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¡Paz!, después de la tormenta.
Vie Jul 01, 2011 1:33 am
El moreno se encontraba tirado en el piso, sin poder mover ni siquiera un dedo, pero sea como sea sus brazos empezaron a moverse pero de manera lenta y forzada, estaba claro que el moreno buscaba hacer algo, al parecer se rebuscaba en su túnica y nadie sabría lo que quería hacer el peli grisáceo. Pues al parecer andaba buscando otra de aquellas granadas que había lanzado anteriormente, su rostro sádico y maniático no se dejaba borrar por ningún momento y más aún cuando escuchó las palabras del azabache, las cuales afirmaban que la pelea se trataba de un empate, más sin embargo era algo que el mismo moreno rechazaba aceptar, por lo que simplemente buscaba el modo para deshacerse de aquél sujeto, hasta que intentaba sujetar su revolver el cual rosaba con sus dedos más no era alcanzado por el mismo.
- Maldición... - Mencionó enfurecido, mientras que dejaba descansar sus manos extendidas e iniciaba a ver hacia arriba.- Yo... Gané, aunque estemos en el piso, si no recibes atención morirás... Kehehehehe...- Decía con un tono realmente alterado, no le importaba su estado, ya que aunque se encontraba incapacitado para pelear, el estado de su oponente por la bala era mucho peor que el de él. Krizalid simplemente reía como loco, mientras se quedaba con las manos extendidas y los pies en la misma forma, para poder descansar y soportar aquellas dolorosas heridas.
- Maldición... - Mencionó enfurecido, mientras que dejaba descansar sus manos extendidas e iniciaba a ver hacia arriba.- Yo... Gané, aunque estemos en el piso, si no recibes atención morirás... Kehehehehe...- Decía con un tono realmente alterado, no le importaba su estado, ya que aunque se encontraba incapacitado para pelear, el estado de su oponente por la bala era mucho peor que el de él. Krizalid simplemente reía como loco, mientras se quedaba con las manos extendidas y los pies en la misma forma, para poder descansar y soportar aquellas dolorosas heridas.
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Re: ¡Paz!, después de la tormenta.
Vie Jul 01, 2011 8:56 am
Mientras el cuerpo de Desmond se encontraba tirado en el suelo, con los brazos y las piernas extendidos, una pícara sonrisa se esbozó en su rostro ante las palabras de Krizalid; aun después del acuchillante dolor que sentía en todo el cuerpo tenía la fuerza suficiente para esgrimir una sonrisa- No es la única bala que me han metido en el cuerpo tío... Estoy acostumbrado a esto... ¡Jajajaja!- Exclamó en una carcajada el pirata de negruzcos cabellos.
No pareces tan mal tío como intentas hacer parecer a la gente, un poco terco y algo sádico pero todo el mundo tiene sus defectillos ¿No? ¡Jajajaja! En el fondo creo que eres un buen tío.- Comenta de manera honesta e inocente el pirata, aun encontrándose completamente paralizado en el suelo por culpa del mismo del que ahora habla de buena manera- ¡Ah, por cierto! No nos hemos presentado... ¿Cómo te llamas? Yo soy Desmond F. Devil.- Se presenta el pirata, manteniendo en su rostro aquella alegre y despreocupada sonrisa.
No pareces tan mal tío como intentas hacer parecer a la gente, un poco terco y algo sádico pero todo el mundo tiene sus defectillos ¿No? ¡Jajajaja! En el fondo creo que eres un buen tío.- Comenta de manera honesta e inocente el pirata, aun encontrándose completamente paralizado en el suelo por culpa del mismo del que ahora habla de buena manera- ¡Ah, por cierto! No nos hemos presentado... ¿Cómo te llamas? Yo soy Desmond F. Devil.- Se presenta el pirata, manteniendo en su rostro aquella alegre y despreocupada sonrisa.
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Re: ¡Paz!, después de la tormenta.
Vie Jul 01, 2011 8:57 pm
Hacia un tiempo que había abandonado Logetown, con varias personas en mi búsqueda, por deberles algún que otro dinerillo, estaba viajando como aprendiz de carpintero en una tripulación pirata denominada "Black road pirates", ellos fueron los que me había salvado al vida hace un tiempo ya, curándome las heridas y haciendo mas por mi de lo que nadie había hecho jamas, ademas de mis padres, claro, ahora estaba recorriendo el "eastwest blue", intentando conocer el mundo y cumplir mis metas paso a paso, así que me puse a caminar por sectores de un pequeño pueblo llamado Shimotsuki, donde vi a escondidas una pelea entre dos personas al parecer bastante rudas.
