[Prologo] El día que juré lealtad (Segunda Parte)

El viaje había sido tranquilo hasta estos momento, y el joven navegante esperaba que siguiese así hasta llegar a un puerto seguro, ya hacía tiempo que se habían alejado de Tequila Wolf y ahora surcaban las inmensidades del East Blue sobre aquel navío algo descuidado pero eficiente a la hora de surcar aquellas aguas.

Mientras tanto, en cubierta, Andrei estaba limpio y vestía una ropa diferente, unos pantalones negros, una remera azul y una especie de tapado largo de color blanco encima, sus cosas por suerte seguían en el barco, cosas que habían quedado en el momento que fue capturado, por momentos, observaba de reojo a aquella mujer que le intrigaba de cierta forma, y el silencio que abundaba por momentos le estresaba, así que realizó un intento más de entablar una conversación – Oye Darrah… tengo una duda desde hace ya un tiempo… ¿Qué hacías sola en aquella isla infernal? – le preguntó con normalidad, desde hacía un tiempo sospechaba que era una pirata, pero de ser así, debía de tener una tripulación ¿Habrían quedado todos en Tequila Wolf? ¿O simplemente era un desafortunada victima del destino que llegó a aquel lugar por accidente?, no… esa posibilidad era casi imposible, por su carácter, parecía una mujer fuerte con experiencia a pesar de su edad que no parecía ser mayor a la de Andrei.

La oscuridad comenzaba a abandonar aquel mar y la ligera luz del sol estaba a la vuelta de la esquina, se sentía un poco de frio, aunque estaba tapada con aquella capucha negra, podía sentir el frio en su cuerpo, dio una ultima bocanada al cigarrillo entre sus dedos y lo arrojo al mar, sacando uno nuevo. Había permanecido recargada de aquella barandilla desde que zarparon, no se había movido en lo absoluto, hacia tato que había perdido de vista al chico y al animal, de pronto apareció en cubierta con ropas distintas. Se veía de mejor ánimo.

Su silencio no era por algo en especial, simplemente era cansancio acumulado que de golpe por los días pasados en aquel lugar. Pese a ser muchas veces una mujer poco observadora sentía cierta veces sobre si aquella mirada inquisitoria del chico. Como si quisiese preguntarle o hablarle de algo, y entendía que debía sentir curiosidad por una extraña, pero ese no era el caso de ella, no sentía curiosidad por el chico y su animal. Necesitaba una buena comida mucho licor, dinero en los bolsillos y un merecido descanso.

Sin decir agua va o agua viene, comenzó aquella fase que detestaba tanto, que le preguntaran sobre si misma, encendió el cigarrillo que minutos atrás había sacado y contesto. –Naufrague…- Era cierto, no había ido a esa isla por elección propia si no por un error, pues el barco comercial en que había estado viajando había sido atacado por un rey marino.

El joven luego de aquella pregunta siguió avanzando hasta reposar sus brazos sobre la misma barandilla del barco en donde estaba ella, solo que con unos dos metros de espacio entre ellos, Andrei estaba mas tranquilo, pero aún no confiaba del todo en ella, Kira parecía estar dormida en la cabeza de su compañero, era difícil imaginar como podía hallar de esa forma comodidad, pero la verdad solía hacerlo muy a menudo, parecía un sombrero de piel más que un animal con vida por la quietud del mismo.

- ¿Naufragaste?... Quizás en ese barco faltó un navegante – dijo sonriendo y mirando su brújula, tenía razones para decir aquello, razones que había comprobado en lo largo de su viaje en diferentes barcos con diferentes tripulaciones – Un buen navegante jamás se perderá, es capaz de predecir factores climáticos con solo sentir una brisa, saber el lugar en donde están exactamente o mirar el cielo… Con un buen navegante las posibilidades de naufragar son casi nulas – obviamente el chico desconocía la razón del naufragio del barco en que viajaba la chica, un rey del mar era algo muy diferente a lo expuesto por Andrei. Luego de decir aquellas palabras, miró a Darrah y pensó que quizás tenía frío, sin despertar a Kira se quitó su capa blanca y se la pasó a la chica – Puedes usar esto si quieres – dijo con seriedad, realmente en ese momento no pensó que la mujer podía reaccionar mal ante aquel gesto alegando que la caballerosidad era sinónimo de machismo, pero ya lo había ofrecido y quedaba en Darrah la respuesta.

Pese al aspecto y la primera impresión que daba la chica, era bastante intuitiva y sentía la desconfianza del chico al estar cerca de ella, no era para menos, había estado atemorizando a su mascota toda la noche desde que se los había cruzado. Le observo acercarse, y se mantuvo en aquel mutismo mientras intentaba averiguar que es lo que pasaba por la mente del chico, no era una persona de ponerse a entablar una conversación y hacerse amigos de la noche a la mañana, pero si algo debía reconocer, es que hacia bien su trabajo, pese a que solo llevaban unas horas en altamar.

