[PASADO] Lo mejor de su infancia...

Jue Jul 21, 2011 9:38 pm

** Ohara... Gran isla. En este lugar, es donde las personas más inteligentes han nacido y se han reunido. Donde los conocimientos de cada erudito son planteados entre ellos, para que sean patentados en libros y demases, con el fin de inmortalizarlos en la historia y de igual manera compartirlos con el resto del mundo.

El cielo se muestra despejado... El claro celeste goza de su liberta, ya que en el mismo no se ven nubes o casi son invisibles. Los mismos vientos hacen esta paz más acogedora, puesto que de manera sutil se mueven de lado a lado, dando aquel aire de relajación que toda persona necesita. En el centro de esta isla, se encuentra un árbol, un enorme y gran árbol conocido como "El Árbol del Conocimiento", donde sólo aquellos dotados de las suficientes capacidades intelectuales son capaces de ingresar, es toda una gran historia que se escriben desde lo más profundo de sus raíces.

Bahía... Éste era el lugar donde la gente llegaba a relajarse de una manera más común, donde todas las personas son libres de gozar de este tipo de "entretenimiento". Es donde se pueden gozar mejor del panorama que dibuja el firmamento. El mismísimo mar se encontraba apacible, chocando de manera apaciguada contra las rocas que impiden su paso. Las gaviotas volaban libres, así como de vez en cuando se podría hasta observar peces que saltan desde lo profundo, con la única intención de que los rayos solares recubran sus cuerpos, para así otorgarles calor... Ningún mal presagio, más que nada se podría interpretar como "buen augurio".

Byakuran se encontraba andando por esos lugares. Se acercaba a la bahía, a paso lento y moderando pisando ya la dulce arena, donde cada uno de sus pasos se marcaban. Vestía con aquel ya peculiar traje que de elegancia lo dota, y como primera observación, creer que en una alta posición jerárjica se encuentra. Su cabello desordenado como ya suele ser costumbre, largo... Pero de alguna manera se veía bien, lucía bien. El mirar de sus orbes azules tambien era el mismo, capaces de perturbar a muchos como tambien influir cierta confianza en otros. Aunque este mirar no era propiciado por el mismo... El no eligió la mirada, la mirada lo eligió a él.

-Oh... Éste lugar siempre es tan tranquilo.

Paró su andar al mismo tiempo que dejó escuchar su inocente voz, de aquel cuerpo que todavía no se desarrollaba, puesto que tan solo diez aún poseía. Ya tenía algún tiempo viviendo en aquella isleta, medio año quizas, puesto su familia tuvo que mudarse por las capacidades intelectuales del joven. Aunque estaba dotado de inteligencia, en ese momento no parecía hacer uso de ella, puesto los sentimientos que este sentía eran más bien de relajación y de querer divertirse. Su mirar se encontraba en el horizonte con una sonrisa... Era como si esperar a alguien. **

Jue Jul 21, 2011 10:19 pm

¡Que epoca aquella! La era de luz para los bandidos, la oscuridad para la gente comun, quienes sufrian acechos constantes, y mirando con el rabillo del ojo por sobre su hombro, para poder intentar serciorarse de que ningun malnacido robara sus pertenencias aquel dia. La libertad cantaba sonora un dueto con la apagada voz de la responsabilidad, ganandole a la misma, en un concierto que parecia no tener fin. Islas por todo el mundo, habitadas tanto por piratas como por marines, quienes mantenian un circulo de enemistad durante todo el tiempo, un duelo de odio mutuo que parecia no terminar nunca, y este provocaba grandes cicatrices en el debastando Gran Azul, y sus siete mares principales, sufrian por las guerras y los combates de navio que abundaban en aquella epoca.

Comparada con otras eras, aquella era las denominada con mas ignorancia, pura fuerza corporal y poco pensar, la gente solo sabia combatir, faltaban buenos lectores y gente pensadora de su entorno. Por eso aquella bella isla era tan preciada por el mundo, en aquel lugar, las grandes ramas del saber se tegian para formar un enorme arbol junto en medio, y debajo de la tierra, las raices de las culturas ya perdidas por el mundo, se cultivaban para salir a flote agun dia y darse a mostrar al poblado planeta.

