Lástima... Eran las últimas gotas de la botella... 29zrdle

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Sáb Jul 02, 2011 10:48 am
Entre el escándalo ocasionado por la gente en su vaivén diario se percibe una figura cuyos tranquilos pasos dirigen su silenciosa y solitaria figura hacia el borde de aquella isla. Sus plateados cabellos son mecidos con ligereza por una brisa cargada de salinidad que es respirada con calma por un joven elegantemente revestido que se abre paso entre las personas locales mezclándose con el entorno a pesar de desentonar debido a su vestimenta. A pesar de su uniforme militar portado, su figura se muestra vaga y fantasmal cual espejismo del cruel océano en una tarde calurosa.

-Este sitio es bastante aburrido...-

Se dice a si mismo rascándose la cabeza mientras inspecciona su entorno con su ojo siempre vigilante buscando con la mirada alguna forma de entretenerse o distraerse evitando sumirse en sus macabros pensamientos. Es entonces que pasa a introducir su izquierda mano en su colgante chaqueta para extraer una pequeña botella de brandy que lleva a sus labios bebiendo aquel licor que pareciera regresarle la vida a su sepulcralmente pálido rostro.

-Ahh...-

Exclama con ligereza dejando que su figura de por sí relajada se muestre aún más floja encorvándose ligeramente al frente antes de volver a guardar su irrisoria reserva de alcohol. Su perdido mirar es entonces alzado hacia el firmamento donde pasa a clavarse fijamente mientras por un instante se pierde en una ensoñación ocasionada por el cálido y embriagante efecto del brandy recién bebido.
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Dom Jul 03, 2011 10:42 am
El lugar se encontraba iluminado, el viento soplaba de un lado para otro, moviendo con lentitud las finas motas de polvo que se encontraban en el suelo, a lo lejos una pequeña casa. A simple vista un tanto tétrica, las grietas y demás desconchados demostraban el poco nivel económico de los dueños de dicho hogar. Observándola más detenidamente se podía escuchar pequeñas conversaciones de la familia que vivía en la vieja vivienda. En total tres personas, una joven de gran belleza, la cual preparaba la comida junto con un apuesto joven, mientras que en el otro lugar de la casa se encontraba un pequeño niño jugando en el suelo. A tratar por sus ropajes, se podía deducir la gran falta monetaria que estaban viviendo, en aquel lugar, la famosa Gray Terminal, Enrar estaba viviendo a duras penas, la gran crisis impedía la subsistencia de la mayoría de las familias. La imagen de la tierna familia empezó a emborronarse, la escena empezó a avanzar con velocidad, largos años pasaban, la familia seguía igual económicamente, al joven le habían echado del trabajo, la novia tampoco tenía por lo que en el hogar empezaba a fluir el rechazo y mayoritariamente las discusiones. Disputas de pareja las cuales el joven siempre finalizaba con un abrazo a su amor, todo parecía estar bajo control pero la pobreza aumentaba. Un día la joven abandonó el hogar a largas horas de la madrugada.

A la mañana siguiente el único residente que quedaba en el tétrico hogar eran el joven protagonista de la historia y el pequeño infante de rojizos cabellos, estos se veían en soledad, estuvieron sentados frente a la puerta durante largo tiempo, esperando por si algún día su amada volvía… así aguantaron dos meses. Al final, por falta de sed y de alimentos, el joven y el infante desistieron. La escena se adelantó meses adelante, el cocinero había cambiado su típica expresión facial, siempre se le había caracterizado por ser cálido, amable y con una amplia sonrisa, en aquel momento solo se le podía distinguir por su color capilar oscuro y su tétrica sonrisa en su rostro. Tristeza, odio más bien, parecía ser un hombre distinto, el sentimiento de abandono le había absorbido incluso el alma, su corazón ya no latía, Enrar había muerto el día que fue abandonado por su único y verdadero amor.

De pronto la escena se oscureció, dos ojos se abrieron de par en par, la cara del marine deducía que todo lo ocurrido había sido un sueño. Otra vez ese dichoso sueño… que asco de vida… -Pronunció con voz pausada- Con lentitud el joven muchacho se levantó del lugar donde se había recostado para realizar una siesta, el hogar se encontraba en ruinas, apenas quedaba una pared entera. Hershel, nos vamos a recopilar información sobre Carlian… -Expresó mientras se preparaba para partir hacia su nuevo destino- D- de acuerdo m-maestro… -Expresó el niño mientras se aferraba a sus rotos ropajes con decisión-Los pasos de los dos sujetos fueron algo alterados por la situación en la que se encontraba el lugar, Hershel no pudo aguantar las tentaciones infantiles de escapar de la mano de su maestro y salir corriendo por la calle cual niño pequeño. Un simple golpe provocó que el pelirrojo cayera al suelo dejando un pequeño movimiento en un ataviado sujeto varonil. Enrar no tardó en levantar al infante e inclinarse para así dar sus respetos y disculpas al afectado. Lamento lo sucedido, este niño no se sabe controlar… -Expresó mientras levantaba levemente el rostro y divisaba así al bebedor-
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Dom Jul 03, 2011 9:44 pm
A pesar de su mirada ausente el joven de plateados cabellos alcanzó a ver al chico pelirrojo desde una distancia prudente. Su ojo posteriormente siguió el trayecto del mismo imaginando la trayectoria que habría de seguir más al final, cuando el chico estaba por ser evadido... La pereza le ganó al ex-militar limitándose a recibir el choque contra el pequeño que cayó el suelo; dicha caída le resultó vagamente cómica al pistolero que ignoró por completo las disculpas del mayor acunclillándose para ver de cerca al chico de cabellos de fuego.

