La busqueda del conocimiento...

Habiéndose pasado varios días en alta mar perdidos y sin rumbo fijo, aquellos dos hombres finalmente por el destino o por la misma ignorancia habían arribado a Ohara, hogar del conocimiento y la paz, donde los eruditos estudiaban constantemente mejorando sus conocimientos en todas las ramas existentes. Anclando en el puerto como era debido el espadachín proseguido por su carpintero bajaron observando el extraño sitio, lugar que, era de mencionar nunca había visitado ninguno de los dos presentes. Con extrañeza y admiración observo en las lejanías una enorme estructura asemejada a un árbol, árbol que hasta el conocía por leyendas más que por otra cosa, una biblioteca de inmensas magnitudes donde el conocimiento podía ser adquirido en la forma de libro, que oportunidad más suculenta para un rapaz, encontrabase aquí en el sitio donde podía obtener toda la información necesaria que quisiera, con solo dirigirse a dicho lugar y robar algunos cuantos tomos de importancia lograría sacar partido de todas las ventajas posibles en sus viajes.

Con suave movimiento giro su rostro hasta toparse con el de su compañero y asegurándose que nadie cercano escuchase exclamo –Yuyiso, es hora de que el mundo nos conozca un poco mejor, tengo un plan, sígueme- y así a paso certero avanzo por el puerto cuyas actividades parecían continuar con toda comodidad, o bueno…con comodidad para aquello que asemejaba pues aunque Kyo se refería al lugar de atraco como “puerto” era poco más que una Bahía casi abandonada, situación que propiciaba un escape rápido y sencillo aumentando aún más la facilidad inicial del plan. Adentrándose en el ambiente lograbanse observar uno que otro animalejo correteando por los prados de aquel sitio, con sumo cuidado y siendo una de sus cualidades el pelinegro determino que nadie estaba cerca para escuchar sus oscuros planes y por ende seria el momento ideal para dar a luz sus ideas –No sabía en donde estábamos hasta que observe ese árbol, estamos en Ohara, eso que está delante de ti es el llamado “Árbol del Conocimiento” seguramente abras oído del aunque fuere en leyendas, se dice que toda la información relevante con respecto al mundo se encuentra en dicho lugar, por lo que espero seamos capaces de sacar partido de ella- juntos lograron postrarse frente al gran árbol que ahora se encontraba en las inmediaciones de su ubicación, los rayos solares eran opacados por la gentil sombra que con superioridad imponía aquella estructura.

-Entraremos , obtendremos documentos valiosos y después si nos es posible, trataremos de quemarlo todo, así tendrán que elegir que es más importante…los documentos o nosotros, intentemos no causar bajas civiles, pero estas autorizado a matar a todo aquel que intente detenernos, lamentablemente esta es una misión que no da cabida a la misericordia…por cierto si encuentras algún arqueólogo que parezca interesante no lo mates, captúralo…podría servirnos de algo- mascullo apenas audible para su compañero al tiempo que sus ojos volaban de un sitio a otro detrás de sus gafas de sol, sus ropas habían cambiado a un modo más veraniego, en sus pies llevaba unas botas oscuras que había conseguido en la isla karate, en su parte inferior portaba unos pantalones violetas junto a una faja que sostenía su katana al lado derecho de su cuerpo, en su torso portaba una chaqueta blanca de seda y larga que abarcaba hasta sus pies, en su cara solamente portaba sus características gafas de sol haciendo conjunto con su cabello el cual llevaba suelto tirado por ambos lados de su cara.

-Es hora…- finalizo para de una vez por todas adentrarse en la biblioteca, no tenía idea si en la entrada se pedía algún requerimiento y sinceramente era lo que menos le interesaba, si alguien intentaba detenerles tendría que apresarlos o morir en el intento pues ambos personajes estaban dispuestos a conseguir los documentos que tanto necesitaban, el tiempo corría y su llegada al próximo destino era muy necesaria, por lo cual perder el tiempo en banalidades como defender a los débiles o tener un poco de compasión, no querían hacer una masacre, pero en caso de ser necesario lo harían.

