Momento de partir.

Vie Jun 03, 2011 4:07 pm

El día era tan radiante como la sonrisa del más puro de los ángeles, o como la sonrisa de su peli-rosada acompañante, la cual marcaba el camino al espadachín en dirección al puerto, donde embarcarían para así hacerse a la mar de una vez por todas, y con ello comenzar al fin con sus aventuras. Pero antes de partir, el peli-azulado debía conseguirse un par de katanas, para así tener con que defenderse en cualquier situación que requiriese de sus habilidades en el manejo de la espada, por lo cual iba atento a todo lo que veía a su al rededor en el camino al puerto.

Entonces, un poco antes de llegar a los muelles, pudo ver una herrería, donde podía verse un cartel que citaba "Se venden armas punzó cortantes. También tenemos herraduras de caballo", aunque lo último no le interesaba en lo más mínimo al peli-azul el cual sin preámbulo alguno tomo la mano de la joven y le dijo. - ¡Ven!, ¡Voy a comprar unas espadas! - Exclamo con bastante efusividad, sonriendo de oreja a oreja mientras se acercaba al establecimiento, para acto seguido adentrarse en el y dirigirse rápidamente al sujeto que se encontraba golpeando el incandescente acero con un robusto martillo de forjador, y una vez delante de el, el sujeto le observo de arriba a abajo y le hablo antes de que el peli-azul pudiese decir nada.

- ¡Bienvenidos!, ¿Que los trae al taller del viejo Joe? - Pregunto este con bastante amabilidad, todo lo contrario a su atemorizante apariencia, a lo que el joven peli-azul busco entre sus ropas y saco una pequeña bolsita de cuero que rebosaba en monedas, al tiempo que le decía. - ¡Necesito dos katanas, y de buena calidad! Tienen que durarme una eternidad misma si quiero proteger a esta muchacha con ellas. - Expreso sonriendo mientras el forjador carcajeaba y tomaba la bolsa de dinero, abriéndola y contando las monedas para luego dirigirse a la parte trasera del establecimiento, donde podían verse varias armas punzo cortantes colgadas y en estantes, y de uno de esos estantes saco dos katanas, las cuales llevo al muchacho mientras le sonreía y musitaba.

- Aquí tiene, joven caballero. - Y así entrego las dos katanas al joven, esperando una respuesta por su parte, a lo que este respondió con algo de emoción y efusividad. - ¡Perfecto!, por cierto... Aredhel, ¿Te interesa comprar algo? Dímelo y lo tendrás. - Dijo fijando su vista en la muchacha, sonriéndole con energía y emoción en espera de su respuesta, para ver si ella también se compraría algún tipo de arma, aunque la pagaría el, y no le importaba en lo más mínimo el hacerlo, aunque no desbordase dinero por donde caminase.

Sáb Jun 04, 2011 10:05 am

El día parecía estar a favor de los dos piratas que iban a comenzar sus aventuras, un sol radiante imperaba en el celestino cielo, salvo por alguna que otra nube blanca que adornaba el mismo. La peli-rosa iba marcando el camino que debían seguir, a modo de guía avanzaba hasta acercarse a la zona del puerto de la ciudad, pero antes de que pudiesen seguir avanzando, su mano fue tomada por la del chico que eufórico corrió con ella hasta lo que parecía una herrería, por lo que imaginaba que el chico quería comprarse algún arma o armadura útil para la aventura, era buena idea, pues ambos parecían ir con lo puesto únicamente.

Al adentrarse en la tienda, se podía ver un hombre forzudo y grandullón trabajando con el acero, fabricando más armas para su tienda, suponía. A pesar de su ruda apariencia, el hombre era bastante amable y les indicó enseguida la zona de compra de armas, pues el chico quería un par de katanas, agregando que debían durar mucho, pues con ellas iba a protegerla. Sin poder evitarlo un leve sonrojó, pero algo notorio se creció en sus mejillas, girando su rostro a otro lado, aprovechando para echar un vistazo al lugar y verlo detalladamente, pues no quería que fuese notado por nadie. Pudo ver todo tipo de espadas y katanas, cuchillos y dagas, armaduras, era una tienda muy variada para todo tipo de guerreros. Igual ella debería comprarse algo, pues de algún modo debería defenderse si quería salir airosa de muchas situaciones, y se fijó en algo que le podría ser bastante útil, no era una fanática de las armas ni le gustaba usarlas demasiado, pero vio algo que le sería de mucha ayuda, sobre todo cuando fuese de expedición o se adentrara en bosques o selvas. Pues lo que encontró era una zona con diferentes cuchillos, dagas y demás armas de esa índole. Y antes de que el muchacho preguntara sobre si quería algo de la tienda, la joven ya estaba acercándose a él portando un puñal en su mano. -Quiero esto por favor, me vendrá bien~ -comentó la muchacha sonriendo, mientras entregaba las monedas al hombre, pues era bastante barata. -Tranquilo Sieg, puedo pagarlo sin problema. -le respondió con amabilidad, mientras colgaba el arma de un lateral de su cinturón, como si de un accesorio más se tratase.