La lucha había acabado, uno de ellos había mordido el polvo a base de un buen disparo, al parecer no había rencores puesto ya no estaban peleando uno con el otro, sino que intentaban tener una conversacion que parecía amigable.
Así fue como decidí meterme en medio, para conocer nuevas personas y claro ofrecer mi ayuda al herido, por si necesitaba ser llevado a algún sitio, para que le sacaran el proyectil de su cuerpo, aun no sabia mucho de eso pero estaba bastante interesada en aprender lo básico, como tratar algún corte o quitar una bala, claro que también me serviría a la hora de repararme a mi misma, aunque por el momento eso era lo de menos, ya que mis prótesis estaban ocultas bajo tejido orgánico no se reconocían.
— ¿Estan bien?, ¿ necesitan ayuda?.— pregunte intrigada, tenia una túnica blanca que cubría mi cuerpo, con una capucha aunque esta estaba replegada sobre mis hombros y espalda, por si algún aguacero repentino me pillaba por sorpresa.
Me aproxime a quien estaba tirado en el suelo y le mire la herida, una bala alojada en el cuerpo, algo poeligroso si no se atendia pronto, puesto que la herida se podía infectar o la bala podía encajarse mas lastimando algún órgano.
— ¿Quieres ir a ver a un medico para que te trate eso?.— dije con una sonrisa en mis labios, en mi cabeza los googles que siempre llevaba, mas que nada por si tenia que hacer algo con madera las astillas o chispas de el metal que también trabajaba me afectaran, mas que claro estaba que yo no pagaría la cuenta eso lo ahria el pero yo solo me ofrecía a llevarlo.
La lucha había acabado, uno de ellos había mordido el polvo a base de un buen disparo, al parecer no había rencores puesto ya no estaban peleando uno con el otro, sino que intentaban tener una conversacion que parecía amigable.
Así fue como decidí meterme en medio, para conocer nuevas personas y claro ofrecer mi ayuda al herido, por si necesitaba ser llevado a algún sitio, para que le sacaran el proyectil de su cuerpo, aun no sabia mucho de eso pero estaba bastante interesada en aprender lo básico, como tratar algún corte o quitar una bala, claro que también me serviría a la hora de repararme a mi misma, aunque por el momento eso era lo de menos, ya que mis prótesis estaban ocultas bajo tejido orgánico no se reconocían.
— ¿Estan bien?, ¿ necesitan ayuda?.— pregunte intrigada, tenia una túnica blanca que cubría mi cuerpo, con una capucha aunque esta estaba replegada sobre mis hombros y espalda, por si algún aguacero repentino me pillaba por sorpresa.
Me aproxime a quien estaba tirado en el suelo y le mire la herida, una bala alojada en el cuerpo, algo poeligroso si no se atendia pronto, puesto que la herida se podía infectar o la bala podía encajarse mas lastimando algún órgano.
— ¿Quieres ir a ver a un medico para que te trate eso?.— dije con una sonrisa en mis labios, en mi cabeza los googles que siempre llevaba, mas que nada por si tenia que hacer algo con madera las astillas o chispas de el metal que también trabajaba me afectaran, mas que claro estaba que yo no pagaría la cuenta eso lo ahria el pero yo solo me ofrecía a llevarlo.
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Re: ¡Paz!, después de la tormenta.
Vie Jul 01, 2011 10:51 pm
El cuerpo de Kriz yacía en el piso sin poder moverse al igual que el de su compañero. Dentro de unos segundos el último empezó a exclamar algunas palabras que llegaban a los oídos de Kriz, el cual sin remordimiento alguno ignoraba con crueldad e indiferencia. Todo hasta que el moreno pudo abrir un poco más los ojos y sentir una mejor movilidad de su cuerpo, pero aún así no podía levanarse con facilidad, pues trataba de pararse y sus huesos le quemaban y dolían al mismo tiempo, había sido una feroz batalla que muy difícilmene se podría llegar a olvidar, puesto que de una batalla que vale la pena vivir muy pocas personas se olvidan de ella. Las últimas palabras que mencionó el azabache fue una extraña pregunta, ya que le cuestionaba su nombre a la par que luego pronunciaba el suyo de igual manera.
El moreno solo sonrió levemente mientras recordó aquellas palabras que le había dicho el luchador, nadie le había dicho que tenía un buen corazón. - ¿Estás loco? - Dijo calmado y sereno, pues no podía gastar sus fuerzas, ya que necesitaba recuperar para poder moverse con facilidad. - Yo... No tengo corazón... - Dijo mientras que una chica lograba llegar al campo que anteriormente era de batalla. La chica al parecer era agradable más sin embargo el moreno escuchó como le decía si necesitaban ayuda, ante aquél acto el mismo solo cerró los ojos mientras ignoró aquél ofrecimiento de ayuda hacia su prsona, puesto que no quería ningún favor de nadie y tan solo si le gustase se quedaría recostado ahí hasta mejorarse.
