El desembarque.

Y al fin, desembarcaba. Habían pasado ya semanas desde su embarque semi-accidental en el barco mercante aquel, todavía le hacía gracia el recordar las caras que pusieron aquellas personas cuando la vieron subir al barco, y como para no poner una cara rara... Sargiron ahora estaba en Shihmotsuki (Desconocía que la isla se llamaba así) y, la gente del muelle, como era de esperar, la miraba con cara más bien rara, exactamente la misma que la que pusieron aquellos mercantes.

¿El motivo de esto? Tenían delante a una mujer que estaba cerca de los tres metros de altura, cuyas manos eran bastante diferentes a las humanas normales y que, además, poseía unos vistosos cuernos de color negro que le daban un aspecto cuanto menos tétrico. - Entonces esto es el mundo exterior... Y me imagino que esos son los hombres de los que he oído hablar. - Susurró para sí misma, observando a los pueblerinos varones, ¿eran esos? No parecían ser un peligro como le habían enseñado en Amazon Lily, es más, los de allí parecían completamente inofensivos.

- No sé porqué tanto drama con ellos. - Murmuró a continuación, comenzando a caminar entre las casas, fijándose sobretodo en éstas, en su construcción, ¿le permitirían ver el interior? Ella creía que sí, pues según conocía de las personas, al menos las amazonas no tuvieron problema en mostrarle sus casas. Detuvo sus pasos y cerró los ojos, vale, tenía mucho que explorar, pero, ¿por dónde podía empezar? Quizá las tabernas, o las casas, o... ¿Qué más había en esa isla?

[Off: Interpretaré que caes sobre su espalda, si cayeras sobre ella en el sentido estricto de la palabra, morirías o quedarías malherido por los cuernos que tiene Sargiron xD.]

Se rascaba ahora la nuca, igual ahí le dejaban forjar algo, había perdido algo de práctica en el tema y echaba algo de menos el metal al rojo vivo, los golpes de martillo contra el metal, oh dios, sí, lo echaba muchísimo de menos. - Hice mal en no traerme ninguna serpiente de allí, necesito un arma... - Musitó la carpintera, maldiciendo el hecho de no haberse traído alguna serpiente-arco de aquellas que utilizaban sus compañeras de Lily. Tendría que buscar un martillo para empezar, ¿y si se lo compraba a algún herrero? En todas las islas había uno, era lo más normal, ¿no?

Pero, entonces, su tranquilidad empezaría a esfumarse cuando algo cayó sobre su espalda, desestabilizándola y obligándola a apoyar sus manos en el suelo para no caer. Rechinaron sus dientes y, en cuanto se levantó, se colocó frente aquel que la había empujado, mirándolo con una cara de mala leche que pocas veces mostraba. La cabellera negra que llegaba hasta su cintura, los ojos rojos, el cabreo, las casi-garras que tenía por manos, y los cuernos, le daban a la mujer unas malas pintas que daban a entender que no era una santa precisamente.

- Sí, estoy bien. Ten más cuidado la próxima vez, varón. - Dijo la fémina de gran altura, mirando de nuevo a su alrededor. - ¿Sabes si hay alguna herrería por aquí? Necesito un par de cosas. - Preguntó, por si acaso le llegaba a responder después de su contestación a aquel empuje de antes.

De un poste se cayó, según decía, que torpe. Ayudarla a buscar... Bueno, vale, no veía de momento el problema mientras no la incordiara demasiado con preguntas sobre su extraña estructura corporal. - Está bien. - Dijo simplemente, comenzando a avanzar un poco más al mismo tiempo que se quitaba el polvo de las manos, dónde había una herrería, donde... donde... - Me llamo Sargiron. - Se presentó finalmente, todavía buscando con la mirada algún lugar donde pudiera forjar lo que estaba imaginando.

En fin, tocaría recurrir a lo que solía hacer en su casa. - ¡Eh! ¿Dónde puedo encontrar una forja aquí? - Berreó la de apariencia demoníaca, mirando después a su alrededor para ver quién le hacía caso. En un principio no pasó nada pero, unos pocos segundos más tarde, alguien salió del interior de una de las casas, otro varón, joder, ¿sólo había hombres por ahí o qué? Soltó un suspiro y caminó hasta él. Lo que el hombre le dijo fue bastante claro, "Yo soy herrero, ¿necesitas algo?". - Necesito usar tu forja, de paso me llevaré un martillo por si acaso. - Y dicho aquello, le dio un total de 1000 berries al herrero, para que le dejase tomar su martillo. Después, pasó a observar al otro chico, el que la había empujado. - ¿Vienes o qué? - Preguntó y, luego, sin pedir ni decir más, se metió dentro de la herrería, donde empezaría ahora a rebuscar para tomar los materiales que necesitaba para la creación que tenía en mente.

