Patrullando...

Jue Jun 16, 2011 7:54 am

El cuartel de la marina de Loguetown, un cuartel algo pequeño pero es lo suficientemente grande para albergar a mas de 50 Marines. Aquella zona dneominada la mas "Segura" de la cuidad estaba siendo recorrida por un joven de cabellos blancos, una altura considerable y algo peculiar era su tono de piel azul y su cola que medía mas de 1 metro.

Aquel Marine caminaba por el cuartel, patrullando con aquella típica sonrisa sinica. Este estaba atento a los movimientos del exterior o si habían algunos "Ruidos anormales" y al parecer así fue. Se escuchó una explosión. Parecía ser que los piratas estaban causando estragos. El instinto de Viren era ir y apresarlos, pero este espero ordenes de los superiores por el momento.En dado caso estos no se movían o hacían algo, Viren tomaría cartas en el asunto.

Mar Jun 28, 2011 2:37 pm

Pronto, la fornida silueta del calvo "pirata", se vislumbro en las puertas de aquel enorme y respetable cuartel de la marina, lo cual generó que cada uno de los marine allí presentes apuntasen al recién llegado, temerosos de lo que estaba a punto de acontecer, pidiéndole que se rindiese o abrirían fuego, aunque no parecía importarle en lo más mínimo, ya que continuaba avanzando rápidamente, por lo que nadie más pudo contenerse, y una lluvia de balas fue dirigida al muchacho, aunque este desapareció en el instante, utilizando una de las técnicas secretas del gobierno, el Soru, para luego utilizar otra de esas técnicas, el Geppou, comenzando así a elevarse hasta llegar al techo del cuartel, dando saltos en el aire mismo para llegar a donde estaba.

Entonces, se acercó a donde la bandera del gobierno mundial ondeaba, tomándola entre sus manos y arrancándola de su sitio, para luego despedazarla, en tan solo un par de segundos, y utilizando la habilidad de su fruta, potenció enormemente sus cuerdas vocales, esperando así que su voz alcanzase cada rincón de la mítica ciudad. - ¡Escuchen bien!, ¡Piratas, marines, todos!, ¡Esto es solo una advertencia, tanto para los piratas como para el gobierno!, ¡LES ACONSEJO NO METERSE EN MI CAMINO! ¡SEA QUIÉN SEA, LO ELIMINARÉ SI SE ENTROMETE! - Sentenció con algo de furia y fuerza, dejando en claro que no era de ningún bando, ni de la marina ni de los piratas, si no que era un alma libre, y aquellos que osasen entrometerse, sufrirían su desbordante furia, como la sufriría el cuartel en estos momentos, ya que el muchacho volvió a elevarse, y recubriéndose a si mismo con su haki, se lanzo en picada sobre el edificio, potenciando su resistencia y fuerza con el poder de su fruta, logrando así desquebrajar la mitad del cuartel en el impacto, haciendo que comenzase a colapsar, no del todo, pero con un daño considerable. Y hecho esto, simplemente potenció sus piernas con su fruta y su haki, para al momento de usar el Soru, desplazarse a una velocidad increíblemente rápida, por lo que nadie podría encontrarle ahora.

Sáb Jul 02, 2011 10:24 am

Ya no sabía si es que tenía mala suerte o es que esta le había abandonado por completo. No tardó más de unos minutos en llegar, agotado y cansado por la carrera sumada al esfuerzo de cargar con el inconsciente Pirata, pero lo que se encontró superaba todas las expectativas que había tenido en un principio el Marine. Y eso no lo alegró en absoluto. Más de medio cuartel había quedado reducido a un montón de escombros, resultaba un milagro que aún se mantuviera el edificio en pie. Hileras de víctimas se extendían por el suelo, pues las habitaciones del lugar se estaban usando solo para los pacientes más graves. Decenas de cuerpos tapados con sucias mantas ocupaban lo que había sido el patio de entrenamiento. Parecía ser que Riddick no había causado grandes bajas, si no que había sido la destrucción del Cuartel la que había causado víctimas mortales. Sin mayor preocupación que la de los suyos propios el Marine abandonó al aún desfallecido Pirata en los restos de la entrada del Cuartel. Tenía preferencias y las vidas de los suyos eran mucho más importantes que el hecho de colgarse méritos por encarcelar a un simple criminal. Tras adentrarse en el Cuartel se dirigió a uno de tantos Den Den Mushi que había.