Los escritos de aquel lugar, eran valuados en millones de berries solo por el hecho de que tales indicios de sabiduria escaseaban y poca gente escritora tenia esos niveles de pensamiento. Alli, un joven con una paz interior que ironicamente perturbaba a la gente a su alrededor, caminaba, mirando las aves pasar sobre sus marrones cabellos. Su barbilla picaba bastante, pues sus primeros bellos despues de darse una buena navajeada a la barba comenzaban a salir, y ahora pensaba dejarsela, esperaba que aquello agradara a todo mundo. Aquel joven era un gran pensador a pesar de su corta edad, tomaba la vida y su entorno con tal filosofia que sorprendia a muchos, estrategico y bondadoso, descanzado pero cumplidor, muchas de sus caracteristicas se contradecian, pero el las hacia coexistir en un mismo cuerpo.

~Que hermoso cielo, nada podria perturbar a los astros en este dia. . . ahhh parece que es buen momento para tomar un descanzo, y buscar nuevas especies de caracoles en la playa~

Aquellas suaves pero gruesas palabras resonaban en la soledad de la desviacion de los caminos, uno el cual llebava al pueblo, y el otro a la bahia, donde el joven pasaba buenos ratos, recostado contra las erosionadas rocas, y escribiendo historias sobre marinos y piratas, siempre con una devocion especial por lo ultimos, los cuales ganaban grandes batallas, y honoraban a sus lideres caidos, a pesar de que en realidad, aquellos eran los malvados de la historia. Unos cuantos minutos le tomo al joven llegar a la rasposa arena, y sacandose sus sandalias y desabrochando su blanca camisa, comenzo a caminar tranquilo, mirando hacia el horizonte, de donde tantos barcos habia visto llegar, y siempre con el sueño de irse con ellos, y en su espalda, relucian dos pistolas de corchos, las cuales podia lastimar la carne de una persona normal, y a su edad, eso era lo unico que se le tenia permitido.

Jue Jul 21, 2011 11:00 pm

**Byakuran que se encontraba ya varios minutos contemplando la belleza del firmamento, giró su cuerpo en un ángulo de noventa grados, para comenzar con un nuevo andar. Sus ojos posaron la vista sobre un personaje que iba acercándose en su dirección, quizás de manera
intencionada o meramente casual. El joven peliblanco no dejó de caminar y seguir por aquel sendero, ése que en unos minutos podría ser el que decidiera su futuro, un futuro "brillante".

Estando ya a pocos metros del nuevo personaje, pudo percatarse que este tenía una mirada especial, la misma que había visto tan sólo en personas que gozan de un coeficiente intelectual de característica semejantes a las de él... Aunque Byakuran era más un observador que un erudito. Sin dejar de lado su sonrisa se aproximo, ya que de muchas manera le gustaba encontrar a gente y entablar amistad con ellas.

-¿Tienes algún tipo de afición?.

Shiota a esa edad, no era del tipo de persona que primero se presentaba con un "Hola, me llamo Byakuran", éste era más directo, aún si va en contra de sus ropajes y aquel porte que ya formaba parte de su vida, aquel que le ha hecho ganarse la envidia de muchos como la amistad de otros... Sin embargo y sin darse cuenta este buscaba algo más puro, una amistad sin status ni miradas exteriores... Natural.

-¡Oh...! Llevas dos pistolas, están muy bien elaboradas.

