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Así limpiaba, así, así...
Sáb Jul 16, 2011 11:05 am
De uno de los dormitorios para los reclutas salió Taiga con un poco de retraso, debido en gran parte a tener que limpiar sus cuatro katanas correctamente, cosa que muchas veces le costó alguna bronca de los reclutas más veteranos “por su falta de puntualidad”, ataviada con el típico uniforme que llevaban los reclutas junto con sus inseparables katanas a ambos lados de su cinturón. Entonces, como otras veces, debería realizar labores extra de limpieza mientras los “serios” trataban de hacerle la pelota a otros reclutas más viejos para que les enseñaran algunas cosas por lo que ahora se encontraba cerca del campo de tiro – Vaya... Parece que no hay ni un alma por aquí... - Pensó la rubia una vez no escuchaba nada proveniente de aquella sala tan transitadas mientras se disponía a entrar en el campo para recoger todo el material desechado del día anterior. El ver a una escoba andando por ahí sola, en parte por la poca altura de la chica, no le debería de hacer gracia a la primera persona que entrara en la sala.
- InvitadoInvitado
Re: Así limpiaba, así, así...
Sáb Jul 16, 2011 12:03 pm
La mañana había empezado temprano, fue al laboratorio donde se le examinó para verificar su estado físico y sin mucha gana había tenido que ser cordial dentro de lo que para ella era posible, era eso o recibir un castigo por los asustados científicos que le seguían mirando con ojos de espanto desde que Frozen tiene memoria, lo cual no lleva demasiado tiempo a pesar de su edad corporal luego de la pérdida de toda memoria sobre su pasado. No interesaba demasiado ese tema, lo que deseaba era correr y ejercitar su cuerpo, eso le despejaba la mente, le mantenía concentrada en lo que era realmente importante, que tenía un lugar donde estar y podría hacer justicia desde ahí, que nadie más tendría que sufrir abusos o terminar sin memoria como ella, no permitiría que algun ser quedara bajo los puños de un cobarde.
Tomó su vestimenta poco regular, pero necesaria para mantener la temperatura necesaria de su cuerpo que estaba por debajo de lo regular, era lo que exigía para poder sobrevivir, así que así se vestiría sin reproche, unos pantalones de un cuero especial que llegaban desde su tobillo hasta el esternón delineando en demasía sus atributos y curvas que pudiera tener, aunque no fueran tantas; en sus pies unas botas altas y negras del mismo material, seguido de esto en sus hombros unas cintas de igual material pero en color azul que se cruzaban delante, cubriendo sus dotes. No eran ropajes comunes para la época en lo más mínimo pero para entrenar se le hacían cómodos hasta el infinito y teniéndolas en ella, salió a correr por el lugar, era divertido trotar por donde quisiera, al final nadie le detendría y no tenían porque hacerlo, iba tranquila y todos estaban un tanto asociados con esa costumbre de hacer ejercicio mientras memorizaba cada pasillo y puerta por si algún día necesitara escapar de ahi sería todo más sencillo.
Ya su paso agitado le había llevado a la sala de tiro, un lugar bastante grande, de aspecto metálico y con blancos marcados para recibir los proyectiles que les fueran lanzados, una manera de medir el alcance de la habilidad de los marines, pero no sólo estaban aquellos, sino que había una escoba moviéndose de un lado a otro en aspecto solitario, junto con el leve sonido de unos pasos no muy pesados, lo que le dió a pensar a Frozen que había un infante en la habitación
"pero acaso ahora emplean niños?"
Meditaba deteniéndose de golpe sólo para ver con incredulidad el movimiento del objeto que parecía flotar y la niña que lo movía habilmente con mucho interés, provocando que Frozen dibujara una sonrisa en el rostro casi involuntaria que no era visible para nadie pues ella mantiene un tapabocas mecánico que le cubre desde la nariz hasta la barbilla evitando mostrar sus emociones y manteniendo su aliento en la temperatura adecuada
- porqué haces eso?... -
Le parecía extraño que un marine limpiara el lugar, le parecía ilógico, en realidad a ella nunca le habían tratado como una simple recluta y se le exigía mucho para la batalla, así que los aspectos de ser un recluta en si, le eran ajenos en su totalidad y esa actividad de limpieza sólo la realizaba en su propia habitación, no en una sala vacía.
