Deus ex machina

Mar Sep 06, 2011 12:40 am

Y ahí se encontraban el par de revolucionarios, nuevamente y como era obligatorio por su condición, de incógnito, aunque, la falta de uniformes en su bando facilitaba su condición. Luego de su breve estadía en Shimotsuki, les fue asignada una nueva misión: recuperar una intel que había sido capturada en una redada de la marina, y estaba a pocas horas de ser entregada al gobierno. Claro está, no podían dejar que eso sucediera, tenía que ocurrir un Deus Ex Machina antes de eso. Tampoco eran los únicos enviados a realizar tal movimiento, demasiado a arriesgar confiando tan solo en el par de espadachines. Un grupo de revolucionarios había sido enviado como distracción para que el par pudiera adentrarse en el cuartel, el tiempo suficiente y estrictamente necesario como para retirar los datos robados y salir del lugar, como dirían vulgarmente, como si les persiguiera un rey del mar en celo. Mientras esperaban una señal de sus compañeros, los cuales tenían que encontrarse ya dentro de la base, a saber que manera habrían utilizado, infiltración, violencia, daba igual, Shirou y Raiden esperaban cerca de una de las entradas de la base.

El pelinegro prendió un cigarro con una cerilla, comenzando a fumar de manera tranquila, no consumía la nicotina solo por gula, le gustaba tomarse tu tiempo. Tenía su espalda apoyada contra la pared que demarcaba la separación entre la ciudad de Loguetown y el terreno perteneciente al cuartel. El tiempo que poseían para matar era desconocido, y eso, le aburría bastante, tener que esperar por otras personas para entrar él en acción.- Te preguntaría si quieres, pero dirás que no ¿No? - Dijo, con el cigarro en la boca, ofreciéndole uno a su compañero. Mientras tanto, observaba detenidamente sus guantes de metal. Pequeñas placas de metal sobre el dorso de la mano y la parte superior de las primeras articulaciones de los dedos. Los había conseguido en una pequeña apuesta de camino al lugar, un juego de póker contra un gordo con extraño acento y poco sentido común, y otros tres sujetos.

Habían 3 guardias en la entrada del cuartel que tenían cerca de ellos, no serían más que reclutas, por lo que cuando llegara el momento de actuar, si deseaban entrar por ahí, probablemente sería una opción. También tenían la típica de saltar por los techos y eso, o por el agua, siendo esta última descartada desde el inicio por Raiden. Flexionó su rodilla izquierda y apoyó el respectivo pie sobre la blanca pared, exhalando algo de humo, y colocando sus manos detrás de su cabeza.- ¿Crees que nos reconozcan por nuestras caras? Tenemos recompensa, una tontería, pero, nuestras caras se imprimen en la prensa... - Inquirió a su compañero y rival de duelos. No le preocupaba demasiado el que su recompensa aumentara, de hecho, tenía claro que, dedicándose a lo que se dedicaba, cada vez iría aumentando más hasta que, o se retirase, fuera capturado, o asesinado, siendo las dos últimas, para casos prácticos, lo mismo.

Mar Sep 06, 2011 8:22 pm

Nada extraño, fue abandonar Shimotsuki, lo cual se podía nombrar viaje de vacaciones o estadía placentera, ya que no actuaban como revolucionarios en la isla, y asignarles una nueva misión que les encaminaba a otra isla, algo que les devolvía a la rutina. Aunque la rutina a la cual regresaban no era incomoda, puesto que siempre se cargaba bastante adrenalina al estar emprendiendo acciones ilícitas en contra del gobierno o, como era el caso, la marina. El objetivo de está misión era robar un maletín con ciertos documentos de información valiosa, aunque más que robarla, recuperarla. Pues la habían adquirido los marines en una redada y no debía de faltar mucho para que llegase la entrega con el gobierno. El joven espadachín se mantenía al lado derecho del moreno, pero el sin embargo se encontraba con la espalda apoyada en la pared y de brazos cruzados, una pose seria, acorde al carácter que solía mostrar. La misión le era en parte incomoda, pues supuso que a su compañero también sería de la misma manera, ya que a ambos no les gustaba esperar a las acciones de otros usuarios para poder iniciar con la propias, sin embargo él al menos podía matar el tiempo con su habito de fumador, aunque después trató de cederle uno al morado. - No sé para que preguntas, ya sabes que no fumo… - El joven simplemente descanso la mirada mientras inhalaba y exhalaba aire a modo de suspiro. - En serio, no se cuando nos tocará actuar, pero esto se vuelve algo cansino… - Silencio emergió por unos segundos en la escena, no podían tampoco llamar demasiado la atención, por lo que estaban inmóviles en aquel lugar hasta esperar señal alguna.