Off – Ropas:

Spoiler:

Interrumpiendo la marcha de ambos piratas, una delicada figura de pequeña estatura irrumpía los planes con atrevimiento, en primera instancia el espadachín no supo identificar de donde provenía la voz pues al menos para su visión que estaba enfocada en las alturas no era posible detectar a alguna persona así que esforzándose un poco observando más abajo logro figurarse un hombrecillo anciano con un artefacto de ayuda para su andar, cosa extraña a decir verdad, aunque fuera de relevancia para lo que próximamente estaba por desarrollarse, sus palabras molestas no hacían mella en la actitud del pirata, al menos no de forma inmediata y visible “Este sujeto…hay algo raro en todo esto, bien podrían dejarlo a cuidar el sitio después de todo es una ciudad relativamente pacifica, pero por otro lado ¿de verdad serían tan ingenuos para dejar información valiosa bajo la protección de un ser inútil?, no lo creo, algo aquí no me da buena espina” se mantuvo en silencio quedándose parado un par de metros frente al anciano, su cautela le obligaba a mirar en todas direcciones de manera rápida e inadvertida pues sus gafas ocultaban sus ojos.

No parecía haber guardia alguno u hombre de complexión que pudieran detenerlos, pero eso era natural, Ohara no era sitio de músculos como la isla Karate, sino de intelecto, de verdad si había una forma de evitar un robo eran trampas o alguna especie de sistema de seguridad, ¿podrían existir cyborgs?, era posible aunque no muy probable, era más factible imaginarse un par de artefactos mecánicos que serían activados en el momento indicado lo que ya era un impedimento mas tanto por la dificultad que eso podría suponer como por el tiempo que podría requerir, en el peor de los casos tendría que superar trampas y algunos enemigos de manera continua, cosa que a él no le molestaba del todo, pero no estaba seguro si su compañero estaba al nivel de dicha misión y por ende llegaba una nueva encrucijada a su mente, ser acompañado por el mismo o pedirle que esperara en el barco al momento indicado para marchar.

-Retírate al barco, si es posible consigue provisiones, cuando de la “señal” prepárate para zarpar, llegare ahí…- vocifero para su compañero, no diría su nombre pues eso sería un error garrafal…al menos en esos momentos, esperaba que su compañero acatando la orden se retirara, mientras tanto cruzando miradas con el anciano guardando silencio pues el pelinegro trataba de elegir con sumo cuidado sus palabras, no quería iniciar una batalla innecesaria, pero tampoco iba a permitir que un enano se interpusiera en sus acciones, su tiempo era muy limitado, debía terminar aquel asunto si era posible ese mismo día, una leve brisa recorrió el sitio para dar paso a las suaves palabras provenientes del fuereño –Tiene usted razón, no estoy autorizado para avanzar por este sitio, mi nombre no figura en la lista pero le aseguro que muy pronto figurara en todo el mundo- guardo unos segundos de silencio retomando el aliento para después proseguir –Haces burla de nuestro intelecto, no dudo que tu superes el nuestro combinado, pero la confianza que tienes en que lograras detener mi recorrido equivocada podría estar- clamo para seguidamente acercarse a un paso lento aproximándose hasta su dirección, sus manos ambas ocultas en los bolsillos de su pantalón no mostraban intenciones de utilizar su arma, sus ojos viraban de un lado a otro expectantes de cualquier leve señal de movimiento mientras paso con paso denotaba no tener la más mínima intención de retroceder –Ahora solo hay dos caminos, te quitas de mi camino…o estas en el…así de simple-

Una leve sonrisa se formuló en el rostro del capitán cuando escucho a su seguidor, era bueno saber que no planeaba abandonarle a su suerte, incluso sin saber si era más débil que el mismo, en dichas circunstancias la habilidad era irrelevante, importaba resolver el asunto del anciano con rapidez pues sus continuas mofas comenzaban a causar una leve molestia en aquel muchacho –La inteligencia es una maldición por la que puedes pagar un alto precio, tus burlas solo denotan que la facilidad para vencerte es mucho mayor a la que habría podido deducir- irrumpió ante los primeros vocablos del anciano continuando con su arremetida –Mucho de lo que deduces es cierto, lo que hace aún más evidente el hecho de que vamos a tener que quitarte del camino…- su cuerpo se detuvo estando a unos pasos de aquel hombrecillo para después resentir las últimas palabras del mismo, no sabía porque pero aquel vejete tenía una afición por burlarse de otras personas, cosa que le molestaba pero no al grado de sacarle de sus casillas, por unos instantes cerro sus parpados para aclarar su garganta con claridad echando un rápido vistazo a sus alrededores de nueva cuenta sin observar una aparente defensa inmediata.

