Empezando la Phase 1.

Wiji, primer día solita en una isla. Miraba fascinada todo lo que podía de Logue mientras deambulaba, con cara de cría idiota, por las calles de la ciudad. Le faltaba un peluche entre los brazos para terminar de crear una adorable estampa que sería cruel rompero, pero bueno, ya habría tiempo en otro momento para peluches, ahora debía buscar alguna tienda de armas para poder abastecerse bien aunque fuera únicamente para un encargo marine.

A base de preguntas terminó llegando a una tienda y, mientras entraba, empezó a tararear una cancioncilla que conocía. Miró las armas durante un ratito, pero pronto encontró lo que buscaba y, como si de caramelos se trataran, empezó a tomar todo lo que quiso con sus brazos y lo llevó al mostrador, acumulándolo todo en un montón frente al dependiente, al que miró sonriendo ampliamente tras el mostrador. - Quiero esto. - Reafirmó con total tranquilidad la albinita de rostro infantil y aspecto asquerosamente adorable.

Dio un par de palmaditas en el mostrador, y el dependiente entonces empezó a hacer números para cobrarle lo que quería comprar. La cifra era algo alta para el presupuesto del que solían disponer las niñas de la edad de Wendy, pero ella era diferente en numerosos sentidos, incluído el económico, por lo que la jovencita se sacó de dentro de sí misma, para sorpresa del dependiente. - Ah, necesito ya algo de líquido. - Murmuró la cyborg al tiempo que dejaba el dinero sobre el mostrador. Luego, como aquellas armas ya eran sólo suyas, procedió a colocar todo aquello en su sitio, es decir, en brazos y torso, tanto la cadena como los puñales, todo bien colocado y conectado. Aquella extraña variación de pistola y subfusil acopladas a su otro brazo y, para finalizar, las municiones bien insertadas en el interior de su torso.

- Wiji, todo listo, ahora... ¿Dónde tenía que ir? - Y tras eso, salió correteando después de haber pagado, a ver dónde iba ahora.