- Dime, amigo... ¿Cómo te llamas? -

Sus palabras iban única y expresamente dirigidas al infante. A pesar de que observó a su acompañante llegar y disculparse, no mostró interés alguno por él clavando su orbe en el chico cuyo cuerpo recorrió con lentitud deteniéndose en su cabellera... Pelirrojo, aquel color de cabello no era tan usual y le traía recuerdos. Su ojo se cerró por solo un instante y una efímera visión de una niña menor de 10 años igualmente pelirroja sacudió su mente y logró que un ligero estremecimiento invadiera la columna del inusual caminante que disipó su mente al reabrir sus ojos y volver a pisar la realidad. Entonces una carismática sonrisa volvió a asomarse en su rostro borrándose todo rastro de amargura al instante.

- Tienes un muy lindo color de cabello, por cierto. ~ -

Ahí estaba de nuevo, aquel tono de voz ambiguo que escondía las verdaderas intenciones del hablante. Nuevamente su mirar se mostraba cálido pero sospechoso y su sonrisa permanecía en su semblante pero adquiría un nuevo matiz. ¿Acaso se trataba de un loco? ¿De un genio? Probablemente era ambas cosas. Pero solo muy pocos realmente llegaban a descubrir aquello. Quizá... Solo era una persona extraña.
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Lun Jul 04, 2011 9:57 am
La vergüenza del recluta “retirado” se hacía cada vez mayor, el adoptado infante había conseguido tirar al suelo a un hombre de muy mal ver, los ojos del peli azul se posaron en que ahora se agachaba y se dirigía hacia Hershel. De una altura considerable sin llegar a ser gigante, de complexión delgada. El color de sus cabellos no decantaba para que fuera una persona razonable, el plateado simbolizaba respeto y arrogancia para Enrar, mas eso solo era su impresión, no debía ser todo tal y como este lo pensara. La elegancia de sus ropajes alteraba los sentidos de nuestro actual pobre marine y la envidia le corroía por su interior. El infante, absorto y temeroso por la persona que acababa de tirar, empezó a temblar y con un delicada y atrabancada voz se presentó. H-hershel… lo s-siento mucho s-señor… -Expresó con nervios y lágrimas en los ojos- Al fin y al cabo, el niño apenas llegaba a tener los 9 años de edad. La atención de Enrar se puso en el niño, parecía que era ignorado y no le gustaba quedar como un estúpido ante personas que ni conocía, el marine quedó en silencio, levantó el rostro y quedo al margen de lo sucedido.

¿Eres tonto? ¿Dejarás que te ignore un desgraciado? Me sorprende tu cobardía… -Resonó en la mente del peli azul- ¿Qué era eso? Simplemente un ser que había creado el propio Enrar para ocultar su dolor, cierto era que muchas personas creaban una segunda personalidad para soportar un daño interno o una depresión. El mayor problema de aquello era el nivel de crueldad que tenía aquella segunda personalidad. Deja que me ocupe yo de esto… -Pronunció en voz baja para así determinar la situación que iba a tomar- No se dejaría controlar por su personalidad, sería él mismo el que solucionara su vida, el capitán de su barco, el dueño de su destino…

El peli plateado seguía atendido con Hersehl y provocando así un desprecio por Enrar, su diestra se posó en el hombro del peli rojo ¿por qué? Para así llamar la atención del recién conocido, persona que ni tan solo se había presentado. La mirada del marine era tenue pero directa en aquel sujeto, no desafiante pero si para tenerla en cuenta.
M-maestro… este hombre dice que tengo el cabello bonito… -Expresó el niño mientras se sonrojaba con dulzura- Enrar no apartó la mirada ni un solo instante, esperaba paciente algún tipo de respuesta por aquella mala educación. Hershel… ¿quién es tu nuevo amigo? –Preguntó indirectamente para así sonsacar el nombre del peli plateado- Un buen truco oral para así empezar una conversación.
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Lun Jul 04, 2011 12:47 pm
Al escuchar el nombre del chico asintió tranquilamente ampliando su sonrisa para alzar y dejar caer con un gesto vago su diestra restándole importancia al hecho de haber sido golpeado por el chico. Claramente no le importaba en absoluto el haber sido prácticamente embestido por el infante a quien parecía tratar con una total cordialidad, casi se palpaba el agrado del peli-plateado por el aprendíz del marino.

-Descuida Hershel, todos cometemos errores; además no me lastimaste en absoluto. En parte fue mi culpa por no poner atención al caminar... -

Emitió con naturalidad antes de soltar una muy tenue risa que fue cortada al "recordar" que dicho chico traía un acompañante. Por vez primera lo volteó a ver recorriendo igualmente aquella figura ajena con lentitud hasta detenerse en el rostro del peli-azul a quien igualmente le sonrió aunque a diferencia de con el chico, su sonrisa lucía fría y distante.

-Es comprensible que no se sepa controlar. - Aludió al primer comentario hecho hacia su persona. - Y también debería de ser comprensible que no se sepa mi nombre... Ya que no se lo he dicho. ~ -

Tras aquella mordaz respuesta pasó a erguir su figura quedando de pie frente al desconocido quien había sido llamado maestro por el pequeño Hershel. Su actitud pasiva no se alteró en absoluto ignorando nuevamente las intenciones de su interlocutor así como sus gestos corporales que denotaban cierto grado de hostilidad; mismos que parecían resbalarle al entretenido pistolero quien optó por continuar su conversación con el chico pelirrojo.