Puñal:

Sáb Jun 04, 2011 10:23 am

El joven peli-azul observo como la joven compraba un pequeño puñal con su propio dinero, y aunque esta le dijo que no necesitaba pagarlo, el muchacho se dispuso a pagar lo próximo que hiciesen, ya fuese un hospedaje, una comida, o lo que fuese. Entonces, sonrió al herrero y le hizo una leve reverencia, a la cual este correspondió con una sonrisa y una carcajada, para luego seguir golpeando el duro acero con su martillo forjador.

Hecho esto, Sieg volvió a dirigirse a la entrada del establecimiento, dispuesto a salir de allí, pero antes se giró a ver a la joven y exclamo. - ¿Vamos, Ared? - Preguntó extendiendo su brazo hacía la joven, con su mano abierta en señal de que la tomase, pero, ¿Acaso quería llevarla de la mano? Posiblemente, ya que de la mano la tendría más cerca, y por ende, mayor protegida. Aunque claro, también le gustaba tomarle de la mano, y de eso se había dado cuenta hacía tan solo unos segundos.

Sáb Jun 04, 2011 10:33 am

La joven ya dispuesta a irse, pues no tenían tiempo que perder, observó como el chico peli-azul le hacía una pequeña reverencia al herrero y este la respondió al tiempo que reía, era bastante bonachón aun teniendo esa apariencia. Sin embargo, la peli-rosa mientras caminaba hacia la salida se giró y se despidió mientras caminaba con su mano, moviéndola de lado a lado con suavidad, ante lo que el hombre le respondió con otra risotada, la cual le contagió haciéndole sonreír inevitablemente, una risa contagiosa como se suele llamar.

Al girarse nuevamente hacia el frente, justo en frente de la puerta, el chico pirata extendió su mano hacia ella mientras preguntaba si se iban, lógicamente la chica asintió y tímidamente tomó su mano, estrechándola con suavidad con la del chico, mientras salían de la herrería, esta vez ella detrás de él, pues este le llevaba con la mano y tampoco había alguna perdida, pues tenían el puerto justo en frente. La peli-rosada señaló hacia el frente para que el muchacho se diese cuenta. -Allí está el puerto, todo recto~ -dijo con una voz animada, intentando disimular la timidez que sentía en ese momento, pues estaba caminando de la mano del chico, como si este fuera su guardaespaldas o algo así, pero también parecían una pareja a los ojos de los demás, lo que provocó nuevamente un leve sonrojo en sus mejillas.

Sáb Jun 04, 2011 10:43 am

El joven camino de la mano con la muchacha hasta el puerto, con un leve rubor en sus mejillas ante la situación, ya que el caminar de la mano con ella le hacía sentir algo raro, un sentimiento bastante extraño, aunque ese sentimiento era de su agrado, ya que estaba comenzando a sentirse bastante bien, feliz y alegre ante ello, haciendo que se preguntara que sucedía con el, aunque esto no fue respondido, ya que llegaron al puerto en un par de minutos.

El puerto, como siempre, estaba atiborrado de navíos mercantes o turísticos, ya que Lyneel era una isla comúnmente visitada por turistas y vendedores, teniendo en cuenta que era un reino bastante prospero y hermoso. Viendo los barcos anclados en la bahía, este comenzó a preguntarse como y en que viajarían, por lo que preguntó a la joven su duda. - Bien, ¿Cual es el plan?, ¿viajaremos en un barco mercante, o de turismo?, o, ¿Robaremos algún barco...? - Cuestiono este con algo de curiosidad, sin soltar su mano ni un segundo, sintiendo la calidez y suavidad de la blanquecina piel de la muchacha, acariciándola con suavidad e inconcientemente mientras esperaba su respuesta.