Entonces, tras un par de caladas y miradas a sus nudillos, el moreno volvió a romper los pocos segundos de silencio que habían surgido con una nueva pregunta, o mas bien, teoría en relatividad a los carteles de se busca que se publicaban sobre ellos. - Hombre, sabes que tarde o temprano nuestra fama alcanzará cierto grado, y en dicho grado es cuando ya no podremos caminar sin al menos esconder parte de nuestro ser… pero por el momento, no creo que nadie advierta tiempo suficiente nuestros rostros en el periódico como para reconocernos a la primera. - Su reflexión tenía mucha lógica, sin embargo todavía podía darse el caso de que se encontrasen con la excepción y les reconocieran, pero por el momento no creía que hubieses peligro alguno por el simple millón de berries que sobre sus cabezas pesaba. Fue en lo que su reflexión se llevaba a cabo cuando la señal se pudo advertir, un reflejo emitido con la luz del sol y un trozo de espejo roto les comenzaba a iluminar el rostro a sendos revolucionarios. La señal se efectuaba mediante un simple relevo de haces de luz, primero desde encima de la muralla de la cara menso vigilada, por la cual ahora bajaba una soga para escalar, se podía observar un brazo moviendo un espejo roto haciendo señales, ese reflejo daba al frente, la calle desde la cual advertían a Raiden y Shirou con un reflejo en respuesta al anterior. Algo simple y que avisaban de que el camino estaba abierto.

- Vaya, parece que por fin nos movemos… - Con cierto disimulo y sin hacer movimientos raros comenzó a caminar hasta la parte del muro por la cual bajaba la soga. Era el momento de adentrarse en la fortaleza e iniciar su misión de recuperar los documentos, aunque a pesar de estar escalando la cuerda que, supuestamente, habían lanzado sus compañeros, debían de en parte desconfiar de lo que al otro lado del muro aguardaría, pues en cualquier momento el plan pudo haber fracasado y estar yendo de lleno a una trampa. Debían barajar todas las posibilidades que se habrían al camino, pero para el caso, era difícil, pues lo miembros implicados en la misión eran de poca recompensa la mayoría, el único peligro que podría surgir es que los infiltrados en el interior hubiesen sido descubiertos, cosa poco probable. Tenían confianza en los miembros de al revolución, o al menos contaba con que no dejaran participar en planes a personas poco cualificadas para estás.

Miér Sep 07, 2011 3:29 pm

La señal había sido dada, y les tocaba a ellos iniciar sus acciones. Su participación era fundamental en el plan, ya que eran los indicados para retirar los datos necesarios. Su compañero se adelantó en escalar la soga que había sido colocada en una parte de la muralla, mientras él le seguía a paso firme. Terminó con rapidez su cigarro y aplastó la colilla con su mano, guardando los restos en uno de los bolsillo de su gabardina, ya que no le gustaba tirar basura al suelo, mala educación, poca ciudadanía y falta de consciencia social. Esperó a que Shirou comenzara a escalar para seguirle él, y a los pocos segundos, ya se encontraban dentro de la base. Fueron recibidos por otro par de revolucionarios, vestidos de marines. Sabía que eran aliados, ya que había visto sus rostros en la reunión previa a plan.- Los planos se encuentran al norte de aquí, una atalaya de piedra de 5 plantas, con una bandera de la marina arriba...se puede acceder a ella desde los techos de las demás estructuras, o desde una entrada custodiada, pero necesitarais conseguir uniformes, los planos creemos que se encuentran en la cuarta planta, pero no es seguro...en un par de minutos, comenzaremos una revuelta al sur, para desviar un poco la atención, aprovechad las alarmas para actuar...ya sabéis el resto - Indicó uno de ellos, un hombre de unos 40 años con desarrollada barba, y un par de cicatrices en el rostro. Dicho eso, el par se marchó al trote del lugar, dejando a los dos compañeros juntos de espalda a la pared.