- Pero seguro que te sabes el nombre de tu maestro... ¿No es así? -
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Mar Jul 05, 2011 6:51 am
La situación no mejoraba en absoluto, Hershel seguía siendo el centro de atención de aquel sujeto, Enrar no perdía de vista todos los posibles movimientos en falso que se pudieran dar en aquella situación, no quería empezar un combate por una simple tontería de mala educación mas no controlaría por mucho tiempo a su personalidad interna. Jajajaja… ¡te sigue ignorando! ¡Deja que salga y me lo cargue! –Se escuchó de nuevo en la mente del peli azul- Su expresión facial denotaba cansancio, el tener que controlarse a sí mismo era agotador, el tener a una persona querer salir de su cuerpo a casa instante hacía de su vida un verdadero juego de azar. El interés que se mostraba en el pelirrojo provocaba sospechas en Enrar, el infante nunca había sido interesante, todo lo contrario, un huérfano más, un niño sin padres que había sido recogido de la calle con apenas un año de edad. ¡No dejes que te pisoteen así marinero de agua dulce! –Retumbaba en el interior del peli azul-

El niño de rojos cabellos se sonrojaba a cada palabra que hacía mención aquel intrigante hombre, su educación le atribuía agrado y respeto, pocas personas le habían hablado con tanta cordialidad y afecto, Enrar se había percatado de todo gracias al nuevo color de las mejillas de Hershel, las cuales hacían juego con el color de su cabello.
Ahora es afable con el estúpido niño… yo de ti se lo vendía y así te quitas a esa boca que alimentar –Una vez más retumbaba en la cabeza del marine- El control se hacía cada vez más difícil, ¿Por qué un hombre de ese nivel económico se había fijado en un niño? ¿Podría ser el padre que Hershel nunca tuvo? No sería una idea tan descabellada. Gracias señor, es usted una gran persona… -Expresó el infante con nerviosismo pero a su vez con agrado y alegría- Ya se lo había ganado, Hershel era como un perro sin adiestrar, un animal que si le dabas de comer o le tratabas bien se hacía tu amigo para la eternidad, un crío inútil al fin y al cabo.

Por fin, después de tanta espera, Enrar era observado y había conseguido atraer la atención de aquel peculiar sujeto. Una sonrisa, un gesto algo frío pero sin llegar a ser insinuante, le había mostrado aun el anónimo. Su primer comentario no ayudaba a mantener el control, un cambio de personalidad había mostrado, de ser afable con Hershel pasó a ser arrogante y egocéntrico con Enrar. El silencio se hizo dueño del lugar, el marine no respondió, quedó mirándole con determinación y frialdad. Aguantando su ira interna, el peli azul se dio por vencido y respondió con total naturalidad.
Sí, tienes toda la razón… -Alegó con una tenue y falsa sonrisa- La pregunta realizada para el infante no tardó en ser contestada. Sí, sí que me lo sé. Se llama Enrar Bean –Dijo con claridad- ¿sabe qué señor? Mi maestro es hijo de marines y ¿sabe qué? Él también es marine, bueno… era, dejó de serlo para ser feliz con su novia y ¿sabe qué pasó? La señorita se marchó de casa y aun la estamos buscando… el maestro está muy triste… -Terminó de explicar colocando una expresión afligida- El rostro de Enrar cambió, sabía que Hershel era un niño, pero no que fuese tan estúpido de darle a un desconocido tantos datos personales. La seriedad se dibujó en su cara, su mirada se posó en ahora erguido anónimo. Creo que ya sabe muchas cosas de mí… ahora podría presentarse ¿no? –Preguntó con ironía y algo de arrogancia-
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Mar Jul 05, 2011 1:51 pm
El combate interno que se desarrollaba en la mente de aquel de azulados cabellos era completamente ignorado por el artillero quien de saberlo seguramente usaría el mismo para su diversión; tristemente aquel no era el caso así que la conversación continuó fluyendo con la "naturalidad" que el peliplateado deseaba. A pesar de observar los rastros imposibles de esconder tanto de cansancio como de conflicto, Logan prosiguió con calma la plática mostrando interés nulo en el mayor y su atormentada alma. Por otra parte parecía fascinado con el chico de rojizos cabellos de quien recibió un halago, mismo que fue respondido con un acomedido ademán de inclinación en señal de gratitud por las palabras recibidas confiriéndole un toque formal y refinado al ex militar que volvió a mirar al mayor al escuchar como él mismo le daba la razón ante sus argumentos anteriormente expuestos.

Fue entonces cuando consideró prudente responderle más sus palabras no alcanzaron a salir de su boca antes de que el chico retomara el hilo de la conversación nuevamente llamando la atención del hasta ahora incógnito que pasó a prestarle total atención encontrando interesantes las cosas que aquel chico de poca prudencia tenía que decir. Claro, esperaba recibir de parte de aquel niño el nombre del mayor, pero... ¿Tanta información personal? Un delicioso bono que fue gratamente recibido por el sonriente joven que sintió como su aburrición se desvanecía al igual que los efectos de su embriagante bebida de la cual quedaban muy pocas gotas.

- Supongo que podría presentarme... -

Comenzó, notándose como la arrogancia e ironía del peliazul no hacían mella alguna en su temple. Al contrario, su rostro se mostraba tan fresco como al comienzo, quizá hasta más pues pensaba contraatacar aquella lengua filosa con palabras aún más filosas. Para la desgracia de Enrar, ahora que Hershel había divulgado parte de su pasado, una parte delicada, Logan tenía todas las cartas a su favor. Teniendo eso en mente, prosiguió:

- ... Si esa fuera mi intención; la cual, pensé que a estas alturas ya quedaba claro que no tengo. No me gustaría darle mi nombre, señor Enrar Bean, ya que podríamos terminar conociéndonos; eventualmente podríamos llegar al grado de fraternizar y yo soy un alma libre... Podría decidir desaparecerme de su vista y eso lo pondría... Muy ... triste. ~ -

Espetó sin la menor consideración hacia el protector del chico, en parte porque le desagradaba la arrogancia e ironía empleados hacia su persona, en parte porque había algo en el peliazul que le desagradaba (obviando el hecho de sus gestos sospechosos) y aún no sabía que era en concreto, pero en gran parte era porque él era así, y aquel tipo continuaba interrumpiendo su conversación con el agradable Hershel que seguramente en su ingenuidad y corta edad ignoraba por completo lo que el concepto sarcasmo significaba.
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Mar Jul 05, 2011 5:16 pm
Después de largo tiempo de espera y frustración por parte del rechazo provocado por el anónimo pirata, este parecía querer dignarse a entablar conversación, sus labios parecieron moverse para así provocar un sonido capaz de hacer estremecer los agudos sentidos de Enrar, un deseo de saber su nombre que estaba matando internamente a nuestro marine. Nada, aún seguía la incógnita, no se presentaba y provocaba más ira que sería controlada cada vez con más dificultad. Cuando parecía que de una vez por todas llegaba el momento de ser asistentes de una presentación todo cambió, el comentario de Hershel hizo que el anónimo siguiera en eso, en el anonimato. Ningún ataque indirecto, ya fuesen ironías, sarcasmos, miradas inquisidoras, podían altear a aquel joven, parecía como si fuese de piedra y que los sentimientos no formaran parte de su ser.