Aquel animalillo ahora estaba descansando sobre la cabeza de dueño, muy quitado de la pena, mientras escuchaba al chico hablar, de alguna manera parecía querer entablar un dialogo con ella, aunque no lo deseaba había dado pauta para ello aunque solo había contestado de forma corta y seca. – A veces un buen navegante no es suficiente para lidiar contra un Rey Marino…- Dio una bocanada de aire dejando escapar el humo entre sus labios. –Muchos factores influyen en una buena navegación, pero que puede hacer una tripulación comerciante ante ello, desprovista de un buen armamento y buenos peleadores un una situación… Es un suicidio…- No reprochaba nada, simplemente decía lo que había pasado.

-Quizá a ti te falta aun enfrentarte a uno para saber de que se trata y siendo tan bueno, ya eras como resulta todo…- Dijo sonriendo, buscaba de alguna manera infundirle un poco de miedo, no tenia finta de pirata, de hecho parecía un chico pueblerino, de alguna isla tropical. Ante ella tendió una capucha, al mirarlo se dio cuenta que era la que el chico había usado. Lucia limpia y pulcra, nada comparado con las ropas que ella traía. Aquella capucha negra y roída que tanto le gustaba. Simplemente la miro y agradeció con una seña inclinando su rostro, sin tomarla.

Las palabras y mas que nada discurso sobre los navegantes que había dicho Andrei fueron fácilmente contestados por la rubia, un rey del mar, de entre todos los posibles casos de naufragio, tenía que ser esa la causa del de la chica - … - realmente la mujer había callado a Andrei, la breve historia de los hechos no dejó cabida a excusas, como si aquel suceso no hubiese podido remediarse de ninguna forma. En silencio el chico volvió a ponerse su capa, con la mirada un poco baja, realmente odiaba no tener respuesta a todo – Un rey marino… ¿Hay forma de predecir eso? – pensaba para si mismo con un cierto aire de tormento, no quería perder así en aquella conversación, mas las siguientes palabras de Darrah terminaron de dar el golpe final al orgullo del joven, ahora parecía considerarlo débil, no sabía si esa era su intención, pero eso era lo que Andrei había comprendido, lo peor, lo peor era que aquellas palabras en cierta forma eran real, el chico no había experimentado la sensación de ver un rey marino, y realmente no deseaba hacerlo, pero aquellas palabras le hicieron sentir un extraño deseo de mejorar, de hacerse más fuerte y sobre todo de no quedarse callado– Tienes razón – dijo aceptando aquellas palabras con algo de pesadez y su cabeza baja – No conozco mucho sobre combates… - de inmediato levanto nuevamente su cabeza y sonrió sutilmente, a pesar de que ella tenía razón, él también tenía su parte de razón - …pero me gustaría saber como harías tu para navegar un barco tu sola sin perderte – ¿A caso le había desafiado con aquellas palabras?, pretendía hacer notar que lo que le faltaba en combate, lo tenía en experiencia sobre otras cosas, Andrei sentía un poco de miedo de aquella mujer, era algo notable, pero su orgullo no le dejaba quedarse callado ante disputas así, aunque eso podría causarle una paliza de parte de ella.

Al parecer con aquel discurso la chica había causo cierta inquietud al joven navegante, quien no encontraba una manera de hacerle frente, quizá había sido muy dura, era una parte de ella el nunca saberse medir al momento de hablar, no se podía justificar y era parte de ella hablar de aquella manera, sin miramientos ni vueltas al asunto, aunque sus palabras sonasen duras y degradantes.

Le miro cabizbajo y pensativo ponerse de nuevo aquella prenda que le había ofrecido. De nuevo aquel silencio producido por el chico fue irrumpido con un comentario “…pero me gustaría saber como harías tu para navegar un barco tu sola sin perderte”… Como lo haría ella, guardo silencio un momento únicamente fumando el cigarro, no tenía una respuesta a esa pregunta. Sonaba como un desafío, un desafío que se imponía ella misma todo el tiempo. – Es claro que no tengo un rumbo… Mucho menos un barco donde moverme, viajo como polizón en muchas embarcaciones, peleando al ser descubierta, otras simplemente dejo que el viento sea mi guía en mis travesías… Si mi destino es terminar en medio del mar… Que así sea… - Elevo su mirada arrojando la colilla al mar. –Soy una pirata, una hija del mar, robo, asesino, saqueo y me embriago, no busco, poder, mucho menos gloria, no tengo nada, y solo busco riqueza y un buen desafio… Es todo lo que necesito…- Era verdad no le importaba mucho como moverse, siempre se las arreglaba aunque terminase en esa situación. –Nada me detendrá, ni siquiera un rey marino… Si tengo que pelear con los puños lo hare... Si me pierdo, busco el camino de regreso o bien mato a alguien para que me lleve...- La felicidad y la alegría es algo que no conocía, lo poco que alguna vez tuvo lo había perdido, y no tenia miedo ni sentía el desconsuelo de perder su vida, era una mujer que no le importaba arriesgarse a si misma para conseguir lo que se proponía, parte de su orgullo radicaba en ello.