- Bueno, vayamos por el techo, será más conveniente que dejar un par de cuerpos sin uniforme por ahí - Dijo a Shirou, mientras él mismo comenzaba a escalar uno de los edificios que tenía cerca, aprovechándose de marcos de ventanas y algunos ladrillos. Confiaba que su agilidad le proveería de suficiente velocidad de reacción en caso de caerse. Una vez subió los dos pisos de la edificación, esperó arriba a su compañero. Prefería, como había dicho, transportarse a través de los techos, ya que tenían mucha menos vigilancia, y podrían encargarse fácilmente de cualquier guardia que se encontrase sobre los tejados. Viajando por el suelo, podrían ser retenidos por varios guardias armados, o si lograban conseguir un par de uniformes de la marina, si los cuerpos de los sujetos robados eran encontrados, probablemente su plan sería descubierto y los planos transportados a un lugar más seguro.

Mientras esperaba a Shirou que subiera de la misma forma que él lo hizo, visualizó un poco los demás tejados. El sol le molestaba algo la vista, pero, alcanzó a ver borrosamente, un par de guardias a varios metros de distancia, así como visualizar la atalaya que le habían mencionado, pero, esta si se encontraba relativamente lejos, a al menos, unos 300 metros de distancia según podía calcular a grosso modo el pelinegro. También, intentó ir trazando un plan de movimiento entre edificios. No era muy complicado debido a la estructuración de la base, con las estructuras ordenadas de manera compacta una al lado de la otra. Frente a ellos, se encontraba una hilera de edificios parecidos al cual se encontraban, con algunas variaciones mínimas de estatura, así que no tendrían muchos problemas en avanzar. Cuando su compañero subiera por completo, empezarían el parkour de la revolución.

Jue Sep 08, 2011 5:47 pm

El plan estaba llevándose a cabo con total exactitud a como se había hablado en la reunión, la infiltración fue tal y como se esperaba, mediante la ayuda de los revolucionarios infiltrados en el complejo marine, los cuales ahora debían llevar a cabo la segunda fase: armar una trifulca en el sector sur, en el contrario al que se encontraba la atalaya con los documentos a adquirir, los cuales debían ser recuperados por los dos jóvenes revolucionarios. La idea era supuestamente, al igual que los anteriores revolucionarios, infiltrarse en la base mediante los ropajes de algunos marines, sin embargo el dejar cuerpo inconscientes por el camino conllevaba el riesgo de que tarde o temprano los descubriesen, era por ello que el plan comenzaba una nueva modificación a raíz de las jóvenes mentes. Ambos se disponían a trepar a los tejados desde donde no podrían ser descubiertos si llevaban el sigilo suficiente como para pasar inadvertidos o, en defecto al intento de inadvertencia, dejar fuera de combate a los pocos enemigos que por los balcones o tejados pasaran la guardián en el respectivo momento, pero siempre tratando de no llamar la atención de otros miembros. El primero en posicionar pies y manos en cornisas o cualquier sobresaliente que le proporcionara el apoyo adecuado para efectuar la escalada. Al poco tiempo de iniciar el moreno le continuó su compañero de cabellera morada, tratando de dejar el espacio suficiente entre uno y otro para el ascenso.

Pocos segundos de que el fumador alcanzara meta, el joven de orbes azulados culminaba la subida, fue en ese preciso instante cuando inició un análisis del terreno como ya había hecho su compañero, todo parecía bastante sencillo y cómodo para iniciar con saltos y carreras sigilosas por los tejados. Se podían advertir una par de guardias de frente, pero el camino que aún quedaba por recorrer era bastante significativo, pues debían avanzar la friolera distancia de unos trecientos metros aproximadamente para alcanzar su objetivo, trecientos metros de territorio enemigo, nada mal. - Inicio yo… - Ligeras y de bajo volumen eran la palabras que pronunció el violáceo, el cual iniciaba con una leve carrera en una posición encorvada, cuidando el peso que realizaba sobre las tejas al caminar, su intención era la de no atraer la atención del primer guardia en el camino. Su siguiente movimiento fue el desenvaine de la kodachi que portaba, escogió dicha arma por la facilidad con la cual se podía maniobrar en comparación a la de la katana que aún se mantenía en reposo, tras desenvainarla, de manera lenta y silenciosa, continuaba con su avance un tanto más presto al que llevaba con anterioridad, ocultándose en las pequeñas chimeneas de un metro y veinte centímetros aproximadamente que había a los lados.