Tomó su vestimenta poco regular, pero necesaria para mantener la temperatura necesaria de su cuerpo que estaba por debajo de lo regular, era lo que exigía para poder sobrevivir, así que así se vestiría sin reproche, unos pantalones de un cuero especial que llegaban desde su tobillo hasta el esternón delineando en demasía sus atributos y curvas que pudiera tener, aunque no fueran tantas; en sus pies unas botas altas y negras del mismo material, seguido de esto en sus hombros unas cintas de igual material pero en color azul que se cruzaban delante, cubriendo sus dotes. No eran ropajes comunes para la época en lo más mínimo pero para entrenar se le hacían cómodos hasta el infinito y teniéndolas en ella, salió a correr por el lugar, era divertido trotar por donde quisiera, al final nadie le detendría y no tenían porque hacerlo, iba tranquila y todos estaban un tanto asociados con esa costumbre de hacer ejercicio mientras memorizaba cada pasillo y puerta por si algún día necesitara escapar de ahi sería todo más sencillo.
Ya su paso agitado le había llevado a la sala de tiro, un lugar bastante grande, de aspecto metálico y con blancos marcados para recibir los proyectiles que les fueran lanzados, una manera de medir el alcance de la habilidad de los marines, pero no sólo estaban aquellos, sino que había una escoba moviéndose de un lado a otro en aspecto solitario, junto con el leve sonido de unos pasos no muy pesados, lo que le dió a pensar a Frozen que había un infante en la habitación
"pero acaso ahora emplean niños?"
Meditaba deteniéndose de golpe sólo para ver con incredulidad el movimiento del objeto que parecía flotar y la niña que lo movía habilmente con mucho interés, provocando que Frozen dibujara una sonrisa en el rostro casi involuntaria que no era visible para nadie pues ella mantiene un tapabocas mecánico que le cubre desde la nariz hasta la barbilla evitando mostrar sus emociones y manteniendo su aliento en la temperatura adecuada
- porqué haces eso?... -
Le parecía extraño que un marine limpiara el lugar, le parecía ilógico, en realidad a ella nunca le habían tratado como una simple recluta y se le exigía mucho para la batalla, así que los aspectos de ser un recluta en si, le eran ajenos en su totalidad y esa actividad de limpieza sólo la realizaba en su propia habitación, no en una sala vacía.
- InvitadoInvitado
Re: Así limpiaba, así, así...
Dom Jul 17, 2011 6:22 am
Bueno, bueno, bueno. Otro día más como recluta en el cuartel de Loguetown, ciudad que se le antojaba divertida y variada aunque no tan bonita como su lugar de origen, su poco amado Skypie. Bueno, poco amado no, obviamente era donde había nacido y donde residía su familia aún, pero era taaaaan aburrido...
De un suspiro se levantó, lavó concienzudamente y se vistió con sus ropajes de siempre: abullonado vestido negro con encajes blancos y botoncitos nacarados,filigranas en negro mate decoraban el corsé que estreñía su torso, poniéndole los pechos casi a punto de explotar, aunque se había acostumbrado ya a vestir así y prácticamente no sabía ir con nada más...En fin, que se puso sus medias, los ligueros, las dos bolsitas con cosas que llevaba siempre y, tras calzarse los botines de alto tacón, se irguió de la cama y salió de su cuarto en dirección ningún lugar.
Cantaba como una almeja en un lugar como ése. Todos los reclutas -o la mayor parte de ellos- iban uniformados a la perfección. En cambio ella iba de negro, con sus perlados mechones recogidos en dos coletas que aniñaban su ya de por sí joven rostro, destacando entre el rebaño blanco como un lobo al acecho. Normalmente no hablaba con nadie a menos que fuera estrictamente necesario, pero justo cuando paseaba por uno de los pasillos, se encontró con la salida. Miró a su alrededor y suspiró entrecerrando los ojos al comprobar que había salido al exterior, bastante cerca del campo de tiro. Se llevó la enguantada diestra a la frente para sumir su vista en las siempre agradables sombras y maldijo el haberse olvidado el sombrero en el cuarto. O la sombrilla. Cualquiera de las dos cosas que le permitieran no ser tocada por la asquerosa luz solar. Cogiendo aire y a toda prisa andó hasta encontrar un arbolito muy cercano que proyectaba una pequeña y fina silueta que, a falta de buen sombrero, permitiría cobijar a la pequeña angelita durante el rato que estuviera fuera.
Pero al poco rato se cansó y decidió volver al interior del cuartel, pero para recortar trozo, la mejor opción era meterse por el campo de tiro a través y pasar por detrás de los practicantes, aunque a esas horas, el total silencio del lugar mostraba que poco daño podría recibir ya que la sala,seguramente, estaría vacía.