- Al habla el Recluta Oneiros F. Balmung, miembro del Cuartel General de la Marina de Logue Town, en el East Bue.- Calló unos minutos, a la espera de contestación alguna.- Al habla el Reclta Oneiros F. Balmung, miembro del Cuartel General de la Marina de Logue Town, requiero de hablar urgentemente con la Almirante de la Flota, repito, requiero hablar urgentemente con la Almirante de la Flota.- Suspiró, agotado y desesperado, ¿qué podía decirle al máximo poder de la Marina? No lo sabía…lo que si estaba claro es que tenía que informar como fuera de lo sucedido en el lugar.

Off: Hayato, puedes intentar huir, estás en la entrada y con escasa vigilancia, tu bastón está muy a mano y lo único que te inmoviliza más o menos son las esposas. Espero poder repetir pronto el combate y darle un mejor final u.u

Dom Jul 03, 2011 11:48 am

La situación parecía bastante critica, aunque solo eran destrucciones materiales podía dejar una mala imagen, le cuartel de la marina destruido con tanta facilidad por un pirata podía hacer dudar a muchos de su fuerza era un hecho, has que su dios sangre y la gente dejara de creer en el, lo único que importaba ahora era que las noticias llegaran a el cuartel general, el sonido de las gaviotas en el cielo, la calma que vino tras el desastre era triste, simple silencio acompañado por el sonar de los pájaros y el murmullo de la gente.

— Aquí el almirante de flota, cuales son las noticias que deben ser informadas con tal rapidez, espero que no sea una perdida de tiempo.— dijo una voz fuerte, que imponía respeto solo por el tono de la misma, una voz que hacia temer de solo escucharla, después de todo era un almirante, no era una persona que se pudiera tomar a la ligera, una persona de fuerza difícilmente comparable quizás solo con los mejores piratas o revolucionarios de todo el mundo, uno de ls brazos de el gran gobierno mundial.

*Evanna

Lun Jul 04, 2011 12:49 pm

Víctima de la impaciencia a punto estuvo el Recluta de repetir su nombre y petición, mas no hizo falta pues, a los pocos segundos de su último reclamo, una voz atendió su llamada. Potente, imponente, fuerte…muchos adjetivos a la mente del Espadachín acudieron al escuchar con claridad las palabras de su líder, de su mayor superior; el Almirante de la Flota. Poco sabía de tan legendario sujeto, salvo el hecho de que su fuerza resultaba incomparable entre la gran mayoría de las personas de este mundo y que solo los Yonko frente podían hacerle. Decenas de veces había soñado el Recluta con servir de forma directa las órdenes que el Almirante le mandara, combatiendo codo con codo en el campo de batalla y haciendo frente a los más terribles peligros del Grand Line y del Nuevo Mundo. Algo que, siendo realistas, quedaba muy lejos. Sacudió su cabeza haciendo que su corta y rubia melena se meciera ligeramente. No podía perder tiempo en fantasías imposibles, si no hablaba ahora le sería imposible cumplir sus deseos.

- Señor, al habla el Recluta Oneiros F. Balmung, llamo para informarle del desastre acontecido en el mayor Cuartel General del East Blue, el situado en Logue Town.- Tomó aire antes de seguir hablando.- Hace unas horas el patíbulo de ejecuciones fue destruido siendo arrancado del suelo y lanzado por los aires. A pesar de que no hubo baja alguna se identificó al culpable como Richard B. Riddick, hasta hace poco prisionero de Impel Down hasta que escapó de la legendaria prisión. En pos de identificar con claridad al sujeto en cuestión se mandaron varias patrullas para poner fin a sus crímenes mas, por desgracia, el Legendario Criminal logró atravesar las defensas del Cuartel General y redujo la mitad de este a escombros en una única acometida.- Resultaba, cuanto menos, vergonzoso.- Desconocemos su actual paradero aunque debe de encontrarse aún en el East Blue, requerimos de refuerzos y atenciones médicas pues el derrumbe ha provocado numerosas bajas y gran cantidad de heridos. ¿Cuáles son las órdenes Señor?.- Ahora todo era cuestión de esperar…avisar de la captura de un Pirata inferior resultaba estúpido en momentos así. No era hora para colgarse medallas.

