimiento alguno que el muhacho atacara para pdoer analisar la mejor forma de destrozarle.

La tensión aumentaba segundo a segundo dentro de aquel lugar, mientras poco a poco algunas personas abandonaban el lugar, otros permanecian atentos al enfrentamiento.
Con grandes aptitudes para el combate Fulco comenzo a formular diversas formas de inciar tal como una partida de ajedrez y sus posibles repercuciones en el rival.
Estas estrategias se vieron neutralizadas en el momento en que su rival sacaba una especie de armas que sostenia con ambas manos, rapidamente se pudo diferenciar que eran bisturíes, cuatro por mano.
Rapidamente las ideas cambiaban en la cabeza de Fulco y las posibilidades de un ataque directo eficaz se reducian, mientras aumentaban proporcionalmente las ideas de una batalla simple y poco fluida, por lo menos por parte de Fulco.
La distancia se acortaba lentamente ya que los pasos de Fulco eran a una velocidad reducida, pero luego de la simple accion de su rival una repentina pausa se produjo en Fulco el cual comenzo a analizar todo su entorno.
La distancia que separaba a ambos contendientes era de seis metros y el circulo que se habia formado para la pelea era de aproximadamente catorce metros, por lo cual no habia espacio para un combate sigiloso, no quedaba otra alternativa que un combate directo, frente a frente.
En ese momento no se le ocurrio mejor idea que alterar a su rival con una simple frase - Ya sacaste el armamento, eh. Eso muestra tu falta de habilidad en combates mano a mano - Advirtio, como
una especie de analizis basico, simplemente para ganar algo de tiempo.

Con varias ideas en su cabeza Fulco reanudo su trote lento y constante acortando distancia lentamente y de una forma progresiva. Como parte de su habilidad
no le hacia falta ver los movimientos de su rival, con las caracteristicas fisicas de sus rivales Fulco era capaz de sacar con un alto porcentaje la capacidad fisica de sus oponentes
por lo cual ya tenia una idea de la forma de pelea que podia desplegar su rival y de ahi partia la base de su estilo de lucha que utilzaba como punto fuerte el desarrollo de estrategias complejas y efectivas. Se mantubo en una carrera constante hasta que llegando a los dos metros de distancia de Gendo redujo radicalmente la velocidad casi hasta comenzar a caminar y con un agil y veloz movimiento superior al de una persona normal (caracteristica de los espadachines) realizo una fuerte patada hacia la rodilla de su rival con su empeine (una famosa Low Kick), a una velocidad promedio pero con un poder de impacto alto.

Al contrario... -Dijo con total calma tras escuchar al muchacho que trataba de alterar a Gendo cuando este se hallaba sumido en una calma tan perfecta que en medio de un combate como este no podía mostrarse mas que como alguien demasiado frio, en ese aspecto en realidad Gendo era perfecto, puesto que no solo le importaba nada su salud o la de su oponente sino que con un estilo de combate oportunista conseguía al menos un movimiento ventajoso en cada situación que se le presentaba.

Sin embargo el movimiento de Gendo fue simple, guardó los bisturíes en sus ropas y estirando ambas manos a cada lado comenzó a correr en dirección al muchacho lanzándose de frente al suelo y sosteniendose sobre sus manos impulsarse hacía el rival dando una patada giratoria ascendente directo al estomago del joven vendado, era simple, estaba aburrido y deseaba vencer a este fastidio de una vez por todas, no porque le hubiese retado ni porque fuera indisciplinado como marine sino porque, en realidad, por muy superficial que apreciese, Gendo le tenía manía y desprecio al joven que parecía también regresarle d ealguna forma ese sentimiento tan vanal y torpe.

Un repentino y rapido movimiento surgio de aquel experimentado sujeto, lo tomo por sorpresa a Fulco el cual no era incredulo,
sabia que era posible cualquier cosa, por lo cual haciendo uso de dos de sus atributos, velocidad y concentracion, fue capaz de frenar aquella patada
con un bloqueo, colocando ambos brazos cruzados sobre la altura del pecho para que el ataque no impactara directamente. Naturalmente por la fuerza de la patada
y por el hecho de que Fulco habia lanzado una patada (osea mantenia una sola pierna como punto de apoyo) aquel joven sujeto cayo al suelo inevitablemente, pero solucionando ese inconveniente
con un rol hacia atras para quedar nuevamente de pie.
- Interesante, no eres tan malo como aparentas - Pronuncio, con cierto tono ironico.