Pero no, no estaba vacía. Justo al entrar en la sala de tiro, se quedó quieta pestañeando y viendo a las dos chicas que en ella había. Una tenía el pelo blanco y corto cortísimo e iba vestida de un modo bastante peculiar. La otra era...Bueno, digamos que la escoba y la castaña tenían prácticamente el mismo tipín y peso, porque era, como decía su tío, una campeona de natación. Nada por delante, nada por detrás. Solo cabeza y pelo. Pero al menos estaba barriendo el lugar...
De un suspiro se levantó, lavó concienzudamente y se vistió con sus ropajes de siempre: abullonado vestido negro con encajes blancos y botoncitos nacarados,filigranas en negro mate decoraban el corsé que estreñía su torso, poniéndole los pechos casi a punto de explotar, aunque se había acostumbrado ya a vestir así y prácticamente no sabía ir con nada más...En fin, que se puso sus medias, los ligueros, las dos bolsitas con cosas que llevaba siempre y, tras calzarse los botines de alto tacón, se irguió de la cama y salió de su cuarto en dirección ningún lugar.
Cantaba como una almeja en un lugar como ése. Todos los reclutas -o la mayor parte de ellos- iban uniformados a la perfección. En cambio ella iba de negro, con sus perlados mechones recogidos en dos coletas que aniñaban su ya de por sí joven rostro, destacando entre el rebaño blanco como un lobo al acecho. Normalmente no hablaba con nadie a menos que fuera estrictamente necesario, pero justo cuando paseaba por uno de los pasillos, se encontró con la salida. Miró a su alrededor y suspiró entrecerrando los ojos al comprobar que había salido al exterior, bastante cerca del campo de tiro. Se llevó la enguantada diestra a la frente para sumir su vista en las siempre agradables sombras y maldijo el haberse olvidado el sombrero en el cuarto. O la sombrilla. Cualquiera de las dos cosas que le permitieran no ser tocada por la asquerosa luz solar. Cogiendo aire y a toda prisa andó hasta encontrar un arbolito muy cercano que proyectaba una pequeña y fina silueta que, a falta de buen sombrero, permitiría cobijar a la pequeña angelita durante el rato que estuviera fuera.
Pero al poco rato se cansó y decidió volver al interior del cuartel, pero para recortar trozo, la mejor opción era meterse por el campo de tiro a través y pasar por detrás de los practicantes, aunque a esas horas, el total silencio del lugar mostraba que poco daño podría recibir ya que la sala,seguramente, estaría vacía.
Pero no, no estaba vacía. Justo al entrar en la sala de tiro, se quedó quieta pestañeando y viendo a las dos chicas que en ella había. Una tenía el pelo blanco y corto cortísimo e iba vestida de un modo bastante peculiar. La otra era...Bueno, digamos que la escoba y la castaña tenían prácticamente el mismo tipín y peso, porque era, como decía su tío, una campeona de natación. Nada por delante, nada por detrás. Solo cabeza y pelo. Pero al menos estaba barriendo el lugar...
- InvitadoInvitado
Re: Así limpiaba, así, así...
Dom Jul 17, 2011 7:30 am
Estaba tranquilamente enfadada, maldiciendo a los reclutas más antiguos que ella, con sus cosas mientras barría con fuerza el suelo levantando bastante polvo de vez en cuando cuando escuchó una voz detrás suya - ¡Me cago en todo! - Exclamó la rubia al dar un salto por el susto que le había dado la recién llegada, haciendo que se subiera literalmente a la escoba y cayera de lado al desequilibrarse – Auch... ¡No des esos sustos! ¡Maldita sea, pechugona! - Exclamó Taiga completamente irritada por ver que aún por encima de haberla asustado aquella mujer peligris estaba también bastante desarrollada - ¿Nunca te han mandado hacer tareas de limpieza en el Cuartel? ¡Eh! - Preguntó, como respuesta a lo que había dicho la marine con la boca tapada, cuando se levantaba del suelo con una expresión en su cara bastante amenazante y con la ruda actitud que la estaba caracterizando. Un par de gotas de sangre derramadas en el suelo llamaron la atención de la espadachina, que se revisó su rascado y ensangrado codo izquierdo rápido para intentar luego de la forma más inocente e infantil posible lamerse la herida para parar la hemorragia que junto sus coloretes sonrojados le atribuían un aspecto mucho más inofensivo que hacía unos instantes, haciendo que ignorara la entrada de una mujer más en la sala.
- InvitadoInvitado
Re: Así limpiaba, así, así...