No había duda, era todo un niño... Mira que sorprenderse por tan sólo dos pistolas, que no causaban daño y mucho menos heridas. Aunque la diversión de infancia era la mejor... Aquella que se goza, que se disfruta de verdad... Bueno, hasta ese momento pensaba que la verdadera emoción era eso. **

Vie Jul 22, 2011 1:15 am

Que hermoso calor hacia en aquel momento, el cielo despejado dejaba pasar los rayos del astro rey los cuales alumbraban la tierra fervientemente. Aquel joven caminante, un niño de nueve años Kiricco, su cuerpo tenia un brillo inexplicable, algo extraño en su cuello hacia refractar la luz solar y hace un efecto esplendoroso y bello. Un mandibula de lobo, ¿Que hacia aquello puesto en el cuello de un niño? Ya demasiados problemas tenia con tu exceso de hormonas como para andar con un adorno tan peculiar en su cuello, parecia que no le importaba lo que pensaran los demas. De repende, una voz chillona pero calido sono detraz de Kiricco, el cuel se voltio velozmente y contemplo con sus habidos ojos, a un niño peliblanco, no mas de 10 años, que se paraba detras de el con una sonrisa.

~Oh pues buena, investigo la vida marina entre otras ¡Que no les dire a un desconocido! jeje-

Dijo el joven respondiendo a aquella pregunta que le hizo el joven parado frente a el. Callado quedo Kiricco, y Byakuran tambien lo hizo, parecia que procesaba la poca informacion que el joven Madarame le habia brindado, pero si se hacian amigos, le brindaria aun mas informacion. Una pregunta que sorprendio al pequeño Kiricco, en su memoria no parecia haber pistolas en su vida, algo andaba mal.

-¿Que pistolas?-Dijo mirando a su espalda-¡Ah si! Jejeje a veces soy distraido... Ah si me las construi yo, fue facil-

A pesar de ser un joven inteligente era distraido como todo niño, rascando su cabeza en señal de un poco de vergüenza al hablar sobre su habilidad para crear pistolas que no matarian ni una mosca, parecia que pronto comenzaria una buena amistad, una que definiria el camino que Kiricco tomaria en un futuro, un duo que forjara el carácter de ambos, y que los hara crecer tanto como individuos como en grupo.

-¿Y tu tienes alguna aficion?-

Hablo el joven futuro pirata, sin saber lo que se cultibava al comenzar una charla con el peliblanco extraño, aquella ignorancia de jovne pronto seria perdida, para ser reemplaza con locura e hiperactividad tanto como para el joven de marrones cabellos, como para el de pelos de angel.

Vie Jul 22, 2011 10:07 am

** Interés... El joven de cabellos marrones había respondido ya la primera pregunta de Byakuran, esa que llamo la atención de su persona, puesto que sobre una investigación marina se trataba, y no por el hecho de que la investigara, el motivo fue que nunca había encontrado a una persona que rodeara su edad haciendo tales cosas. No demoró mucho para el nuevo infante se dejará escuchar nuevamente, sus palabras fueron espontáneas y graciosas, dignas de una persona de esa edad... Esto alegró a Byakuran puesto que no era serio.

-Jajaja... Mira que no darte cuenta que llevas dos pistolas...

Era inevitable, sobre sus facciones se mostraba una gran sonrisa... Siempre paraba contento, es verdad, pero hace mucho que no lo hacía de tal manera, bueno, no con otra persona. Sabía que esta persona no era nadie común y corriente, era de los poco que de verdad pueden hacer reír a carcajadas al peliblanco, y lo demostraba puesto que este seguía manteniendo sus ojos cerrados mientras que su estómago se movía de arriba a abajo en señal de carcajada. ¿Por qué? El chiste no era tan bueno, siquiera era un chiste. Mientras se sacaba unas cuantas lágrimas con su mano derecha, prosiguió...

-Yo... Sí ,sí ,sí... Tengo una, es dibujar todo lo que pueda, donde y cuando sea... Siempre es divertido dibujar cualquier cosa no importa si tienes o no los materiales... ¿Nunca has dibujado en tu cerebro?.