Su respuesta, su primer comentario solo provocó nostalgia a la espera de que pudiera presentarse y pronunciar un simple nombre.
¿Sabes? He intentado ser cortés, amable y educado, pero parece que tu arrogancia y chulería te controlan y no te dejan pensar bien. –Expresó con rabia mientras se le intentaba encarar lentamente agitando su diestra de un lado para otro con signo de ira- Te he dicho que me digas tu nombre, no que te cases conmigo estúpido. No he pedido amistad, solo un poco de educación por tu parte, cosa que no veo que tengas. [i]–Terminó de expresar mientras dejaba de lado a aquel arrogante sujeto- Hershel se empezó a alterar, las lágrimas empezaron a brotar de sus ojos y los golpes fueron directos a una persona, Enrar. Cada simple forcejeo llegaba a lo más profundo del marine, ¿Por qué no podía llegar a ser gentil con aquel infante tan bien como lo hacía el peli-plateado? ¿No podría llegar a ser tan bueno como él? El rostro de Enrar se ocultó en las sombras de la desesperación. Hora de salir… -Exclamó su voz interna- Las manos del marine fueron llevadas hasta su expresión facial, una tenue pero inquisidora sonrisa se mostró para el exterior. Hershel aún seguía con su intento de hacer entender al peli azul que su forma de hablar no había sido la correcta. Una simple bofetada marcó la diferencia entre edades y niveles de fuerza, el impacto no fue severo pero si impactante pues el niño quedó en un estado de asombro.

Estúpido niño, deja de pegarme… eres un estorbo, kishshishishishi -Expresó Enrar mas con una voz diferente- ¿Qué era eso? Algo había cambiado en él. Los ojos de Hershel se volvieron atónitos ante aquella voz, seguidamente se ocultó detrás del peli plateado. No…no… ¿dónde está mi maestro? –Preguntó con temor a la figura tétrica que mostraba el peli azul- Durmiendo… este arrogante me ha dado vía libre para salir un rato a jugar… -Alegó mientras se inclinaba en gesto de gratitud por tales indirectas acciones- La situación había cambiado, ya no estaba el Enrar de siempre ¿Quién era ese sujeto? Y lo más importante ¿qué haría con el anónimo sujeto?
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Miér Jul 06, 2011 10:49 am
Ante las palabras impregnadas de rabia e ira su sonrisa pasó a ensancharse mostrándose más que divertido al verle enojarse ante tan simples provocaciones. Fue entonces que el joven Hershel, el alumno, comenzó a golpetear a Enrar, el maestro, intentando corregir su pésimo comportamiento. Aquella ironía le pareció aún más peculiar por lo que pasó a prestar atención a la pequeña discusión de ambos que terminó con una bofetada por parte del mayor.

El rostro de Logan se mostró notablemente sorprendido al observar como el aparentemente controlado peliazul cedía cual bestia a sus impulsos y no le sorprendió en absoluto que el mismo infante se mostrara tenso y nervioso ya que ambos fueron testigos de una auténtica transformación de carácter en el mayor quien ahora mostraba sus verdaderos colores. Al escuchar la nueva voz que salía de las comisuras labiales de Enrar, su mirar se entrecerró reconsiderando aquella situación. No fue sino hasta que la pregunta dictada por el chico fue respondida, que el pistolero decidió intervenir.

- Vaya... Entonces supongo que me debes un favor. ¿No es así? -

Exclamó con ligereza retornando su semblante a uno rebosante de tranquilidad e indiferencia; una fría sonrisa que no mostraba sorpresa ni interés alguno en su interlocutor. El gesto de gratitud que realizó el perverso peliazul fue ignorado totalmente por el de plateados cabellos quien pasó a rascarse la cabeza con una anormal soltura, dadas las circunstancias.

- ¿Y exactamente de qué clase de juego estamos hablando? Porque tengo poco tiempo y me queda muy poco ron... -
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Miér Jul 06, 2011 3:39 pm
El nuevo Enrar se encontraba presente ante los dos sujetos, por un lado el asustado Hershel, el cual recordaba las numerosas palizas recibidas por el incontrolable marine en ese estado. Por otro lado pero no menos importante se encontraba el anónimo. La sonrisa atenuante del sujeto no le importaba lo más mínimo al marine, no era como el anterior Enrar, el actual le era todo indiferente, solo le importaba lo que le afectase a primera vista y sobre todo el poder. ¡Tú, déjame salir de aquí! –Pronunció le verdadera voz del marine en su propio interior- Se podía ver la verdadera lucha interna que estaba sufriendo aquel joven marginado. La nueva mirada era insinuante, algo arrogante y con un toque personal que le caracterizaba por ser chulesco, el objetivo que llevaba esta mirada era el infante de rojizos cabellos.

Hershel no cesaba su llanto, lágrimas y lágrimas eran brotadas por sus ojos hasta llegar al punto de poder inundar una ciudad al completo; la sorpresa que había sentido aquel individuo de plateados cabellos al ver el cambio de personalidad no tenía precio, hecho que le gustaba a Enrar. El poder haber sido testigo de un cambio de expresión, el que la persona que le había ignorado le prestara atención, un logro que había conseguido con esfuerzo y determinación.
¡Deja de llorar, me vas a manchar la ropa de tus sucias lágrimas! –Exclamó al mismo tiempo que se llevaba las manos a la cabeza como si el dolor de esta le afectara de una forma irritante- Aquel impacto de viva voz provocó un impulso en el niño que hizo quedarse temblando tras la pierna diestra del peli-plateado, el tembleque era algo gracioso pues no era el propio de un humano sino más bien el de un animal que vive con temor a los golpes de su amo.