Sáb Jun 04, 2011 10:58 am

Habían llegado al fin al puerto, después de una pequeña caminata de unos minutos, aunque haber llegado ahí no era suficiente pues debían seguir caminando dentro de este, pues se trataba de un puerto bastante amplio, no todo estaba al comienzo. En los alrededores del puerto abundaban los puestos mercantiles de todo lo relacionado con el mar, cosas útiles para los pescadores, utensilios para barcos y puestos de marisco recién pescado incluso. Si giraban su cabeza a los muelles, se veían yendo y viniendo diferentes tipos de barcos, desde mercantiles y turísticos, hasta botes pesqueros.

Con la duda de que debían hacer ahora, el chico le pregunto que cual era el plan actual, ¿que deberían hacer? se preguntaba también la joven. Tenían varias opciones, barcos comerciantes y de turismo o incluso actuar como piratas y robar uno de los tantos que habían en el lugar. Pero, aunque le atraía la idea de comenzar con actos piratescos, no sería buena idea, pues ella no sabía navegar y no creía que el chico supiera, por lo que lo más lógico sería montar en uno con mayor seguridad. -A menos que sepas navegar, sería mejor que montásemos en uno, lo veo más seguro. -comentó la chica, mirando al chico con un rostro de duda.

Sáb Jun 04, 2011 11:20 am

Escuchando sus palabras, el joven se dio cuenta que montar un barco era la mejor opción, ya que al no saber nada de navegación, con robar un navío solo lograrían perderse en el mar y naufragar, lo cual no era para nada una opción. Entonces, comenzó a caminar hacía donde yacía anclado un barco turista, dirigiéndose hacía allí aún tomado de la mano de la joven, la cual al parecer no se había percatado de las inconcientes caricias del joven, algo que podía haberle ahorrado bastante vergüenza a ambos.

Al llegar al barco, vio como algunas personas se adentraban en el navío, a lo cual este los siguió y al pasar por el puente, un sujeto de fornida apariencia señalo un cartel que decía el precio del viaje, haciendo que Sieg sacará unas monedas y pagase el pasaje de ambos, para luego continuar con su camino, dirigiéndose a la proa del barco y parándose allí, al tiempo que le decía a su acompañante. - Bien, allá vamos. - Expreso este sonriendo mientras soltaba la mano de la muchacha y posaba ambos brazos en el barandal del barco, observando el mar sin decir nada.

Sáb Jun 04, 2011 11:30 am

El chico sin decir nada, siguió caminando, aparentemente coincidiendo con la opinión de la chica, pues sin darse cuenta se dirigieron hacia uno de los barcos que parecía que estaba a punto de desembarcar. Algunas personas estaban terminando de subir por lo que avanzaron hasta allí sin dudarlo. Una vez iban a pasar, lógicamente había que pagar, por lo que un hombre de gran tamaño y forzudo recalcó lo obvio y ante de que la chica pudiera sacar su dinero, el joven ya había pagado el billete de los dos, pasando directamente dentro.

Caminaron hasta la proa del barco, tenía una vista bastante bonita por lo que seguro que disfrutaban del viaje. Algunas personas se asomaban también por la zona, no eran los únicos. El chico sin más soltó su mano y se apoyó en la baranda. La joven imitó su acto, apoyando sus brazos también en la misma mirando el amplio mar. -Gracias por pagarlo, Sieg. Eres un caballero~ -comentó sonriente mientras le miraba, teniendo su brazo apegado al contrario sin darse cuenta de la cercanía con el otro. -Por cierto...¿a dónde vamos? -pregunto dudosa, pues ni el hombre de antes les había dicho nada del viaje, igual en los billetes decía algo.

Sáb Jun 04, 2011 5:42 pm

La brisa marina azotaba sus cabellos suavemente, al igual que a sus vestimentas, teniendo ahora su capa flameando constantemente a medida que el barco avanzaba. Entonces, sus oídos escucharon la voz de la muchacha, la cual estaba justo a su lado, bastante cerca de el, lo cual hizo que sintiese unas ganas increíbles de apegarse más a ella, pero simplemente no podía, no sabía como reaccionaría, además de que sería muy vergonzoso realizar dicha acción.

