[Prólogo] Un encuentro peculiar.

Menuda suerte la que me había tocado al toparme con aquel par de piratuchos de quinta, y todo porque se habían querido pasar de vivos y no se los había permitido. El calor comenzaba a mostrarse, como el cualquier isla de aquellos lares, había dejado atrás aquella taberna de mala muerte y ahora aquella chica corría a todo lo que daban sus piernas.

FlashBack……………………………………………………………………………

La noche había sido bastante larga, había abordado aquel barco comercial como polizonte y a esas horas de la madrugada por fin podía salir de aquel barco sin que nadie la viera. A esas horas las calles estaban vacías, y solo pocos lugares, principalmente cantinas o tabernas se encontraban abiertos, incluso alguna posada debería estarlo.

Camino hasta un bar que se encontraba cercano al puerto, al abrir la puerta una oleada de calor se dejo sentir, calor lleno de un olor putrefacto, olor a cigarro, alcohol, a sudor, y otros cientos de olores, todos nauseabundos, dentro de aquel lugar, había poca gente, pero la suficiente para que le dieran calor a aquel sitio. Camino adentrándose a este, algunas miradas se posicionaron sobre su humanidad, no se dejaba ver muy bien su rostro, con cuidado observaba el lugar con aquellos ojos rojos que poseía, se dirigió a la barra, busco un cenicero y apago el cigarrillo que llevaba. Un camarero se acerco a ella, elevo la punta de su sombre para mirarle.

-Un Whisky por favor…- Le pidió la pirata, este se retiro mientras esperaba que le trajesen su bebida. Algunos de los comensales, causaban gran alboroto, unos jugaban cartas, otros demostraban su fuerza. Un par de sujetos le observaban o al menos eso creía ella.

Su intuición no estaba del todo errada, aquel par se puso de pie y se acercaron donde la fémina estaba sentada. –Oiga, no cree que es muy tarde para que ande sola por este lugar…- Hablo un sujeto de barba y aliento pútrido, y es que se había acercado tanto a ella que podía oler eso. Se limito a permanecer callada mientras su bebida era traída y se disponía a beber un trago.

Cosa que no pudo hacer pues el otro sujeto a su derecha tomo su vaso y bebió su tan preciado trago. –Oye muñeca porque no nos acompañas. Podemos darte algo de calor…- Aquella acción le molesto a la chica. Más siguió ignorándolos y pidió otro whisky. Su actitud comenzó a molestar a aquel par, por lo que no se alejaban de ella y seguían acosándole. Hastiada de aquella actitud se puso de pie y dio un golpe al sujeto de la izquierda que comenzaba a sobarle el trasero.

La mirada de odio hacia la chica era visible por lo que empezó una pelea en el lugar, los 2 sujetos sacaron sus espadas y la chica saco un revolver, los disparos comenzaron a escucharse.

Fin FlashBack……………………………………………………………………………

No muy lejos del puerto se podía ver a una chica vestida de negro con una capucha sobre sus mano izquierda y un revolver sobre su derecha, tenia un arañazo sobre su mejilla derecha y escurría un poco de sangre de su hombro izquierdo. No eran heridas graves, pero si habían sido causadas por las armas de aquel par de sujetos que ahora junto al dueño de aquella cantina, corrían detrás de ella. Sus piernas se movían rápidamente, a pesar de ser una mujer, era veloz en sus movimientos y no estaba obesa como aquellos piratas que sin duda el alcohol de aquella noche les hacia torpes y lentos.

Faltaba poco para llegar a la plaza y allí perderlos de vista, pues la gente comenzaba a transitar ya las calles, mas algo inesperado paso, de pronto su carrera se detuvo abruptamente, pues no lo había visto hacia enfrente, miraba hacia atrás pendiente de aquellos que le perseguían, sin poder hacer nada, choco con una persona, y termino en el suelo.

-Itae!…- Expresó mientras abría los ojos para ver que es lo que pasaba y se topo sobre un chico de cabellos azulados, que sin duda lucia desconcertado por lo que sucedía.

Y ahora quien se había cruzado en su camino, un sujeto con cabello azul y unas extravagantes ¿Gafas rojas?, que buena broma le estaba jugando el destino o quien sea que moviera los hilos, al toparse con un sujeto raro como él. O al menos eso pensó. No tenía tiempo para sobarse del golpe, que se había dado, lo único que tenia que hacer era seguir corriendo.

Comenzó a ponerse de pie. Y al parecer el chico se percataba de que sucedía, y comenzó a hablar, mas sus palabras la desconcertaron, pues le sonaron como las de un superhéroe que salva a la damisela en peligro. –Algo así…- Más toda la adrenalina que recorría su cuerpo en ese momento era suficiente para que la chica actuara sin razonar que era lo mejor, aunque sin duda lo mejor era salir corriendo con el chico que le ofrecía su mano, a quedarse allí y averiguar que eran capaces aquellos sujetos.