El comentario realizado por el insinuante anónimo quedó en un intento de provocar la gracia o el aferro a más rabia por parte del marine. Enrar levantó la vista para posarla esta vez en aquel irritante sujeto, sin perderle de vista un solo instante, el peli azul se dispuso a responder aquel carismático comentario.
Mmm… Pues se podría decir que sí, aunque viendo cómo eres, creerás que somos amigos, que nos tendremos que conocer, pero como eres un lobo solitario me harás daño… y la verdad es que me da lo mismo –Respondió con arrogancia- Se notaba la diferencia de personalidad que tenía aquel marine. Ante el último comentario realizado por aquel sujeto, Enrar quedó en suspense ¿qué quería decir? ¿De qué juego hablaba? Tardó unos segundos en percatarse de lo absurdo que había sido aquel mal entendido, cuando el marine había entrado en sí, pronunció que había salido a jugar un rato, mas no creía que se malinterpretase tal cosa. Es un juego para adulto, no creo que te interese… si quieres, nos puedes acompañar a esa taberna, total, dudo que tengas algo mejor que hacer –Terminó de decir a la par que empezaba el camino hacia algún lugar lúgubre donde beber-
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Miér Jul 06, 2011 10:15 pm
El nuevo Enrar se mostraba notablemente gruñón y malhumorado cosa que pareciera no importarle al peliplateado cuyo mirar tras ser desviado hacia el chico nuevamente se posó ante el mayor. Una mueca de molestia combinada con pereza se dibujó en su rostro al verse inmiscuido en una situación problemática y tras emitir un suspiro desganado pasó a tomar la cabeza del chico con la mano derecha mientras la izquierda era usada para apuntar hacia el mismo su habitual tranquilidad.

- ¿Y dejar solo al pobre Hershel? Las tabernas no son sitios para los niños. ~ -

Nuevamente se inclinaba a favor del infante y no parecía interesado en seguir al peliazul a aquellas zonas de aspecto peligroso del pueblo... Sencillamente le daban flojera. Entonces una idea cruzó su cabeza y pasó a extraer su botella de ron. La miró con algo de añoranza despidiéndose de los residuos de su reserva personal.

"Lástima... Solo quedan las últimas gotas de la botella y este lunático me va a dejar sin ron..."

Pensó en sus adentros mientras extendía la botella hacia su interlocutor. Sin dejar de mirar la misma, aquel ron era de otra isla y poseía una calidad superior al licor barato que seguramente se vendía en aquellas tabernas de mala muerte. Aprovechando aquel momento de paz le sonrió a Hershel de manera apacible intentando contagiarle su calma mientras con su semblante le indicaba que todo iba a estar bien. Finalmente pasó a soltarle la cabeza y su cuerpo fue girado con dirección al puerto, sitio que lógicamente lucía mucho más alegre y vívido.

- A mi me apetece más ir hacia allá... De todos modos busco un barco que me lleve a Loguetown. ¿Qué tal si me pagas el favor que me debes acompañándome y ayudándome a buscar mi barco? Si después matas a Hershel, te matas a ti mismo o arman una fiesta masiva ya será cosa tuya y todos quedamos contentos. ~ -

La propuesta era más que razonable y por vez primera Logan se mostraba dispuesto a negociar y a bajar un poco su nivel de agresividad pasiva; indudablemente el nuevo Enrar era más divertido que el aburrido y soso peliazul que se disculpaba por el choque con el niño y tampoco quería terminar de niñero cargando con el pelirrojo. Una sonrisa animada se dibujó al final en el semblante del pistolero mientras esperaba la respuesta del bipolar sujeto meciendo suavemente el ron que seguía en oferta. Oferta que podría e iba a expirar pronto.
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Jue Jul 07, 2011 7:20 am
La expresión del anónimo no cambiaba en absoluto, aunque el nuevo Enrar se le encarara, le faltara al respeto, le mostrara una arrogancia digna de ser despreciada con ira y rabia, nada hacía cambiar a aquel sujeto el cual seguía con su sarcasmo e insolencia. Una nueva expresión facial mostraba el estado que sentía el peli plateado por los comentarios o sugerencias que atribuía Enrar, y es que ni con un plan de ir a beber estaba contento aquel sujeto. Con el rostro fruncido mas sin mostrar rabia, el marine quedó atento a lo que aquel individuo relataba con parsimonia y lentitud. Con su diestra agarró al pelirrojo para así dar un claro ejemplo de su rechazo al plan impuesto por el peli azul, aunque le costara reconocerlo, aquel hombre tenía toda la razón pues una taberna no era el lugar idóneo para ir con un infante. Niño, me estropeas todos los planes… -Pronunció a su vez que le lanzaba una mirada lúgubre al muchacho- Este volvió de nuevo a su lugar de origen, más concretamente tras el pirata.

Ignorando por completo el plan bien declarado por el marine, el peli plateado extrajo su carismática botella de ron, aquella bebida alcohólica que se obtenía a partir de la caña de azúcar por fermentación, destilación y envejecimiento, generalmente de las barricas de roble. De sabor indiscutible mas con efectos perjudiciales para el hígado. Su mirada afligida por el dolor a la posible ausencia de aquel licor, Enrar quedó pensativo imaginando lo dulce o agrio que podría estar aquella bebida, en efecto, a su diez y nueve años de edad nunca había probado el ron. Con el licor en la mano, aquel individuo intentó tranquilizar al alterado Hershel, hecho que alertó al oculto y afable Enrar que a su vez tranquilizó pues no le gustaba dejar al niño solo con aquella perversa personalidad.