-¿Un plan mejor?, porque hacerlo, si este sitio fuese más desafiante quizás lo habríamos hecho, pero dadas las circunstancias y a base de otras condiciones no hemos tenido necesidad de ello, cosa que hará más humillante tu fracaso en caso de que nosotros logremos nuestro objetivo- sus labios de nueva cuenta callaron dando un rápido vistazo sobre su hombro para con su compañero indicándole que estuviese atento pues un buen presentimiento no tenia y la voz del anciano solo delataba que tenía una forma de hacer valer la autoridad en aquel sitio y que para bien o para mal se vería obligado a usarla. Cuando finalizo el extenso dialogo del supuesto erudito comenzó a toser cosa habitual en humanos de su edad para después llamar a lo que aparentemente era la primera línea defensiva, una manada de bestias salvajes con fauces hambrientas de carne y cuya baba delataba una constante ira creciente en su interior –Sorprendente…lograron amaestrar unas bestias…que sorprendente- exclamaba con un tono neutral sin dar a entender si la intención de aquel comentario era real o una burla total para con aquel sujeto.

No realizo un solo movimiento y por el contrario su rostro se mantuvo con toda serenidad simplemente moviendo su cabeza observando la cantidad de lobos que estaban a su alrededor, próximo a ello retiro con sutileza las gafas de sol de su rostro guardándolas en un bolsillo de su pantalón dirigiendo una mirada pasiva al anciano -¿De verdad es necesario esto?, ambos sabemos cuál será el resultado…- clamo con desprecio para con las inmundas presencias salvajes que le rodeaban, sus manos se mantuvieron en ambos bolsillos dando a entender que según creía no necesitaba siquiera utilizarlas para vencer a esas feroces alimañas entrenadas por el hombre al notar que dicho “guardián” no parecía dispuesto a dejarlos pasar y cansado en parte de su actitud irreverente vocifero a su compañero –Mata a todas las bestias que puedas, no serán problema para ti…- y así esperando sin moverse de su sitio comenzaba una carrera en búsqueda del conocimiento, el resultado era incierto…pero las piezas comenzaban a moverse sobre el tablero.

Aparentemente su compañero había logrado atacar a una de las bestias con efectividad dejándola prácticamente incapacitada para el combate pero el trabajo en equipo de aquellas bestias era bastante temible tanto así que parecieron idear una estrategia apenas el joven carpintero se había reincorporado tirándolo al suelo y lanzándose sobre el mismo cosa que no pasó inadvertida para el capitán quien girando levemente su rostro observo casi en cámara lenta gracias a su visión el ataque de las bestias, entendía muy bien que su compañero estaba en peligro y ahora se encontraba en una encrucijada, frente a él tenia al anciano desprotegido y sería fácil derrotarle de un solo movimiento le mataría antes de que siquiera se diera cuenta de que pasaba, por otro lado eso quizás garantizaba graves heridas para su compañero, ellos no tenían un médico en la tripulación y no podían permitirse salir demasiado heridos, además, estaban con el tiempo justo para ir a Tequila Wolf donde seguramente entablarían combate, eso significaba que ninguno de los dos tenía que llegar en malas condiciones. El tiempo corría y las cosas parecían complicarse un tanto más de lo esperado, no había lugar para la duda pues en caso de tenerla no solo perdería valiosos segundos sino que alguno podría resultar muy mal herido.

“Debemos apresurarnos” pensó para sí mismo el espadachín en el momento que con gran velocidad de unos cuantos pasos llego hasta donde los lobos para continuamente colocarse sobre sus manos tomando apoyo en las mismas comenzando a girar con gran fuerza como si se tratara de un remolino golpeando a los cinco lobos que aún se mantenían en buenas condiciones y seguramente alejándolos una buena distancia, era cierto que aquel ataque no tenía mucha potencia pero serviría para darse espacio contra las bestias y de paso salvaguardar a su compañero.

