Estirando las piernas. 29zrdle

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Estirando las piernas. Empty Estirando las piernas.

Vie Ago 26, 2011 7:38 am
Alzó la cabeza, a la vez que estiraba el cuello para poder observar un poco más allá de todas y cada una de las cosas que había delante de ella. Era irrelevante, sin duda, el lugar a donde se dirigía, pues después de todo ya había encontrado una tripulación en la que mantenerse estable. El capitán la había dejado salir de aquella gran embarcación, con la promesa de que no tardaría demasiado en volver debido a que quería resolver ciertos asuntos... Fueran cuales fueran, le ocuparían el tiempo suficiente para que ella pudiera despejarse. Bajó por las tablas, sin ninguna dificultad gracias a la goma de la suela e sus botas, que la permitían no resbalar de aquel suelo manchado de salitre. Finalmente llegó hasta el puerto, alzando la cabeza y llevándose dos dedos a la boca. Tras un silbido corto, un animal rápidamente emitió una intensa respuesta, y aquella águila negra que bajaba en picado hasta uno de los postes que había frente a ella la miró. -No dejes que te vean por aquí, Horus, sube a los tejados y ávisame cuando veas de nuevo nuestra embarcación...- dictaminó ella, mientras se encogía de hombros ante la visión de algunos marineros, que la observaban con curiosidad.

Anduvo algunos pasos, mientras veía zarpar aquel enorme barco, planteándose si de verdad volverían a por ella... Desde luego que debía de dar un voto de confianza a aquellas personas y, de todas formas, no había dejado objeto de valor alguno. Su figura había cambiado desde la última vez, ahora era un poco más esbelta, y una katana reforzada se había instalado en su cinturón. Recordaba el momento en el que había llevado un florete, pero en aquel momento, había considerado mejor aquello. Un Log pose también estaba guardado a buen recaudo pero desde luego... Su bien más preciado era aquel animal. Este alzó de nuevo el vuelo, haciendo que sus alas se extendieran por el cielo como las propias nubes, que se habían empeñado en viajar con rapidez.

¿Qué podía hacer?. No la habían encargado abastecerse de víveres, por lo que únicamente se dirigió a la única taberna de aquel puerto. Observó piratas de todas y cada una de las profesiones posibles, marineros, mercantes... Todos juntos, en una extraña franca armonía. Sus pasos rápidamente se dirigieron hacia la entrada de aquella taberna, y con una enguantada mano, empujó la puerta. Eran necesario guantes de cuero para animales como Horus, desde luego. Estiró la cabeza, mientras observaba como el revuelo formado en el bar, propio del ambiente se paraba. Cada vez había más mujeres entre las tripulaciones, sí, pero raramente se veía a una joven de cabellos blancos y ojos violaceos entrar en un lugar asi. Haciendo oídos sordos a todos los comentarios, se dirigió hacia la barra, sentándose entre un par de muchachos fuertes. No les prestó atención. -¿Qué te trae por esta isla, señorita?- le preguntó el pirata, ella se encogió de hombros, mientras acomodaba la funda de aquella katana para que no la impidiera sentarse. -La querencia de tomar una cerveza fría, ¿Es posible?- preguntó ella con cierto despectivismo. Aquel hombre lo entendió como si hubiera sido algo bueno, y sacó una jarra grande, a la vez que la dejaba sobre la barra. -¡Has venido al lugar adecuado! Bien fresquita.- determinó mientras le pasaba aquella jarra. Se retiró uno de los guantes, y dio un largo trago, asintiendo después. -¿Qué es lo que la trajo a Logue Town, jovencita?- siguió aquel hombre. Ella, molesta, chasqueó la lengua. -Simplemente estirar las piernas.- determinó ella secamente, aludiendo a que no diría que cual era exactamente su razón.
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Estirando las piernas. Empty Re: Estirando las piernas.