- Bien, ya llegó otra invitada... Para ahorrarme molestias de presentarme dos veces, que bueno que llega, extraña... - Dijo con ambos ojos cerrados y un rostro despreocupado en su totalidad. - Soy Necromancer Krizalid, "El Tirador de la Muerte". - Comentó de manera orgullosa, para finalizar aquél diálogo con su presentación.
El moreno solo sonrió levemente mientras recordó aquellas palabras que le había dicho el luchador, nadie le había dicho que tenía un buen corazón. - ¿Estás loco? - Dijo calmado y sereno, pues no podía gastar sus fuerzas, ya que necesitaba recuperar para poder moverse con facilidad. - Yo... No tengo corazón... - Dijo mientras que una chica lograba llegar al campo que anteriormente era de batalla. La chica al parecer era agradable más sin embargo el moreno escuchó como le decía si necesitaban ayuda, ante aquél acto el mismo solo cerró los ojos mientras ignoró aquél ofrecimiento de ayuda hacia su prsona, puesto que no quería ningún favor de nadie y tan solo si le gustase se quedaría recostado ahí hasta mejorarse.
- Bien, ya llegó otra invitada... Para ahorrarme molestias de presentarme dos veces, que bueno que llega, extraña... - Dijo con ambos ojos cerrados y un rostro despreocupado en su totalidad. - Soy Necromancer Krizalid, "El Tirador de la Muerte". - Comentó de manera orgullosa, para finalizar aquél diálogo con su presentación.
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Re: ¡Paz!, después de la tormenta.
Sáb Jul 02, 2011 10:13 am
Desmond esbozó una pícara sonrisa en su rostro al escuchar las palabras de Krizalid, las cuales le hicieron algo de gracia, alguien que se creía muerto por dentro, justo como se sentía él mismo en el pasado. Poco después se percató de la aparición de una chica en el escenario de combate de ambos piratas, ante la proposición de esta el pirata simplemente negó con un leve cabeceo para luego incorporarse con bastante dificultad y quedar sentado sobre el suelo. A continuación de esto extrajo del interior de su pantalón una especie de cantimplora que albergaba como no, ron.
Lo que estaba a punto de hacer era una locura más es algo que ya había hecho otras veces y tenía experiencia, aunque esto no hacía que dejara de ser una barbaridad. De pronto el pirata desenroscó el tapón de la cantimplora y bañó su mano diestra en ron, así como también echó un buen chorro de este en su herida. Acto que provocó que asestara al viento un rugido de dolor por el escozor del alcohol con la herida. No obstante ahí no acababa todo; sin ningún miramiento por su propio dolor el joven de negruzcos cabellos intrudujo los dedos índice y corazón de su mano diestra en el interior de la herida, apretando los dientes con fuerza y aguantando nuevos rugidos de dolor que luchaban por emerger de sus labios.
Segundos después extrajo ambos dedos y entre ellos, usándolos como pinzas, se encontraba la bala que tenía alojada en su abdomen. Tenía tanta experiencia en esto que por el dolor en sí sabía que no había perforado ningún órgano interno, ni tampoco había fracturado ningún hueso. Tras arrojar la bala al suelo taponó con esa misma mano la herida. Acto seguido alzó su rostro para dirigir la mirada a la joven y a Krizalid; en su rostro decenas de gotas de sudor caían empapando su cuello y su nariz así como resbalando por su pecho; el dolor que sentía era demasiado agudo tras la barbaridad que acababa de hacer pero aun así pudo esgrimir una de sus amplias sonrisas y preguntar- ¿Alguno de vosotros dos sabe coser una heri...?- No obstante el pirata alcanzó su límite, el dolor era demasiado grande y la pérdida de sangre no ayudaba, así que antes de finalizar la frase cayó de espaldas sobre la tierra inconsciente.
Lo que estaba a punto de hacer era una locura más es algo que ya había hecho otras veces y tenía experiencia, aunque esto no hacía que dejara de ser una barbaridad. De pronto el pirata desenroscó el tapón de la cantimplora y bañó su mano diestra en ron, así como también echó un buen chorro de este en su herida. Acto que provocó que asestara al viento un rugido de dolor por el escozor del alcohol con la herida. No obstante ahí no acababa todo; sin ningún miramiento por su propio dolor el joven de negruzcos cabellos intrudujo los dedos índice y corazón de su mano diestra en el interior de la herida, apretando los dientes con fuerza y aguantando nuevos rugidos de dolor que luchaban por emerger de sus labios.