-¿Estas bien?- vocifero con su voz apacible de manera natural al tiempo que con precisión desenvainaba su katana con la diestra para de un tajo perfecto y limpio cortar la cabeza del lobo que anteriormente había sido alcanzado por Yuyiso. El rostro del joven no mostro ningún tipo de remordimiento y únicamente se afianzo en él un dejo de tristeza parcialmente visible en su mirada, no le gustaba matar, ya fueran enemigos o animales, pero el tiempo también lo había amaestrado, cuando la necesidad existía no dudaba en terminar con la vida de otro ser y prefería hacerlo de manera rápida e indolora, no le gustaba mucho hacer sufrir a los demás y por ello haber matado a la pobre bestia le parecía más un acto de compasión que de brutalidad –Basta de juegos- exclamo con una voz pesada rumbo al arqueólogo anciano –Solo quedan 5 bestias y te aseguro que hace falta mucho más para detenernos, como ya he dicho, si os quitáis de nuestro camino no tiene por qué haber heridos, pero si insistes en entablar una batalla sin sentido me temo que tendré que despojar de su vida a estas pobres criaturas- termino sus palabras sujetando con firmeza su katana y atento a las bestias que se posaban frente a él esperando que su compañero le cubriese las espaldas o que arremetiera de nuevo contra los lobos, esta vez no les sería tan fácil atacar a un solo hombre.

El anciano parecía entrar en razón pues con un nuevo sonido hizo que los lobos se retiraran, aun así sin bajar la guardia aquel chico de cabellos oscuros se mantuvo sereno observándole, el viejo parecía furico cosa que le sorprendía mucho al espadachín tanto así que tras escuchar sus primeras palabras exclamo con un tono suave –Vaya que interesante…así que también eres capaz de sentir furia- una afable sonrisa se mostró en su rostro cuando observo algo raro, el sujeto exclamaba palabras un tanto difíciles de comprender, al parecer estaba a punto de demostrarles algo, tanto así que sacando unas pastillas las tomo, el pirata arqueo una ceja denotando que no entendía lo que estaba pasando y mantuvo la calma como era debido, tras ello sus palabras parecían más intimidantes que anteriormente, cosa que no hacia mella en el temple del guerrero quien aspirando pausadamente simplemente se mantenía a la expectativa de lo que estaba a puno de acontecer, el anciano retiro su camisa dejando el torso al desnudo provocando que la cabeza del pelinegro se ladeara suavemente a la izquierda “¿Qué está pensando hacer?...¿de verdad piensa atacarnos?” confundido mantuvo su posición elevando un tanto su katana frente a si con cuidado.

Los vocablos nuevamente hicieron romper el silencio producido y tras aquellas confiadas palabras los ojos del infractor se abrieron casi de par en par, algo estaba cambiando en la fisionomía de aquel tipo, los ojos comunes seguramente no notarían el cambio, pero con cuidado y dado que el anciano había dejado descubierto su torso podía observar leves contracturas y repentinamente así como así el anciano pareció desaparecer…eso al menos para Yuyiso, pero los ojos del espadachín se movieron siguiendo una sombra que poco a poco fue tomando la figura de aquel hombre de pequeña estatura, cuando finalmente observo este había atacado a su compañero en el tobillo imposibilitándolo y de nueva cuenta se movió esta vez tomando algo entre sus manos para después dirigirse con rapidez hasta su ubicación “Aquí viene” en ese instante observando que era imposible evitar su ataque al menos de inicio alcanzo a cerrar sus ojos mientras algo impactaba contra ellos y por acto reflejo el mismo se llevaba la diestra al rostro tocando los parpados de dichos ojos comprobando que era un puñado de tierra o arena.

El joven se quedó inmóvil acariciando sus ojos por algunos segundos hasta que de pronto escuchando la finalización de aquel discurso llevo la zurda a uno de sus bolsillos sacando de los mismos los lentes y colocándoselos en los ojos “Estuvo cerca” para posteriormente observar al anciano -¿Porcentaje de error?, ¿oportunidad?, venga…creí que eras más listo- exclamo con su voz aun pacifica clavando su mirada en la “débil” figura del anciano –No sé qué sucedió, no sé cómo has hecho que tu cuerpo adquiera esa velocidad, pero lo que estoy seguro es que no es natural, no importa cuán fuerte te hayas vuelto, ese no eres tu- vocifero retomando de nueva cuenta el control de su katana colocándola frente a si dejando de lado momentáneamente a su compañero pues no debía distraerse ni por un solo instante –Pero debilidad encuentro en tus palabras, el miedo escondes tras tu intimidación, yo no entiendo mucho de estas cuestiones, pero estoy casi seguro que aquello que has tomado tiene un efecto inicial…y un efecto terminal así como un tiempo límite, sin embargo, enfrentarte ahora no puedo, esta batalla la ganas tu anciano- en ese momento una suave brisa irrumpió en el lugar meciendo los cabellos del rapas “¿Sera posible que haya adquirido un poder similar al Iaido?...de ser así entonces su tiempo es limitado”.