En silencio y con atención, el chico escuchó las palabras de Darrah, estaba serio mirando hacia el mar analizando e imaginando cada verso de su discurso, aquella mujer que le había ayudado a escapar de aquella isla le había contado gran parte de su vida, esperó a que ella terminase de hablar y un dejó un breve silencio de espacio para decir sus palabras - ¿No fue muy difícil verdad? – dijo acercándose un poco más a ella en la barandilla – Hablar sobre ti me refiero – agregó haciendo referencia a que la mujer al parecer sin darse cuenta estaba entablando una conversación con él, en muchas cosas podía entenderla, Andrei tampoco tenía un hogar fijo, viajaba por todas partes uniéndose a las tripulaciones que lo aceptaran como grumete, la única diferencia era que el chico iba trazando su trayectoria al paso de sus aventuras – Realmente eres una mujer interesante – pronunció Andrei y no era una forma de galantería o intento de ligue, en cierta forma la mujer se iba ganando su respeto, para su aparente joven edad pensaba de una forma adulta.

- ¿Y sabes algo? Opino igual… Nada me detendrá en mi insaciable sed de curiosidad, en mi deseo de conocer el mundo por completo, vivir aventuras como las de aquel pirata que conocí de niño, y si tengo que hacerme fuerte para lograrlo, lo haré – la voluntad de seguir era fuerte en Andrei, a pesar de que había pasado por muchas fiascos en su niñez la voluntad de Darrah era en cierta forma contagiosa.

La rubia se cuestionaba porque decía ese tipo de cosas a un completo desconocido, pese a que no eran mentiras, sin duda reflejaban como era su vida en si, una vida sencilla, llena de carencias que buscaba llenar y satisfacer de la mejor manera que ella conocía. Su dialogo fue escuchado cosa que por un momento odio, que le prestara atención a sus palabras pues se había quedado callado el chico escuchándola.

-Acaso importa si las cosas son difíciles o no… Mi vida es un tema aparte, que no me gusta tocar… Y ahora que sabes sobre ella… Tendré que matarte…- Dijo mirándole seriamente. Siempre decía lo mismo cuando hablaba con alguien sobre si misma, ignorando por completo aquella frase en forma de galantería que expresó.

-Crees poder vivir lo suficiente… Yo creo que es posible que mueras pronto…- comentó recordando la situación en la que se lo había topado, amarro en un árbol mientras su mascota intentaba salvarle. –El almuerzo de repuesto es más valiente que tú, así que tiene más probabilidades de sobrevivir… Eso o se convierte en mi cena primeramente... – No se trataba de voluntad, lo que la chica verdaderamente sentía era ansiedad, de enfrentar un verdadero desafío sin importar el resultado, siempre y cuando hubiese mucho dinero de por medio.

Darrah mantenía aquella personalidad fuerte y agresiva en todo momento, esta vez amenazando de muerte a Andrei, quizás aquella sensación de que podía llevarse bien con ella era solo una ilusión, pero si algo compartían estos dos singulares personajes, era su terquedad, expresadas y manifestadas de diferentes formas pero terquedad al fin de cuentas – Si me matas tus posibilidades de llegar a puerto son muy pocas – dijo volviendo a tomar un poco de distancia deliberadamente, intentando justificar su vida en ese momento con algo de temor al ver su rostro molesto y haciendo señas con su mano de que se calmara.

Nuevamente las palabras de la rubia volvieron a escucharse, y Andrei parecía ir acostumbrándose a ese carácter – Es posible… - respondió a las palabras de que podía morir pronto – Pero también es posible que no, lo bueno de este mundo es que nada es totalmente seguro – mencionó acariciando un poco la oreja del zorrito que dormía en su cabeza, era verdad, de no ser por Kira quizás ahora sería un esclavo trabajando en aquel puente y agradecía de cierta forma el haberse topado con Darrah.

- Como sea, es inútil y sin sentido pensar en lo que hubiese pasado, nos encontramos en aquella isla y quieras aceptarlo o no, ambos colaboramos en la salida de ese lugar – ahora lo importante para Andrei no era pensar en lo que hubiese pasado, mas bien quería pensar en lo que pasará, aún había destinos que deseaba conocer y experiencias que vivir.