Comenzo nuevamente una carrera, esta vez con una intensidad mayor y cuando logró acercarse lo suficiente a Gendo
empezó un movimiento, el mas veloz que Fulco podria realizar dentro de su nivel. Utilizando simplemente la fuerza de sus piernas
dio una mortal hacia adelante quedando a unos dos metros de alto y con un agil movimiento estiro su pierna derecha para intentar impactar directamente
sobre el creaneo de su opositor, cayendo en el suelo con la guardia armada y de pie.

Vaya... -Murmuró apenas el hombre cuando pudo constatar que el muchacho había salido bien servido de aquel ataque, evadiendolo sin recibir daño serio, cuando Gendo deseaba justamente acabar pronto con una batalla que de antemano no prometía ningun beneficio, sin embargo poco duró la cavilación en la sien del científico cuando observando la velocidad del muchacho que ya arrasaba con un nuevo ataque, bastante obvio pero con fuerza suficiente para dejar al capitán fuera de combate.

Haciendo Gendo un movimiento similar al previamente realizado uso sus manos cercanas al suielo para impulsar su cuerpo hacia un lado y evadir por pcoo la patada del muchacho, era algo sencillo ya que no conllevaba estrategia, sorpresas ni trucos sino que simpelemnte la batalla se limitaba a la pura anatomía, la fuerza y la perseverancia con la que decidiesen luchar este par de combatientes, una de las peleas que mas justas se podrían nombrar por el hecho de que no habían armas de ningun tipo, origen u género que dieran ventaja más que la experiencia y el estado de los cuerpos de ambos luchadores.

Gendo se abalanzó con fuerza hacia el muchacho como para embestirle pero antes de eso sacó una de sus manos del bolsillo e intento acestar un golpe bajo als costillas del muchacho, con lso dedos firmes para poder presionar ese punto debil y que le ahogaría con el solo contacto, esperaba que funcionase porque tras la caida el joven tardaría al menos un par de segundos antes de levantarse y reaccionar para evadir el ataque anatómicamente planeado del anciano.

Sin vacilar aquel soldado de la Marina evito el ataque del joven pupilo que no tardo mas de lo necesario para acomodarse, que por sus cualidades fue minimo, sobre todo teniendo en cuenta
que habia caido de pie y con la guardia armada (Como aclare en mi post anterior). Observo la accion de aquel sujeto y con el tiempo justo logro evitar parte del golpe pero en su totalidad,
llegando a sentir una fuerte presion pero no lo suficiente como para terminar la pelea, para luego dar un salto hacia un costado y evitar ser llevado por delante por su rival.
Entendio en ese momento que no le iba a resultar facil ganarle y que si queria, deberia esperar a que su rival entrara en acción ya que mientras el atacara, su rival solo evitaria y contra-atacaria. Una estrategia muy basica
pero que le estaba dando resultado, y notando rapidamente la diferencia en la velocidad y agilidad que habia entre ambos (obviamente por las profesiones), Fulco decidio permanecer quieto, incluso para recuperarse de aquel golpe, que si bien
no lo habia afectado directamente habia sido sentido y resentido por el joven vendado. Mantubo su boca cerrada, la guardia armada y levemente cambio la postura. Comenzo a utilizar una guardia de diestro
aprovechando su cualidad de ambidiestro.

Algunas palabras se escuchaban y Fulco no pudo evitar notar que estaba demaciado serca de la gente, la cual intentaba abrir espacio y ampliar el circulo nuevamente agregando unos cuantros metros (aproximadamente dos o tres).
Solicito rapidamente que se alejaran incluso más y que dejaran espacio para una comoda pelea entre ambos ya que de por si era molesto luchar con todos los susurros y el poco espacio. Una vez alejados todos
se acomodo nuevamente, obviamente sin perder la calma nunca. Mantubo su posicion y con una postura firme dio a entender que esperaba una acción de su rival.