Como bien había demostrado anteriormente su velocidad era bastante grande así que envainando su katana con elegancia sin despistarse del anciano Dio media vuelta y tomo a su compañero entre su hombro ayudándolo a levantarse , en ningún momento se inmutaba, simplemente a paso sereno comenzó a caminar, era obvio que aquel podría ser un combate largo y extenuante lo cual no podía permitirse, el tiempo apremiaba con rapidez el reloj le presionaba. Cuando finalmente estuvieron a cierta distancia coloco a su compañero en el suelo con suavidad, después observo el árbol con su vista privilegiada, debía haber una hendidura por donde entrar aunque sea para obtener uno que otro documento interesante, la existencia de dichas hendiduras era algo que él creía obligatorio, de otra, ¿manera de donde podría entrar una buena cantidad de oxígeno al sitio?. Se concentró cada vez más y más en búsqueda de aquella respuesta, si existía una pequeña hendidura la encontraría y de esa manera sabría cómo acceder a la biblioteca –Ese sujeto era demasiado fuerte, no sé qué obtuvo…pero no lograremos pasar por el frente…al menos no de una manera sencilla…Tequila Wolf aún está a un par de días y no debemos atrasarnos o quizás no llegaremos a tiempo-

Yuyiso se alejó dejando solo al capitán por algunos momentos, con la vista clavada en el árbol dejo pasar varios minutos, finalmente ni siquiera su visión desarrollada podía encontrar un punto para escabullirse, lo que denotaba que aquí mundo de conocimiento estaba, al menos por ahora, muy lejos de su alcance, incado en el suelo tomo un poco de tierra y observo como una suave brisa marina la elevaba por los vientos, se levantó con normalidad para finalmente retirar los lentes de sus ojos y comenzar a dirigirse al puerto con la cabeza gacha sin dejar ver sus ojos “Parece que hemos fallado, pero eso no significa mucho, la derrota siempre es momentánea” pensaba con alegría mientras se acercaba hasta donde se suponía habían dejado el barco anclado pasando por algunos árboles pequeños que se encontraban en el sitio y observando en uno de ellos algo similar a un cartel, lo tomo con interés para darle una ojeada llevándolo consigo para continuar de dicha forma su trayectoria, al llegar a la bahía efectivamente pudo observar como su nakama estaba sacando el ancla del agua para dejar libre el navío.

Cuando finalmente llego al sitio indicado avanzo adentrándose un poco en el agua para después de un gran salto llegar a la cubierta del barco, sus manos se mantenían ocultas en los bolsillos de aquel pantalón mientras sus cabellos danzaban suavemente con la brisa marina –Por ahora hemos fallado, pero no te preocupes, una derrota solo nos demuestra que debemos fortalecernos más- vocifero con su voz pausada para continuamente caminar hasta donde el timón tomándolo entre sus manos con fuerza observando el horizonte –Ya es algo tarde, es hora de retirarnos, Tequila Wolf nos espera, según pude comprobar las cosas no serán tan fáciles como había determinado, lo cual solo indica que…- una pequeña sonrisa se formó en su rostro mientras viraba el timón al tiempo que las velas tomaban viento en ellas siendo impulsado el barco rumbo al mar “Me pregunto si podre conocer a alguno de esos 3 sujetos…espero que así sea…” el sol caía ocultándose entre las holas del mar, la noche comenzaba a dibujarse en los cielos, las olas con suavidad palmeaban el barco al tiempo que aquellos dos sujetos se dirigían a un nuevo sitio, una nueva aventura, Tequila Wolf, un lugar extraño donde…esperaba conseguir algo mejor que en Ohara y ciertamente…esperaba con ansias volver a enfrentarse a ese anciano tan extraño.