Agresividad, pocas veces mostraba, principalmente cuando estaba furiosa, por otro lado su personalidad era de una carácter agresivo, con el cual buscaba mantener limite con las personas, evitar entablar algún tipo de lazo, Principalmente por la actitud que mostraba ella desde hace un par de años. –Si te mato mis posibilidades de llegar a algún lugar son las mismas que las que tenemos ahora… Quizá no sea una navegante, pero se valerme por mi misma…- No era una persona que se perdiera así como así, no sabia mucho del mar, pero le tenia respeto, y sabia como lidiar con él. Quizá por le mero hecho de ser mujer era vista inferior.

Comenzaba a estudiar los movimientos del chico, sin duda su lenguaje corporal era muy evidente, sabia que por momentos lograba intimidarle, y por otros intentaba hacerle frente a sus palabras. Esta vez elevo su mirada y giro un poco su rostro para mirarle de frente, escuchando sus palabras, le resultaba cómica la actitud de aquel chico, le resultaba un poco infantil, y al menos tenia que quejarse, ella lo estaba hostigando desde que subieron.

-De acuerdo, de acuerdo, no pensemos en ello… Solo lleguemos a una isla y yo me quedare en ese lugar, así podrás seguir con tu travesía y con la mía… Por cierto aun me debes mi paga por ayudarles… Y como me digas que mi paga será llevarme a alguna isla te matare…- La chica sin duda disfrutaba de hacerle ese tipo de comentarios, pues le resultaba gracioso como reaccionaba, no era del tipo de sujeto agresivo con el que estaba acostumbrada a lidiar, su carácter era tranquilo y dócil.

Un pensamiento fugaz surco su mente, si el chico no fortalecía su carácter, la pasaría muy mal, simplemente le sonrió de una manera que pocas veces mostraba, no era una sonrisa altanera ni con sarcasmo, era una sonrisa, era una sonrisa alegre con un dejo de tristeza.

Nuevamente la amenaza de muerte se hacía presente en las palabras de Darrah, esta vez proclamaba una paga por haberlo ayudado, sinceramente lo primero que cruzó por la mente del joven para responder fue – El dejarte en una isla será tu paga – pero no llegó a decir eso ya que la mujer pareció haber anticipado esas palabras, causando que Andrei se tragara sus ideas y optara por llegar a un acuerdo no mortal entre ellos – No tengo nada de dinero, soy un viajero que solo lleva la ropa que tiene encima – para bien o para mal esa era su realidad, el poco dinero que usaba para gastos esenciales lo ganaba trabajando en barcos, o en lo que fuese y comía con la tripulación del barco lo que podía. En esos momentos, Andrei observó a Darrah, quizás ella conseguía el dinero y lo que necesitase de una forma mas sencilla, la estafa o la piratería eran ideas tentadoras para las personas como ellos que no tenían nada en la vida más que su deseos de seguir viviendo, aún así esa idea se esfumaba de la mente del chico cada vez que recordaba lo débil que era.

- Si quieres puedes quedarte este montón de madera – dijo refiriéndose al barco, al fin de cuentas, esa chatarra no era suya, solamente era el barco en el que viajaba cuando fue capturado y no tenía deseos de quedárselo, pensaba abandonarlo en algún puerto.

-Estamos en el East Blue – dijo observando el cielo - ¿Dónde piensas quedarte? – agregó con naturalidad, en verdad su actitud era muy variada, parecía calmo a veces, en otras un poco mas rebelde e incluso sus actitudes infantiles era notorias, después de todo, su infancia no había sido normal, quizás no había sido la mas traumante ni nefasta vida pero tampoco fue todo color de rosas. Y ahora que medianamente tenía un control sobre su vida se dejaba llevar por sus emociones con naturalidad, sin importarle demasiado el que dirán.

Tal y como había imaginado, el chico no tenia plata para para pagarle, detestaba ayudar a alguien y no recibir su pago, y es que muchas de sus acciones giraban en torno al dinero, de esa manera ella cubría sus gastos sin necesidad de pasar penurias ante la falta del mismo. Tenia que encontrar una manera de al menos sacar un provecho, mas las palabras del chico la desanimaban por completo.