Mar Jul 05, 2011 11:10 am

Logue Town, la ciudad del Alfa y el Omega. La ciudad donde comenzó y donde terminó todo. Podría, si se conocía la historia de la joven pelirroja, decirse también que aquella ciudad había sido su segunda ciudad natal, y era totalmente cierto. Allí se había criado y había recibido las primeras bofetadas de la vida. Allí había aprendido a sobrevivir y allí se había convertido en la mujer que era ahora. Por eso, cada muro que se caía, cada pequeña grieta en el pavimento de las calles, le dolía. Y cada ataque que recibía aquella maravillosa ciudad le resultaba terriblemente doloroso. Era como si fuese brutalmente apuñalada en esos momentos. Y, atónita, había presenciado cómo el Altar de Ejecuciones, uno de los símbolos de la ciudad, era arrancado de cuajo. En ese momento, había quedado petrificada, y no había sido capaz de sacar su espada y lanzarse contra el alborotador. Cuando había vuelto en sí, lo primero que había hecho había sido dedicarse a retirar escombros con sus propias manos. Cuando había acabado, se había dirigido al cuartel, no sin antes oir la voz desgarradora de quien al parecer había destruido todo el altar. La ira recorrió las venas de Brelaina, quien apretó el paso, llegando hasta toparse con un viejo conocido: Balmung.

-Dios Santo... -exclamó, reparando en la ingente cantidad de víctimas, muertos y heridos. A Brelaina se le encogió el corazón ante esa escena y sus manos temblaron ligeramente, antes de cerrarse con fuerza. Se hizo daño al apretar, ya que retirando piedras se había sollado ligeramente las manos. Pero no se inmutó ni se quejó, aquello sería deshonrar a aquellos Marines inocentes que, en el mejor de los casos, habían sufrido graves heridos.- Se presenta Brelaina Alagondar... -comentó con voz debilitada, cansada. Los cadáveres le habían causado impacto. No le traumarían, y lo asumiría con facilidad, pero no podía dejar de sentir tristeza por todos y cada uno de esos soldados.- El patíbulo destruído y los escombros que causó han sido retirados con éxito. Los heridos están siendo tratados, no hay víctimas mortales... -informó, cerrando los ojos, concentrándose en el presente para ser eficaz y no una inútil en la situación.- Sería prudente asegurar la zona y empezar con las reparaciones del cuartel. -comentó, sugiriendo mientras fijaba sus ojos en el muchacho castaño.

Mar Jul 05, 2011 1:10 pm

— De acuerdo, entonces una vez que estén listos para partir, salgan en su búsqueda, patrullen la zona y en caso de dar con ellos contactar conmigo de nuevo, puesto un almirante ira para el East blue como refuerzo hay que no hay nadie de la talla de dicho pirata por esos lares, muy buen trabajo... teniente.— le dijo a el pequeño marine, solo esas palabras basaban para convertirlo en un marino de un rango superior, quizás fuera prematuro, pero una buena labor requería una buena compensación por lo que podía sentirse orgulloso de lo que estaba haciendo después de todo había sido testigo de algo realmente importante.

El mar estaba bastante picado, por lo que salir ahora podría ser un poco peligroso lo conveniente era reunir tropas sanas esperar un poco y partir ni bien el mar estuviese de buen humor para que lo que fuera que hicieran saliera bien, pero poco importaba el clima la decisión era la de el teniente en estos momentos.
— Recuerde no queremos que ataquen a Riddick, solo que estén al tanto con la mayor precisión posible sobre su ubicación y que el almirante puede encargarse de ello.— dijo mientras cortaba la transmisión.