Se pronunció con una respuesta extraña, pero buena a su manera. Después de todo, era la respuesta de un niño, quizás sería captada rápidamente por el otro muchacho, que por cierto tenía una peculiar mandíbula de lobo sobre su cuello. En ese instante... Byakuran no pudo evitarlo, flexionó sus rodillas, y apoyó su cuerpo sobre estas, para luego con su dedo índice diestro comenzar a dibujar sobre la cálida arena... ¿Qué dibujaba? Dibujaba aquel interesante adorno que colgaba.**

Vie Jul 22, 2011 10:33 am

Que buen momento aquel, en el que el joven Madarame por fin se hizo de amigos verdaderos, o por lo menos lo estaba intentando, y estos mucha falta le hacen a un pequeño de su edad, que recien esta moldeandose para dejarse llevar en un futuro por las calidas e incomprendidas aguas del oceano. Aquel joven peliblanco en particular era muy propenso a la risa, parecia divertirse con las cosas que el pequeño Kiricco decia, y a este lo alegraba de sobremanera ser apreciado como un joven gracioso. Al punto de practicamente estar llorando ser reia aquel joven frente al futuro pirata, y una que otra sonrisa se le salto por el costado del labio, intentandola contener un poco, aunque era imposible en aquel momento, y mas aun para un niño.

Aquella repentina pregunta que lanzo el joven desconocido, dejo pensativo unos momentos a Kiricco ¿Dibujar? Hacia tiempo que no dibujaba un buen paisaje o personas y niños caminar en los caminos empedrados de las ciudades. Pero aquello de dibujar en la mente parecia ser desconocido por el niño. Kiricco habia intentando, imaginarse esos paisajes que veia, y los recordaba tal y como eran, para luego ser expuestos en un pergamino, pero ¿Dibujar en la mente? Quiza el joven habia malinterpretado la terminologia, y por eso miraba un poco expectante al pequeño peliblanco, quien comenzo a dibujar en la arena sin previo abiso, y aquello que dibujaba parecia tener un aire de recuerdo para Kiricco ¡Ah si! Despues de pensar unos segundos el joven lo recordo, aquella mandibula que colgaba en su cuello como amuleto de la suerte, un adorno rustico pero sombrio, aquella mandibula de lobo que tanto le gustaba.

~Mmm solia dibujar bastante ¡Pero! Lo reemplaze por describir esos paisajes en un hermoso libro y usarla luego para una de mis historia... Oh por lo que veo dibujas bien ¡Ajajaja! Eres la primera persona que conozco que dibuje bien, los de este pueblo no saben nada.~

Dijo con tono de superioridad y chistoso, pero haciendole un cumplido al joven frente a el, del cual no conocia nombre alguno, pero estaba seguro que debia preguntarse. En tanto aquel chico terminaba de realizar aquel perfecto en cimetria y detalles, el joven Madarame, comenzo a mirar a su alrededor, buscando alguien o algo, lo suficientemente interesante como para escribir, pero lo que no sabia, es que a quien debia dibujar esta justo frente a el. Espero unos segundos, hasta que por fin la intriga lo deboro desde dentro, era necesario saber el nombre de aquel joven si era el tiempo de forjar una amistad, pero algo podia cambiar, el joven Madarame, fiel a los piratas, no aceptaria si aquel joven queria ser marino, si eran amigos, en algun momento se tendrian que separar, y el dia en que se encontraran seria dificil.

~Oe oe no me has dicho tu nombre aun jajajaja. . . ¡Espera! Yo tampoco lo hice. . . que descortez por mi parte jeje mi nombre es Kiricco Madarame~

Dijo con una sonrisa que cubria completamente su rostro, asi mostrando sus blancos dientes chocar con una sinfonia sin igual. Despues de aquella ultima oracion, el joven quedo expectante, rascandose la barbilla pues esta aun picaba un poco, era algo extenuante e irritante, pero bueno era necesario para poder controlar lo que le sucedia, que en si no era algo bello.

Vie Jul 22, 2011 11:17 am

** Ya hasta ese punto todo estaba dándose con mucha desinhibición... Los personajes que se encontraban solos en aquella ensenada, se mostraban de manera muy amistosa, pero claro después de todo era la misma naturaleza de éstos, que a esa edad siempre se les dé mejor lo de entablar amistad con sus iguales, todo ya que inconscientemente saben que su diversión está asegurada... Eran los cálidos y apacibles días de infancia, de esa que se goza minuto a minuto con ese único fin, divertirse como si no hubiera un mañana... La utopía con que todo niño sueña llegar a tener.