Reprocho en su pensar la actitud de su rival, que parecia no sentir nada, ni siquiera incomodidad ante una pelea tan basica por lo cual incremento un poco el enojo de Fulco a pesar de que se mantubo frio.
Deseoso de brindar un buen espectaculo a los compañeros que atentos permanecian a la pelea, se planto firme y dispuesto a comenzar a utilizar estrategias complejas, en base a movimientos simples pero efectivos.
Represento el cambio de postura mental a traves de sus ojos y apreto los puños fuermente mostrando una seriedad mayor. Relajo sus musculos y acento su guardia, esperando la nueva acción de su oponente.

¿Y piensas quedarte allí toda la vida muchacho? -Preguntaba con clara calma mientras se mantenía con las manos estiradas hacia adelante, era obvio que el chico había copiado la mega fantástica idea de Gendo de evadir y golpear pero le resultaba tan tedioso al capitán correr, brincar y atacar que hubiese preferido saentarse a esperarle si eso no amenazara con ensuciar su ropa, era un médico por todos los santos y no permitiría la suciedad hecha en sus vestidos por un mero descuido, sin emabrgo el plan no estaba definido y Gendo aprovecharía cualqueir oportunidad que tuviese para pdoer acestar un golpe a un sujeto que le ganaba en velocidad.

Decidió por fin moverse, corriendo en velocidad recta hacia el muchacho y agazapandose ne el último minuto se abalanzo dando un giro y atacando sus piernas, para despues de esto utilizar sus manos y levantarse para intentar acestar una patada diagonal, era algo rápido, quizás no lo suficiente pero Gendo contaba con que, tras atacar abajo el muchacho se moviese y le permitiera atacar la parte superior con la reacción automatica de defensa que tomaría su rival, era humano después de todo y alguno d elos dos ataques le daría, de ser así no solo el muchacho vería daños en sus pies y movilidad o en su cabeza y su concentración sino que le permitiría a Gendo analisar a la perfección la reacción bajo presión de este individuo.

Spoiler:

"Y piensas quedarte allí toda la vida?" fue lo primero que emitio durante toda la pelea. Algo que no esperaba por lo menos en ese momento
pero que tampoco le llamaba mucho la atención. Fue una simple frase que ayudo a incentivar a Fulco. Aquel que permanecia quieto y tranquilo
de un momento para el otro comenzo a dar pequeños saltitos (Ayudan a poder arrancar un movmiento a una velocidad mayor (Mirar videos de peleas de Taekwondo)).
Mantubo su postura y respondió al inncesario palabrerio de su rival - Comencemos - Advirtio a su rival.

Una pausa se marco en lo que habían sido dos ataques al hilo, aumentando la tensión de los presentes espectadores que no hacian mas que molestar. Difuminandose aquel break con el accionar de su oponente.

Permanecio atento y concentrado. Fue rapido el movimiento de su rival pero aprovechando la notable diferencia de velocidad que habia entre ambos
en el instante exacto en que el rival comenzo el giro, Fulco disparo una patada de frente rapida pero sin demasiada potencia para hacer caer a su rival y en el momento en que Gendo comenzó a perder la estabilidad
se avalanzo directamente hacia el para con su mano adelantada (la izquierda) sostener sus ropas para que no cayera, atrayendolo hasta su posición, culminando por propinarle un rapido y poderoso golpe de puño en el rostro con la mano retrasada (la derecha) buscando un daño mayor por la velocidad y la ubicación que por la potencia.

Al final no funcionó, no por la estrategia ni por el estilo, ni siquiera era el lugar, sinop la simple falta de datos, allí se resumía todo, un ataque certero había hecho perder el equilibrio al muchacho pero este a su vez, mas veloz y agil había logrado hacer lo mismo con Gendo, no sin antes cogerle de la ropa y caer junto con el anciano al suelo, empalados por las miradas de todos y el tenue sonido de la respiración contenida, estaba allí acostado en el suelo con el muchacho acestando un duro golpe en la quijada pero descuidando su cuerpo ante las hábiles manos del doctor, ¿podía matarle? si que podía, pero no lo haría, no solo sería incorrecto sino que aún pretendía gozar del temor de los novatos, y el matar a un recluta en su primer dia le ganaría facilmente un odio que quizás y hasta formaría una revuelta.