Su movimientos fueron correcto y se mantuvo agachado junto a la última chimenea antes de toparse con el enemigo, dejando que la pequeña ronda de pocos pasos, para visualizar su frente y trasera conforme iba rotando todo su cuerpo, que estaba efectuando el enemigo acabase. El guardia se dirigía a la chimenea donde se encontraba Shirou, el cual trato de aproximarse al máximo a la misma para no llamar la atención, entonces dio un paso quedando al lado del revolucionario, pero no lo vio, pues su mirada iba dirigida al horizonte y a su altura, por lo que no se fijo en el agazapado y sigiloso espadachín. El marine se mantuvo unos pocos segundos firmes con su rifle en perpendicular a su torso, y volvió a dar un giro de ciento ochenta grados para continuar su ronda, fue mediante la acción del giro cuando el revolucionario actuó. El joven, que poseía su kodachi en la mano diestra agarrada de forma normal, replegó el brazo por encima de su hombro zurdo para coger impulso, tras ello ejecutó un golpe en seco con la base del mango del arma en la nuca del enemigo, el cual caía por su propio peso, de dejarlo fuese hecho el ruido suficiente para llamar la atención del que se encontraba a unos cuatro metros del mismo, sin embargo los reflejos del violáceo estuvieron presentes para detener la caída y hacerla lenta, dejando mediante un agarre descansando el cuerpo frente a la chimenea que tenía al lado.

Tan solo quedaba uno de los guardias consciente en el lugar, pero de acabar con su ronda y girarse, advertiría que su compañero ya no estaba en la posición que le tocaba vigilar, por lo que le tocaba a Raiden entrar en escena, ya que Shirou no podía dejar en ningún momento el cuerpo del marine en la posición que se encontraba, pues la leve inclinación del tejado dejaría caer el cuerpo por la propia gravedad notificando así a los guardias de tierra la posición en la cual se encontraban, además dejando ver que se les estaban colando en la base. Es por ello que se mantenía agachado con el cuerpo inconsciente del guardia aferrado a su zurda, de esa manera ambos quedaban ocultos de la vista del otro marine, pero debía de ser abatido de manera rápida o se daría cuenta de todos modos. Por ello el joven hizo una pequeña señal con su kodachi, posicionada en la mano diestra, para que Raiden iniciara un rápido ataque contra el obstáculo restante, después de aniquilar a ambos marines la marcha estaría ligera, al menos hasta el próximo control, en el caso de haberlo.

Vie Sep 09, 2011 1:16 am

Ahora Shirou tomaba la delantera en el avance, moviéndose con sigilo entre los edificios. Se encargó del primer guardia que se encontraba en su camino sin matarle, con solo un golpe contundente a la nuca del vigilante, el cual cayó inconsciente instantáneamente, teniendo el espadachín que cuidar de no llamar demasiado la atención, escondiendo parcialmente el cuerpo junto con el suyo. Ahora, era su turno de movilizarse con rapidez y cautela para acabar con el siguiente guardia, el cual no se encontraba demasiado lejos de la ubicación actual de ambos revolucionarios. Esperó un par de segundos, lo necesario para que el guardia girase su posición y quedara de costado a ellos, lo cual aprovechó Raiden para iniciar un rápido sprint sobre los tejados, de chimenea en chimenea, dando un rodeo a través de varios edificios del lugar, intentando ser lo menos obvio posible, escondiéndose en las salientes antes de empezar a correr. Mientras trazaba su camino hacia el guardia, en los puntos donde se detenía a ocultarse, se fijaba en el resto del terreno, por si acaso había más guardias que antes hubieran pasado desapercibidos, pero, no había peligro hasta ahora, aunque de todas formas, les quedaba un buen trecho para llegar a la atalaya.