El joven de marrones cabellos, se exclamó nuevamente, primero halagando el trabajo que hacía el cabellos de ángel, ya que no había visto según él, a otra persona que dibujar igual. Ése era el tipo de palabras que a cualquier niño le gustaba escuchar, ser visto por algo que saben hacer o quieren hacer, que muchas veces es ignorado por personas de edad más avanzada que ellos. Había terminado ya de dibujar sobre la arena, el bosquejo lo culminó de manera exitosa, ya que en poco tiempo pudo terminarlo con detalles y todo... Se logró gracias a la "enfermedad" como muchos llaman posee, pero este prefería llamarlo "Don".

-¡Ya! Está terminado... Sí, lo sé, nadie dibujar bien... Jajaja

Sus palabras fueron para seguir la corriente para poder ganar con esas una sonrisa, y ya estaban riendo desde hace un buen rato, es más, lo habían hecho desde sus primeras palabras. ¿Todo les daba risa? Más que nada era la felicidad que cada uno podría sentir, al estar en un lugar con tantos conocimientos y divertirse por cosas que no parecían tener suma importancia, no para ellos, el burlarse era natural. Era el momento de las presentaciones y uno de ellos lo hizo, ya era hora, no podían ser amigos sin saber los nombres del uno y del otro.

-Yo soy Shiota, Byakuran Shiota... Y cuando ya esa mayor, reuniré a una poderosa tripulación y me aventuraré a la mar... Quiero libertad, quiero ser pirata.

Byakuran se lanzó son sus vocablos de una manera natural por así decirlo... No sabía si el otro mocoso compartiría sus sueños, si era de esas personas que también anhelaban ese tipo de cosas, pero no le importó, no tenía miedo de decir sus sueños en cuanto tuviera tiempo, ése era su ideal... Un ideal que ya tenía muy claro a tan corta edad, el mismo que le daba cierto aire de madurez. ¿Estas palabras dejarían una rivalidad entre ellos? Nunca se sabe, puede que a Kiricco le entusiasmara otro tipo de ideales, uno que no sea el del libertinaje... Algo más formal ¿Qué pasaría? Todo estaba en "tela de juicio" las próximas palabras determinarían si serían buenos amigos o fieros enemigos, puesto que su futuro los acecha. **

Mar Jul 26, 2011 1:03 am

¡Al fin alguien con quien hablar! En el centro del cerebro de Kiricco, se parecia celebrar una fiesta que nunca terminaria ¿¡Pirata!? Byakuran parecia leer la mente del pequeño Madarame ¡El tambien estaba deseoso de ser un pirata! Parecia que dos caras de una misma moneda, estaban destinadas a reencontrarse, que buena suerte la de ambos, el poder verse cara a cara, algo que pocas veces se da en la vida, conocer a alguien tan parecido a ti mismo. Kiricco parecia verse reflejado en un brilloso manantial, se notaba asi mismo como Byakuya ¿Tan parecidos resultaban ser que hasta el joven se sentia como si estuviera junto a su hermano? En el medio de la alegria con la que rebosaba aquel encuentro, parecia que un silencio innovador para aquel momento se habia lanzado, era momento para el joven Madarame de soltar su palabrerio chillon que a un adulto molestari facilmente.

~¿¡Pirata!? ¿¡De Verdad!? ¡Byakuyan yo tambien quiero ser pirata! Ajajaja ¡Que coincidencia!~

Resono sonriente, aquella voz caracteristica, la cual con el paso de los años iria dejando esas propiedades aguas y se iria agravando, por lo que el joven Madarame, tendria que disfrutar sus ultimos tiempos para cantar bien, hasta que le cambie la voz. Solo eran ellos dos y brillando por la luz del caotico crepusculo, y le viento, era lo unico que sostenia tacto con las vestiduras y el cuerpo de aquellos jovenes eruditos, que a simple vista parecian ser estupidos de tantas carcajadas sin razon que largaban, pero claro siempre respetando su edad, sin blasfemar, ni siquiera una seña mala, facilmente se notaba que fueron bien criados.