Que clase de persona se lanzaba al mar sin una módica cantidad de dinero en los bolsillos para emergencias. Frente a ella tenia a una persona que sobrevivía de esa manera. –De acuerdo, dejaremos esto en una deuda, en un futuro, si nos volvemos a encontrar te cobrare el doble por haberte ayudado…- Tenia que cuidar sus intereses. –Ruega que sea pronto porque al cabo de unos años los intereses se duplicaran…- No tenia pensando espantarle, pero negocios eran negocios, escuchando sobre el barco, se acerco al chico y le miro. –No me interesa un pedazo de manera vieja, he navegado en mejores barcos que este vejestorio, y no cubriría lo que me debes…-

Quizá exageraba, pero disfrutaba de ver las expresiones de angustia que por momentos el chico mostraba. –Mmm cualquier isla estaría bien, mientras no me regreses a Tekila Wolf… Por cierto creo que tomare parte de mi pago ahora…- Aquella era una mujer completamente loca, nadie hubiera imaginado que haría aquella acción, se acerco de manera seria al chico, elevo su diestra como si fuese a darle una bofetada.

Más la bofetada no llego, en lugar de eso, simplemente sujeto su rostro, y le robo un beso. Era una manía de ella ser atrevida con los chicos que le resultaban lindos e inocentes como él. La razón, los mares no siempre eran benévolos, y nunca sabes que destino te deparan, muchos de ellos si no son fuertes perecen en sus aguas. –Definitivamente eres un crio… Deberías hacerte más fuerte, antes de que Kira te deje atrás…- La complexión del chico no estaba constituida para una pelea, sin embargo si cambiaba un poco su carácter podría hacerle frente a piratas, que en algún momento se toparía con alguno que en lugar de ayudarle haría lo que cruzo por su mente un par de veces. Matarle.

Una deuda, una deuda con intereses era lo que aquella mujer solicitaba de parte del chico, al principio Andrei lo pensó un poco, realmente ¿Cuántas posibilidades había de volverla a encontrar?, muy pocas consideraba, así que asintió con su cabeza y encogiéndose de hombros como si le diese igual, esa deuda no pensaba pagarla jamás y tampoco pensaba que ella sería capaz de buscarlo para cobrársela – Realmente desearía no cruzarme contigo nuevamente – pensaba mientras escuchaba por completo la propuesta.

Ahora volvía a la pregunta de que hacer con aquel viejo barco, quizás lo vendería como chatarra en el siguiente puerto luego de dejar a Darrah, algo de dinero debía conseguir después de todo, el chico suspiro profundamente pensando en cosas propias y esperando la respuesta de la chica sobre su siguiente destino, levantó una ceja en señal de sorpresa, al escuchar sus palabras “cualquier isla estaría bien, mientras no me regreses a Tekila Wolf…” ¿Había sido eso una broma? Valla, después de todo si tiene sentido del humor opinó con una media sonrisa - Ya te dije que no tengoa nada - agregó cuando le dijo que tomaría una marte de su recompenza en ese momento– Oh oh… - pensó al ver como elevaba su mano, quizás el decir eso último no había sido bueno; realmente no tenía idea que fué lo que la molestó, simplemente cerró sus ojos con fuerza y ladeó su rostro esperando aquella aparente bofetada.

Sin embargo aquella bofetada nunca llegó, en su lugar sintió sus manos sobre su rostro que le giraban hacia ella, sus ojos se abrieron con temor y confusión, era imposible anticipar lo siguiente que iba a pasar, cuando reaccionó ya tenía los labios de Darrah sobre los suyos, se quedó como paralizado un momento, estaba sorprendido impactado y asustado, pero de una forma agradable, luego el pequeño beso robado terminó dejando a Andrei con la misma expresión, ese, había sido su primer beso, por mas extraño que pareciera, a sus 17 años, Andrei recibía su primer beso de parte de una chica.

Como lo había pensado, el chico simplemente no había hecho nada, ni protestado ante el acto llevado a cabo por ella. Que la había llevado a hacer semejante cosa, aquel beso sin duda sabia que había dejado desconcertado al chico, simplemente le pareció lindo y quiso hacerlo, eso y probar una cosa, el chico era muy noble para andar en los mares.

La falta de carácter haría que sin duda se viera en constantes problemas, no todas las personas eran buenas, y quizá lo tendría que aprender a la mana, cosa que no le deseaba al chico. –Lo vez… Ni siquiera saber que hacer si una chica te besa…- Dio un suspiro y se sentó sobre la barandilla del barco ignorando por completo la actitud del quien parecía no reaccionar. –Vamos que no ha sido cosa de otro mundo…- Dijo entre risas. –Es que te mordí la lengua y no puedes hablar…- Estirando los brazos y dando un bostezo se tallo los ojos pues en ese momento es que sintió como el cansancio de aquella noche se comenzaba a hacer presente.

-Vamos no me mires así, que no soy una bruja si es lo que piensas…Si una chica puede hacer flaquear tus voluntad de esta manera, imagina lo que haría un cruel y sanguinario pirata…- Su rostro recupero la seriedad de un inicio, ella en su momento llegaba a ser como muchos de ellos, y aunque ella se tentaba el corazón en ese momento, otro no lo haría en su lugar. Agradecía estar plenamente consciente en momento o quizá quien la pasaría mal, seria su joven acompañante.