¿Suficiente? -Comentó apenas mientras clavaba fuertemente sus dedos en las hendiduras de las costillas del rival, apretando su interior de una forma que no solo le causaría un dolor inimaginable sino que apretaba la circulación a los pulmones y con solo un par de minutos le mataría, era obvio que Gendo descuidaba su rostro pero, con aquella acción el joven debería ceder y soltarle en una pelea que estaba destinada a una igualdad de condiciones, uno por se rmuy viejo y el otro por ser demasiado inexperto, eran cosas y azares de la vida como el continuaba en segundos.

Un golpe, no uno cualquiera, un golpe verdaderamente fuerte azotó el rostro del muchacho quebrándole la nariz y mandándole a volar contra una pared, sin embargo Gendo no se fijo mucho en esto sino que cerró sus ojos y espero lo que sabía que vendría, un golpe seco, fuerte, y simple en su abdomen dejándole desesperadamente en busca de aire aunque su cuerpo no podía recibirlo, todo estaba calculado y Gendo no se había apresurado lo suficiente para que el Capitán Duise perdiera la paciencia y con ello su típico nerviosismo.

Para sacarme de mis casillas basta ver un cuadro tan patético por mas de 5 minutos... -Argumentó el marine mientras le extendía la mano a Gendo para ayudarle a levantar mirándole con reproche y luego dándole un par de palmadas en la espalda mientras este se limpiaba la ropa y se colocaba su gabardina sobándose la barbilla en busca de daños serios que por suerte no ocurrieron. El hombre se aproximó a Fulco y levántandole le miró fijamente susurrándole algo al oido y luego dirigiendose al púlpito. Acabamos de ver el resultado de la indiciplina... Esta será castigada severamente... En cuanto al capitán Gendo está bajo mucha presión y está autorizado para administrar una paliza a quien ose siquiera mirarle de mala gana... Aqui no venimos a jugar sino a administrar justicia... Es todo. -Y así acabó todo, los reclutas se iban uno a uno y el capitán estrechaba manos con Gendo en señal de despedida, al parecer algo había dicho que no sería del agrado de Gendo puestoq ue su mirada se tornaba furica y demasiado insolente, algo inutil considerando que al final solo Fulco y Gendo quedaron en la habitación.

Spoiler:

Fulco falló, no en su totalidad pero había logrado ser sorprendido por una patada de su rival. Aquel experto sujeto logro impactar un golpe en la pierna de apoyo de Fulco
el cual comenzo a caer a la par de su rival. En ese momento con un movimiento logro asestarle un golpe directo al rostro sin protección. A partir de ese momento todo sucedio sumamente rapido
y de manera repentina. Aquel experimentando Capitan habia logrado conseguir una posicion de sumicion sobre Fulco, clavando sus dedos fuertemente en las costillas con gran habilidad
como claramente lo haria cualquier medico o cualquier persona con conocimientos basicos de anatomia humana. Fulco elevo su rostro, entrecerrando sus ojos. En ese momento dio el pase para que suceda lo que sucederia y libero su rostro totalmente, dirigiendo el brazo izquierdo lanzando un golpe de puño directamente sobre el rostro de Gendo, fallando para, segundos despues, recivir un fuerte golpe en su nariz. A lo que un grito se escucho proveniendo de el - Demonios! - Exclamo con fuerza, mientras quedo recostado sobre aquella pared con la que habia chocado. Observo como el capitan Gendo recibia una patada y volvio a cerrar sus ojos respirando profundamente, intentando aliviar el dolor a travez de la mente.