Mar Jul 05, 2011 3:43 pm

Por primera vez en todo el día el Marine se sintió altamente afortunado. De forma comprensiva el Almirante de la Flota les había dado tiempo para recuperarse del brutal ataque, también les ofrecía el apoyo de un Almirante. Los Almirantes eran la élite de la Marina y solo respondían ante el Almirante de la Flota. Únicamente tres personas eran elegidas para ocupar cargos de tal valor y todos demostraban una fuerza digna de leyenda. Ser Almirante era una meta que, por ahora, resultaba inalcanzable. Pero si podía ir ascendiendo poco a poco, como lo acababa de hacer. El propio Almirante de la Flota había nombrado al Espadachín Teniente. Empezaba a ver la luz en tan oscuro día.

- ¡Gracias por su confianza, señor, no lo decepcionaré!- Habló el recién nombrado Teniente antes de que la comunicación se cortara con una última y más que lógica orden; no hacer frente a Riddick. Había quedado más que demostrado que aquella leyenda viviente sobrepasaba la fuerza de todo el Cuartel General en conjunto…podría ser que ni todos los marines situados en los cuatro Blue fueran suficientes ni para hacerlo sudar. Solo debían controlar su paradero…¿pero cuál era este? Luna femenina voz conocida hizo que el castaño levantara la mirada cruzando sus verdosos ojos con los castaños de la mujer. Había conocido a Brelania durante una de las tantas prácticas a las que había asistido y, tras esta, habían estrechado lazos hasta resultar buenos compañeros. Poco a poco la cosa mejoraba.- Descansa Brelania, no es la hora de formalismos…- Y cierto era que cosas más importantes los apremiaban en aquellos momentos.- Si lo del Patíbulo está controlado nos queda el Cuartel…- Una terrible explosión en el Puerto generó que el trajeado Marine dirigiera velozmente la mirada hacia el lugar. El Puerto ardía en llamas, el día volvía a oscurecerse.- ¿Es que se han puesto todos de acuerdo en asaltar la ciudad el mismo día?- Resultaba altamente frustrante.

Tras un largo y pesado suspiro de desesperación, y es que ya no sabía si reír o echarse a llorar, el Espadachín se dirigió a las pocas zonas del Cuartel que se mantenían en pie. Tuvo la suerte de que una de las habitaciones más o menos intacta era uno de los despachos de los altos cargos. Ahora que era Teniente no tendría que dar explicaciones de los mapas y planos que se acababa de llevar de la sala. Nuevamente se dirigió al exterior junto a su pelirroja compañera. Por el camino tomó una de las tantas mesas que se habían salvado del desastre. Los mapas y planos fueron desplegados sobre la superficie de madera. Lo primero en mostrarse fue un mapa de toda la ciudad de Logue Town. Sacando una pluma de su bolsillo junto a una piruleta que en su boca acabó, el Teniente comenzó a escribir.

- Mandaremos tres escuadrones al Puerto para que investiguen lo ocurrido, los acompañarán dos grupos de médicos por si es necesario atender heridos y quizá se requerirá mano de obra, mas eso puede obtenerse una vez se haya realizado el recuento de heridos y de bajas.- Esperaba que fuera ínfimo o nulo.- Brelania, me acompañarás al Puerto para supervisar las operaciones.- Sentenció.- En el Cuartel General dejaremos seis escuadrones y el resto de médicos. El apoyo pesado también se mantendrá aquí. Los hombres que queden libres se dedicaran al patrullaje de las calles centrándose en los alrededores del Patíbulo, que es donde mayor concentración Pirata hay, tenéis permiso para arrestarlo si es necesario.- Aclarado apartó el mapa de la ciudad para dejar paso a lo que eran los planos del destruido Cuartel.- No creo que se sucedan más ataques pero no podemos confiarnos…nos quedan aún muchas habitaciones intactas, llevad a los heridos a las habitaciones, los más graves a las que estén en mejor estado. Los cañones que hayan quedado en buen estado formarán un perímetro defensivo entorno a la estructura principal…necesitaré que se hagan, como mínimo, dos hileras de escombros para usar a modo de barricada en caso de una nueva ofensiva…Bien. Esto es todo.- Y escupiendo el mordisqueado mástil de lo que había sido una piruleta el Teniente abandonó el lugar en compañía de varias escuadras de Marines, algunos médicos y su fiel compañera Brelania. Era hora de poner el orden en la ciudad.

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