El sonrojo en su rostro no desaparecía, seguía presente con una molestas persistencia, miró un momento a la mujer tras su comentario, quizás le molestó un poco aquellas palabras, después de todo hablaba como si lo conociera - ¿¡Y que se supone que debía hacer ante mi primer beso!? – levantó un poco el tono de voz mostrando molestia por su comentario, sin perder el sonrojo y presionando su puño cayó en la realidad de que había hablado si pensar y al instante se arrepintió de lo que había dicho, si antes lo consideraba débil, ahora podría considerarlo un fracasado total.

Con aquella acción Kira despertó de golpe casi cayendo de la cabeza de Andrei, pero se mantuvo allí algo confundido, bostezó ajeno totalmente a la situación. Ya estaba hecho, el error de aquellas palabras se había cometido y sería ridículo intentar reparar lo irreparable, se calmó un poco y bajó su tono de voz intentando desviar el tema - ¿Cuánto es la deuda? – preguntó, con seriedad y bajando su puño e intentando calmarse, le había preguntado eso con un aire desafiante, si antes deseaba no volver a verla, ahora deseaba encontrarla nuevamente en el futuro para pagarle la deuda sea cual fuese y demostrarle que podía ser más fuerte – Dime exactamente cuanto es la deuda por ayudarnos y yo te la pagaré – la determinación estaba encendida en sus ojos al hablar, quizás para la chica era cómico pero Andrei no le veía la gracia al ser humillado, no tenía intensión de agradarle o ganar su aprobación, solamente quería rescatar su orgullo que nuevamente era pisoteado por una mujer – Es muy diferente tratar con una mujer a tratar con un hombre – agregó justificándose nuevamente manteniendo la seriedad del momento, Kira que seguía ajeno al asunto bajó a su hombro y miró con curiosidad la seriedad de ambos en ese instante.

No esperaba aquel tipo de revelación de ese chico, nunca se le había cruzado por la mente, aunque si lo analizaba detenidamente lo habría podido pensar, aunque las ganas de reír eran evidentes, tenia que aguantarse pues la pronta molestia y seriedad del chico estaban a flor de piel, pensando en lo que había echo se sintió un poco culpable, nunca lo habría imaginado y aunque no lo quería reconocer entendía su molestia.

-Quizá no decir que es tu primer beso… Y controlar un poco tus emociones… - Entendía el porque de su actitud. –Mantener un control de tu cuerpo y sobretodo de tus emociones es lo primordial… Alguien más podría hacer lo mismo y bien tu podrías actuar como si eso no te afectara… - No lo consideraba débil, si no muy ingenuo, no le calculaba mas de 16 años. Ella había aprendido a la mala a ser desconfiada con la gente a mantener su vida separada de aquellos que conocía. Quizá el chico había tenido una mejor vida que la propia. Envidiaba eso.

Pese a que de pronto mostro seriedad al hablar, comenzó a referirse sobre su deuda. No había pensado cuanto iba a cobrarle por ayudarle. –Veamos, tu deuda es de 10,000 Berries, si puedes pagarlos hazlo, pero recuerda que hay intereses que corren con el tiempo, si no puedes hacerlo cuando nos volvamos a encontrar, navegaras para mi…- Ni siquiera tenia un barco para navegar, solo probaba la renovada determinación que podía observar. –No trates conmigo como si fuera una mujer, tan seguro estas que lo soy, trátame como tu igual, encontraras mujeres peligrosas, hombres tan bellos, que sin duda parecen mujeres, si no tratas a todos por igual, serás una presa fácil… Eso es lo que quieres… - Los humanos una extraña criatura que albergaba a verdaderos monstruos entre aquellos rostros apacibles, sin duda ella, terminaría convirtiéndose algún día en uno…

Se cruzó de brazos escuchándola, el sonrojo era leve pero presente aún, a pesar de la dureza o falta de consideraciones en las palabras de Darrah, eran ciertas, quizás era lo más realistas que había escuchado Andrei desde hacía mucho tiempo, dudó un poco sobre su forma de ver las cosas, su forma de vivir hasta ese momento – La próxima vez que algo así llegue a pasar, tendré la experiencia de este momento – en ese instante escuchó el monto de su deuda – ¿10.000 Berries? Esta mujer tiene ambición – pensó poco impresionado ya que luego de lo reciente, podía esperar de ella cualquier cosa, pero aún así no se echaría atrás en su decisión – ¿Navegar para ti? – sus palabras no dejaban de sorprenderlo, ¿es acaso tenía un barco que navegar? – Está bien, es un trato Darrah – dijo manteniendo aquella férrea voluntad de superarse.