Dom Jul 17, 2011 11:03 pm
Se había cruzado de brazos mirando a la pequeña que le parecía un tanto curiosa, pensó que sería total y completamente inofensiva por su aspecto aniñado y el enojo infantil que portaba mientras barría o así le pareció a Frozen el poco tiempo que la observó en silencio, pero luego de haber abierto la boca para decir un par de palabras la reacción fue algo sobresaltada, le había ocasionado un susto impresionante a la pequeña.Frozen le miró saltar en su escoba con una habilidad impresionante y no fue el hecho de que cayera lo que le llamó la atención, sino la forma en que saltó con un grito estruendoso que rebotó en las frias paredes y cayó al suelo expresando su enojo contra el excesivo y voluptuoso dote de la marine
- me llamaste pechu...!-
Señaló a la niña con un rostro molesto cuando detuvo sus palabras y bajó los ojos a mirarse los pechos que sobresalían de forma obvia en su precario pero útil uniforme, relajando el rostro y levantando las cejas un segundo, en forma de haber captado la ironía de algo que era rotundamente cierto y dibujó una sonrisa que seguramente no era observable por el tapabocas
- espera espera... discúlpame -
Podía ser marine, cyborg y malhumorada pero no era una mala persona y había hecho pasar un mal rato a una jovencita que estaba muy ocupada en ayudar en la limpieza, cosa que Frozen no había hecho jamás y ahora se preguntaba si no era un poco injusto no ayudar en los trabajos más sencillos en la división; es entonces que se arrodilló con una sola de sus rodillas y llevó las manos a tomar el brazo delgado de la joven para observar la herida
- nunca he hecho tal cosa... y si me permites aliviaré un poco esto, pero no puedes comentar que has visto mi rostro -
Comentó y se quitó el tapabocas, utilizando su gélido aliento sopló suavemente sobre la herida lo que aliviaría el dolor y ayudaría a que dejara de sangrar, acelerando la coagulación de la sangre por la disminución de la temperatura y acto seguido le miró y sonrió, observándola con aquellos ojos azul hielo y una ternura que no pudo esconder, le agradaba ese carácter en una joven tan trabajadora.
- mejor? -
- me llamaste pechu...!-
Señaló a la niña con un rostro molesto cuando detuvo sus palabras y bajó los ojos a mirarse los pechos que sobresalían de forma obvia en su precario pero útil uniforme, relajando el rostro y levantando las cejas un segundo, en forma de haber captado la ironía de algo que era rotundamente cierto y dibujó una sonrisa que seguramente no era observable por el tapabocas
- espera espera... discúlpame -
Podía ser marine, cyborg y malhumorada pero no era una mala persona y había hecho pasar un mal rato a una jovencita que estaba muy ocupada en ayudar en la limpieza, cosa que Frozen no había hecho jamás y ahora se preguntaba si no era un poco injusto no ayudar en los trabajos más sencillos en la división; es entonces que se arrodilló con una sola de sus rodillas y llevó las manos a tomar el brazo delgado de la joven para observar la herida
- nunca he hecho tal cosa... y si me permites aliviaré un poco esto, pero no puedes comentar que has visto mi rostro -
Comentó y se quitó el tapabocas, utilizando su gélido aliento sopló suavemente sobre la herida lo que aliviaría el dolor y ayudaría a que dejara de sangrar, acelerando la coagulación de la sangre por la disminución de la temperatura y acto seguido le miró y sonrió, observándola con aquellos ojos azul hielo y una ternura que no pudo esconder, le agradaba ese carácter en una joven tan trabajadora.
- mejor? -
- InvitadoInvitado
Re: Así limpiaba, así, así...
Mar Jul 19, 2011 10:41 am
Joder, que mala leche tenía la enana. Tanta como deficiencia de altura, vaya. El refrán decía que en los botes pequeños había la buena confitura -dicho que le espetaba su padre muchas veces, casi siempre cuando la pequeña angelita se quejaba por su estatura, un petardazo de metro sesenta que era el blanco de las burlas de sus hermanos, todos armarios de metro ochenta mínimo- pero lo que la albina no sabía, era que había botes pequeños de buena confitura y botes pequeños de mala hostia concentrada. Arrugó los labios al ver cómo respondía ante la joven peliblanca, al fin y al cabo ésta se había limitado a hacer un comentario.
Aunque en algo tenía razón la enana, y es que la otra chica era pechugona...Y era una caja de sorpresas, al parecer. Algo hizo con su aliento que no era normal en un humano, así que dejando de lado todo el miedo que pudieran darle -la pequeña por mala leche y la otra por pechugona- se acercó a ellas y apoyando las manos en las rodillas, se inclinó hacia las dos, mirando detenidamente la herida en el brazo de la castaña barrendera.