~¡Oye! ¿Que piensas hacer cuando cumplas 17?~

Dijo esperando una respuesta como la que el esperaba, la cual era salir de la isla y aventurarse a la mar, esperando unirse a una buen tripulacion, y buscar el One Piece, aquel gran tesoro que hacia babosear hasta a los mas ricos piratas, incluso los mas malvados quedaban deslumbrados al imaginarse aquel brillante y hermoso cofre, que rebosaba de las mas variadas riquezas que alguien se pudiera imaginar. Aunque el joven Madarame perseguia otra meta en la vida, algo un poco extraña, pero. . . la amaba, ser Supernova o Yonkou, que ilusiones se hacia aquel pequeño al imaginarse casi en la cima, siendo temido por todo el mundo, y poder proteger a sus amigos, que era practicamente lo mas importante para el.

~Bueno ¡Yo me hare Pirata! ¡Y sere el Yonkou mas fuerte de todos! Y matare a todos esos malditos Shichibukais que se unen a los marinces por miedo! ¡Puaj! Que asco me dan~

Dijo cerrando sus ojos con fuerza mientras habria su boca para lanzar una escupida hacia la arena, pero solo una gota callo de su lengua, lo cual le causo mucha gracia, y no pudo parar de reir durante dos minutos. Que buena vida tenia, todo el tiempo divertirse, y pensar que en la actualidad este chico seria un problema tanto para su tripulacion como para los demas, los años podian hacer cambiar a una persona, y esto sucederia con Madarame, pero su caracteristica de calculador y pensador, tambien atento, nunca cambiaran, en alguien que ama la pelea, no podia suceder.

Mar Jul 26, 2011 12:43 pm

** El tiempo transcurría en su ciclo infinito, dejando unos segundos entre las palabras de Byakuran y Kiricco... Éste último aclamando con gran euforia sobre un sueño que también compartía, el de ser piratas. Su alegría se dejaba notar mucho, no paraba de reír, sólo se podía escuchar su chillona voz, era cómo si la naturaleza hubiese sido aplacada por tales carcajadas. Byakura de igual manera sonreía dejándose oír igualmente unas cuantas risas... Despues de todo aún eran niños, era lo mejor que sabían hacer. ¡Por fin había encontrado un amigo de verdad! Los mozalbetes a pesar de no tener muchos minutos conversando sabían que sus palabras los moverían juntos
por aquel basto mundo.

Kiricco entre toda esa escena que armaba, se dirigió de manera muy directa e cándida a su vez, planteando una pregunta sobre como se vislumbraba dentro de siete años. Al oír sus palabras, giró su cuerpo de manera que sus orbes se fijaban hacía el mar, y estos enseguida se llenaron de un brillo especial, el que diferencia su mirar del resto común y corriente, una mirada llena de los más
puros sentimientos a su edad, la que lo hace especial. Al hacer esto su mano derecha comenzó a temblar... Pero temblar de emoción, era la sensación de adrenalina que todo joven aspirante pirata sentía al sentirse llamado por el gran azul. El castaño sin embargo no dejó espacio suficiente para que este respondiera, puesto que plasmó su futuro, y recalco entre sus palabras el odio
que tenía hacía los Shichibukais, con una acción que seguí un escupitajo, bueno, en realidad fue un intento de uno, ya que lo máximo que salió de su boca fueron tres gotas de baba que se perdieron al instante que tocaron la arena.

-¡Yo seré el más grande cartógrafo de todos! Me haré también de un gran puesto pirata... Y derrotaré a muchos marines y destruiré a la casta de Tenryubitos, todos ellos merecen ser eliminados.