Segundos después extrajo ambos dedos y entre ellos, usándolos como pinzas, se encontraba la bala que tenía alojada en su abdomen. Tenía tanta experiencia en esto que por el dolor en sí sabía que no había perforado ningún órgano interno, ni tampoco había fracturado ningún hueso. Tras arrojar la bala al suelo taponó con esa misma mano la herida. Acto seguido alzó su rostro para dirigir la mirada a la joven y a Krizalid; en su rostro decenas de gotas de sudor caían empapando su cuello y su nariz así como resbalando por su pecho; el dolor que sentía era demasiado agudo tras la barbaridad que acababa de hacer pero aun así pudo esgrimir una de sus amplias sonrisas y preguntar- ¿Alguno de vosotros dos sabe coser una heri...?- No obstante el pirata alcanzó su límite, el dolor era demasiado grande y la pérdida de sangre no ayudaba, así que antes de finalizar la frase cayó de espaldas sobre la tierra inconsciente.
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Re: ¡Paz!, después de la tormenta.
Sáb Jul 02, 2011 10:40 am
Estaba viendo el espectáculo, bastante grotesco entre los dos, el que parecía mas malo, al menos de aspecto le estaba diciendo algo, acto seguido intento presentarse, como un necromancer, que cojones era eso, yo no lo sabia, pero había conocido a tantos locos a esta altura de mi vida que ya no me sorprendía, puse una cara algo incrédula ante las palabras del peliblanco sonriendo con sarcasmo.
— Ajam... interesante, yo soy la gran... negociadora, Hanna...— dije sonriendo mientras me ponía de cuclillas detrás de el que estaba tumbado, a parecer planeaba algo con una cantimplora en sus manos.
Abrí mis ojos un poco intrigada mientras me llevaba una mano a los googles, el de pelo oscuro agarro un poco de ron tirandoselo en la herida, impregno sus dedos en el, para aparentemente hacer algo que no era muy inteligente, metió sus dedos "esterilizados" en la herida, abriéndola un poco mas y se puso a escarbar para sacar la bala alojada en el, al parecer dolía y mucho, mas que nada por su cra y sus grititos de dolor que intentaba suprimir un poco, este consiguió sacar la bala mientras que yo levantaba la otra mano, con una cara de cabreada total.
Al parecer quería que alguno de nosotros le cociera la herida.
Intento decir algo lo cual interrumpí, con un fuerte golpe en su nuca, haciendo que le saliera un chichón inmediato, con la mano metálica, haciéndole perder la conciencia.
— ¿Este tío no es muy listo verdad?.— pregunte mientras que lo cargaba con una mano y em lo ponía en el hombro, como cuando cargaba grandes maderas en el astillero, a pesar de ser una mujer tenia una fuerza monstruosa en un brazo.
— Ahí te vez, me lo llevo al medico, quizás quieras tratarte.— dije mientras que me marchaba con el moreno a cuestas mientras me dirigía a el doctor, uno de los barrios bajos, no "diplomado" pero sabia como tratar una herida puesto tenia unos conocimientos médicos básicos para salir de el mal paso, fue entonces como camine por el poblado con un tio en hombros, esperando llegar a la casa de el "veterinario" que diferencia abría entre sacar algo de un caballo a sacárselo a un humano, no estaba en posicion de quejarse.
— Ajam... interesante, yo soy la gran... negociadora, Hanna...— dije sonriendo mientras me ponía de cuclillas detrás de el que estaba tumbado, a parecer planeaba algo con una cantimplora en sus manos.
Abrí mis ojos un poco intrigada mientras me llevaba una mano a los googles, el de pelo oscuro agarro un poco de ron tirandoselo en la herida, impregno sus dedos en el, para aparentemente hacer algo que no era muy inteligente, metió sus dedos "esterilizados" en la herida, abriéndola un poco mas y se puso a escarbar para sacar la bala alojada en el, al parecer dolía y mucho, mas que nada por su cra y sus grititos de dolor que intentaba suprimir un poco, este consiguió sacar la bala mientras que yo levantaba la otra mano, con una cara de cabreada total.
Al parecer quería que alguno de nosotros le cociera la herida.
Intento decir algo lo cual interrumpí, con un fuerte golpe en su nuca, haciendo que le saliera un chichón inmediato, con la mano metálica, haciéndole perder la conciencia.
— ¿Este tío no es muy listo verdad?.— pregunte mientras que lo cargaba con una mano y em lo ponía en el hombro, como cuando cargaba grandes maderas en el astillero, a pesar de ser una mujer tenia una fuerza monstruosa en un brazo.