Concentrándose nuevamente en lo dicho por la joven, se sonrojo levemente al escuchar que esta lo llamaba caballero, mientras observaba el billete del barco y luego a la joven, con una gran sonrisa, al tiempo que le decía. - Rumbo a Logue Town, Ared. - Expreso este perdiéndose en la mirada de la joven, quedando ahora sus ojos clavados en los de ella, sin poder hacer nada para evitarlo, y si ella no lo hacía, de seguro se quedaría así todo el viaje, ya que era como si estuviese hipnotizado por tan hermosa mirada.

Sáb Jun 04, 2011 6:17 pm

El joven tomó sus billetes, buscando en estos si se encontraba el destino del barco, pues la joven quería saber a dónde se dirigían, es así como el chico nada más leerlo pudo ver que se trataba de Logue Town. Había leído algunas cosas acerca de esa ciudad y no era precisamente el mejor lugar para empezar como piratas, pues era un lugar repleto de marines y donde se sentencian piratas, como pasó con el famoso rey de los piratas.

-Logue Town...espero que no nos metamos en demasiados líos nada más empezar. -comentó pensativa la joven de rosados cabellos. Mientras su cabello se mecía por el viento que soplaba del mar junto con su falda, girando su rostro hacia el chico peli-azul que se encontraba mirándola, mientras ella esperaba respuesta por su parte. Sin poder evitar quedarse pendiente de sus ojos azulados, como si absorbieran su voluntad. ¿Qué pasaba por la mente de la arqueóloga? Ni ella misma lo sabía, se encontraba algo confusa respecto a sus sentimientos por el pirata, era algo más que simpatía, pero no sabía hasta donde llegaría, aunque su mente se encontraba difusa por lo que ni ella misma se podía aclarar y tan solo se quedaba mirándole.

Sáb Jun 04, 2011 6:36 pm

El joven escuchaba las palabras de su compañera con total atención, sin dejar de ver sus hermosos y vastos ojos de color azulado, los cuales tendían a cambiar de vez en cuando a un verdoso claro, un detalle que había llegado a la mente del joven. Sus ojos cruzaban y se fundían en una mirada calida y amable, haciendo que la sonrisa del peli-azul se volviese más serena, como si estuviese totalmente relajado, y sin darse cuenta, su mano diestra resbalo lentamente por el barandal hasta encontrar la mano de la muchacha, acariciando el dorso de esta suavemente mientras la sujetaba.

Pero pronto se dio cuenta de su acción, sonrojándose bastante ante ello, más sin embargo, no retiro la mano, si no que acaricio con más suavidad la mano contraria, sin perder el contacto visual con ella ni por un instante, mientras el barco se adentraba aún más en mar abierto. Solo restaba esperar a ver su reacción, aunque temiese que no fuese una reacción positiva.

Sáb Jun 04, 2011 6:47 pm

Mientras sus ojos se adentraban en los de su compañero, hipnotizados por estos, mientras notaba como la mano del chico acariciaba repentinamente la suya que se apoyaba en la baranda. Sin poderlo evitar, un sonrojo imperó en sus mejillas, algo notorio y su boca se comenzaba a secar, tragando saliva inevitablemente algo nerviosa. La situación había cambiado completamente, no sabía cómo reaccionar ni que decir tan solo quedarse quieta mirándole, tampoco podía pronunciar palabra alguna, no le salían simplemente.

-Si-sieg...-tartamudeo la chica, mirando fijamente al pirata, pero antes de que pudiera terminar de pronunciar palabra alguna, un balanceo del barco la echo hacia atrás, haciendo que su mano se soltara de la del chico y apoyándose con ambas instintivamente en la baranda, acabando sentada en el suelo con los ojos apretados por el susto. Temblaba levemente pensando que se iba a caer al mar, aunque por suerte eso no paso, se agarró a tiempo para salvarse. Sin poder reaccionar nuevamente, respiraba jadeante por el susto llevado, intentando levantarse.

Sáb Jun 04, 2011 6:58 pm

El destino jugaba nuevamente con los sentimientos de aquel par, ya que el barco se movió bruscamente y corto con el contacto visual y físico que mantenían el peli-azul y la de rosados cabellos, haciendo que esta última cayese sobre la cubierta, quedando sentada en el suelo y de segura resentida un poco, mientras que el peli-azul estuvo a punto de caerse por el barandal, aunque para su suerte pudo sujetarse antes de que su cuerpo saliese despedido de la proa hacía afuera del barco.