Mantuvo su táctica, mientras el guardia ahora miraba de frente el punto donde se encontraba Shirou. Por ahora, estaba seguro, ya que no parecía haberse fijado en que su compañero ya no estaba ahí. A su vez, el pelinegro ya se había posicionado cerca de la espalda del guardia, a unos 30 metros de distancia. Había un par de banderas de la marina izadas cerca de él, y, podría utilizarlas para dejarle fuera de combate sin necesidad de matarle. No le gustaba quitar vidas, quería llevar la revolución por su parte no de una manera sangrienta, y aunque tenía claro que era imposible sin algunos muertos, mantenía cierto grado de idealismo en ese aspecto. Sacó su katana, con todo y funda, de su cinto de tela, ya que en breves momentos se vería necesitado de su uso. El marine ya parecía comenzar a notar algo, se había dado cuenta que faltaba su compañero, además que miraba hacia el punto donde se encontraba Shirou, por lo que no tardaría mucho más en descubrirle. Tenía que actuar ya. Realizó una rápida carrera hacia él, acercándose a gran velocidad mientras este bajaba el rifle de su hombro. Cuando se encontraba a poca distancia, el guardia escuchó a Raiden detrás de él, girándose mientras apuntaba con su rifle, sin embargo, el cadete siguió de largo por su espalda, agarrándose con una mano del asta de una de las banderas que había ubicado antes. Por su impulso, el agarre causó que girase 360° grados, aprovechando el punto en el cual quedó en paralelo al marine para golpear su entrecejo con la vaina de su katana, y por la fuerza acumulada por el impulso, haciéndole caer de espaldas contra el suelo, inconsciente como su compañero. Guardó nuevamente su arma en el cinto, y acomodó el cuerpo del marine recto en el techo, para que no se notara ningún relieve particular a primera vista. No podía hacer mucho más, ya que significaría perder el tiempo, lo cual no era algo que hubiera en abundancia.

Ya tenían a los dos guardias de ese punto, ahora, los edificios se iban haciendo poco a poco más grandes, pero, no imposibles, la atalaya final era el punto más alto de la zona, por lo tanto no deberían haber demasiadas complicaciones con el terreno además de los guardias que pudieran encontrarse de camino. Le hizo señas a Shirou para que avanzara, ya que no había nada que temer, y se adelantó ahora él. Comenzó a correr nuevamente, dando pequeños saltos para evadir o subir algunos techos, aunque progresivamente, tuvo que dar unos cuantos saltos largos, de edificio en edificio. Ahora, a unos 100 metros de distancia de la torre antes mencionada, se podía ver una guardia más extensa en los tejados, al parecer, entre unos 8 a 10 guardias, todos armados con fusiles, repartidos entre los alrededores de la torre, y al menos uno en la punta de esta. Un punto a su favor, que el día como tal no duraría mucho más, ya que el Sol en el horizonte comenzaba a posarse, lo cual, calculando un poco lo que les tomaría adentrarse, recuperar los datos y salir, sería de noche, lo cual les sería de ayuda.

Se mantuvo de pie, al lado de un palomar, esperando a su compañero, al cual no había seguido con la mirada ya que estaba seguro de tenerlo siguiendo sus pasos. Una vez había llegado este, le señaló los puntos donde había visto los guardias uno a uno, para que no perdiera tiempo en buscarlos él también.- Están todos armados de rango, y no podemos usar lo mismo nosotros, ya que aún el otro grupo no inicia la alarma...¿Vamos juntos o separados y nos reunimos en la torre? Aunque también está el problema del vigía en la punta, tiene una visión panorámica de todo el terreno... - Comentó con su compañero su siguiente movimiento. No podían planear a medias como moverse en territorio enemigo, ya que el ser avistados significaría un fracaso rotundo en su misión, y además, el posiblemente ser capturados.