— Ahí te vez, me lo llevo al medico, quizás quieras tratarte.— dije mientras que me marchaba con el moreno a cuestas mientras me dirigía a el doctor, uno de los barrios bajos, no "diplomado" pero sabia como tratar una herida puesto tenia unos conocimientos médicos básicos para salir de el mal paso, fue entonces como camine por el poblado con un tio en hombros, esperando llegar a la casa de el "veterinario" que diferencia abría entre sacar algo de un caballo a sacárselo a un humano, no estaba en posicion de quejarse.
- InvitadoInvitado
Re: ¡Paz!, después de la tormenta.
Dom Jul 03, 2011 4:09 am
El moreno que aún estaba en el piso, decidió pararse del mismo de un rápido movimiento y cuando hizo lo que hizo, solo se escucharon sus huesos gruñir a la par que el joven se quedaba en la misma pose de cuando se levantó sin mover ni un músculo, ya que en verdad le había dolido aquella acción y hacía ya mucho tiempo que no había sentido un dolor tan fuerte como el que estaba experimentando, más eso le agradaba era bueno el acostumbrarse a distintos dolores, como él solía hacer normalmente para poder resistir una que otra batalla aunque vengan consecutivamente.
El moreno después de unos segundos se pudo mover ligeramente normal, observando al azabache, el cual al parecer tomaba en sus manos una especie de cantimplora, la cual quien sabe que contenía y el mismo artillero ignoraba aquella ya que no era un acto relevante para su vida o futuro, totalmente no le importaba en lo absoluto. Poco tiempo después pudo escuchar como la chica pronunciaba unas palabras un tanto sarcásticas, más no ofensivas, por lo que el mismo artillero ignoró aquello y solo gravó el nombre de la chica en su cabeza, para poder recordarlo de algún modo. Por otra parte el azabache sujeto parecía estar operandose por su propia cuenta, cosa idiota la verdad, más el moreno observó con cautela que daño le había realizado aquella bala, ya que aprender algo de medicina no estaría nada mal. El sujeto se abrió la herida aún más para luego iniciar aquella operación, más Krizalid solo ignoró aquello en ese instante dirigiendo su cuerpo hacia donde se encontraba su pistola, insertando la misma en un porta-armas detrás de su cintura y caminar hacia donde se encontraba su bata oscura, rifle, granada y caja de municiones, para tomar las mismas y mantenerlas debidamente seguras.
El joven de un momento a otro observó al azabache luchador para ver como iba con su hazaña de "Médico". Unas últimas palabras fueron escuchadas por el moreno de parte del luchador, las cuales no fueron debidamente concluidas, así que tan solo dejó salir un leve suspiro mientras su rostro cambió a un tono de desagrado, puesto que no parecía que tuviera alguna buena resistencia pero su combate fue agitado así que algo tendría que gustarle de algún modo. La chica dejó salir al igual unas palabras, las cuales Kriz afirmó despreocupadamente y prosiguió a seguir sin mencionar ni una sola palabra a la chica, ya que precisamente no tenía nada que hacer en esa isla.
El moreno después de unos segundos se pudo mover ligeramente normal, observando al azabache, el cual al parecer tomaba en sus manos una especie de cantimplora, la cual quien sabe que contenía y el mismo artillero ignoraba aquella ya que no era un acto relevante para su vida o futuro, totalmente no le importaba en lo absoluto. Poco tiempo después pudo escuchar como la chica pronunciaba unas palabras un tanto sarcásticas, más no ofensivas, por lo que el mismo artillero ignoró aquello y solo gravó el nombre de la chica en su cabeza, para poder recordarlo de algún modo. Por otra parte el azabache sujeto parecía estar operandose por su propia cuenta, cosa idiota la verdad, más el moreno observó con cautela que daño le había realizado aquella bala, ya que aprender algo de medicina no estaría nada mal. El sujeto se abrió la herida aún más para luego iniciar aquella operación, más Krizalid solo ignoró aquello en ese instante dirigiendo su cuerpo hacia donde se encontraba su pistola, insertando la misma en un porta-armas detrás de su cintura y caminar hacia donde se encontraba su bata oscura, rifle, granada y caja de municiones, para tomar las mismas y mantenerlas debidamente seguras.
El joven de un momento a otro observó al azabache luchador para ver como iba con su hazaña de "Médico". Unas últimas palabras fueron escuchadas por el moreno de parte del luchador, las cuales no fueron debidamente concluidas, así que tan solo dejó salir un leve suspiro mientras su rostro cambió a un tono de desagrado, puesto que no parecía que tuviera alguna buena resistencia pero su combate fue agitado así que algo tendría que gustarle de algún modo. La chica dejó salir al igual unas palabras, las cuales Kriz afirmó despreocupadamente y prosiguió a seguir sin mencionar ni una sola palabra a la chica, ya que precisamente no tenía nada que hacer en esa isla.
