[Past]Periodo Vacacional

Tanto tiempo entrenando, por fin habían arribado las épocas vacacionales, el momento preferido del novato, al menos en cuanto a descanso pleno, los entrenamientos eran importantes para él, pero hacía tiempo estaba estacando en un solo nivel, por lo cual, últimamente lo único que deseaba era dormir un poco sin preocuparse de las constantes pruebas que debía superar. Pero aquel día era diferente, era el segundo día de vacaciones de un periodo que se extendería por lo menos sesenta días, tiempo suficiente para relajarse, entrenar un poco y quizás conocer a una que otra persona interesante. Así pues, en aquel hermoso día soleado, libre de nubes al menos hasta donde la vista apreciaba, en uno de los jardines laterales se encontraba en solitario el pelinegro, tomando consigo una katana de madera con la cual golpeaba constantemente el tronco de un árbol. Pequeñas gotas de sudor resbalaban por su frente mientras con cuidado las retiraba limpiándolas con la manga de su uniforme, era cierto, en vacaciones no se requería portarlo, pero a él le gustaba llevarlo consigo, más que nada porque no tenía mucha ropa que ponerse y de esa manera al menos podía disimularlo un poco mejor.

El lugar parecía desierto, casi un sitio fantasma, la razón era muy simple, en este periodo la mayoría de los fuereños regresaban a sus hogares con sus familias, o quizás simplemente iban en busca de nuevas aventuras, quizás probar sus nuevos conocimientos en la vida real, o simplemente a probar suerte por el mar, quien sabe, la cosa era que ver una persona en el dojo era casi un evento extraordinario, era demasiado grande como para cruzarse con frecuencia con ciertas personas, incluso la enfermería se quedaba con únicamente una o dos asistentas, las comidas ya no eran a cierta hora sino que cada quien podía acudir a la cocina y prepararse lo que quisiese, los jardines estaban llenos de hojas pues no había mucha gente para retirarlas, lo que antes eran salones de enseñanza ahora podían fungir como patio de juegos para algunos revoltosos e incluso cuando antes la hora de dormir era en cierto momento de la noche ahora podían verse “fantasmas” vagando hasta horas avanzadas. En lo personal eso no le molestaba mucho al joven espadachín, el a veces se quedaba a dormir sobre el tejado del dojo, otras en alguno de los patios e inclusive llegaba a declinarse de descansar.

En fin, mientras se encontraba entrenando escucho que algo se acercaba, eran pasos, sin duda eran pasos, en aquel vacío espacial donde la gente era casi inexistente el eco era bastante claro, por lo cual giro levemente su rostro sin darse cuenta que había golpeado el tronco de aquel árbol una vez más, acto seguido su arma reboto contra su cuerpo golpeándolo en la cara haciendo que cayera al suelo –Ah eso me dolió, maldito árbol- se levantó rápidamente propinando una serie de patadas a la base del árbol para después escuchar una suave voz, bastante agradable para sus tímpanos -¿Hmmm?- al girarse observo a una linda chica, que nunca antes había visto, o quizás sí pero al estar siempre apurado no le prestó atención. Se rasco la cabeza, en realidad no entendía mucho de lo que ella decía, a decir verdad sus últimos vocablos le habían dejado con duda, ¿quién era ella?, ¿no sería acaso una visitante?, no se mostraba como alumna del dojo sino más bien como alguna asistenta, o al menos eso daba a entender su porte, pues no contaba con lo regular que era una katana de madera o cuando menos algún atuendo que la hiciese brillar.

-Ah, no yo no…yo solo estaba aquí sin nada que hacer y bueno, decidí entrenar un poco pero a decir verdad no creo que esto me ayude a mejorar, no soy muy bueno en esto- mostro una afable sonrisa en su rostro al momento que se acercaba a ella -¿Disculpa?, ¿por qué haríamos eso?, el cielo está despejado no creo que vaya a llover o cosa similar, además es muy agradable estar en este pequeño jardín, al menos sin tanto barullo alrededor- una vez a escasos metros de la hermosa jovencita se inclinó un tanto estirando la derecha a forma de saludo –Soy Kyo, Kyo Kensato, aprendiz de primer grado, bueno tal vez debería estar en tercer grado pero no importa, eso es otra historia- espero la respuesta por parte de la muchacha esperando obtener de ella alguna respuesta.

Pregunta extraña que provenía de la joven frente a si, aunque había respondido al saludo se mostraba algo rara, pues según ella los mejores espadachines se hacían con la práctica más que con el talento nato, cosa de la que no estaba seguro, el entrenaba diariamente dedicándose en gran medida a ello y aun así su compañero Aaron quien parecía practicar lo típico era mucho mejor que él, ¿cómo podía creer que solo el esfuerzo podía hacerlo un gran guerrero?, bueno, quería creerlo pero la verdad le costaba mucho aceptar ese hecho. La siguiente pregunta fue aún más extraña, según la chica parecía dirigirse a él como si quisiera averiguar si le gustaba el arte de la espada, cosa que era algo evidente, de no ser así seguramente jamás habría llegado a esa isla en búsqueda del conocimiento de la katana, aunque si se pensaba mejor la mujer podía tener sus razones para dudar, algunos sujetos de ahí solo buscaban aprender como herir a los demás para hacerse de poder por medio de la fuerza y el miedo ajeno –Si, me gusta, aunque no sé si sirvo para esto, pero mientras pueda quedarme aquí lo intentare, tal vez no sea muy bueno pero este es el único lugar donde he podido sentirme libre, donde no tengo que temer por la marina o por el hambre, este sitio para mí es como un hogar- en ese momento elevo la mirada, algunas nubes estaban reuniéndose cosa que le pareció extraña, hace unos momentos nada de eso se podía divisar, aunque no presto demasiada atención, como con cualquier cosa superflua simplemente lo dejo de lado centrando su atención en Kawai –Y tu dime, ¿qué haces aquí?, creo que no te había visto antes por este dojo, ¿eres nueva en el instituto?- espero entonces una respuesta de la mujer.