La pirata nuevamente volvía a aconsejarlo, esta vez sobre las mujeres, con eso confirmaba que lo veía como un crío sin experiencia, no la culpaba, después de lo que había dicho y como se había comportado, cualquiera pensaría así. En medio de sus palabras bajó disimuladamente su mirada hacia su escote, le parecía irónico que le pidiese que no la mirara como una mujer – Como si fuera fácil ignorar ese hecho con tu ropa – pensaba y lo susurraba muy tenuemente como un comentario sin relevancia, pero al mismo tiempo tenía aquellas palabras en cuenta, era verdad, la humanidad era una raza que podía mostrar millones de diferentes caras, malvados, despiadados, ingenuos, etc. Andrei debía aprender a tratar con todas las clases de personas diferentes, ser más precavido y más seguro de sí mismo.

Que destino le depara a alguien como el, y que destino le deparaba a una mujer como ella, sin duda pensaba que futuros muy distintos, el chico no parecía del tipo pirata, dudaba que algún día el pudiese robar, saquear, matar gente, y beber ron hasta desfallecer, justo la vida que ella llevaba. Le observaba por momentos de pronto aquella seriedad se mantenía, al parecer el chico comenzaba a replantearse muchas cosas.

Si, se trataba de un suma exagerada, mas ese era el precio por arriesgar su vida por una persona que no conocía, su sueño el tener riquezas para vivir una vida plena sin carencias. Y brindar su ayuda tenia un precio. Y las palabras del chico le indicaban que no pensaba retractarse y pagar su deuda, al menos tenia honor y no como muchos piratas que nunca pagaban. Sonrió de medio lado. –Espero que puedas ser capaz de seguir el paso si no juntas el dinero…- Sabia muy bien que ese dinero no lo conseguiría en un tiempo corto y de ser así dudaba que se atreviese a robar para conseguirlo.

-Tenemos un trato Andrei…- Dudaba encontrárselo nuevamente en un futuro cercano, de hecho si lo hiciera, quizá ninguno de los 2 se reconocerían, simplemente por olvidar aquel mal rato pasado en aquella isla, no le importaba aquel trato, toda su palabrería era para calar al chico, al final si verdaderamente se lo encontraba seguramente ella terminaría dejándole atrás. No pudo evitar sentir aquella mirada, bien sabia que a veces ese tipo de situaciones sucedían, por lo que dirigió sus manos a sus senos y los sujeto. –Acaso quieres que te los muestre… Si lo hago serán 10,000 mas… Oh bien puedes darme al almuerzo de repuesto por solo verlas… - Comenzó a reírse, el chico solo necesitaba mas tratos con las chicas, era lindo seguro se las arreglaría.

Juntar aquel dinero para pagar su deuda, no sabía exactamente como lo haría pero sabía que lo haría, se demostraría a si mismo que podía sobrevivir por su cuenta, sin depender de nadie pero al mismo tiempo sin perder demasiado su propia personalidad. Pensaba por momento cuanto tiempo pasaría hasta volver a cruzarse en el camino de Darrah, al principio tomó todo por broma, pensaba en olvidar el momento y seguir adelante, ahora, ahora solo pensaba en cumplir su propia palabra, por alguna razón sabía que le llegarían noticias de Darrah de una u otra forma, por su forma de ser, estaba destinada a meterse en líos con la marina - Juntaré el dinero – respondió con una media sonrisa.

Aquella mirada fugaz hacia el cuerpo de la chica había sido descubierta, Andrei tampoco se preocupó en disimular demasiado, pero aquella seguridad que había ganado hasta entonces fue nuevamente quebrantada por las palabras de Darrah – ¿Q-que? No se de que hablas – se sonrojó más y se dio la vuelta, pretendía ocultar la pena que sentía en ese momento – Y de ninguna forma te entregaría a Kira – agregó sin voltear a verla aún. La mujer parecía disfrutar torturando al chico con aquellos comentarios y acciones, fue evidente cuando comenzó a reír – Ok ya… te has reído bastante ¿no? – volteó nuevamente hacia la mujer, pretendía estar molesto pero por alguna razón no podía, el verla reír aunque fuese a costa suya le sacaba una sonrisa contra su propia voluntad.