Vie Sep 09, 2011 10:21 am

Su compañero ejecutó una acción de semejanza con la del joven de cabellera morada, pues tuvo parte de sigilo y parte de encubrimiento, por lo que ahora tenía vía libre para aproximarse a la atalaya que compartían sendos revolucionario como objetivo de misión. Tras los pasos de su compañero, ambos jóvenes se abrían paso entre edificios y tejados a saltos y rápidas carreras, intentando utilizar toda la velocidad de la que disponían, pues si las carreras conseguían ser lo suficientemente rápida podrían pasar inadvertidos de manera apropiada, claro que también debían de valerse en ciertos momentos de las chimeneas o paredes opuestas de los edificios para ocultar por completo su ser, se aproximaban a una zona muy vigilada y ya no servia el moverse rápido simplemente. Apenas alcanzó al moreno, este inició con la señas oportunas para poner al corriente al que le seguía a pocos pasos, pues al alcanzar antes el terreno pudo analizar la situación y resumírsela de manera rápida, ahora tocaba decidir que acciones iban a emprender para recorrer los próximos cien metros repletos de enemigos que los separaban de los documentos, y por tanto el poder iniciar con la fuga silenciosa y así concluir la misión, pero no debía aún pensar en el fin, sino en el obstáculo que tenía de frente y como superarlo.

Por los guardias de los alrededores no había mucho problema, cierto que eran muchos, pero separados a distancias de las que podían beneficiarse de ser lo suficientemente rápidos dejándolos fuera de combate, pero la cuestión era el vigilante que poseía vista periférica gracias a su situación, lo alto de la atalaya. - Obviamente iríamos más rápido por separados, ya que acogeríamos mayor cantidad de terreno, que es por donde están repartidos los guardias… sin embargo, tenemos ese pequeño problema, el guardia de la atalaya podrá vernos a la minima sospecha visual o sonora que advierta… - El joven se quedó pensativo mientras observaba todo el terreno, la verdad es que era bastante pobre, tan solo habían tejados, edificios y cierto numero de chimeneas repartidas, pero fue entonces cuando se fijo en el único objeto con el cual podría interactuar a voluntad, el palomar. - Tengo una idea… - El joven se agazapó levemente para que su silueta no fuese advertida por ninguno de los guardias, ahora tocaba contarle su idea a Raiden y actuar en consecuencia.

- Mi plan se basa en utilizar el palomar para llamar la atención, podemos soltar todas las palomas, haciendo que el vigía de la atalaya se fije en dicho punto por el número de aves que saldrían al vuelo de la estancia. Consiguiendo llamar la atención de una manera tan común, nadie esperará que el palomar fuese abierto por algún individuo, seguramente se achaque a un descuido del ultimo que revisó si había correo o enviase alguna carta, por lo que el guardia de las alturas simplemente advertirá a los más cercanos de la zona que revisen el palomar para ver que ha sucedido. Dejará libre a unos cuantos enemigos que ignorarán la situación, tu deberás encargarte de ellos mediante el sigilo y camuflaje que puedas utilizar por la zona. - El joven hizo una pequeña pausa para que su voz no fuese tan cansina y el plan se asimilara de forma apropiada por su compañero, ademas hata el momento había supuesto el inicio y lo que el moreno debía ir haciendo, ahora llegaba su parte. - Mientras yo seré el que se mantenga en la posición del palomar para hacer frente a los que se aproximen, pues seguramente el vigía dejará de prestar atención al punto si ya ha enviado guardia a revisarlo, además podemos contar con que desde dicha altura podrá seguir con la vista a la palomas para ver en que dirección van, es ahí cuando yo entrare en acción. - El morado hizo una pausa para tomar algo de aire, no es que fuera hablado muy deprisa, pero ciertamente al final se había acelerado y necesitaba un poco del mismo, sin embargo el motivo de mayor peso para la pausa era tiempo para que el compañero fuese de nuevo asimilándolo.

- Claro que una vez deje de prestar atención al volar de las aves ya deberíamos estar escalando la edificación, pues su siguiente mirada será, probablemente, hacia el palomar para verificar o saber que a sucedido y, obviamente, lo único que encontraría en el lugar serian cuerpos inconscientes, en el caso hipotético de que todo saliese como espero. - El joven esperó palabra alguna de su compañero en pos a la idea que le había comentado, no podían iniciar el plan y observaba fallo alguno en él. De ser afirmativa la decisión, tan solo tendría que avanzar con la suficiente cautela hasta el palomar, abrir la puerta, seguramente también espantar en parte a las aves, y colocarse en la cara oculta del objeto para no ser visto por el vigía, después el plan continuaría según lo planeado, yendo Raiden por un camino opuesto a la situación del palomar, y por lo tanto, contrario al tomado por Shirou. Cualquier suposición incorrecta en el plan, a pesar de estar logrado y ser bastante lógico, podía finalizar con toda la marina del cuartel buscándolos y seguramente estropeando así todo el plan, claro que la ultima palabra la poseía Raiden sobre dar luz verde, el violáceo no estaba seguro de si podía advertir algo mal enfocado en el plan.