Sin dudarlo tomo la mano del chico mientras comenzara a reír a carcajadas, llevándose la otra mano a su cara para ofuscar la risa mientras corría al lado del chico buscando una salida.

Aquella comenzaba a ser una carrera un tanto extraña, comenzaba a ahogarse con su propia risa, y corría sujetada de la mano de un chico extraño, que parecía superhéroe de historieta según sus ideas, las gafas, rojas, la capucha roja, de donde salían el día de hoy. Su mano era tirada por el chico, ya no miraba si atrás venían los sujetos o no, solo trataba de ver por donde es que iban, doblando esquinas y subiendo en calles un poco inclinadas.

Se sintió jalada hacia un estrecho callejón, donde difícilmente podía moverse, que clase de callejón era ese, estaban sin duda las 2 construcciones muy cercanas, cualquier persona de gran tamaño sin duda quedaría atrapado, para suerte de ella, su cuerpo era delgado, por lo que podía deslizarse con facilidad detrás de aquel sujeto, aunque no podía decir lo mismo de la visibilidad, apenas amanecía y no había luz suficiente, solo se veía arrastrada por el estrecho lugar.

Atrás de ella podía escuchar el escandalo de aquellos sujetos quienes gritaban donde se habían metido aquellos 2, pues les habían perdido de vista, les escucho disparar, mas no había señales de que los seguían en el callejón. Ya no se reía, desde que habían entrado en aquel lugar, guardaba silencio, de esa manera si no la escuchaban no sabrían donde estaba. Les escucho correr, por aquella calle.

Sin preguntar nada ni hacer ruido, podía escuchar los movimientos de las ropas del chico, escuchando como se movía con agilidad por el estrecho lugar para saltar sobre y salir a asomarse si les seguían aun o ya no, y al parecer ya no. Camino hacia la salida y asomo la cabeza, sujetando su sombrero, se percato de que no estaban en el lugar, quizá seguían buscándoles en las calles de arriba.

Salió por completo del callejón y miro de frente a su salvador. –Mmmm… Si tiene finta de superhéroe de algún manga…- Pensó la chica, mientras veía como guardaba las manos en sus bolsillos. –Creo que será mejor que sigamos, podrían regresar…- Expreso mientras le tomaba del brazo y comenzaba a caminar cuesta abajo y doblaban esquina hacia la derecha, siempre observando a todos lados que no se toparan de nuevo.

Sabía que el chico tenía algunas dudas, pues le había ayudado sin preguntar nada, y su expresión le decía que quería interrogarla, odiaba las preguntas y que le preguntaran por su vida y demás situación, sin embargo ahora se la debía al chico, que sin proponérselo al chocar con ella se había visto metido en aquella loca persecución.

Ya se habían alejado un buen tramo de aquel lugar y no observaba cerca de ellos seña alguna de aquellos 2 piratuchos ni del dueño de la taberna. Ya se sentía tranquila, y es que como no hacerlo, si, haberle robado la pistola a uno de aquellos sujetos y comenzar a dispararles había sido una locura. Sin importar mantenía aquel ritmo en su andar, por lo que empezó a aminorarlo y caminar con tranquilidad.

El chico rompió aquel silencio, pues comenzó a hablar, primero diciendo su nombre, y después preguntándole que había sucedió, dejándole en claro que estaba en su derecho de hablar o no hacerlo si no se sentía cómoda con la situación. Más que si estaba cómoda o no en contarle que sucedió, sentía que le debía un favor y odiaba deber favores, así que como mínimo sentía que debía hacerle saber que había pasado.

-Gracias por la ayuda Sieghart… Veras…- Hizo una pausa, mientras rememoraba los hechos que habían acontecido desde su llegada hace unas horas. –Hace unas horas llegue a esta isla, como polizonte en un barco comercial, al salir entre a una taberna que esta cerca del puerto… Mmmm se quisieron pasar de listos con mi persona y así comenzó una pelea con ellos, les robe un revolver y comencé a dispararles…-

Hizo una pausa para reír mientras recordaba la cara de uno de los sujetos, al que le robo la pistola, cuando ella le había mandado al diablo y el sujeto buscaba su pistola para intimidarla. –Creo que pensó que seria una dejada o alguna prostituta como a las que están acostumbrados…- Dijo mientras dejaba de sujetar al chico y se limpia el hilito de sangre de su mejilla.

No sentía dolor por las heridas, lo que si le producía era cierto escozor y comezón por la sangre que comenzaba a secarse, y el sudor por la pelea. No era la primera vez que se topaba en una situación de aquella magnitud, lo que si era de extraño es que no iba armada, y cuando se le acabaron las balas al revolver que robo, fue que empezó a complicarse el asunto.