La Sangre no paraba de fluir de la Nariz de Fulco el cual, con su malo limpio parte de esta de su rostro. Aquel Capitan que habia propinado la patada ayudo al joven pupilo a levantarse y susurrando a su oido, dio la noticia a Fulco de que formaria parte de la tripulación de aquel sujeto con el que se habia enfrentado. Sin mostrar ningun sentimiento aparente, de hecho no lo tenia, se mantubo firme.
Terminada aquella escena Fulco inhalo una gran bocanada de aire para luego exhalarlo fuertemente y sin titubear acomodo su nariz en su lugar gritando - Maldito! - Refiriendose al sujeto que lo habia golpeado por sorpresa.

El dolor paso rapido y cuando menos se dio cuenta Fulco, todos habian abandonado el lugar a exepcion de Gendo, lo miro fijamente con la seriedad que lo caracteriza y, con el poco respeto con el que lo habia hecho hasta el momento, afirmó -Asi que seras mi capitan eh! anciano -

Comenzo una caminata tranquila y lenta en dirección a Gendo y como despedida emitio - Ire a la enfermeria - Nada mas ni nada menos que una obviedad de la cual no espera ninguna respuesta.
Atraveso la puerta y desaparecio de la vista de su nuevo capitan.

Haz lo que quieras, pupilo... -Dijo como si fuese una máquina, con su voz impasible de siempre y una dicción tan pulcra que no s enotaría el desgaste de aire que se elevaba entre sus agotados pulmones, Gendo no se movería de aquél sitio, de hecho estaba examinando internamente cuanto daño habría hecho esta vez el viejo Duise, no recordaba la última vez que habría sentido la furiosa patada del semigigante colega que ya a estas alturas estaría saliendo de la costa de Shelltown, tal cual haría Gendo en el imponente Mi Mor, embarcación que s ele fue asignada hace un par de semanas y que ya había acoplado perfectamente para su vivencia en el mar, era de esperarse pues que tan esquivo sujeto pudiese seguir tan simple orden y encontrarse con Gendo en el puerto, al fin y al cabo era secreto a voces que ShellTown no era una cuidadela que pudiese mantener a mas de un capitán sin que estos se mataran a golpes.

Tras un rato terminó el examen, estaba completamente bien y ahora su cuerpo tenía medicina y vendaje bajo su distinguida ropa, por lo que colocando sobre sus hombros la gabardina blanca con la palabra típica de la amrina "justicia" escrita en su espalda procedío a coger su botiquín y guardarlo entre sus ropas, introduciendo bajo sus mangas los bisturíes para facil acceso en cualquier condición incomoda que los necesitara, quizás una pelea similar, no lo sabía, hoy en dia había piratas pro doquier sin embargo su tiempo estaba ocupado en sus creaciones, y la exigencia de los superiores por aquella vacuna regenerativa que tanto ansiaban tener entre sus manos, no les culpaba, era un regalo prometido, pero aún no estaba lista y debía hallar quien le sirviera de prueba, su pupilo quizás, aún no confiaba lo suficiente en él por lo que, con paso simple y rápido desechó sus pensamientos y salió del auditorio.

Ya la situación habia culminado y Fulco con su nariz rota y la sangre deteniendose lentamente fue caminando muy tranquilamente hasta el centro medico de aquel lugar.
Habian bastantes personas libres y poca actividad en ese momento solo se encontraba un sujeto y Fulco que solo entro momentaneamente. Se sento en una camilla y como primer dialogo
con su mejor buena voluntad aquella enfermera pregunto - Que sucedio? Hmm, quebradura de nariz, no hay problema - Como algo cotidiano nisiquiera se gasto en llamar al medico de turno,
mostrando su experiencia haciendo esto aquella enfermera re-reacomodo la nariz de Fulco, detubo el sangrado definitivamente y como forma de prevención le entrego una Mascara (De esas que se usan
cuando uno se quiebra la nariz). Fulco se la coloco en el momento como parte del protocolo, aquella enfermera comenzo a hablar nuevamente diciendo - Bueno, esta mascara deberas uti .. - En aquel instante
con total falta de concideracion Fulco la interrumpio para despedirse - Hasta luego - Dejando a la enfermera hablando solo.
Camino unos diez pasos hasta la salida y una vez quedo fuera de la vista de aquella enfermera comenzo por quitarse la mascara llevandola en la mano. Mientras mantenia direccion hacia una tienda cercana.