Llegada a Shimotsuki 29zrdle

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Llegada a Shimotsuki Empty Llegada a Shimotsuki

Dom Sep 04, 2011 2:38 pm
Llevaba unos cuantos días viajando como polizón en un barco mercante. Siendo un pasajero no deseado en ese enorme medio de transporte no tenía la opción de moverse libremente por él, sólo podía limitarse a quedarse dentro de una oscura cabina repleta hasta el tope de cajas de diferentes tamaños en cuyo interior se hallaban los variados elementos que eran trasladados de isla en isla; aunque eso no quería decir que jamás saliera de aquel oscuro sitio, pues, cada cierto tiempo, se escabullía hasta la cubierta con la intención de tomar un poco de aire y otras veces lo hacía hasta la cocina con el objetivo de encontrar algún alimento con el que llenar su hambriento estomago. Siempre procurando que nadie llegase a descubrirla. Esa aburrida rutina continuó durante cuatro largos días, siendo el último de ellos aquel en que el navío atracó en el puerto de Shimotsuki.

¡Finalmente! - sonrió al escuchar como, al otro lado de la puerta del sitio en que se hallaba, unos hombres daban aviso a los tripulantes que el barco por fin había tocado puerto. Lo cierto era que hasta ese momento Natsumi se encontraba aburrida de hacer siempre lo mismo, nada para variar, así que se había tomado bastante bien la noticia e incluso llegó al punto de emocionarse más de la cuenta.

Sin desperdiciar su preciado tiempo se puso de pie, pues con anterioridad se encontraba recostada sobre el piso, y se dirigió rumbo a la cubierta sin siquiera preocuparse por las desconcertadas miradas que le dirigían los tripulantes, quienes desconocían que alguien aparte de ellos se encontrara al interior del barco. Continuó caminando por los estrechos pasillos internos hasta que logró dar con una larga escalera que la llevó a la cubierta, la cual en esos momentos se encontraba repleta de hombres bajando mercancía al puerto. El sólo contacto del sol con sus orbes carmesí, ya acostumbrados a la oscuridad, la cegó momentáneamente y la obligó a detener su andar hasta que sus ojos lograran acostumbrarse al brillo ambiental. Apenas lo hicieron reanudó su andar y de un salto descendió de la cubierta al puerto, haciendo que sus piernas emprendieran rumbo hacía el interior de la isla donde esperaba encontrar algo divertido que poder hacer.
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