- InvitadoInvitado
Re: ¡Paz!, después de la tormenta.
Dom Jul 03, 2011 5:48 pm
[OFF: Podéis saltarme y rolear sin mí un poco en otro Tema llevándome a curar o lo que sea, total, estoy inconsciente, para rolear que voy cargado al hombro de Evanna... Es un poco tontería xD]
- InvitadoInvitado
Re: ¡Paz!, después de la tormenta.
Dom Jul 03, 2011 7:35 pm
Me fui cargando al moreno hasta el "medico" un veterinario que habia conocido, puesto había comprado algunos medicamentos de dudosa preferencia con el, pero era mucho mejor que comprarlos en algún otro lugar yser objeto de miradas y de cuestionamientos, de cuestiones éticas y demás tonterías, un veterinario callado valía mas que nada, sobre todo para la gente no demasiado legal como nosotros, los piratas, pero como era el único lugar que conocía me encargaría de hacerle saber bien como iban las cosas.
Llegue al sitio y golpee la puerta, a lo que me abrió el sujeto que conocía, mire hacia atrás donde estaba el sujeto de pelo blanco y sonreí, al parecer era una buena pesca y podría llenarme los bolsillos.
— Bueno, tu te esperas afuera.— dije mientras que cerraba la puerta, apoye a el moreno en el banco de trabajo y el veterinario me miro un poco intrigado, nos alejamos un poco y hablamos entre susurros, para que no se nos pudiera escuchar, no quería que alguien se metiera en mi conversacion privada con el dudosamente diplomado doctor.
— Bueno, practicas con el y me llevo el dinero por conejillo de indias, ese es un trato por cierto no me has visto nunca.— dije mientras sonreía y despejaba al moreno para que le cocieran, a lo que me quede esperando a ver como era tratado.
Me puse a mirar las cosas que el sujeto llevaba, me puse a revisar sus ropas y encontré unos 500 berries, a lo que mis ojos se encandilaron por dicha suma, continué buscando pero no encontré mas en su chaqueta, los mire los conste y me los guarde, ese dinero serviría para muchas cosas, ademas me lo merecía era mi recompensa a una buena acción.
— Esto cubrirá los gastos de envió y la cuenta de el medico, por cierto dile que muchas gracias de mi parte, ya nos veremos otra vez, si quieres dile mi nombre.— dije mientras que me marchaba por la puerta, el medico acababa su trabajo, aun faltaba un rato para que el moreno se despertada pero estaría en buenas manos.
Así fue como sin prestarle atención a el peliblanco, casi ignorandole me fui caminando por las calles de la ciudad, con total naturalidad, estaba a gusto y con algo de dinero, podría pararme a comprar algunas golosinas y herramientas que me venian haciendo falta.
Llegue al sitio y golpee la puerta, a lo que me abrió el sujeto que conocía, mire hacia atrás donde estaba el sujeto de pelo blanco y sonreí, al parecer era una buena pesca y podría llenarme los bolsillos.
— Bueno, tu te esperas afuera.— dije mientras que cerraba la puerta, apoye a el moreno en el banco de trabajo y el veterinario me miro un poco intrigado, nos alejamos un poco y hablamos entre susurros, para que no se nos pudiera escuchar, no quería que alguien se metiera en mi conversacion privada con el dudosamente diplomado doctor.
— Bueno, practicas con el y me llevo el dinero por conejillo de indias, ese es un trato por cierto no me has visto nunca.— dije mientras sonreía y despejaba al moreno para que le cocieran, a lo que me quede esperando a ver como era tratado.
Me puse a mirar las cosas que el sujeto llevaba, me puse a revisar sus ropas y encontré unos 500 berries, a lo que mis ojos se encandilaron por dicha suma, continué buscando pero no encontré mas en su chaqueta, los mire los conste y me los guarde, ese dinero serviría para muchas cosas, ademas me lo merecía era mi recompensa a una buena acción.
— Esto cubrirá los gastos de envió y la cuenta de el medico, por cierto dile que muchas gracias de mi parte, ya nos veremos otra vez, si quieres dile mi nombre.— dije mientras que me marchaba por la puerta, el medico acababa su trabajo, aun faltaba un rato para que el moreno se despertada pero estaría en buenas manos.
Así fue como sin prestarle atención a el peliblanco, casi ignorandole me fui caminando por las calles de la ciudad, con total naturalidad, estaba a gusto y con algo de dinero, podría pararme a comprar algunas golosinas y herramientas que me venian haciendo falta.
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Re: ¡Paz!, después de la tormenta.