Sus palabras fueron tales que su mano derecha que temblaba de alegría, se vio envuelta en un puño... El joven deseaba hacer justicia con sus propias manos, su anhelo hasta ese entonces era el de poder golpear directamente a un noble, esos que son protegidos por la "justicia", sin embargo son aquellos seres que en verdad deben de llamarse escoria. Se había perdido en sus pensamientos... Al regresar, se dio cuenta de que esa no era su personalidad, y comenzó a explotar en una carcajada ¿Por qué? Su persona casi nunca siente aquella sensación, y sentirla era rara y seria a la vez, algo que a su edad no debería de sentir, al menos no con su naturaleza tan extrovertida como se muestra hasta ahora.

-¡Oh...! Kiricco tengo una idea, todavía tengo que estudiar cinco años más en este lugar hasta regresar a Longuetown... ¿No quieres entrenar para hacernos fuertes y grandes como un Gyoyin?.

Ahora volvía a ser la misma persona... De nuevo sus palabras eran inocentes. Se estaba escribiendo una nueva historia en Ohara, dos personas de grandes capacidades mentales se habían encontrado y compartían el mismo sueño. Respuestas... **

Mar Jul 26, 2011 1:20 pm

Para aquel pequeño futuro Artillero, el tiempo cada vez se relentizaba con mas entuciasmo ¿Era cierta aquella supersticion urbana que dictaba que cuando dos personas del mismo nivel intelectual se encontraban, el tiempo parecia frenarse? Eso era practicamente imposible, tal vez la mente del pequeño solo le estaba jugando una mala pasada en aquel momento, aunque el, cegado por una alegria interminable, parecia no darse cuenta de aquello. Solo alguien con vista privilegiada, y que ademas tuviera un nivel de atencion extremo, podria darse cuenta, que pero Byakuran y Kiricco, solo estaban ellos dos, y sus pensamientos, ademas del desolado viento que se podia ver rozar sus ropajes y hacerlos ondular lentamente, nada mas parecia importar demasiado, ni el calor, ni el frio, ni siquiera el agua del oceano que hacia que los pies de los jovenes de empaparan con cada pequeño oleaje, asi hablandando la blanca y desgranada arena, asi hundiendo sus extremidades inferiores un poco, dejando huellas, que pronto serian tapadas por nueva arena.

El corazon del pequeño Madarame se llenaba de una excitación que nunca antes habia sentido ¿Entrenar?¿Fuerte como un Kyoshin? Tardo en asimilar aquellas palabras lanzadas por el peliblanco, el joven carecia de entrenamiento en pelea, era un gran pensador y estudioso, y su punteria era privilegiada, al igual que su vista, pero su combate cuerpo a cuerpo era nulo. En su interior nacia otro sentimiento nuevo para el, aquel leve pesar en el corazon de la gente, que la hace querer superarse a si misma. Parecia que el joven habia tenido una epifania, ahora estaba dispuesto a explotar sus habilidades latentes de Artillero, y superaria a cualquiera que se cruzara en su camino, inclus si era el mismo Byakuran, aunque esperaba con creces que aquello no sucediera. Aquello primeros pensamientos de pelea, dieron lugar, al luchador y loco, que actualmente se llama Kiricco Madarame.

Solo unos segundos pasaron para que el joven Madarame por fin volviera en si, pero aquello fueron los segundos mas largos de su vida. Mirando velozmente a su alrededor, ya todo parecia volver a la normalidad, en su razon solo cabia que la mente le habia jugado una treta, pero estaba bien, no le molestaba demasiado. Ahora sorprendido se daba cuenta, del frio que comenzaba a levantarse, y tambien de lo desolado que se encontraba la playa en cualquier momento. Su rostro se sonrojo un poco, al escuchar resonar su estomago, y sus entrañas moverse, parecia que la naturaleza le llamaba, era hora de cenar. Se le hacia agua la boca a aquel joven, al poder recordar el pollo que se encontraba reposando en su heladera. Una brillante idea surgio de repente ¿Por que no invitar a aquel joven de eplos blanco a cenar? No encontraba razon para no hacerlo, y sin ninguna duda se dispuso a hablar.