Con una nueva visión para el infante, este quedó más tranquilo y alegre, una tenue sonrisa se dibujó en su rostro y con algo más de felicidad expresó alguna que otra palabra.
Qué lugar más bonito… ¡quiero ir! Seguro que hay delfines –Exclamó con total normalidad como si nada hubiera pasado con anterioridad- Entre la estúpida fantasía interna del pelirrojo y que el anónimo lo había utilizado para contrarrestas cualquier posible desagrado por parte del marine, estaba claro que ahora tocaba hacerle caso y seguir sus dirigencias. Por lo que acababa de entender, el anónimo necesitaba un barco para ir a su nuevo destino, el cual parecía ser Logue town. ¿Chantaje emocional? Eres cruel señor anónimo… -Alegó con total normalidad y tranquilidad- Tú, estúpido niño, si te llevo un rato con este luego ¿me prometes que dejarás de fastidiarme la existencia? –Preguntó al mismo tiempo que le daba una leve pero significativa colleja a la altura de la nuca- Seguidamente y sin perder un solo instante, el peli azul emprendió el camino hacia el puerto.
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Jue Jul 07, 2011 11:11 am
Cual aire que cambia su dirección al azar y de manera libre, aquel misterioso pistolero se mostraba tan ligero e impredecible cual soplo de eolo. Con una sonrisa inefable se dirigía hacia el puerto avanzando con desplazamientos suaves y felinos. Su rostro no mostraba incomodidad ni molestia alguna a pesar de ir acompañado de un niño miedoso y empalagoso y un lunático bipolar cuya mirada pareciera querer perforarle el cráneo con alguna estaca. A decir verdad, se mostraba hasta entretenido pues durante el trayecto le comentaba al chico (y le permitía al mayor escuchar, ignorándolo deliberadamente por razones aún desconocidas) situaciones graciosas vividas en la guardia imperial o le compartía un poco de su sapiencia en el ámbito de la limpieza.

Finalmente, los tres llegaron al puerto y una gran cantidad de barcos se mostraron frente al inusual trío. Logan pasó a observar el ambiente de aquel sitio mostrándose complacido al ver una gran cantidad de barcos listos para zarpar y solo hasta entonces detuvo su andar. Un trago fue bebido a su botella de ron antes de ser la misma lanzada hacia el peliazul en señal de ofrenda de paz (o de cumplimiento del "trato") antes de adentrarse en los muelles.

- Jhm... Me pregunto cual barco será el más rápido... -

Expresó con indiferencia haciendo notoria su falta de interés real. Sus propias palabras pasaron a perder sentido alguno al detenerse frente a un velero gran velero que lucía bastante cómodo pero igualmente bastante lento. Dicho barco estaba en la zona donde partían los barcos con rumbo a Loguetown por lo que era de suponerse que aquel navío lo podría llevar a su destino, lenta, pero placenteramente. Su sonrisa se ensanchó al apuntar con su diestro índice al mismo.

- Éste me gusta. -

Tras realizar los trámites pertinentes (y obtener un precio bastante bajo ofreciendo a cambio sus servicios de limpieza; cosa inusual y que sorprendió a todos ya que nadie imaginaba que un sujeto que vestía de modo tan refinado se ofrecería a hacer la limpieza para ahorrarse dinero) regresó con Hershel y Enrar mostrándose satisfecho con el trato obtenido.

- Bueno... Aún me quedan algunos minutos antes de que parta el barco. ¿Qué podríamos hacer antes de que me vaya? -

Como era de esperarse, se dirigía al pelirrojo.
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Lástima... Eran las últimas gotas de la botella... Empty Re: Lástima... Eran las últimas gotas de la botella...

Jue Jul 07, 2011 12:53 pm
Todo parecía estar en orden, el individuo había acabado con tanta arrogancia y niveles de maldad internos que provocaban enfado y locura en nuestro marine, apenas se podía andar por la calle sin presenciar a tres sujetos algo estrafalarios, un niño lloriqueando y sonriendo y riendo por otro instante. A un extremo un peli plateado sonriente y maléfico que no daba muy buenas vibraciones y por otro lado un marine con doble personalidad que influía mal estar a sus acompañantes o simplemente era algo extravagante. Por fin, después de tanta espera, la emoción estaba servida, todos habían llegado al puerto y allí empezaría la búsqueda del barco del anónimo. Los numerosos barcos que habían en el lugar podían llegar al número de una ostentosa flota marine, ahora solo quedaba saber cuál era el que pertenecía al anónimo. Algo pareció cambiar en aquel sujeto, le había ofrecido su botella de ron, ¿eso era un gesto de simpatía? ¿le habría echado veneno?

Tú, niño, ven… -Exclamó mientras agarraba con fuerza por el cuello al pelirrojo- El siguiente movimiento fue decisivo, le introdujo la botella de ron en la boca de Hershel. Cuando este bebió uno que otro sorbo, el peli azul quedó atento por lo que podría pasarle. Si era veneno moriría y se evitaría el tener que beber él mismo, si solo era alcohol pues bebería y así probaría que deleitado estaba aquel licor. ¡Ah! Quema, me quema el estómago –Gritó el niño al mismo tiempo que se agarraba con fuerza la garganta- El marine, con el conocimiento suficiente de que aquel brebaje no era venenoso, dio un largo y feroz sorbo para así zanjar la ofrenda del anónimo. El pobre Hershel no le gusta el alcohol jajajaja –Alegó con gracia y le entregaba la botella a su dueño-

El último comentario por parte de aquel individuo no fue pasado por alto por Enrar, ¿no estaba buscando su barco? ¿Es que iba a comprar uno? Ambos quedaron en silencio ante un velero lujoso. Todos lo que se encontraban a su alrededor partían a una misma dirección, la famosa ciudad de alfa y omega, a loguetown. Sus sospechas intrigantes se marchitaron al ver como aquel sujeto compraba con legalidad el barco.
Yo lo veo lento para ir a una ciudad tan alejada… -Dijo a regañadientes el marine- A su vuelta lo primero que hizo fue dirigirse a Hershel para ver que podían hacer y así matar el poco tiempo que les quedaba. El infante empezó el llanto, lágrimas que eran lanzadas como chorros a presión encima de las ropas del elegante anónimo. Señor, no se vaya, venga con nosotros, no se vaya… -Sollozaba el infante a duras penas- El siguiente movimiento fue realizado por Enrar, el cual con mucha seriedad lo agarró por los hombros, parecía que le iba a dar un abrazo y así calmarlo mas lo que de verdad hizo fue levantarlo y con fuerza lanzarlo hacia el agua. Ahora vas y lloras al mar… -Pronunció todo indignado el pali azul-
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Lástima... Eran las últimas gotas de la botella... Empty Re: Lástima... Eran las últimas gotas de la botella...