Vie Sep 09, 2011 10:25 pm

Escuchó el plan atento, y no tuvo ningún reproche a la idea, le parecía que, para la situación en la que se encontraban, era una solución rápida, sencilla, y que tenían que aplicar de inmediato. Asintió con la cabeza a su compañero, mientras desenfundaba su katana y la blandía del reverso, para facilitar el movilizarse por el lugar.- De acuerdo, me adelantaré, tu mira el momento que veas más adecuado para liberar a las palomas...nos vemos en la torre, arriba, o abajo, depende lo que tardes - Dijo a modo de reto a Shirou, antes de comenzar a correr con cuidado entre los techos, a base de saltos, e intentando mantenerse agachado la mayor parte del tiempo para no ser detectado antes de tiempo. En pocos segundos, logró llegar hasta el edificio adyacente al que servía de punto de vigilancia al primer guardia. Se mantuvo escondido detrás de una saliente cercana a una chimenea, ocultando su cuerpo aprovechando la sombra pronunciada que provocaba dicha saliente.

Los sujetos comenzaron a movilizarse, por lo poco que podía observar el revolucionario, ya que varios de ellos se movían de sus puestos. No podía ver del todo bien, pero alcanzaba a visualizar de lejos las figuras de los marines. Realizó una exploración visual del panorama que se le presentaba: Al menos, tres edificios con pocos lugares para esconderse, excepto dos chimeneas que parecían ser algo pequeñas, y una saliente que daba la impresión de ser la salida de unas escaleras dirigidas al tejado. Tendría que valerse de lo último en caso de entablar combate, o esconder cuerpos de, al menos, el vigía de la torre. Cuando dio el primer paso para realizar un rápido sprint hacia la chimenea del edificio adyacente, escuchó un par de pasos muy cerca de su posición, lo cual, su reacción más rápida, fue tirarse hacia abajo, aprovechando la inclinación del techo actual para deslizarse. Sin embargo, no cayó al suelo del cuartel, sino que se agarró del borde del techo, con ambas manos, quedando su cuerpo por completo en el aire. Quizás no era lo más inteligente, pero, fue su reacción ante la necesidad de ocultarse en meras fracciones de segundo. De frente a su cuerpo se encontraba un pasillo al aire libre perteneciente al tercer piso del edificio en el cual se encontraba, lo cual le ponía en la comprometedora situación de qué, si alguien saliera por ese corredor, el espadachín sería avistado al instante y todo estaría perdido para él.

Alzó un poco su cabeza por el tejado, mirando como el guardia el cual había escuchado cerca de él, se asomaba por encima de la chimenea, chequeando el lugar donde Raiden estaba anteriormente oculto, lo cual denotaba que sospechaba, y que fue lo mejor el huir rápido. Aunque, el pelinegro pensó casi al instante en una forma de deshacerse de él. Dio un par de golpes al techo, provocando un sonido seco el cual fue detectado por el guardia, dirigiéndose este al punto del cual provino el sonido. Cuando alcanzó este punto, observó como un par de mano se asomaban del extremo, y un rostro mirándole fijamente, con una sonrisa en la cara, pero, antes de que pudiera reaccionar, una de las manos le agarró por el tobillo, y le empujó hacia abajo, cayendo y estampándose con fuerza en el pavimento, quizás inconsciente, quizás muerto, no era algo que el revolucionario pudiera averiguar en ese instante. Aunque había un problema ahora, el sujeto había dejado escapar un leve grito antes de caer, y ahora era otro guardia cercano el cual se aproximaba a ver qué había pasado, y además, preocupándose al no poder encontrar con la mirada a su compañero. Raiden aprovecharía nuevamente su posición, pero, de otra manera, ya que ahora el factor sorpresa no sería tan pronunciado en un hombre relativamente alerta. Soltó una de sus manos, quedando ahora sostenido solo por su diestra, y balanceándose de una manera pronunciada, sosteniendo su katana con la mano izquierda, y estirándola hacia atrás, de alguna manera apuntando hacia arriba. Cuando el marine asomaba la cabeza para mirar hacia abajo, observó el cuerpo del otro guardia, y también, por apenas unos instantes, la misma cara sonriente de antes, seguida casi al instante de una katana, la cual se clavó a medias en el centro de su cráneo, matándole al instante. El cadete había lanzado su arma, y aprovechando el marcado filo de esta, no fue demasiado difícil el penetrar un cuerpo. El cuerpo muerto del sujeto comenzó a caer poco a poco hacia el vacío, aunque en un rápido movimiento, el espadachín recogió su katana del cuerpo, sujetándola en medio del aire, y esta se deslizó de manera suave del cadáver, dejándolo caer al suelo, cerca del otro. Llevaba dos, quedaban al menos unos 3 o 4 más.