Lun Jul 04, 2011 6:26 am
Después de un par de horas de que el veterinario le aplicara unas curas mínimas y le cosiera la herida de bala, Desmond despertó de su letargo, entreabriendo los ojos lentamente pero manteniéndose aun recostado sobre la camilla- ¿Donde estoy...?- Musitó el joven de negruzcos cabellos- Estás en mi pequeña clínica veterinaria. Tu cuerpo es fascinante, me dediqué a analizarlo mientras estabas inconsciente, espero que no te moleste. A cambio curé tus heridas y las cosí; aunque el dolor aun te durará un tiempo y la falta de sangre aun es un problema, ya que aquí no tengo ninguna bolsa de trasfusión. Aunque bueno, ahora que estás despierto sí puedes recuperar sangre de otra manera.- Comentó el veterinario arrojándole al pirata un enorme bocadillo- Comiendo también se recupera la sangre perdida. De igual forma con la perdida de sangre que has tenido deberías estar muerto y aun así sigues vivo así que supongo que no eres un individuo normal.
Jejejeje gracias por el cumplido.- Musitó Desmond con una risilla tontorrona como si el decirle que tenía un cuerpo casi monstruoso fuera un halago. No obstante cuando este vio el bocadillo ignoró por completo todo comentario y sólo centró su atención en una cosa, comer. A una velocidad pasmosa devora el bocadillo dejando al veterinario atónito- Bueno, al menos el apetito parece que no lo has perdido.
Tras acabar el bocadillo el pirata se incorporó lentamente de la camilla- Creo que debo irme, tengo muchas cosas que hacer aun.- Comentó poniéndose en pie con cierta dificultad por las heridas, no obstante la vitalidad de su cuerpo era extraordinaria y podía mantenerse en pie y caminar aun con esas heridas en proceso de cicatrización- ¿Estás seguro, muchacho? Las heridas que has recibido no las supera un humano normalmente.- No obstante la respuesta de Desmond sigue siendo la misma, niega con un cabeceo la advertencia del veterinario y decide despedirse, agradecerle por lo que ha hecho y abandonar la clínica.
Una vez fuera se encuentra cara a cara con Krizalid, el causante de aquellas heridas tan graves y peligrosas, más su reacción ante el encuentro con este resulta un tanto inesperada y absurda; pues alzando la mano diestra en señal de saludo se dirige a este- ¡Ey, Kriz! ¿Cómo vas de lo tuyo?
Jejejeje gracias por el cumplido.- Musitó Desmond con una risilla tontorrona como si el decirle que tenía un cuerpo casi monstruoso fuera un halago. No obstante cuando este vio el bocadillo ignoró por completo todo comentario y sólo centró su atención en una cosa, comer. A una velocidad pasmosa devora el bocadillo dejando al veterinario atónito- Bueno, al menos el apetito parece que no lo has perdido.
Tras acabar el bocadillo el pirata se incorporó lentamente de la camilla- Creo que debo irme, tengo muchas cosas que hacer aun.- Comentó poniéndose en pie con cierta dificultad por las heridas, no obstante la vitalidad de su cuerpo era extraordinaria y podía mantenerse en pie y caminar aun con esas heridas en proceso de cicatrización- ¿Estás seguro, muchacho? Las heridas que has recibido no las supera un humano normalmente.- No obstante la respuesta de Desmond sigue siendo la misma, niega con un cabeceo la advertencia del veterinario y decide despedirse, agradecerle por lo que ha hecho y abandonar la clínica.
Una vez fuera se encuentra cara a cara con Krizalid, el causante de aquellas heridas tan graves y peligrosas, más su reacción ante el encuentro con este resulta un tanto inesperada y absurda; pues alzando la mano diestra en señal de saludo se dirige a este- ¡Ey, Kriz! ¿Cómo vas de lo tuyo?
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Re: ¡Paz!, después de la tormenta.
Mar Jul 05, 2011 7:07 pm
El moreno pirata aún se encontraba fuera de aquél local, en el cual habían insertado al sujeto que el mismo había herido. Una que otra personas pasaba por las calles, observando la figura lastimada del moreno, pero el cual no se sorprendía en lo absoluto ya que tan solo continuaba recostado de aquella pared que yacía frente a la puerta de aquél consultorio “médico” al cual habían llevado a su anterior compañero de batalla. El moreno dentro de un momento pudo notar como aquella chica ignorante pasaba por su frente, sin prestarle atención a su persona como si no le interesaba en lo absoluto que el moreno se encontrara en ese lugar, ni mucho menos su estado, menuda mujer era esa, aunque en verdad lo que ella hiciera o dejara de hacer le tenía sencillamente sin cuidado, así que tan solo ignoró a la chica mientras observó nuevamente hacia el cielo, esperando que salga aquél luchador. Aunque con que salga el que lo atendía y le dijera que el joven esta en coma aún sería aún mejor, ya que podría largarse hacia su propio camino, sin tener un obstáculo como aquél sujeto.