Vie Jul 08, 2011 12:00 pm
La insistencia del chico no alteró en absoluto la resolución del peliplateado quien ahora tenía en el interior de su chaqueta la botella de licor con su exigua reserva. Tras observar como el pelirrojo era tirado al mar se limitó a seguir con la mirada el vuelo de Hershel sin mostrarse molesto o alterado en absoluto. Su mirar denotaba cierta sorpresa entremezclada con indiferencia al ver la crueldad mostrada por Enrar quien se mostraba cada vez más bipolar.

- Supongo que pasar un rato ameno y tranquilo no está dentro de las opciones... -

Se dijo a si mismo a la vez que inclinaba ligeramente su figura hacia un costado cruzándose de brazos. Ni de broma pensaba mojarse la ropa para rescatar al chico pero si Hershel no sabía nadar su muerte se podía considerar un hecho. El artillero entonces volteó a ver al salvaje maestro preguntándose si volvería a ser el chico bueno e iría al rescate de su alumno o si antes de partir hacia Loguetown se convertiría en un testigo de asesinato.
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Vie Jul 08, 2011 1:08 pm
Un simple gesto pudo haber condenado a Enrar a prisión para el resto de sus días, Hershel no sabía nadar y el peli azul lo había lanzado al agua sin miramiento alguno, este se jugaba su puesto de marine y la vida del infante. En resumen, lo que de verdad importaba, es decir, el rango de recluta marine, estaba pendiendo de un hilo. Su vista se posó en el pelirrojo, este chapoteaba con fuerza, con rabia, como si las ira le fuera a salvar, como si con cada golpe que daban su cortos brazos sobre aquel agua le fueran a evitar hundirse. Su vida se iba acortando con cada ola, estas pasaban por encima del futuro cadáver y solo hacían que hundirle una y otra vez, daba gusto ver como aún seguía con el empeño de sobrevivir y se negaba a perecer como un objeto en aquel grandioso mar.

Como aguanta… kiyahahahahahha –Reía a carcajadas mientras observaba aquel tétrico espectáculo- Lo que también le asombraba era como aquel anónimo no se había lanzado a ayudar a su protegido, a aquel niño con el que había entablado tan buenas migas, ahí se mostraba como era aquel sujeto realmente. Aquella imagen de Hershel hundiéndose provocó una expresión de sorpresa en Enrar, su rostro del peli azul se ocultó en las sombras de la desesperación. ¡No dejaré que muera! –Exclamó con una voz nueva pero ya conocida por el peli plateado- Era el verdadero Enrar, el que había conocido en un principio. Este, sin perder una milésima de tiempo, se quitó la camisa y la americana; seguidamente alzó una carrera para lanzarse al mar.

En apenas unos instantes, los dos salían del agua, con los primero auxilios, el pelirrojo expulsó toda el agua que tenía en su cuerpo. Ambos quedaron tendidos en la orilla del puerto expuestos a los futuros comentarios del anónimo.

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Lástima... Eran las últimas gotas de la botella... Empty Re: Lástima... Eran las últimas gotas de la botella...

Vie Jul 08, 2011 2:26 pm
La transformación del marine le recordaba a cierta novela famosa donde el personaje central poseía dos personalidades totalmente opuestas. Su ojo no se separó en ningún momento del peliazul observando cuidadosamente los gestos y acciones del mismo logrando esta vez notar como el macabro Enrar era sustituido nuevamente por el noble maestro de Hershel.

- Jhm... -

Posteriormente presenció el rescate del pelirrojo quien nuevamente fue llevado a salvo hasta la orilla donde el chico recibió primeros auxilios reestableciéndose tras algunos tensos minutos. Todo esto fue observado cuidadosamente por el peliplateado quien guardó total silencio hasta ver que cierto grado de tranquilidad comenzaba a apreciarse en el ambiente. Sólo hasta entonces se dirigió al chico hacia el cual se inclinó para observarlo detenidamente.

- ¿Estás bien? -

Interrogó con absoluta tranquilidad mirando de reojo a su mentor preguntándose si regresaría a su malvada contraparte o si continuaría siendo el mismo del principio. Nuevamente las intenciones del artillero parecieran esconderse tras un insonable velo de misterio que jamás parecía desligarse de su persona.
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Lástima... Eran las últimas gotas de la botella... Empty Re: Lástima... Eran las últimas gotas de la botella...

Sáb Jul 09, 2011 8:49 am
Estando los dos mojados y resguardados jóvenes sobre aquel frío asfalto del puerto, el peli plateado los observaba con cuidado y seriedad. No se había movido ni un solo centímetro, tanta amabilidad por el pelirrojo para que luego le hubiera dejado morir en aquel mar, si no llega a ser por la verdadera personalidad de Enrar, Hershel habría fallecido ahogado sin nada por lo que haber vivido, sin poder llegar a cumplir su sueño, una vida desperdiciada. M-maestro… eres tú… cof cof –Expulsaba agua por cada palabra que decía- El peli azul se levantó y con algo de autoestima por todo lo que había hecho con anterioridad, se fue directo al anónimo.

