[Pasado] El festival llego

La fiesta seguía sin cesar y parecía que iba a durar hasta la madrugada, pero el mesero no había traído el pedido de Kagami. Ya se había demorado un poco. Era entendible ya que cada vez que se lo veía tenia muchos platos en sus manos y pidiendo pedidos todo el tiempo pero no costaba demasiado traer una botella de vino, una copa y destaparla. Era una tarea sencilla y rápida aunque en un día tan festivo como este no era momento de preocuparse de tonterías como esa, debía dejarlo pasar para así disfrutar de la noche. Al igual que el, había algunas mesas que aun no tenían sus pedidos, en la que solo se encontraban en su mayoría hombres hablando, alguna que otra mesa de mujeres y algunas de familias. Los hombres brindaban con grandes tarros de cerveza derramándola pero muy felices, a nadie le molestaba el ruido o el jolgorio que hacían ya que mientras que no empiecen a ponerse violentos o romper cosas no habría problema. Parecían ser hombres acostumbrados a la bebida así que tomar tanto no seria un problema para ellos, la noche era aun joven para emborracharse tan temprano.

Kagami, cruzado de piernas de una manera sofisticada y educada, observaba la calle con una mirada perdida en lo que veía. La imagen que se proyectaba era la felicidad de las personas, sonrisas y risas por todos lados, comida y juegos. Gente, de todas las edades, sexos y tamaños estaba ahí disfrutando del gran festival. Lo mas emocionante que estaba pasando en la calle era un señor que estaba siendo envidiado por el joven Kagami, ya que ese señor llevaba una botella en su mano de ron, cerveza, vino o alguna bebida alcohólica y estaba en un estado de ebriedad. Eran celos los que tenia Kagami ya que ese señor ya a temprana hora de la noche ya estaba en ebriedad por tomar una bebida, pero el pirata todavía no había bebido ni un sorbo de ese delicioso elixir fabricado por uvas que era llamado mas simplemente vino.

“¿Por qué tarda tanto…?” Pensaba insistente, empezándose a irritar el rubio ya que veía que su botella de vino aun no llegaba a su mesa.”¿Por q…?” El pensamiento del pirata se corto al observar en una mesa, que anteriormente estaba vacía, a una jovencita de aparente edad igual que la de Kagami, cabello negro, muy elegante y con un yukata azul muy hermoso.

Esa chica había llamado la atención de los ojos de Kagami que se posaron durante un instante en ella observándola como se destacaba de las demás personas. El pirata como un león que observa a su presa, no le despegaba los ojos, se había olvidado del vino que tanto tardaba, se había olvidado de la fiesta que había en la calle y de las personas del bar. Solamente en su mente y en su campo de visión era la joven que parecía que estaba comiendo.

Luego de un rato pensarlo decidió levantarse el rubio, dirigió con pasos lentos y esquivando personas, meseros y mesas para dirigirse a la señorita que tanto le llamo la atención. No era normal que el hiciese eso pero en una noche tan feliz el pensaba que ninguno de los dos debían estar solos, un rato de felicidad y diversión es mejor pasarlo con compañía.

Llego a la mesa de la señorita y mirándola directamente a sus ojos celestes le dijo con un tono bajo pero muy educado: -¿Puede este humilde caballero como yo acompañarla en esta velada, Madame?- Después de pensar un poco en lo que dijo, no podía creer ni el mismo de que había sido tan cortes para pedirle si se podía sentar con ella. Hizo temblar un poco al pirata, extrañamente estaba nervioso, trago un poco de saliva y espero la respuesta de la señorita.