¡Bien! Había de lo que buscaba. Rápidamente se colocó frente a la fragua y allí, haciendo uso del martillo y del metal al rojo vivo, empezó a dar forma a las hojas que compondrían la parte filosa de su creación. Tuvo que estar así varios minutos, templando en el fuego de la fragua y golpeando en el borde para curvar ligeramente el final de la hoja, era una Naginata al fin y al cabo, por lo que tenía que tener su misma forma en las hojas. El sudor aparecía ya en la frente de Sargiron, que mientras el otro chico pagaba sus cosas, dejaba a un lado las hojas, ya hechas, para que se enfriaran.

A continuación, tomó un tubo vacío, y ahí tuvo que montar un pequeño sistema de retracción para poder ocultar las hojas cuando fuera necesario, el motivo de esto, simple comodidad y, por cierto, tenía que ponerle también una especie de regulador, para poder variar el tamaño de la hoja lo que quisiera dentro de las posibilidades que lo que había forjado le daba. Cuando lo hubo montado, esperó con paciencia hasta que el hierro estuviera algo más frío y, entonces, introdujo ambas hojas dentro de las "ranuras" que tenía el tubo por la parte de arriba. Así, su arma estuvo completa tras unos pocos minutos más, era hora pues, de probar al menos aquel mecanismo.

- Genial, esto funciona. - Pronunció cuando, al pulsar los botones, las hojas se extendían y retraían solas. Dejó las hojas ocultas, y se puso en pie, comprobando que la altura de aquel arma era la apropiada. Ahí dentro no haría movimientos raros con el arma, no fuera a ser que rompiera algo. - Ya echaba de menos esto. - Murmuró, admirando el arma que ahora sujetaba con ambas manos y haciendo, en esos momentos, caso omiso a los otros dos que habían allí, tanto el torpe como el herrero.

Arma creada:

Tampoco era para tanto, sólo eran dos hojas unidas a un palo, lo único medianamente "moderno" era el pequeño sistema de retracción, que tampoco es que fuera un avance científico digno de la Marina precisamente. No obstante no dijo nada, prefirió quedar callada y hacer una última prueba más para comprobar que no se rompía. Vale, todo estaba en orden, ahora, tenía que atender a aquel recién conocido que le pedía balas, uh... En un principio había pensado en negarse rotundamente, pero bien mirado, podía jugar con el hecho de que parecía necesitar el artillero que, según escuchaba, desconocía que era la habilidad y la práctica la que hacía al maestro y no el material del que se disponía.

- Supongo que puedo hacerlo, pero me deberás una, y pienso cobrármela alguna vez. - Tomó aquellas instrucciones con las manos, procurando no cargárselas con las garras, y soltó un pequeño suspiro, ¿humo? Eso impedía la visión a los dos... Bueno, él sabría para qué las quería. Por suerte, era más sencillo moldear unas balas que moldear una hoja de naginata, por lo que seguramente tardaría menos, aunque todavía quedaba el tema del humo, atgh, ¿cómo se suponía que iba a hacer eso? Ni que fuera una maldita química como para saber qué producía humo y qué no.

Suponía que con una simple bomba de humo como núcleo iría bien para eso así que empleando el mismo método que para hacer cubitos de hielo, Sargiron puso el metal líquido ya colocado en el molde bajo la fría agua de la herrería, para que el metal líquido se hiciera sólido por el descenso de la temperatura. Cuando las balas estuvieron listas, las puso en una bolsa y se la lanzó al tipo aquel. - Cuidado, queman aún. - Tras esto, volvió a mirar a su alrededor, no había nada que le interesara más... Salió entonces de la herrería, y echó a andar, todavía no saldría de la isla, quería ver primero un poco el lugar.

[Off: Siento la tardanza y la construcción cutre, no sé hacer balas xDDDD, si quieres hacemos otro tema para continuar, como veas.]

Off doy el tema como acabado ok soy Zeref lo unico que sin saber me cree otra cuenta y no sabia que no se podia y solo puedo usar una osea que uso esta damos el tema como acabado y no te preocupes sargiron si el tema esta acabado puede ser puesto en los niveles y subirte de nivel