~Ajajajaaj tus ideas son divertidas Byakuran. . . . oye. . . hace habre ¿No?¿Quieres venir a cenar a mi humilde morada?~

Dijo con un tono de humildad y bondad, esperaba que aquel joven aceptara, pero al no conocer donde o como vivia, quiza fuera un hijo de algun hombre rico de la isla, que con poca frecuencia se podian ver caminar en las calles. Asumiendo que fuera rico, quiza sea la oveja negra de la familia, seguramente una conducta asi no era aceptaba por sus padres. Un poco de gracia le causo a Kiricco imaginarse diciendo a un hombre con vestiduras de rey, las palabras que se citan aquí “¿Divertirse? ¡Inaceptable!”En aquel momento acababa de darse cuenta, que ni tiempo habia dado al joven Byakuran de responder y habia comenzado a caminar por el camino en el que se habia “embarcado” hacia la aventura en la playa.

~Oh y algo mas~ Dijo volteandose a mirar al peliblanco ~A mi me quedan 6 años para terminar mis estudios aquí jeje~

Tristeza en el interior del corazon de un hidalgo, sabia que en algun momento sus caminos tendrian que separarse, solo quedaba ver como su nuevo amigo dejaba la isla para lanzarse hacia la diversion deseada por el joven Madarame. Un poco de destructora envidia carcomia el noble corazon del pequeño solitario, y en su mente solo estaba la idea presente de que cuando el mundo y las ocaciones los dividan, tendria que buscar a Byakuran, y comenzar una aventura juntos, esa era la meta de el joven aprendiz de Artillero en aquel momento.

Mar Jul 26, 2011 3:27 pm

** Mezcla de sentimientos y grandes emociones... Sólo eso se puede sentir debido a las preguntas y respuestas que dos pubertos se lanzan los unos a otros más allá de su inocencia, cada cosa que se dijeron en aquel lugar fueron fundaméntales para decidir su futuro, un futuro del que ahora muestran orgullosos, pero es punto y aparte. Por otro lado, Kiricco parecía haberse sumergido entre sus pensamientos, pero por unos segundos más nada.

Ya había pasado quizás una hora o menos desde que se encontraron ambos personajes y la naturaleza empezaba a hacer lo suyo. Los vientos ya se notaban en mayor magnitud puesto los cabellos y traje del peliblanco se ondeaban levemente por aquella andanza. El sol ya se ocultaba en la grandeza del mar, tiñendo con sus últimos rayos el mar de un hermoso color naranja. Todo sonido se había disipado, sólo se escuchaban esos susurros de la madre tierra que evocaban aquella paz, ésa por la cual muchos darían todo con tal de vivir con ella a lo largo de toda su vida.

¡Grrr! ¿Qué era aquel sonido? La concentración sobre el panorama que tenía Byakuran fue desviada por un sonido peculiar que no pensó escuchar, y menos en aquella situación, era ese que proviene de los estómagos que furiosos reclaman algo de comida. Las tranquilidad que aparentemente se encontraba en su persona, cambiaron de nuevo, sus facciones volvieron a dibujar los movimientos que hasta hace unos segundos lo llevaron a una carcajada

-¡Hahahahahaha! Kiricco... Eres muy interesante.

Este se tapó la boca con su mano derecha, para disminuir el sonido de lo que había dicho así como el de la risa, puesto que el futuro artillero aún se encontraba pronunciando palabras, que llevaban consigo una invitación a su hogar para que pudieran comer algo. El Shiota quería decir algo, pero fue cortado de manera rápida ya que su nuevo amigo sin esperar nada se había dispuesto ya a caminar por el sendero que conectaba con el pueblo de Ohara.

-¡Acepto...!

Afianzó su paso, a modo de trote para poder dar alcance al avanzado personaje, pero fue frenado, puesto que a Kiricco le faltaba un año más para culminar con sus estudios. Byakuran de repente sintió que esos cinco años no serían largos, y que se separarían pronto... En su cabeza rondaban las preguntas ¿El destino siempre es así? Para una vez que encuentro un amigo ¿Ya me lo quitan?. Sin embargo, no era tiempo para ponerse triste ni mucho menos... Volvió a encaminarse hasta posarse uno al lado del otro. Silencio... **

[PASADO] Lo mejor de su infancia...

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