Dentro de un tiempo las puertas del consultorio se habían abierto, presentando la figura de aquél sujeto, el cual le había saludado como si fuera su amigo, cosa que nunca había declarado ser, pero que de ser posible a lo mucho serían compañeros o menos que eso.- Nada mal... La loca se fue, y creo que te robó... - Dijo estando seguro puesto que la chica andaba con dinero y estaba feliz, así que por algo tendría que estarlo, o le había robado o el consultor le había pagado por llevar clientes, cosa que era bastante ilógica, así que por tanto actuó como si la primera era la verdad definitiva.
Dentro de un tiempo las puertas del consultorio se habían abierto, presentando la figura de aquél sujeto, el cual le había saludado como si fuera su amigo, cosa que nunca había declarado ser, pero que de ser posible a lo mucho serían compañeros o menos que eso.- Nada mal... La loca se fue, y creo que te robó... - Dijo estando seguro puesto que la chica andaba con dinero y estaba feliz, así que por algo tendría que estarlo, o le había robado o el consultor le había pagado por llevar clientes, cosa que era bastante ilógica, así que por tanto actuó como si la primera era la verdad definitiva.
- InvitadoInvitado
Re: ¡Paz!, después de la tormenta.
Miér Jul 06, 2011 5:35 am
¡¿Qué?!- El pirata comenzó a rebuscar en los bolsillos de su chaleco rapidamente con una mueca en el rostro que reflejaba molestia; para a continuación percatarse de que efectivamente la bolsita con 500 Berries que guardaba en uno de los bolsillos interiores de este había desaparecido- ¡Tsk, maldita sea!- Murmuró enfurruñado- Aunque bueno, no importa, tengo más dinero en otro lado.- Musitó zarandeando su pierna diestra, dando a entender que tenía una suma de dinero más importante que la de la bolsita robada oculta en la pierna diestra bajo el pantalón.
Posando nuevamente el pie diestro en el suelo y cruzándose de brazos, el joven pirata de negruzcos cabellos dirigió ahora su atención a Krizalid, aun con los ojos cerrados y aquella enorme y despreocupada sonrisa esbozada en su rostro- Quería proponerte algo... ¿Qué tal si te unes a mí y formas parte de mi tripulación? Haríamos buen equipo ¿No crees? ¡Podríamos ser imparables! ¡Jajajaja!
Posando nuevamente el pie diestro en el suelo y cruzándose de brazos, el joven pirata de negruzcos cabellos dirigió ahora su atención a Krizalid, aun con los ojos cerrados y aquella enorme y despreocupada sonrisa esbozada en su rostro- Quería proponerte algo... ¿Qué tal si te unes a mí y formas parte de mi tripulación? Haríamos buen equipo ¿No crees? ¡Podríamos ser imparables! ¡Jajajaja!
- InvitadoInvitado
Re: ¡Paz!, después de la tormenta.
Jue Jul 07, 2011 11:43 am
El pirata al ver la mueca de asombro de Krizalid ante la oferta que de pronto le había hecho sólo soltó una carcajada llevándose las manos a la barriga y riéndose a pulmón ante un rostro tan gracioso- ¡Qué cara se te ha puesto! ¡Jajajaja!- Pasados unos segundos recuperó un poco la compostura y avanzó un par de pasos, colocándose a un lateral del pistolero. A continuación colocó su mano diestra sobre el hombro derecho del joven de níveos cabellos y musitó- Piénsatelo, si aceptas la oferta nos veremos dentro de tres horas en el puerto de Shimotsuki y partirás con nosotros.
Dicho esto el alegre pirata ladeó su rostro esbozando una amplia y despreocupada sonrisa tras esas ultimas palabras, para luego virar su rostro hacia el frente y echar a andar en dirección al pueblo, alzando una mano en señal de despedida- Aun tengo que comprar unas cosillas en el pueblo... ¡No lo olvides, si decides unirte como mi nakama nos vemos en tres horas en el puerto!- Enunció en voz alta para finalmente desaparecer en la lejanía.
Dicho esto el alegre pirata ladeó su rostro esbozando una amplia y despreocupada sonrisa tras esas ultimas palabras, para luego virar su rostro hacia el frente y echar a andar en dirección al pueblo, alzando una mano en señal de despedida- Aun tengo que comprar unas cosillas en el pueblo... ¡No lo olvides, si decides unirte como mi nakama nos vemos en tres horas en el puerto!- Enunció en voz alta para finalmente desaparecer en la lejanía.
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