Volvió a subirse al tejado. No se preocupó por cubrir a sus dos víctimas, ya que por la posición en la que se encontraban, era imposible que el vigía de la atalaya pudiera verles. Esperaba poder acabar con los otros guardias sin matarles, pero, no dudaría en hacerlo si era requerido. Avanzó al otro edificio, en el cual encontró a primera vista, y a pocos metros, a otro de los guardias. Este no le vio, encontrándose de espaldas al punto por el cual avanzó, y que el sigilo utilizado por el revolucionario, el cual cuidaba de todas sus pisadas, era casi perfecto. En un rápido movimiento, sacó su funda del cinto y le golpeó en la nuca con este, haciéndole llevar sus manos al punto golpeado, adolorido y algo confundido, y un nuevo golpe esta vez dirigido a la cabeza le hizo caer ya inconsciente. El sujeto era relativamente gordo, por lo que no podía darse el lujo de arrastrarle por el techo, así que optó a lo más fácil: Patearle para que cayera al suelo. Cuidó que cayera al punto ciego de la torre, y continuó su avance. Logró llegar a la saliente, que era, como había supuesto, una salida al techo desde el interior. Caminó en silencio absoluto por el tejado, hasta llegar a la entrada. La puerta estaba abierta, y dentro de esta, no había nada, solo escaleras, lo cual facilitaría mucho las cosas. El siguiente guardia, que se encontraba caminando hacia el frente y su vista en el mismo punto, en dirección al palomar y caminando cerca del punto en el cual se encontraba Raiden, lo noqueó sujetando su cabeza y haciéndola golpear repetidas veces el muro de la saliente. Rápidamente cargó con el cuerpo hasta la puerta y le dejó caer en picado por las escaleras. Ya se encontraba a unos meros 10 o 15 metros de distancia de la atalaya, pero aún había un guardia de camino, su último objetivo.

En este caso, no había manera de aprovechar nada del terreno para utilizarlo en su contra. Poco tiempo quedaría ya para el plan de acción rápida, así qué, tocaba acción directa. Corrió lo más rápido que pudo, lo que llegaron sus piernas, sin preocuparse de causar mucho o poco ruido. El guardia le detectó rápido, y le apuntó con su arma de fuego. Pero, la velocidad del espadachín era muy superior a la del pistolero. Raiden realizó un salto en pleno aire frente al guardia, y, con su katana en alto, se la clavó en medio de los ojos, antes de que pudiera accionar el gatillo. Rápidamente, sujetó la mano del fusilero, ya que un golpe al cerebro podía provocar contracciones musculares y quizás con mala suerte, disparase su arma. Retiró con cuidado el fusil de las manos del muerto, y también lo hizo con su katana, envainandola y guardándola en el cinto. El cuerpo en este caso, no lo tocó, se encontraba cerca de la torre, y el vigía tendría que asomarse mucho para verlo. Aprovecharía eso para ganar tiempo en escalar. Llegó rápidamente al punto donde chocaban la estructura de la atalaya con los tejados próximos. No parecía ser demasiado difícil de escalar, su estructura era bastante rústica y tenía varias salientes pronunciadas. Sin perder más tiempo analizando la edificación, comenzó a escalar, esperando llegar a tiempo a la punta, la cual se encontraba a unos aproximados dos pisos de su punto actual. No miró a Shirou, ya que confiaba que, sino estaba ya escalando desde el otro extremo, estaría terminando de encargarse de los guardias.

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