¿Qué si está bien? ¡Casi lo mato! Y no has hecho nada para evitarlo, no te pido que saltaras a salvarlo pero por lo menos hacerme reaccionar, o por lo menos pedir ayuda… ¿qué clase de hombre eres tú? Él te había cogido cariño… -Alegó todo furioso mientras le agarraba del cuello de la camiseta- Estaba claro que era el Enrar en personalidad amable mas también se podía ver rabia en sus palabras, la ira le había envuelto al ver la parsimonia de aquel sujeto. ¡Contesta! –Exclamó el peli azul cansado de aquel espectáculo tan reprobable- Fue entonces cuando el pelirrojo se levantó a duras penas, la palidez de su rostro denotaba agotamiento y demasiada fatiga para un cuerpo tan pequeño. Con lentos pasos se acercó a la forcejeada pareja y agarrando al pantalón mojado del marine se expresó tal y como debía para una situación así.

Maestro déjelo, si no me ha intentado salvar habrá sido por algo, no agrado a nadie… hasta usted mismo cuando cambia me detesta… lo mejor que podría haber hecho es morir ahogado… -Expresó con tristeza el melancólico infante- El silencio inundó el lugar.

Off-rol: Este tema lo cierra tu post que hagas a continuación. Si puedes abre uno en la misma ciudad pero que al final nos vayamos de tiendas.
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Lástima... Eran las últimas gotas de la botella... Empty Re: Lástima... Eran las últimas gotas de la botella...

Sáb Jul 09, 2011 2:08 pm
La ira del peliazul pareciera resbalarle por completo al peliplateado cuyo mirar fue entrecerrado observándolo y escuchándolo atentamente. Por primera vez ignoró completamente al pelirrojo dándole su plena atención a aquel que se levantaba furibundo en su contra. Su rostro únicamente se mostró serio y seco. Ningún amago de molestia parecía mostrarse en su rostro que lucía muerto, desinteresado y hasta aburrido. Sólo hasta que el maestro terminó de escupir su diatriba recibió la respuesta del pistolero.

- Tú lo has dicho... Casi. -

Recalcó mientras su diestra igualmente subió hasta el cuello de la camisa de su contraparte para sostenerla con fuerza, entonces la soltó con un dejo burlón indicándole con dicho gesto rebosante de ironía que le parecía risible su actitud. Casi ridícula. Fue entonces que su seriedad se desvaneció nuevamente para mutar en una maliciosa y fría sonrisa, la misma sonrisa que mostraba cuando tenía intenciones de herir o dañar a alguien a nivel mental. Aquel peliazul lo había molestado (en absoluto hecho enojar, para eso se requería más, mucho más) y pensaba tratarlo como la molestia que realmente era.

- ¿Y acaso no fuiste quien puso su vida en riesgo en un principio? ¿Acaso intentas culparme por no haber intentado detener tus estupideces? -

Su hiriente lengua se mostraba tan fría y acerada como una cuchilla recién afilada. Sus palabras únicamente espetaban verdad e iban con la sola intención de culpar, doblegar y desmoronar aquel patético intento de autoestima y orgullo que el bipolar marine con ínfulas de buena persona descaradamente se atrevía a mostrarle al peliplateado. Sin darle tiempo de recuperarse de aquel primer golpe moral continuó con un tono que destilaba desprecio.

- ¿Y ahora te atreves a criticarme cuando tú eres el único culpable por no saber controlar tus animalescos instintos? ¿Qué clase de marine pseudo-defensor eres? -

Calló. El silencio se hizo profundo y Logan permitió que el mismo se extendiera más de lo necesario, quería forzar al lunático a considerar y sopesar las palabras emitidas de manera cruel, pero sincera. Sabía que él tenía la razón y que quizá no era un héroe, pero si alguien merecía ser tachado de villano era aquel deplorable hombresito que no sabía ni controlarse cayendo tan bajo al grado de crearse una segunda personalidad. Finalmente aquella silenciosa y pesada atmósfera inmóvil e inmutable fue destruida por el refinado ex-militar quien pasó a soltarse del agarre aplicando cierto grado de fuerza para quitarse la mano ajena de encima. Entonces se encaminó hacia el pueblo deteniéndose tras avanzar algunos pasos. Sin voltear a ver al peliazul le dirigió una cordial mirada a Hershel a quien le indicó con la mano que lo siguiera.

- No me has respondido si estás bien Hershel... Y no estoy de acuerdo con lo que dijiste; de hecho, a diferencia de tu tonto maestro, tú si me caes bien. ~ -

Entonces se llevó una mano a la barbilla mostrándose pensativo y tras llegar a una conclusión mental amplió su sonrisa que perdió toda su frialdad y perversidad mutando en una sonrisa tranquila y cándida.

- ¿Qué te parece si te compenso comprándote un helado o caramelos por mi falta de heroísmo? Nada recupera mejor un cuerpo fatigado y que estuvo al borde de la muerte que algo dulce. -

Nuevamente retomó su andar esperando ser seguido por el chico mientras se redirigía a la aldea volviendo a detenerse en seco, otra vez, sólo que en esta ocasión no se volteó dándoles la espalda a ambos. Su rostro era imposible de ver más su tono de voz lucía imperioso, imponente y por primera vez mostraba carácter.

- Ah... Cierto; lo olvidaba; si me vuelves a poner una mano encima, Enrar Bean... Te voy a matar. ~ -

Su diestra mano se alzó con ligereza y con la misma parsimonía característica de sus gestos y acciones volvió a andar esta vez sin detenerse. Aparentemente hablaba en serio, aunque debido a su enigmática personalidad jamás era posible comprender sus verdaderas intenciones. Algo quedaba claro: no pensaba dejarse amendrentar por las palabras infundadas dichas por el peliazul. Su mano izquierda se introdujo en el interior de su chaqueta sacando la botella de ron que bebió hasta acabarse su contenido. Sin dejar de darles la espalda tiró la botella desinteresadamente a la vez que suspiraba encogiéndose de hombros. Se había tomado lo poco que le quedaba de ron.


Rol Off: Bien, creo que ya se puede dar por terminado este tema. Ahora paso a iniciar el nuevo en la ciudad para hacer las compras de armas y helados y etc.
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