El chico decía que juntaría el dinero, eso seria un desafío, la rubia se preguntaba si el chico realmente tenia agallas, o solo era una actitud pasajera. Aunque no lo fuese, dudaba en volver a encontrarse con el, de ser así dejaría sus caminos en manos de aquellos mares por los que navegaba. –Si crees poder hacerlo, Adelante… Nada te detiene más que tu mismo…-

Al parecer la chica sabía donde pegarle con sus palabras pues en cuestión de segundos lograba desbaratar al chico. -Oh vamos no seas tímido… Puedes hablar con confianza…- No era su intención burlarse, mas no podía evitar reír ante lo cómica que le resultaba la situación, verse a si misma intimidando a un chico. Dejo de reírse, le resultaba muy seria aquella forma en como se comportaba el chico, quizá ya se estaba pasando de la raya.

-Vale, dejo de reírme… Lo hare el día que dejes de lado esa actitud inocentona que lo único que harás es hacer que te viole…- Dijo en forma seria, para después reír y darle una palmadita en el hombro. –Vale, vale, terminare con mis bromas, no soy una persona que tenga sentido del humor… Pero al hablar contigo he encontrado un poco… Gracias...- Sin duda la tensión que había sentido aquellos días estaba desapareciendo.

La brisa les estaba dando un buen clima que rápidamente los llevaría a alguna isla, en aquel mar, un lugar done la rubia se despediría del chico. Le volvería a ver, eso se lo dejaría a las corrientes marinas que guiaban su camino.

- No soy tímido, tu eres demasiado confianzuda – le respondió casi sonriendo, no quería aceptar que sus palabras y su comportamiento tan extravagante le parecían divertido, pero así era y no podía molestarse, por un momento podía olvidar que esa mujer veía a su mejor amigo como un almuerzo de repuesto. En ese momento sintió la palmada en su hombro y levanto una ceja mas una expresión de “no me lo creo” cuando Darrah comentó que no era una chica con sentido del humor, hasta ahora había demostrado lo contrario.

Andrei tampoco se consideraba una persona con sentido del humor, podía sacar risas y hacer divertir a las personas alrededor, pero nunca era con esa intensión, casi siempre se reían de algunas de sus torpezas o comportamiento inseguro, en otras palabras de reían de él y cuando lo pensaba así no podía evitar molestarse, Darrah tenía razón, esa actitud debía cambiar, debía hacerse respetar más y mejorar su confianza – Gracias a ti – le respondió con una sonrisa, si ella comprendía el porque agradecía, estaría bien y si no, consideraba que no había necesidad de explicarlo en ese momento.

Apoyados en aquella barandilla, Andrei notó un ave sobrevolando el cielo no muy lejos de su posición, era una clara señal de que estaban cerca de alguna isla, aunque era difícil determinar cual sin un mapa a la mano, eso significaba que el final de aquel viaje estaba anunciándose.

Demasiado confianzuda. Esa era la impresión que le había causado, ella era una persona desconfiada, retraída respecto a algunos afectos, difícilmente dejaría su vida en manos de alguien que no fuese ella misma, al menos sabia que podía dar una apariencia falsa. Intentando que aquel pensamiento no la abrumase, comenzó a observar el mar, deleitándose, con aquel vaivén que les proporcionaba.

Estaba tranquila, el temor de quedarse para siempre en aquella isla había quedado en el pasado, ya se podía sentir el fresco clima proveniente de otra isla, misma en al que al llegar al puerto desembarcaría y seguiría su rumbo. Observo la sonrisa de su interlocutor, aquella plática quedaría olvidada en alguna parte de sus recuerdos, pues quizá, nunca le volvería a ver.

Guardo silencio el resto del trayecto, al llegar prontamente a una nueva isla desembarco, sin decir nada simplemente agitando su mano diciendo adiós y deseando un buen viaje. Si el destino era compasivo con aquel chico, no tendría una vida dura que lamentar.

Spoiler:

Los minutos pasaron luego de sus últimas palabras y el barco llegó a un puerto seguro, el viaje llegaba su fin y para Andrei sería un viaje difícil de olvidar, no podía confiar en que Darrah pensara igual, después de todo aquella mujer parecía vivir el camino de los vientos superando muchas adversidades que podrían dejar minimizado el acontecimiento de Tequila Wolf.

El chico se despidió de su momentánea compañera de viaje, sonrió de lado correspondiendo aquel gesto de mano, no sabía que pensar, si estar feliz por librarse de ella o triste por pensar en que no la volvería a ver – Y así volvemos a ser solos tu y yo Kira – dijo navegando nuevamente el barco hacia otro destino – Oye Kira… ¿Quieres conocer el cuartel de Sheltown? – preguntó con una sonrisa picara - kyuuu - respondió el zorrito con su tipico y agudo sonido, al parecer Andrei planeaba algo, no perdería el tiempo, iniciaría sus propias aventuras hasta encontrarse con Darrah nuevamente, sabía que lo haría en algún punto, solamente debía procurar tener el dinero necesario para pagarle – Marines… allá voy – dijo alejando el barco de la isla donde había dejado a Darrah.