Cuando se recompuso del movimiento provocado por las olas, se acerco a la joven y le tendió la mano, esperando que la tomase mientras le decía con una voz serena y algo avergonzada. - ¿Estás bien? - Cuestionó el joven espadachín, esperando que esta le diese una respuesta a su pregunta, además de que esperaba tomase su mano para ayudarle a levantarse.

Sáb Jun 04, 2011 7:07 pm

La joven tomó la mano del chico, el cual se la tendió amablemente para ayudarla a levantarse. En cuanto pudo reaccionar, agitó suavemente su cabeza para despertar de su "trance" y tomó su mano con la suya levantándose lentamente, para apoyar su otra mano en la baranda y evitar volver a caerse. Las olas habían pegado un poco fuerte, pero no había un fuerte oleaje general por suerte para ellos, no sería bueno un viaje movidito.

-Gracias, que extraño eso...-comentó la chica respecto al balanceo que sufrió el barco, para luego mirar a su alrededor. -¿Damos una vuelta por el barco? -preguntó la joven, volviendo a mirar al chico mientras sonreía, mientras esperaban para llegar al puerto de Logue, aunque no quedaba mucho para llegar, lo mejor sería estar entretenidos. Esperando la respuesta del chico, apoyó sus dos brazos en la baranda mirando el paisaje marino, pudiendo ver a lo lejos otras islas, aunque muy difíciles de divisar, mientras que las aves sobrevolaban el barco y pasaban por este de vez en cuando, entreteniendo la vista a la joven.

Sáb Jun 04, 2011 7:16 pm

El joven sonrió amablemente y algo aliviado al ver que la chica no había sufrido lesiones graves, tal ves un simple y nada placentero dolor, pero nada fuera de lo normal, o al menos eso daba a pensar la muchacha al estar tan calmada. Entonces, está le propuso el dar una vuelta por el barco, para luego apoyarse en el barandal esperando una respuesta por parte del joven, la cual fue más física que otra cosa, ya que tomo su mano suavemente y la jalo con delicadeza hacía el, para así rodearla con su brazo diestro, abrazándola por la cintura.

Esto provoco un enorme rubor en las mejillas del peli-azul, y de seguro lo provocaría en las de la contraria, aunque de seguro las palabras que exclamaría el espadachín servirían de explicación para tan repentino movimiento. - E-espero no in-incomodar... Pero así no volverás a caerte... - Expreso este sonriendo nerviosamente, ya que aunque lo dicho fuese verdad, la había abrazado más por el placer de tener a la joven tan cerca de si, por que lentamente iba dándose cuenta que para el, era irresistible.

Sáb Jun 04, 2011 7:27 pm

Antes de poder hacer nada, la mano de la chica fue jalada con suavidad por el chico, que la apegó a él, para luego pasar su brazo por la cintura de la chica, sujetándola de ese modo, comenzando a caminar con la chica, mientras ambos se sonrojaban notoriamente. El joven afirmó que se trataba de una forma para evitar que la chica se cayese, ante lo que ella tan solo se limitó a asentir con naturalidad, pues ella confiaba en el pirata y sabía que se preocupaba por ella, pero por otra parte no podía evitar estar algo nerviosa por el contacto.

Pero, sin más, la pareja de piratas comenzó a caminar por el barco, rodeándolo primero con tranquilidad observando los diferentes lugares de este, varios trabajadores que caminaban de aquí por allá y lo pasajeros que contemplaban el paisaje por la zona superior. Luego, se adentraron dentro del barco, había un pequeño comedor donde algunos pasajeros s encontraban desayunando, aunque la chica no tenía precisamente hambre en ese momento, por lo que ignoró la zona, caminando con el chico por otra dirección. Llegando así a una salita llena de sillones, pues parecía una zona de pasaje, para sentarse y esperar durante el viaje. No había mucho más que mirar, aparte de los baños, pues se trataba de un pequeño barco de turismo humilde, aunque era más que suficiente para viajar.

Sin darse cuenta, durante su paseo y paradas en cada sitio, el tiempo de los piratas en el barco llegó a su fin, pues una sirena sonó en el barco y la voz del capitán sonaba por el barco a traves de una serie de den den mushi conectados en diferentes rincones del barco, anunciando su llegada a la ciudad de Logue. -¡Hemos llegado! -exclamó la joven emocionada por su primer destino en sus aventuras. Y sin más demora, la chica caminó junto al contrario caminando hacia la salida, donde se formó una cola de pasajeros y esperando pacientemente fueron bajando junto a los demás.

Momento de partir.

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