Era orgullosa y no accedería a las bajezas de un par de piratas de esa calaña, y ahora por azares del destino aquel chico le ayudo y estaba mejor. Procuraría no topárselos próximamente.

-Me encuentro bien, solo son un par de rasguños…- Quizá sus ropas o su falta de las mimas le daba a entender al chico otra cosa, pues la capa que llevaba en una de sus manos, estaba vieja y roída, eso y los arañones por las balas y la espada de uno de ellos. No tenia heridas de seriedad, saco un pañuelo y con el precioso la herida de su hombro.

-No será necesario ir con un medico…- El chico era sin duda listo, no podía negarlo, omitió su nombre a propósito en las contestaciones anteriores y él volvía a preguntarlo. –Darrah… Ese es mi nombre…- Dijo como si no le importara, aunque no acostumbraba a darle su nombre completo a nadie, por muy bueno que fuese con ella. –Veo que conoces esta isla muy bien o no sabrías de ese callejón estrecho…-

Ya comenzaba a sentirse relajada, aquel chico le estaba dando cierta confianza, o quizá era su extraña vestimenta de superhéroe la que le hacia sentir así, aunque era cierto que era testaruda y orgullosa, era mas avara. Hacia rato que no robaba y ya le quedaba poco dinero, y no pretendía gastarlo en un medico, para que le cobrara un dineral por unos simples rasguños los cuales untaría con algún bálsamo y un par de gasas.

El decir su nombre ya era suficiente información proporcionada. Siempre procuraba mantenerse en él anonimato, un perfil bajo y por ultimo una gran salida, aunque ahora la gran salida la había hecho antes de tiempo y sin ningún beneficio. Dejo escapar un leve suspiro y se dispuso a prestar atención a las palabras del chico, quien retomaba la conversación y contestaba a su pregunta.

-Vaya… Tu escondite favorito… Creo que se convertirá también en el mío si regreso a esta isla y me veo en una situación similar…- Dijo la chica mientras se reía. Sin embargo esa sonrisa duraría poco, pus solo un par de metros delante de ellos estaban 2 de aquellos sujetos que le habían perseguido.

-Diablos…- Mascullo en voz baja mientras se detenía bruscamente y sujetaba a Sieg para que hiciera lo mismo. –No es tiempo de ponerte melancólico…- Le dijo a Sieg, mientras daba un par de pasos hacia atrás. -¡Corre!...- Dijo, dándose media vuelta y empezaba a correr, sin soltarle. De alguna manera quizá aquel par conocía mejor las calles que el chico con ella y mientras se encontraban de regreso se los toparon.

Donde estaban aquellos caminaban con enojo porque su presa se les escapo, sin embargo la suerte les sonreía y ahora de nuevo la tenían de nuevo frente a ellos, y se volvía a echar a correr.

Tal parecía que la buena suerte comenzaba a terminarse, pues ahora de nuevo corría para librarse de una vez por todas de aquel trio de malandros. Como diablos había vuelto a topárselos, si precisamente había cogido otro camino para no tener que verlos. Con gusto se quedaría a pelear y demostrarles que ella era quien manda, solo había un pequeño problema, no estaba armada, no llevaba ningún tipo de arma consigo misma. Quizá el chico llevaba alguna, aunque tampoco era probable y si la llevaba seria para defenderse.

Pensándolo bien si él chico tuviese un arma, los habría enfrentado desde el principio y no le habría ayudado a escapar. La idea de defenderse estaba descartada, le quedaba correr y que ellos se cansaran y la dejaran en paz. También podía robar algo y utilizarlo.

Algo pasaba sentía como el chico comenzaba a detenerse y se paso en seco, a la par de él. Le decía que se fuera y que él se hacia cargo, pero es que el chico era suicida o algo por el estilo, que loca idea se le había metido a la cabeza como para enfrentarles sin un arma. -¿Estas loco?...- Pregunto, no había mucho tiempo, tenia 2 opciones, ayudarle con lo que sea que pasara o correr y dejarlo allí, siempre hacia lo segundo, pero por alguna razón sentía que debía ayudarle, ya que era problema de ella.

-¿Qué harás y dime que hago?...- Pregunto con cierta seriedad y molestia.

Al parecer el chico era un caso perdido pues de nuevo comenzaba a correr y la jalaba, solo para decirle que el le ayudaría a escapar. Le miro extrañada y comenzó a correr a la par de que lo hacia el chico. –Gracias…- Dijo mientras corría del lado opuesto, solo esperaba que aquella imprudente acción por parte del chico no resultara en una tragedia.

Si de nuevo se volvía a encontrar con él, ya le agradecería lo que estaba haciendo. Seguía corriendo mientras se escabullía por algunas calles y entraba a un mercadillo, perdiéndose entre la gente.

Off// Lo mismo Digo. Gracias Sieg. Cierro tema.