Tengo tiritas aquí, si quieres.-Sí, tenía tiritas, pero solo lo decía por si las quería, más que nada para no levantarse la falda, sacar un apósito de la bolsita anudada con el liguero y que luego la escobilla le dijera que no. Espera...Ahora no sabía si tenía tiritas.
Se llevó la mano bajo la falda y tanteó, pero no notaba nada que le aclarara la duda, así que sin despedirse de las dos chicas, se irguió y salió de allí escopeteada, con las coletas ondeando al viento.
Aunque en algo tenía razón la enana, y es que la otra chica era pechugona...Y era una caja de sorpresas, al parecer. Algo hizo con su aliento que no era normal en un humano, así que dejando de lado todo el miedo que pudieran darle -la pequeña por mala leche y la otra por pechugona- se acercó a ellas y apoyando las manos en las rodillas, se inclinó hacia las dos, mirando detenidamente la herida en el brazo de la castaña barrendera.
Tengo tiritas aquí, si quieres.-Sí, tenía tiritas, pero solo lo decía por si las quería, más que nada para no levantarse la falda, sacar un apósito de la bolsita anudada con el liguero y que luego la escobilla le dijera que no. Espera...Ahora no sabía si tenía tiritas.
Se llevó la mano bajo la falda y tanteó, pero no notaba nada que le aclarara la duda, así que sin despedirse de las dos chicas, se irguió y salió de allí escopeteada, con las coletas ondeando al viento.
- InvitadoInvitado
Re: Así limpiaba, así, así...
Sáb Jul 23, 2011 2:09 pm
[Disculpa el retraso, he tenido unos días complicadillos de tiempo y necesitaba estar en otros lados.]
- ¡Pero qué... - Exclamó sorprendida la pequeña al ver que aquella mujer de grandes senos le tomaba la mano del brazo herido a la par que ponía una expresión bastante “cute” a la que solo le faltaba añadir un “¡Kya!” para que pareciera una inocente joven que estaba siendo acosada por alguien – No hacía falta eso – Comentó Taiga irritada, sin ar la gracias ni ser muy educada como tenía por costumbre, con un tono de voz desenfadado y ladeando su rostro en dirección contraria a la que se encontraba el Cyborg. Después de eso otra chica intentó hacer algo para que se notara su presencia, ofreciendo algo para curar a la rubia pero se marchó corriendo del lugar, haciendo que la espadachina arqueara su ceja izquierda.
- ¿Qué haces tú aquí? - Preguntó esta vez a la mujer de cabello corto, ya que antes esta le había preguntado lo mismo, intentado mantener una conversación con ella sin bajar la guardia todavía... Que pudiera helar cosas con el aliento era muy extraño.
- ¡Pero qué... - Exclamó sorprendida la pequeña al ver que aquella mujer de grandes senos le tomaba la mano del brazo herido a la par que ponía una expresión bastante “cute” a la que solo le faltaba añadir un “¡Kya!” para que pareciera una inocente joven que estaba siendo acosada por alguien – No hacía falta eso – Comentó Taiga irritada, sin ar la gracias ni ser muy educada como tenía por costumbre, con un tono de voz desenfadado y ladeando su rostro en dirección contraria a la que se encontraba el Cyborg. Después de eso otra chica intentó hacer algo para que se notara su presencia, ofreciendo algo para curar a la rubia pero se marchó corriendo del lugar, haciendo que la espadachina arqueara su ceja izquierda.
- ¿Qué haces tú aquí? - Preguntó esta vez a la mujer de cabello corto, ya que antes esta le había preguntado lo mismo, intentado mantener una conversación con ella sin bajar la guardia todavía... Que pudiera helar cosas con el aliento era muy extraño.
- InvitadoInvitado
Re: Así limpiaba, así, así...
Lun Jul 25, 2011 1:56 pm
La pequeña al no recibir respuesta alguna de la mujer bien dotada hinchó sus mofletes – Aún por encima que me preocupo de una persona... Y no responden a mis preguntas... - Pensó la espadachina cuando volvía a reanudar su labor de limpieza con fuerza, levantando el polvo a su alrededor, y caminando a pequeños pasos por toda la sala ignorando ya a la extraña que echaba hielo por su boca - ¡Ahí te quedas, idiota! - Exclamó Taiga antes de irse del lugar dando un portazo al terminar de limpiarlo todo... Menudo carácter tenía la pequeña rubia, quien la mirar utilizar sus armas.
[Me marcho, es que voy a deshacerme del personaje en nada y eso...]
[Me marcho, es que voy a deshacerme del personaje en nada y eso...]
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