Vie Ago 26, 2011 2:41 pm
Comenzaba un nuevo, y bello dia para el joven Ace, ya cansado de mendiguear por aquella gran cuidad, repleta de los sucios marines que tanto le jodian la vida, por mendiguear de aqui para alla, en busca de algunos berries. Este los odiaba, ya que para el no mendigueaba, sino que se ganaba la vida, de una forma poco ortodoxa, ya que tocar la flauta para ganar plata, no era algo comun en aquella gran cuidad debido a la gran cantidad de delicuentes, que no te dejaban hacer nada, sin robarte algo .. Ace, habia decidido ir como casi todos los dias a la mañana, ir al puerto de la cuidad , a la taberna, en la cual, casi siempre desayunaba, gracias a que los dueños de dicha taberna,, habian hecho una cuenta para el, donde podria anotar la comida que comia, y luego cobrarsela.
Luego de cambiarse, y haberse peinado como siempre, al igual que haberse lavado la cara, este se dirijio rapidamente con hambre a el lugar anteriormente nombrado , en la trayecctoria, como siempre, nunca pasaba nada raro, ademas de claro esta, ver borrachos y marines por todos lados .
Al llegar este entro tocando una hermosa melodia con su flauta, como siempre lo hacia, provocando que la gente que se encontraba alli, no toda, pero si una gran parte, le observara, mientras este tocaba con sus ojos cerrados, y se adentraba cada vez mas y mas en aquella taberna.
Luego de tocar aquella hermosa melodia que tantos recuerdos, tanto buenos como malos le traia, Ace abrio los ojos , para observar con detalle cada una de las personas que se encontraban alli , las cuales, al verlas, noto que la mayoria eran las que siempre estaban , ecepto unas pocas, pero sobre todo , la que mas le habia llamado la atencion , era una peligris , con unos ojos violaceos , que impactaron a Ace, tenia un parecido a la mismisima Calipso , realmente, habia llamado la atencion de Ace, provocando que este comenzara a tocar otra melodia, aun mas romantica que la anterior, mientras se acercaba a ella, tratando de que ella le observara a a el . No sabiendo si lo hacia o no , ya que tenia los ojos cerrados, Ace ya que habia recordado mas o menos donde se sentaba, comenzo a hacercarse cada vez mas y mas, hasta tal punto, que topo con ella, inmediatamente, paro de tocar y la miro a sus ojos impactantes
- Disculpa , no fue mi intencion - Comento Ace que se tomaba su cabello con una mano, al mismo tiempo que una sonrisa se posaba en su rostro . Tratando de caerle bien de primera, este se sento junto a ella, para despues llamar a el tabernero, el cual rapidamente le trajo un plato de ramen , ya que eso comia casi todos los dias, luego de comer varios bocados miro a la joven, la cual le observara, y le pregunto - ¿ No te molesta que este aqui no? - Al mismo tiempo que miraba con mas detalle, los rasgos faciales, los cuales eran perfectos, al igual qeu sus bellos ojos, los cuales ya le habian llamado la atencion .
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Dom Ago 28, 2011 10:04 am
Entornó los ojos, pues aquella molesta luz se clava en cada uno de los bastones que conforman el ojo humano. Las yemas de sus dedos se apoyaron con suavidad sobre aquella jarra, mientras que las paseaba por le borde, meditando, acompañada por una hermosa música. Sus ojos se entrecerraron, mientras trataba de comprobar todas aquellas cosas que sus pensamientos le habían dado. No era la idea más adecuado el haberse bajado de aquel barco, pero sin un buen navegante, tampoco podría ir excesivamente lejos. Por lo que sus cejas se alzaron a la vez que sus ojos se abrían. Aquel hombre tras la barra seguía observándola, y aquello la ponía muy nerviosa, tanto como para retirar sus ojos de los de él, y posarlos sobre aquel elixir dorado. Sintió como la música se acercaba, en una hermosa canción, y justo en el momento en que se quiso girar, notó como alguien tropezaba con ella. Aquel joven de oscuro cabello le pidió disculpas, pero ella alzó la mano, como dando a entender que no pasa nada. Se retiró el guante de la diestra mano, que aun permanecía tapada, para después pasársela por el pelo, colocándole por sus hombros. Aunque amaba el mar, también ama la tierra, y no podía estar separada de ninguno de los dos. Gaviotas... Aquellas aves marinas la ponían enferma, giró la cabeza para mirar por la ventana, muchas veces la hacían confundirse con su propio compañero, y desde luego, no era nada bueno.

Tomó la jarra con ambas manos, y apoyó de forma desmadejada los codos sobre la barra. Inclinó su cuerpo hacia delante y bebió. Sintió como aquella cerveza aliviaba la quemazón producida por la sal en su propia garganta, pues el aire marino, en grandes cantidades, nunca era bueno. Entornó los ojos, dejando que sus propios pensamientos divagaran sin más sentido, hasta que escuchó algo que parecía ir referido para ella. Giró la cabeza, incorporándose para mirar a aquel músico y después se encogió de hombros. -Esta es una tierra, donde hacer lo que se quiera.- determinó ella, con una media sonrisa, para pararse a observar a aquel joven. Podía sacar muchas conclusiones a simple vista de él, pero desde luego, no haría caso de nada que se viera “ha simple vista”, pues había aprendido que las buenas cosas están en el interior. -A demás, comer acompañado siempre es mejor que hacerlo solo.- determinó ella, observando las acciones que estaba tomando él. Se giró, tomando la jarra con la mano que tenía sobre la barra y llevándosela a los labios, para bebérsela de una sola vez, a la par que le hacía un gesto a aquel camarero. -Tráigame lo que está comiendo el señor que a mí lado se encuentra, por favor.- determinó ella con un gesto algo más amable, mientras el hombre hacía un raro comentario para girarse y comenzar a preparar aquel plato. Ella se giró, para observar la flauta con la que había estado tocando aquellas hermosas melodías.

-¿Eres un músico de la zona?. No sabía que Logue Town atrajera a músicos hasta sus puertos...- determinó ella, mientras sus ojos se entornaban de nuevo por la molesta y oscura luz de aquella taberna. A pesar de aquel quejido figurado, que suponía el cerrar los ojos, en sitios así eran los únicos lugares donde se podía sentir más segura. Esperó entonces, que aquel hombre volviera a hablar, era extraño, después de todo, pero llamativo a los ojos de ella, lo que despertaba su curiosidad.
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